Y - Z
Yabbok. Afluente oriental del Jordán. Su curso superior constituía el límite
entre --> Ammón y los --> amorreos (Núm 21,24), y, el inferior, entre los
amorreos y Og y Basán; después de la conquista marcó la frontera entre Gad y la
parte oriental de Manases (Dt 3,16). gr
Yahveh. Nombre propio del Dios de Israel «desde el país de Egipto• (Os 13,4). Yahveh asegura con este nombre a su pueblo elegido su presencia y -ayuda constante, aunque indisponible (Éx 3; 6). Las formas abreviadas del nombre de Yahveh (Jahu, Yo, Ya) aparecen con frecuencia en los nombres teofóricos personales (Joaquín, Yoyaquím ...); formas abreviadas similares se encuentran también entre los pueblos no israelitas como nombre de Dios, pero no se sabe con certeza qué conexión pueden guardar con el Yahveh israelítico. -> Dios, --> Tetragramma. he
Yahvista (J). La más antigua de las fuentes del Pentateuco, y sus anónimos
autores. Se la llama así porque utiliza desde el principio, para mencionar a
Dios, el nombre de -> Yahveh. Su narración histórica, sostenida y continua,
abarca desde la creación del hombre hasta la construcción de la torre de Babel y
desde la promesa de Abraham hasta la conquista de Canaán por Israel (Gén 2,4b-Jue
1). El yahvista — probablemente contemporáneo de Salomón y originario del
reino del sur — ha reunido un antiguo material tradicional. Se distingue de las
demás fuentes por su modo de narrar, lleno de vida, y por su peculiar teología
de la historia. Es el primer documento bíblico que interpreta la historia de la
humanidad y del pueblo elegido, con mirada retrospectiva, como -> historia de la
salvación. Frente a la situación asalvífica y calamitosa causada por el pecado,
se sitúa la acción salvadora de Dios; frente a la culpa humana, la promesa
divina que llega a su cumplimiento. ba
Yehovista. Nombre con que se designa la reelaboración conjunta de las fuentes escritas yahvistas (J) y elohísta (E) del --> Pentateuco. Esta re-elaboración debió ser llevada a cabo después del 722 (destrucción de Sámaría) y antes del 621 (descubrimiento del Dt), porque no se percibe en ella influjo alguno deuteronómico. La tradición J se ha conservado casi íntegramente, mientras que la tradición E sólo aparece en secciones aisladas. Este hecho permite suponer qde en la reelaboración jehovista se ha partido básicamente de J y se ha recurrido a E sólo como fuente complementaria. -> Elohísta, -> Yahvista, -> Moisés (libros de). stu/g I
Yo (sí mismo). Frente a la multiplicidad de cosas cognoscibles y apetecibles, el
hombre se experimenta como ayo», como «sí mismo». Este
sencillo punto de partida de la actividad espiritual está ya siempre dado a una
con el hombre. Cuando un hombre habla lo hace siempre, reflexione o no, como yo,
como aquel que se mantiene en todo lenguaje idéntico a sí mismo. Mientras que el
idealismo se fundamenta simplemente en el yo, la nueva filosofía del lenguaje
considera que el yo se encuentra en realidad no sólo en la relación con los
objetos conocidos sino, más originariamente aún, en la relación a otro yo, al ->
tú a quien encuentra y con quien habla. La experiencia de la realidad del •sí
mismo• surge en el encuentro con el otro que es, como yo, un interlocutor, un
hablante que, por otra parte, no se identifica conmigo. «Siendo yo, digo tú (Bubber).
No sólo hablando al otro que me escucha, sino también, y sobre todo, cuando el
otro, indisponible para mí, me habla y opina, experimento que yo soy yo. Yo y el
otro, los dos nos experimentamos en la relación yo-tú, a nosotros mismos y a los
otros como principios u orígenes libres, referidos cada cual a su propio ser, y
opuestos a toda cosificación. Yo estoy llamado a mí mismo, lo que también quiere
decir que estoy llamado en mi propia responsabilidad, que constituye mi ser.
Tengo que decirme yo mismo. No puede arrebatarme esto una regulación previa que,
en cada caso, sólo puede ser material para mi decisión.
Desde una perspectiva bíblica, el hablar de Dios manifiesta el yo de Dios nunca
comprensible (cf. Éx 3,14: «Estaré presente como quien estará presente), que es
el único que llama a la vida humana a la existencia, al «yo» y al ser sí
mismo•. Pero así como el yo y el tú no se excluyen en su mutua libertad, sino
que más bien está referidos el uno al otro, menos aún excluye el yo de Dios al
yo humano. Al contrario, Dios llama al hombre por su -) nombre, es decir, le
llama a la responsabilidad (cf. Gén 3,9; Éx 33,12; Is 43,1; 62,2) y le hace
justamente ser él mismo. ca
Yoyaquím --> Joaquim.
Yugo. Instrumento de madera y cuerdas para el tiro conjunto de dos animales. En
sentido traslaticio, indica las cargas impuestas al pueblo por los señores
propios o extraños, así como la dependencia y la esclavitud mismas.
Romper el yugo es, por lo tanto, sobre todo en las profecías salvíficas, símbolo
de liberación (Is 9,3). En algunos pocos pasajes tiene esta palabra un
significado positivo: el orden de la alianza otorgado al pueblo de Dios o el
sometimiento a los mandamientos divinos. El Nuevo Testamento habla del yugo de
la -> ley como de una carga insoportable (Act 15,10; Gál 5,1), en contraposición
al yugo ligero de Cristo (Mt 11,21s). ba
Z
Zacarías (hebr. .Yahveh ha recordado»). Nombre personal frecuente en el Antiguo
Testamento.
1. Uno de los profetas menores, contemporáneo de —> Ageo y algo más joven, que
es mencionado en Neh 12,16 como sacerdote cabeza de familia. Como Ageo, se
empeñó, en los días difíciles subsiguientes al exilio, en la reconstrucción del
templo y la renovación interior de la comunidad. Las sentencias de Zacarías de
los años 520-518 a.C. han sido coleccionadas —acaso por el mismo Zacarías — en
el libro que lleva su nombre (--> Zacarías [libro del).
2. Profeta asesinado en el templo (2Cró 24,20-22); como 2Cró se encuentra al
final del canon judío, este Zacarías se identifica posiblemente con el
mencionado en Mt 23,35; Lc 11,51.
3. Padre de Juan Bautista (Lc 1, 5ss.67), esposo de -+ Isabel, de estirpe
sacerdotal, sacerdote de la clase de Abías. he
Zacarías (libro de). Undécimo escrito del libro de los doce profetas (—>
Profetas menores [libro de los]), con tres colecciones de sentencias.
1. Los capítulos 1-8 contienen sentencias del profeta --> Zacarías exactamente
fechadas, de los años 520 al 518 a.C. A la introducción, con exhortaciones a la
penitencia y la promesa de la ayuda de Dios (1,2-6), siguen ocho visiones
nocturnas, que describen, con abundancia de imágenes, la preparación de la época
salvífica (1,7-
1643 6,8); en esta sección se han intercalado oráculos explicativos y de
actualización (1,16s; 2,10-17; 3,8-10; 4,6b-10a). En 6,9-15, se describe la
coronación simbólica del Mesías rey. Los capítulos 7-8 contienen sentencias
aisladas en conexión con una pregunta sobre los días de ayuno.
Zacarías, profeta y sacerdote, clama, como los antiguos profetas, por la
renovación moral, presupuesto de la esperada salvación mesiánica que se anuncia
ya en la vuelta de los desterrados y en la recién comenzada reconstrucción del
templo. Cuando se haya completado la obra del templo, Yahveh entrará en él para
mostrar su gloria ante el mundo. Como Ezequiel, acentúa Zacarías la
trascendencia de Dios, de quien el profeta recibe la revelación divina
únicamente por medio de ángeles. La conexión de una escatología salvífica
profética con motivos religiosos nacionales hace de Zacarías un precursor del
judaísmo.
2. Los capítulos 9-14 conservan dos escritos proféticos anónimos. —>
Deuterozacarías; —> Tritozacarías. he
Zaqueo. Jefe de publicanos en Jericó. Jesús se hospedó en su casa, aunque los —> publicanos eran tenidos por pecadores (Lc 19,1-10). zi
Zaratustra --> Irán.
Zebedeo (hebr. «mi don»). Pescador y padre de Juan y Santiago el Mayor, llamados hijos del Zebedeo. Su madre Salomé pidió a Juan (Mt 20,20) los primeros puestos en la gloria para sus hijos. (En Mc 10,35 son los mismos hijos los que hacen la petición). Jesús rechaza estas pretensiones de grandeza; su camino (y por tanto también el de sus discípulos) lleva a la gloria, en la que el Padre distribuirá los puestos, a través de la pasión. zi
Zelotas. Los zelotas (celantes o celosos) formaban un grupo radical del judaísmo del siglo I d.C., llenos de un mesianismo teñido de política, cuyas raíces se remontan a la época macabaica. Habían alcanzado amplia difusión especialmente entre los galileos (cf. Act 5,37). Intentaban alcanzar su meta, que era la liberación del dominio romano, recurriendo incluso a las armas (Act 21,38: •terroristas»). Entre los doce había un Simón de sobrenombre •el Zelota» (Lc 6,15). Jesús estaba lleno de --> celo por las cosas de Dios, pero se distanció de los galileos levantiscos (Lc 13,1-3). ur
Ziggurat. Templo en forma de torre escalonada propio de Mesopotamia. En Gén
11,1-9 es símbolo de la soberbia humana contra Dios. --> Babel (torre de). we
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