ABOMINACIÓN

Categoría: Religión Cristiana

El A. T. emplea la expresión to'eb¿íh, del verbo hebreo ti'eb, para indicar una cosa horrible, vergonzosa. La expresión se aplica sobre todo en materia religiosa. Así, 2 Reg 23, 13 llama a Molok «la abominación de los hijos de Ammón». El Deuteronomio emplea el mismo término para el culto a los falsos dioses (7, 25,26; 12, 31; 13, 15, etc.). De aquí se deriva la aplicación de «abominaciones» a los ídolos: Dt 27, 15; Is 44, 19; Ier 16, 18; Ez 7, 20; 11, 21; 16, 36. El código sacerdotal Ex 8, 22 designa con el mismo calificativo a los animales divinizados en Egipto, y Esd 9, 14, lo aplica a las naciones idólatras.
      Casi las mismas acepciones que to'eb5h tiene en el A. T. sigqus, que etimológicamente significa «cosa abominable, digna de aversión y execración». Así 1 Reg 11, 7 enumera junto a Molok, a. de los hijos de Ammón, a «Chamos, abominación (sigqus) de Moab», y 2 Reg 23, 13, llama a Astarté (v.) a. de los sidonios. El término a. (sigqus o to°ebúh) es frecuente en plural para expresar los falsos dioses en general y los ídolos que los representan: 2 Reg 23, 24; 2 Par 15, 8; Dt 29, 16; Is 41, 24; Ier 4, 1; 7, 10; 13, 27; 16, 18; 32, 34; Ez 5, 11; 7, 20; 11, 18; 20, 7.8.30; 37, 23.
      Abominación (bdélygma) en el libro de Daniel. Con el término a. (abominatio) ha traducido también la Vulgata dos textos del libro de Daniel que corresponden a la voz hebrea sigqus acompañada de mesomen o comen y que los Setenta tradujeron al griego por bdélygma ton eremoseon (9, 27) y bdélygma éphanismenon (11, 31). La raíz bdélygma en los Setenta indica fundamentalmente la aversión o repugnancia divina hacia lo que es objeto de atención por parte de Israel (cfr. W. Foerster, TWNT I, 599 ss.). Abarca las cosas impuras desde el punto de vista ritual y aquellas cosas, como los ídolos, que llevan consigo la aversión de Dios.
      El texto de Dan 9, 27 se encuentra en la famosa profecía de las 70 semanas, cuyo sentido mesiánico se entrelaza con los sucesos de la devastación de la ciudad santa y la profanación del templo. El segundo de los textos (11, 31; cfr. 12, 11) contiene la descripción del cumpli. miento de la profecía y califica con la expresión a. de la desolación la profanación del templo judío llevada a cabo durante la persecución religiosa bajo Antíoco IV. Epífanes: «A su orden se presentarán tropas que profanarán el santuario y la fortaleza y harán cesar el sacrificio perpetuo y alzarán la abominación de la desolación». ¿Qué es esta a. de la desolación que, será colocada en lugar del altar? Una doble hipótesis' o posibilidad se ofrece:
      a) Un ídolo dedicado a Júpiter Olímpico. Así parece en 1 Mach 12, 11 de la Vulgata, en que se aplica el mismo término de Daniel al acto consumado por Antíoco y que se describe así: «Aedificavit Rex Antiochus abominandum idolum desolationis super Altare Dei». Pero el término idolum es una libre traducción de la Vulgata, que es más literal y fiel a bdélygma en otro texto también de 1 Mach (6, 7): «Diruerunt abominationem quan aedi f icaverat super altare quod erat in Ierusalem». La expresión «edificar» parece que no conviene a un ídolo y, por consiguiente, se trataría de
      b) Un altar en que se sacrificaba a los falsos dioses. Esto estaría más conforme con 1 Mach 1, 62 que nos habla de sacrificios sobre un altar construido en el lugar del altar de los holocaustos. Por otra parte, el texto de 2 Mach 6, 2, que dice que el templo de Jerusalén se llamaba de
      Júpiter Olímpico, de ninguna manera exige una estatua sobre el altar, sino una dedicación al mismo Júpiter. Abominación (bdélygma) en el Nuevo Testamento. En Le 16, 15 Cristo utiliza el término para designar la aversión de Dios para todo aquello que los hombres consideran grande Apc 17, 4 ss. emplea el mismo término para las a. del paganismo. La expresión de Daniel (12, 11) que, como hemos visto, se puede referir a un ídolo o a un altar de Júpiter es empleada por Me 13, 14 con referencia al Anticristo (v.); W. Foerster (o. e., 600) deduce esta identificación de la concordancia ad sensum entre bdélygma (neutro) y estekota (masculino) y de la confrontación con 2 Thes 2, 3 ss., que habla del Anticristo «que se opone y se alza contra todo lo que se dice Dios o es adorado, hasta sentarse en el templo de Dios y proclamarse dios a sí mismo»; S. Jerónimo se hace eco de esta opinión al preguntarse si a. presagia al Anticristo, la estatua de Adriano o algo similar (PL 26, 177). Le 21, 20 parece haber designado con el término a. el asedio de Jerusalén por sus enemigos; de esa manera podría convertirse en señal para una fuga precipitada; S. Agustín había notado esta precisión aportada por Lucas: «el evangelista Lucas enseñó que tanto esta abreviación de los días como la a. de la desolación, se refieren a la destrucción de Jerusalén» (PL 33, 916).
     

BIBL.: P. BILLERBECK, Kommentar zum N. T. aus Talmud und Midrasch, I, Munich 1956, 951; C. GANCHO, Abominación, en Enc. Bibl. I, 57; W. FOERSTER, Bdélygma, en TWNT I, 598600; H. HAAG, A. VAN DER BORLA, S. DE AusE1o, Abominación de la desolación, en Diccionario de la Biblia, Barcelona 1963, 1011; L. MARECHAL, Éaangile selon Saint Luc, en PIROTCLAMER, La Sainte Bible, París 1956; G. F. MOORE, Iudaisme..., I, Cambridge Mass. 1927, 367 ss.; O. SKRYPCZAc, Abominación de la desolación, en Enc. Bibl. I, 5758; F. VIGOUROUX, Abomination y Abomination de la désolation, en DB I, 6873.

D. MUÑOZ LEÓN.

Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991