ACCIÓN SOCIAL CRISTIANA, ORGANIZACIONES DE
A lo largo de los
siglos, la Iglesia, no sólo ha urgido el cumplimiento individual
del mandato de la caridad, sino que se ha preocupado de
instrumentar, de forma adecuada a cada momento histórico y a las
culturas vigentes, el ejercicio eclesial o comunitario de su amor
o solidaridad por los necesitados (v. CARIDAD IV; SOLIDARIDAD).
Esta a. y atención de la Iglesia y los cristianos por los
necesitados ha tenido siempre una doble vertiente: de una parte,
la persona del necesitado; de otra, la sociedad misma. La primera
es una constante en la Pastoral de la Iglesia a lo largo de los
siglos, revistiendo formas muy variadas; la segunda se hace o debe
hacersemás intensa en los momentos de crisis o cambio social, así
como en aquellos en los que se advierte que la sociedad padece
injusticias o deformaciones estructurales, lo que en parte ocurre
siempre, pero admite acentuaciones como ha ocurrido modernamente
con la llamada cuestión social (v.).
Acción social de la Iglesia. En todo caso y de modo
permanente, existe en la Iglesia una a. que bajo diversas formas y
con diferentes nombres responde en su intención y en sus objetivos
aunque no en sus formas concretas de realización a lo que en la
actualidad se considera a. s., es decir, toda intervención
voluntaria, generalmente organizada, tendente a modificar el medio
social con el fin de mejorar o cambiar aquellas condiciones y
situaciones sociales que se consideran poco satisfactorias desde
el punto de vista del bienestar humano (A. Bizou, Vocabulaire
pratique des Sciences Sociales, París, 1966). En la actualidad, la
a. s. c. responde plenamente a esa definición, sin más diferencias
respecto a la a. s. no cristiana que unas motivaciones religiosas
o sobrenaturales (con las consecuencias que de ahí derivan) y el
hecho de que a los objetivos de carácter estrictamente temporal se
añaden unas finalidades pastorales que se plantean en línea de
«testimonio», es decir, de comunicación mediante gestos y palabras
de las verdades y vida reveladas por Jesucristo, en orden a su
libre o voluntaria aceptación por los alejados, por los no
cristianos, y por aquellos creyentes cuya fe necesita ser
reafirmada. Formas de acción social cristiana. La a. s. c. como
toda a. s. se plantea a nn doble nivel:
1) A nivel de atención directa de casos de necesidad, tanto
individuales como familiares y colectivos. Se realiza mediante el
trabajo social, los servicios sociales y la asistencia social
(v.), que son conjuntos de técnicas, servicios, profesiones y
medios específicos que, dentro de un sistema dado y en base a una
legislación apropiada, tienden a proporcionar remedios o
soluciones o a prevenir aquellas situaciones de pobreza y
marginalidad (v. PAUPERISMO) especialmente sentidas, facilitando a
los que las padecen, individual o colectivamente, medios adecuados
para que resuelvan por sí mismos sus problemas.
2) A nivel de una a. más profunda sobre la sociedad misma:
mediante la cual se intentan cambios y transformaciones, incluso
de las estructuras e instituciones sociales, de forma que
desaparezcan las causas profundas o radicales de la pobreza. En
este caso, la a. s. entraña un conjunto de esfuerzos o un
movimiento que intenta reformas de carácter político, social,
económico, institucional, cultural, educativo e incluso religioso,
con el fin de impulsar el progreso social (v. REFORMA SOCIAL
CRISTIANA), obtener el cumplimiento de la justicia social (v.) y
alcanzar un orden social (v. ORDEN III) más perfecto.
Organizaciones de acción social. Por organización de a. s.
c. se entiende toda cooperación regular entre personas y grupos
confesionalmente cristianos, institucionalizada en un organismo
permanente y cuya finalidad es la realización de la a. s. en
cualquiera de las formas descritas. A lo largo de los siglos, la
a. s. c. ha variado notablemente tanto en lo que respecto a su
planteamiento mismo como en lo que se refiere a sus modalidades
concretas, formas de realización e instituciones y organizaciones
específicas. La primera institución cristiana para la átención de
los necesitados es el diaconado, creado por los Apóstoles, una de
cuyas misiones es la de atender a los necesitados en nombre y con
medios de la comunidad cristiana. Durante siglos, los obispos
mismos crean y presiden instituciones especializadas en la
atención a los pobres. Posteriormente son las órdenes e Institutos
religiosos, especializados o no, los que realizan en nombre de la
Iglesia una acción caritativa institucionalizada. Finalmente, la
Iglesia llega a poseer una compleja red de instituciones,
asociaciones, organismos y organizaciones de acción caritativa y
social.
Entre las que nacieron en épocas pasadas y de las cuales
muchas siguen teniendo hoy gran valor se pueden citar: los
hospitales (para pobres y para enfermos), los hospicios, los
asilos (para niños, huérfanos y abandonados, y para ancianos), las
leproserías, posadas y comedores (para pobres y peregrinos),
colegios y escuelas, manicomios, obras de redención de cautivos,
casas para incurables, etc. A nivel de a. s. encaminada a corregir
la raíz misma de donde nacen las necesidades se puede recordar que
la desaparición de la esclavitud (v.), el valor dado a la dignidad
de la persona (v.) humana, la concepción de la autoridad y del
bien común (v.) entre otros hechos, demuestran la permanente
existencia de un impulso transformador de la vida social que nace
del cristianismo. Todo ello es fruto de un influjo de ideas y de
actitudes de fondo, así como de iniciativas de personas movidas
por el espíritu cristiano. Instituciones de a. s. en ese sentido
surgen en cambio en la época moderna (cosa lógica, ya que en
épocas anteriores la sociedad funcionaba de otra manera, y la
Iglesia, en este campo, sigue un desarrollo coincidente con el de
la sociedad).
Estructura actual. En la actualidad, la estructura
organizativa de la a. s. c. es extraordinariamente compleja. Esta
complejidad deriva de muchos factores: de la materia misma, ya que
la sociedad contemporánea implica una muy diversificada gama de
necesidades a las que cabe atender; de la multiplicidad de
iniciativas, ya que son muchas y diversas las instituciones de la
Iglesia, o animadas por el espíritu cristiano, que se plantean una
a. s. en cualquiera de sus formas; de las implicaciones nacidas de
las indicaciones hechas por el Vaticano II que han llevado a
diversas organizaciones a revisar sus estructuras, objetivos y
finalidades. Todo ello hace que sea prácticamente imposible dar
una visión ordenada y sistemática de las actuales organizaciones
de a. s. c., debiendo limitarnos a la sucesiva enumeración de las
más significativas.
A nivel internacional se pueden señalar las siguientes:
Confederación Internacional de Sindicatos Cristianos, Unión
Católica de Cooperación Internacional, Obra Pontificia de la Santa
Infancia, Comisión Internacional Católica para las Migraciones,
Cáritas Internacional, Misereor, CIDSE (Comité Internacional para
el Desarrollo SocioEconómico), Justitia et Pax, Pax Christi,
National Catholic Welfare Conference, Federación Mundial de las
Congregaciones Marianas, Movimiento Internacional de la juventud
Católica Agrícola y Rural, Federación Internacional de los
Movimientos Obreros Cristianos, Comité Internacional Católico de
Enfermeras y Asistentes médico sociales, Unión Católica
Internacional de Servicio Social, Unión Internacional de
Dirigentes Cristianos de Empresa, Oficina Internacional Católica
de la Infancia, Liga Católica Internacional contra el Alcoholismo,
Federación Internacional de los Institutos Católicos de
Investigaciones Socioreligiosas, Apostolatus Maris, Obra
Pontificia de la Propagación de la Fe, etc.
A nivel nacional y limitándonos a las más comunes en los
diferentes países, se pueden indicar:
La Comisión Episcopal de Apostolado Social, la Comisión
Episcopal de Acción Caritativa y Social, Cáritas Nacional (Cáritas
Diocesanas y Cáritas Parroquiales), Pax Christi, Comisión
Episcopal de Migraciones, Comisión Episcopal de Misiones, Comisión
Católica de Migraciones, Secretariado Nacional de Apostolado Rural
de Acción Católica, juventud Obrera Católica, Hermandad de Obreros
de Acción Católica, Juventud de Estudiantes Católicos,
Confederación Española de Congregaciones Marianas, Hermandad de
Oficinistas de Acción Católica, Unión de Graduados de Acción
Católica, Federación de Hermandades 'Profesionales, Hogar del
Empleado, Movimiento de las Hermandades del Trabajo, Federación de
Escuelas de Asistencia Social de la Iglesia, Instituto Social León
XIII, Fundación Pablo VI del Cardenal Herrera Oria, Acción Social
Patronal, Asociación Nacional de Propagandistas, FOESSA (Fomento
de Estudios Sociales y de Sociología Aplicada), Conferencias de
San Vicente de Paúl, Damas de Caridad, Luisas de Marillac,
Cottolengo, Salus Infirmorum, Comisión Católica Española de la
Infancia, Protección de la Joven, Protección de Menores, Mundo
Social, etc.
Actuando en los niveles internacional, nacional, diocesano y
local, existen órdenes religiosas, Institutos religiosos e
Institutos seculares, tanto masculinos como femeninos, muchos de
los cuales llevan a cabo actividades específicas de a. s. A todas
estas organizaciones cabe añadir una multitud de obras de a. s.,
entre las que podemos
citar: sindicatos cristianos, centros universitarios para la
formación social, escuelas de a. s., cooperativas, constructoras
benéficas, centros de formación profesional, partidos políticos de
inspiración cristiana, universidades, colegios, prensa,
publicaciones, radio, TV, hospitales, organizaciones
profesionales, centros de recuperación de inválidos, etcétera.
BIBL.: C. VELA, Doctrina social postconciliar, Madrid 1968; XIX SEMANA SOCIAL DE ESPAÑA, Caridad, beneficencia, asistencia social, Madrid 1959; E. WELTY, Catecismo social, Barcelona 1964; S. H. SCHOLL, Historia del movimiento obrero cristiano, Barcelona 1964; A. BIROU, Vocabulaire pratique des Sciences sociales, París 1966; R. ECHARREN, Caritas... ¿qué es?, Madrid 1967; 1. LEIPOLDT, Der sociale Bedanke in der Altchristlichen Kirche, Leipzig 1952.
R. ECHARREN YSTURIZ.
Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991