ANSCARIO, SAN


N. el a. 801 en la Picardía, Francia septentrional, criado y educado en el Monasterio de Corbie, donde tomó el hábito monacal; sus superiores lo destinaron primero a enseñar en el mismo monasterio, y luego fue enviado a Sajonia, como monje del nuevo cenobio fundado por Carlomagno con el nombre de Nueva Corbie, En el 826 el rey Haroldo de Dinamarca se refugió en la corte de Luis el Piadoso, en calidad de desterrado. Había sido destronado por una revolución interior, y acudía al Emperador franco en demanda de socorro. Conoció allí la doctrina cristiana y se bautizó, siendo apadrinado por el Emperador. Su condición de cristiano le aseguraba mejor el apoyo imperial para la recuperación del trono y la evangelización de su país. Luis el Piadoso trató de encontrar un sacerdote adecuado para dirigir la misión de Dinamarca. Después de varios intentos fracasados, por fin el abad del Monasterio de Corbie declaró que él tenía en su monasterio un joven que estaba bien preparado para esa empresa: se llamaba Anscario. Iba a ser el apóstol de Dinamarca.
      Junto con otro compañero llamado Autberto y,el rey Haroldo se embarcó en julio del 826, navegando por el Rin rumbo a su destino. Pero ya en Dinamarca y al año siguiente el monarca volvía a ser destronado. Poco pudieron hacer A. y su compañero; seleccionaron una docena de muchachos despiertos para educarlos como futuros misioneros de su país. Autberto cayó enfermo, y hubo de regresar al Monasterio de Corbie. En el 829 el rey de Suecia pedía misioneros a Luis el Piadoso, y el Emperador llamaba de Dinamarca a A., encomendándole la nueva misión. La evangelización de Dinamarca quedaba truncada por el momento. A. marchó a Suecia, acompañado de un monje más, llamado Wittmaro. Desembarcaban en la primavera siguiente, 830, en Birka (Björkö), pequeña isla del lago Malar, centro entonces político y comercial de Suecia. Pero ya al año siguiente hubieron de abandonar esta misión. Desde el 834 iba a cambiar notablemente la situación. Luis el Piadoso decidió fundar una nueva circunscripción eclesiástica, que tendría su sede central en Hamburgo, con la misión de que el nuevo arzobispo se encargara de la evangelización de Escandinavia. Y se escogió como primer arzobispo al monje A. Marchó a Roma para recibir las instrucciones necesarias. Gregorio IV le concedió el Palio, y le nombró legado suyo entre los suecos, daneses, eslavos y otros pueblos habitantes de esos países. Es de notar que ya existía otro legado pontificio, Ebbon, que no había renunciado a su cargo. Se llegó a un arreglo entre ambos: Ebbon se quedaría con Suecia, y A. con Dinamarca; pero como Ebbon no podía atender a Suecia personalmente, ambos arzobispos consagraron para Suecia a Gautzberto, con obligación de residencia.
      Durante los 14 años siguientes A. atendió principalmente a los paganos de su diócesis alemana. Aunque tampoco olvidaba a Dinamarca, que visitó en repetidas ocasiones. Ante todo se preocupó de «comprar» algunos jóvenes esclavos para que, bien instruidos, regresaran como misioneros a su país. En el 845 los normandos, aprovechando la debilidad del Imperio carolingio, se apoderaron de Hamburgo. El arzobispo tuvo apenas tieml)o para huir: su catedral, su biblioteca, los tesoros de Ala sacristía, y una casa para sacerdotes, todo pereció pasto de las llamas. El a. 848 la diócesis de Brema quedaba unida a la de Hamburgo, y A. su propio titular,, aunque la Bula de fusión no saldría hasta el 864 ' Ello le proporcionó más personal y más recursos, con los que pudo organizar la evangelización de Dinamarca mediante el envío de misioneros; él sería el director y el organizador. Con ello pudo llegarse a la constitución de la primera iglesia cristiana en tierra danesa. Ahora podía también reemprenderse la abandonada evangelización de Suecia, en estrecha colaboración con la de Dinamarca. A. emprendió una gira apostólica por los pueblos suecos, acompañado de un misionero llamado Erimberto, que habría de quedarse en Suecia. En esta visita supo ganarse la confianza del rey Olaf, consiguiendo amplias facultades para los misioneros. De Suecia regresó a su diócesis para girar luego una visita a Dinamarca. Pero la misión de Suecia no se pudo sostener. Se reemprendería un siglo después. Por su parte, A. siguió trabajando en su diócesis hasta su muerte, el 3 feb. 865.
     
     

     

BIBL.: E. DE MOREAU, Saint Anscazre, missionnaire en Scan-dinavie, Lovaina 1930; RIMBERTUS, vita S. Ansarii, en MGH1-79; PH. OPPENHElm, Der hl. Ansgar und die Anfange des Christentzims in den nordischen Lündern. Munich 1931; H. vON SCHUBERT, Ansgar und die Anfünge der Schleswig-Holsteinischen Geschichte, Kiel 1900; L. MUSSET, La pénétration chrétienne dans l'Europe du nord et son influence sur la civilisation scandinave, en La conversione al Cristianésimo nell'Europa dell'Alto Medioevo, Epoleto 1967, 263-275.

 

A. SANTOS HERNÁNDEZ.

Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991