N
Naamán. General arameo — Lc 4,27 le llama sirio — de Damasco, liberado de la lepra por –> Eliseo (2Re 5). he
Nabateos. Nómadas semitas del desierto arábigo, que en los siglos V-IV a.C. adoptaron la vida sedentaria y se establecieron en el límite de las tierras de cultivo. Poco a poco fueron empujando hacia el oeste a los –> edomitas, hasta que acabaron por hacerse dueños de toda la región oriental del Jordán. Consiguieron fundar un gran reino, que alcanzó su época de máximo esplendor en los siglos I a.C.- I d.C. Desde su capital, Petra, controlaban las más importantes rutas caravaneras entre la India, sur de Arabia, Etiopía y Europa. Los nabateos mantuvieron cordiales relaciones con los –> Hasmoneos y con Herodes. Su reino fue destruido en 105-6 d.C. por Trajano. he
Nabucodonosor II. Rey de Babilonia (603-562 a.C.). Siendo aún príncipe heredero,
combatió a los pueblos del occidente del imperio, sobre todo a los egipcios, a
quienes venció en Karkemis (605 a.C., cf. Jer 46,2). Una vez asentado en el
trono, emprendió varias campañas en occidente para asegurar las fronteras del
reino; el año 597 conquistó Jerusalén, llevó a Joaquín prisionero a Babilonia y
puso en su lugar como rey a Sedecías (2Re 24,10ss). Pero éste se rebeló contra
los babilonios, y Nabucodonosor conquistó Jerusalén por segunda vez (587 a.C.) y
deportó a la mayor parte de sus habitantes (2Re 25,1ss). Jer 25,9 (cf. Ez 26,7) describe a Nabucodonosor como siervo
de Yahveh, que ejecuta el castigo decretado por Dios contra Israel y contra los
pueblos.
Las inscripciones de Nabucodonosor no celebran sus campañas militares, sino casi
exclusivamente la magnificencia de las construcciones por él realizadas. we
Nacimiento. La generación y el alumbramiento son entendidos en Israel como cumplimiento del orden divino, ya que Dios ha dotado a los hombres con la bendición del poder de perpetuarse (Gén 1,26). La seguridad de la descendencia es considerada como --> promesa divina (Gén 17,19). Dios da a las estériles la bendición de los hijos (Jue 13,5), pues la esterilidad es una vergüenza (1Sam 1,5-11). –> Esterilidad. go
Nacimiento de Jesús. La historia del nacimiento de –> Jesús no es un relato histórico, sino una narración perteneciente al ámbito de la fe y situada en unas concretas circunstancias históricas. Es históricamente verificable el nacimiento de Jesús bajo --> Herodes, antes del año 4 a.C., durante el reinado de Octavio --> Augusto. Según Lc 2,1, la ocasión de que el nacimiento de Jesús ocurriera en –> Belén fue un decreto de empadronamiento general que, con todo, no aparece atestiguado con entera seguridad. El nacimiento en la ciudad davídica (Mt 2,5s) y la insistencia en el origen davídico de --> José, a través del cual el niño recién nacido es –> hijo de David, indica que este niño e3 el –> Mesías prometido por los profetas. La historia del nacimiento no hace ninguna referencia al --> nacimiento virginal. Lo que se quiere afirmar a través de los relatos prehistóricos de Mt y Lc es que el verdadero origen de Jesús — «nacido de mujer y sometido a la ley» (Gál 4,4) —, que participa en el común destino humano, se encuentra en Dios y que su filiación divina se fundamenta en una singular acción divina. –> Infancia (historias de la). ba
Nacimiento virginal. La historia de las religiones extrabíblicas no tratan el
tema del nacimiento virginal en los --> mitos griegos y orientales que hablan
del nacimiento milagroso de hombres excepcionales; los nacimientos
extraordinarios de los héroes se atribuyen casi siempre a la unión de una mujer
de la raza humana y un dios. Para el Antiguo Testamento, así como para el
judaísmo, estos conceptos sobre la divinidad (fe yahvista) son absolutamente
imposibles. Ciertamente, el –> judaísmo helenista conoce en sus narraciones
acerca del nacimiento de los hombres de Dios del Antiguo Testamento (–> Filón),
debido al influjo de las ideas egipcias referentes a la generación por el
espíritu de Dios, aunque la interpreta de forma espiritual alegórica.
Especial importancia tiene para los textos neotestamentarios la traducción de la
•joven» de Is 7,14 (hebreo) que los LXX vierten por «virgen», de tal modo que el
anuncio salvífico del profeta se entiende en el sentido de un nacimiento sin
concurso paterno. En las historias de la –> infancia (de Jesús) de Mt
(1,16.18-25) y Lucas (1,26-38) el texto de Is 7,14 es utilizado por cada
evangelista de modo distinto (Mt: --> cita reflexiva e influjo en toda la
narración, a través de los
giros lingüísticos, de Is 7,14; Lc: une más estrechamente el texto a la
narración, pero resalta perfectamente en el encargo del ángel del v. 31). Se
recurre además al motivo de la generación por el --> Espíritu Santo (Mt 1,18.20;
Lc 1,35) para reconocer a Jesús, nacido de María la virgen, como Hijo de Dios.
En la intención de Mt (1,22), Dios mismo habla ya, por medio del profeta, de su
Hijo; el ángel de la anunciación de Lc (1,35) fundamenta también en la
virginidad y en la generación por el Espíritu la –> confesión de Jesús como -->
Hijo de Dios. La historia de la tradición del texto es muy discutida. pe
Nada. La fe en un solo Dios, –> Yahveh, requerida por el decálogo, condiciona y
determina todo el pensamiento bíblico. Dios es el fundamento básico de todo ser,
la realidad que todo lo abarca. Consiguientemente, se deriva de ahí el
conocimiento de que los --> dioses de los paganos son nada ante Yahveh. No han
sido creados por Yahveh, de modo que no pueden tener existencia alguna. Los
dioses son muchas veces objeto de burla y desprecio para los profetas, dado que
su nada se demuestra por el hecho mismo de que son fabricados en madera o piedra
por manos de hombres. Comparados con Yahveh, son nada. Su existencia es negada
con aceradas frases, especialmente en el --> Deuteroisaías (Is 44,9ss). El
hombre no puede fabricarse un dios; sólo el Dios verdadero puede dar el ser.
En el Nuevo Testamento se prolongan los conceptos del Antiguo sobre la nada de
los dioses, que no son sino invenciones de la –> necedad humana (Rom 1,23). la
Nag Hammadí. Localidad del alto Egipto, donde se encontraron 13 códices de
papiro, escritos en lengua copta hacia el 400 d.C. Contienen numerosas obras, en
su mayoría gnósticas — cuyo origen se sitúa hacia el siglo II
d.C.—, y entre ellas algunos evangelios apócrifos (Evangelio de la verdad,
Evangelio de Tomás, Evangelio de Felipe). Los manuscritos del Nag Hammadí son
importantes para el conocimiento de la gnosis protocristiana y de la historia
textual neotestamentaria. we
Nahám (hebr. «consolador»). 1. Profeta de Elcosh (Nah 1,1), localidad hoy no
identificable, que después del 663 a.C. (fecha de la conquista de NoAmón = Tebas,
Nah 3,8), proclamó la caída de la capital asirla de Nínive — acaecida el año 612
— y la consiguiente liberación de Judá del aborrecido dominio de los asirios. ->
Nahúm (libro de).
2. Antepasado de Jesús (Lc 3,25).
he
Nahúm (libro de). Séptimo de los escritos del libro de los -> doce profetas. Al
título •Oráculo sobre Nínive, visión de Nahúmn (1,1) sigue un himno teofánico
(1,2-9) dedicado al Dios potente y celoso, que se venga de sus enemigos y
protege a sus fieles; posiblemente el escrito fue compuesto después de la caída
de Nínive. En 1,10-2,3, sigue una serie de oráculos de amenaza contra Nínive y
sentencias de salvación para Judá (1,12. 13; 2,1-3). En 2,4-3,17, hay una serie
de anuncios — en estilo impresionante y arrebatador — sobre la ruina de Nínive.
3,18s es una sátira que tiene también a la vista la caída de la capital asiria.
El libro de Nahúm muestra •que ni siquiera las grandes potencias mundiales,
arrastradas por su osada altanería, pueden escapar al juicio de Diqs» (Weiser) y
se sitúa así dentro de la auténtica tradición profética; si bien es oráculo de
los pueblos contra Nínive, es profecía de salvación para Judá: el gran Dios
Yahveh (1,2ss) domina poderosamente y hace justicia en la historia universal.
Posiblemente, el libro de Nahúm fue configurado en su forma actual para una fiesta cultual (cf. 2,1) en acción
de gracias por la liberación del dominio asirio. he
Nardo. Extracto oleaginoso, aromático y precioso, obtenido de las raíces de una planta de la India; se le conservaba en frascos pequeños y era empleado, igual que el -+ áloe, como perfume (Cant 1,12; 4,13s; Mc 14,3; Jn 12,3). he
Narración. Al principio aparecieron narraciones en forma aislada, breve y
cerrada en sí misma, que conservaron por mucho tiempo en la tradición oral su
fisonomía propia e independiente. Las cosas vividas y experimentadas adquirían,
por la palabra, una forma permanente.
1) No podía darse un --> mito israelítico, porque sólo Yahveh tenía derecho a la
veneración y la exigía. 2) Las -> fábulas son atemporales e in-espaciales; en
ellas la fantasía se convierte en realidad. En la Biblia se encuentran con
frecuencia motivos propios de la fábula (1Re 17,7-16; 2Re 4,1-7; Núm 22,22-35).
3) La -> saga mezcla motivos supratemporales y fabulosos con tiempos y lugares,
con una figura o un acontecimiento. En ella se transparenta la manera narrativa
popular (Gén 19: saga local; Gén 3,14ss: saga de los animales), que pretende
explicar fenómenos sorprendentes. Las sagas de tribu o de pueblo reflejan en el
destino del padre de la estirpe (Gén 4: Caín-quenitas) el destino del pueblo
entero. 4) Las -I. leyendas giran en torno a los lugares (Gén 32,25ss) o figuras
religiosas (Sam 1-3) y quieren explicar el pasado y el presente. 5) Las -->
novelas y --> anécdotas sitúan en el presente, con intención recreativa,
personas y cosas que existieron realmente en el pasado (Gén 37; 39-48; 50).
Todas y cada una de las formas literarias que se insertan en las narraciones del
Antiguo Testamento descubren la profunda concepción del aspecto religioso de la literatura
veterotestamentaria, porque en ellas se desarrollan sentencias, sobre Yahveh e
Israel, sobre Dios y el hombre. -> Arte narrativo, -> Fuentes narrativas. go
Narración de viajes. La narración de viajes es un antiquísimo género literario. Lucas reviste una gran parte de su Evangelio con la forma literaria de la narración de viajes de Jesús (de Galilea a Jerusalén: 9,51-19,28). No tiene, al proceder así, interés biográfico (según Juan, Jesús estuvo tres veces en Jerusalén), sino teológico: los tres años de su vida pública son un único viaje de Jesús hacia la ciudad santa; ésta es la meta de su vida, allí debía ser •arrebatado» (Lc 9,51; Act 1,2). «Porque no cabe que un profeta perezca fuera de Jerusalén» (Lc 13,33; cf. 9,31). ur
Narración en primera persona. Los --> profetas tuvieron justificado interés en
transmitir en narraciones biográficas en primera persona sus --> visiones y -->
sueños, que se han conservado asimismo en estilo personal directo. Los relatos
de -> vocaciones proféticas se han mantenido en esta forma para que el profeta
pueda acreditarse, tal como se dice en Is 30,8: «... grábalo en un libro y que
dure hasta el último día como testimonio para siempre.• Las narraciones en
primera persona dan cuenta de que los profetas se hallan bajo el requerimiento
de --> Yahveh y son nuncios de su palabra y de su voluntad divina. Los profetas,
que se consideran -+ mensajeros de Yahveh, transmiten su mensaje en la forma de
-+ sentencias de mensajero.
En el Nuevo Testamento, -> Pablo narra su vocación en primera persona ante el
pueblo y en presencia del rey Agripa (Act 22.26). También la narración de su
vida en los Hechos se hace en este estilo personal (Act 28,17-20; Gál 2,1-10).
go/ba
Narración experimental. Exposición literaria de acontecimientos realmente vividos, --> visiones o --> sueños, en forma de -> relato en primera persona. La visión de la vocación de Isaías, p. ej., se narra en primera persona y expone el proceso de la llamada divina como una experiencia personal (is 6,1-10). Este originario género literario de, narración experimental tuvo ya una gran importancia en la tradición oral, pues, con las experiencias narradas, el narrador aducía su propio testimonio. Más tarde, la narración experimental fue modificada, especialmente por los apocalípticos, como forma estilística literaria, para convertirse en una especie de relación de cuentas. la
Narración paralela. Concepto de la crítica literaria para designar los textos bíblicos que relatan el mismo acontecimiento, pero bajo diversas formas y por distintos autores. (Si tienen el mismo autor se habla de duplicados, p. ej., Mc 6,30ss; 8,1ss). Las narraciones paralelas se originan porque los redactores de los libros bíblicos han reelaborado y unido entre sí diversas fuentes escritas y diferentes capas de tradición. Son relativamente frecuentes en el -> Pentateuco (historias de la creación de Gén 1 y 2, etc.). La diferente exposición de un mismo acontecimiento puede ser debida también a que un autor posterior ha reinterpretado el acontecimiento desde su propia situación actual. En el Nuevo Testamento, los sinópticos ofrecen varias narraciones paralelas. --> Cuestión sinóptica. ba
Narración popular. Junto a las narraciones que, en última instancia, nacieron de
la mano de un individuo concreto (p. ej., las autobiografías proféticas) o que
al principio sólo tenían interés para grupos determinados (por ejemplo, las
historiografías de los reyes), se dan en el Antiguo Testamento ricos materiales
narrativos que se
mantuvieron vivos en el pueblo — casi siempre en forma poética — como son las
--> sagas, –> leyendas, –> fábulas, –+ novelas, –> anécdotas, antes de que los
autores bíblicos las introdujeran en sus obras. Esta fijación de la –> situación
vital es importante, p. ej., a la hora de emitir un juicio sobre el valor
histórico de la afirmación de un texto.
En el Nuevo Testamento no se dan narraciones populares, ya que las tradiciones
narrativas sobre Jesús fueron transmitidas, antes de su fijación escrita, en una
comunidad limitada, en la que la predicación apostólica pudo siempre intervenir
con fines normativos. oh
Narración rabínica. Las colecciones de literatura rabínica surgieron• después del Nuevo Testamento. Con todo, nos proporcionan una visión del mundo ambiente veterotestamentario, debido a que conservan tradiciones más antiguas. Las escasas narraciones sobre la actuación de un –> rabbí, consistentes generalmente en introducciones a sus sentencias, muestran algunas semejanzas con las introducciones neo-testamentarias a los discursos de Jesús. Los midrashim de la --> haggada, libremente configurados, es decir, narraciones tomadas del mundo conceptual bíblico, ofrecen una imagen del pensamiento de los judíos piadosos contemporáneos de Jesús. oh
Narraciones de Yahveh. Denominación que la exégesis veterotestamentaria aplica a las narraciones en que, fundamentalmente es --> Yahveh y no el hombre que habla o actúa el centro de la afirmación. En estas narraciones, el hombre llamado por Yahveh es servidor de Yahveh (1Re 17,1), sin que por eso se le degrade a la categoría de instrumento; este hombre hace visible en su época la presencia y la acción de Yahveh; en su palabra se encuentra la palabra de Yahveh. Pertenecen a esta categoría una serie de relatos de los patriarcas, de Moisés y de Samuel y muy especialmente de Elías. he
Natán (hebr. •[Dios] ha dado•). Nombre
personal frecuente en el Antiguo Testamento:
1. Hijo de David (2Sam 5,14) mencionado en el -+ árbol genealógico de Jesús (Lc
3,31).
2. --> Profeta contemporáneo de David y Salomón, figura influyente en la corte
como consejero del rey. Compuso una historia de David (1Cró 29, 29) y de Salomón
(2Cró 9,29). En nombre de Yahveh, condenó el adulterio de David con Betsabé y el
asesinato de Urías, marido de ésta (2Sam 12,1-15). Mediante hábiles intrigas
consiguió que ascendiera al trono Salomón, en lugar de Adonías (1Re 1,1140).
Natán rechazó los proyectos de David de alzar un --> templo a Yahveh; pero en
recompensa de su intención, David recibió la --> promesa: No me harás tú una
casa a mí, sino que yo te haré una casa a ti (2 Sam 7,4-17). Por esta promesa,
Yahveh entra en relación de alianza con --> David, ha elegido en David a toda su
dinastía y le ha asegurado una permanencia eterna. we
Nazareos (evangelio de los). El Evangelio de los nazareos forma parte de los escritos –> apócrifos del Nuevo Testamento; es un evangelio judeocristiano (cf. --> Ebionitas [evangelio de los], --> Hebreos [evangelio de los]) que, cuanto al contenido, tiene un fuerte parentesco con el Evangelio de Mt. Fue originariamente escrito en arameo y muy probablemente compuesto en la primera mitad del siglo II, en los círculos nazareos del ambiente sirio. ri
Nazaret. Pequeña aldea en la frontera sur de Galilea, situada sobre una colina desde la que se divisa un amplio panorama. Fue lugar de residencia de José y María (Lc 1,26ss) y patria chica de Jesús hasta que inició su vida pública (Lc 4,24). Cuando, en cierta ocasión, -› Jesús llegó e interpretó en la -3 sinagoga de Nazaret el texto de Is 61,1s, fue expulsado del lugar (Lc 4,16-30; cf. Mc 6,1-6). he
Nazireo. En Israel, hombre consagrado a Dios; originariamente, el nazireato era un carisma para toda la vida (dones de -> gracia), que llenaba al agraciado de una fuerza especial (-› Sansón). Más tarde, el nazireato se convirtió en un estadio de vida temporal, sobre la base de un voto que, según Núm 6,1-21, exigía abstenerse de beber vino, pureza cultual, prohibición de cortarse el cabello y ofrecer un sacrificio al final del tiempo del voto. Pablo pagó el sacrificio en favor de unos nazireos pobres, dando así testimonio de su fidelidad a la tora (Act 21,23s).ba
Nebó. 1. Monte de la región oriental del
Jordán, llamado también Pisgá (Núm 23,14; Dt 3,27); desde su cima contempló
Moisés la tierra prometida y en él murió (Dt 32,49; 34,1).
2. Ciudad de Moab (Núm 32,38).
3. Ciudad de Judá (Esd 2,29). he
Necedad. El mensaje de la -> cruz, de la
muerte del malhechor de Jesús, debía parecer a los hombres una necedad. Este
mensaje es, en primera línea, necedad para la sabiduría griega, que cree tener
todas las respuestas de la vida; es también necedad para los gnósticos de los
--> cultos mistéricos, que quieren salvarse por sí mismos, para llegar a ser
hombres dotados de espíritu: «El hombre puramente humano no capta las cosas del
-› Espíritu de Dios, porque son necedad para él» (1Cor 2,14). Un salvador del
mundo, crucificado, es para el hombre religioso, para el judío, un escándalo;
para el no religioso es una necedad (1Cor 1,23). Pero justamente de este ultraje
y de esta necedad de la cruz se ocupa el mensaje cristiano.
El que murió tan insensatamente, llegó a una vida nueva y definitiva; murió en
representación de los demás. Por no ser una muerte arbitraria, la muerte en cruz
de Jesús se constituyó en nueva vida. En este morir -+ por los demás ha hecho
Dios necedad todo cálculo y toda sabiduría humana (1Cor 3,19). El ser de Jesús
por los demás sigue siendo necedad para quienes viven para sí mismos y quieren,
por tanto, salvarse por sí: y fracasarán (1Cor 1,18). La vida y muerte de Jesús
es, por el contrario, sabiduría definitiva y nueva posibilidad de ser para
aquellos que quieren mantenerse abiertos al hermano y encuentran su -> salvación
precisamente en ser salvación para los demás. gr
Necesidad («es necesario»). Expresión utilizada en el Nuevo Testamento para definir una conducta que viene exigida por la ley, la costumbre, el deber o la situación, o para describir un acontecimiento que se produce por necesidad divina (principalmente, acontecimientos del final de los días y de la pasión). Esta necesidad, referida a sucesos, es, en líneas generales, ajena al Antiguo Testamento: Dios puede volverse atrás de una decisión: Jonás. Los profetas no dicen «es necesario», sino «sucederá»; con lo cual se distinguen de un apocalíptico como Daniel, que dice al rey lo que necesariamente sucederá al final de los días (Dan 2,28): Dios lo ha dispuesto todo según un plan prefijado. Desde aquí — y no desde el pensamiento griego, que conoce un destino impersonal, pero no una meta de la historia — se explica la necesidad en las profecías de los terrores del tiempo final (Mc 13,7; Ap 1,1); de este modo se consigue consuelo frente al --> padecimiento. Acaso se explique por este contexto la necesidad de la profecía de la --> pasión de Mc 8,31 (cf. Jn 3,14). No se dice por qué tiene que ocurrir la pasión, sino sólo que es voluntad de Dios. Lc, que habla con especial frecuencia en Act de esta necesidad, acentúa así que también la historia de la Iglesia discurre bajo necesidad divina. th
Naftalí. Hijo de --> Jacob y de Bilhá, esclava de Raquel, quien, con ocasión del nacimiento, explicó su nombre: «gran batalla he trabado... y he vencido» (Gén 30,8). La tribu que se hace descender de Neftalí habitó en la orilla occidental del lago de Genesaret y en el curso superior del Jordán. Si se exceptúa el caso de Baraq (Jue 4,6), la tribu no desempeñó función de importancia en la historia de Israel. El sentido del oráculo sobre Nef talí (Gén 49,21; Gt 33,23) es oscuro. we
Negación. --> Pedro, dominado por el miedo, niega a su Señor en el —> proceso de Jesús. Esta negación tiene valor ejemplar. Jesús anuncia de antemano a Pedro turbaciones de fe. Pero Pedro se apoya, para afirmar su —> fe, en sus propias fuerzas. Y así, tiene que aprender a su propia costa, en la vergonzosa negación, que la firmeza es un don de Dios y que pide ser confirmada por los compañeros de la fe (Lc 22,32.54ss). do
Negación de Dios. Negar a Dios significa
poner en duda su poder de obrar. El que niega a Dios se conduce como si no
hubiera un Dios castigador de los pecados. Para el hombre —> piadoso, esta idea
y este comportamiento constituyen una grave injuria. Negar a Dios es —> necedad.
Se niega a Dios para desligarse de los lazos que nos unen a él y para despreciar
su —> ley y sus preceptos. Se duda, pues, no de su existencia, sino de su
intervención (ateísmo práctico). Los negadores de Dios seguros de sí mismos
dicen: Yahveh no hace ni el bien ni el mal• (Sof 1,12). Contra esta conducta se
dirige el profeta Sofonías, amenazando con el —> día de Yahveh. go
Negación de sí mismo: Consiste en la capacidad de prescindir por entero de sí mismo y ponerse totalmente al —> servicio de Cristo (Mc 8,34). A cada individuo se le exige radicalmente que odie a su padre, a su madre, a su mujer y aun a su propia vida, si quiere ser discípulo de Jesús (Lc 14,26), es decir, debe mantenerse libre de todo vínculo humano. Naturalmente, el hombre no puede alcanzar con sus solas fuerzas semejante grado de renuncia, sino que recibe la fuerza de Jesús, que ha recorrido, para dar ejemplo, este camino, ha negado a su madre y su familia (Mc 3,34) y ha tenido su vida en nada para cumplir la —> voluntad de Dios. --> Discípulo, —> Seguimiento. do
Negligencia. Según la literatura sapiencial del Antiguo Testamento la negligencia es desagrado ante el trabajo y placer de dormir, actitudes que conducen fácilmente a la pobreza (Prov 6,6ss). El Nuevo Testamento va más allá de la interpretación popular de esta palabra. El día del juicio habrá que rendir —> cuentas. Y entonces se verá claro que la negligencia consiste en la desgana en llevar adelante, en explanar los dones recibidos de Dios. El talento ha sido enterrado (Mt 25, 24ss), el corazón se ha apegado a los goces y alegrías terrenales y no ha hecho nada por acomodarse al —> reino de Dios y extenderlo (Lc 21,34); los dones naturales y la pertenencia al --> reino de Dios han sido baldíos. Rechazar la negligencia es, pues, el presupuesto para vencer en la lucha de esta vida contra el -+ pecado (Heb 12,1). do
Nehemías --> Nehemías (libro de).
Nehemías (libro de). Este escrito formaba originariamente un solo libro junto
con el de Esdras y hablaba de la actividad de Nehemías en Jerusalén, ciudad de
la que fue gobernador en nombre del gobierno persa.
A pesar de las numerosas dificultades internas y externas, Nehemías consiguió
construir en poco tiempo los muros de la ciudad (c. 1-7). Una vez que --> Esdras
hubo leído la --> ley (c. 8) y el pueblo hubo hecho penitencia (c. 9), la
comunidad quedó obligada al cumplimiento de la ley (c. 10) y los muros fueron
consagrados (c. 12).
Nehemías volvió por segunda vez a Jerusalén para llevar a cabo nuevas reformas
(c. 12). La base del libro son las memorias del mismo Nehemías, escritas en
primera persona (1,7; 10; 12,27-43; 13), a las que añadió las listas de familias
que regresaron del exilio (c. 7) y las de aquellas que colaboraron en la
construcción de la muralla (c. 3). El libro de Nehemías alcanzó su forma
definitiva por obra del cronista, que amplió las memorias de Nehemías con nuevas
listas (p. ej., la lista de los habitantes de Jerusalén y Judá, c. 11) y con las
memorias de Esdras (c. 8.9). Junto con 1 y 2Cró, los libros de Esdras y Nehemías
constituyen la llamada «obra histórica del cronista•. El proceso literario
estaba ya concluido en el siglo III a.C. we
Nicodemo. Mencionado únicamente en Jn (31ss; 7,50ss; 19,39). —> Rabino judío
instruido, formaba parte del --> sanedrín y seguía las doctrinas de los -->
fariseos, partido popular acusadamente religioso, ortodoxo y enemigo de los
romanos (nosotros diríamos que Nicodemo lo era todo en una pieza: profesor de
teología, diputado y alto funcionario del partido). Según Jn 3,2, visitó a Jesús
de noche, para informarse, con toda paz, del mensaje de Jesús. ¿Qué es necesario
para la salvación? He aquí la pregunta que planteó Nicodemo. Con su informe
narrativo sobre esta conversación demuestra Juan la incomprensión del judaísmo
rabínico frente al —> Evangelio de Jesús.
Los otros dos pasajes muestran a Nicodemo como partidario secreto de Jesús, que
aprovecha su posición para
intervenir en favor del Señor (ciertamente sin resultados positivos, 7,50ss) y
para proporcionarle, junto con José de Arimatea, una sepultura digna. hi
Nicodemo (evangelio de). Llamado también Actas de Pilato. Escrito en la primera mitad del siglo V d.C., describe noveladamente el proceso, el ajusticiamiento y resurrección, así como una visión del descenso de Jesús a los infiernos. El material es, en parte, mucho más antiguo. mo
Nicolaítas. Según los breves informes del Apocalipsis (c. 2), fueron herejes cristianos de tendencia gnóstica. Al «conocer los secretos de Satanás» (2, 24), es decir, al conocer la esencia de Satanás, quedan liberados de su poder, de modo que pueden ejecutar sin riesgo las obras del demonio: «comer carne sacrificada a los ídolos» y practicar la «incontinencia•. Sólo el conocimiento aporta la bienaventuranza, sin necesidad de trasladarlo al terreno de la acción moral. do
Nigromancia —› Consulta a los muertos.
Nínive. Antiquísima ciudad a orillas del Tigris, fundada, según Gén 10,11s, por Nimrod. Nínive poseía un Importante templo a ishtar y, a partir del siglo VIII a.C., fue la capital de Asirla. Por obra principalmente de Senaquerib (cf. 2Re 19,36) y Assurbanipal (la biblioteca) la ciudad fue embellecida con magníficos templos y palacios. El año 612 a.C., babilonios y medos, aliados, redujeron a ruinas la ciudad. A este suceso se refieren los oráculos de amenaza de Nah 1-3 y Sof 2,13-15. Nínive habría sido el escenario de la predicación de Jonás. we
Niño. Los niños son considerados en el Antiguo Testamento como un don de Dios (Gén
33,5); manifiestan que Dios es por un lado creador y por otro bienhechor
benevolente. Una descendencia numerosa se considera, por
consiguiente, como una alta dicha (Sal 127,3) y la esterilidad como vergüenza.
Respecto de los niños, los padres ocupan el lugar de Dios, de modo que pueden
disponer de ellos (Éx 21,7), pero también es incumbencia de los padres
alimentarlos y educarlos, sobre todo en el aspecto religioso (Dt 4,9). Dada la
ingénita tendencia al mal (Sal 51,7) la educación es una tarea urgente. Por
todas estas razones, el niño tiene la obligación del temor reverencial y la
obediencia (Éx 20,12 y los --> proverbios sapienciales del Antiguo Testamento).
Así visto, el niño depende totalmente de su padres, está referido y entregado a
ellos.
En el Nuevo Testamento se aceptan básicamente las ideas del Antiguo. Repetidas
veces se propone a los niños como ejemplo y campo de aplicación del amor
servicial (Mt 7,27). Los padres, que son propiamente «señores de sus hijos,
deben tratarlos con sumo respeto y cordialidad. -> Jesús es un prototipo de esta
conducta (Mc 10, 13-16).
Los niños son, además, tipo de la debilidad del hombre y de su total dependencia
respecto de Dios (Mc 10,15). Jesús propone esta situación a sus -> discípulos
como ejemplo de su actitud frente a Dios (Mt 18,1-6). En las --> «tablas
domésticas», formula la primitiva Iglesia equilibrados principios de
comportamiento familiar (por ejemplo, Ef 6,1-4) que, aun no siendo típicamente
cristianos, estaban llamados a regular la conducta de los cristianos en el
ámbito de las estructuras sociales de aquel tiempo.
El niño es significativamente importante, desde el punto de vista teológico,
sobre todo en las numerosas sentencias sobre la -> filiación divina. Con todo,
en ellas no se trata ya del niño en su sentido directo e Inmediato, sino en
sentido trasladado, es decir, en el sentido de la relación con Dios de los
adultos, que deben considerarse y comportarse ante Dios como niños. hl
Niños (sacrificio de). 1. Según una concepción antigua, el -> primogénito
pertenecía a la divinidad, a la que debía ser sacrificado. También el Antiguo
Testamento conoce esta obligación; pero dado que Yahveh aborrece todo -->
sacrificio humano (Jer 7,31; Lev 18,21; 20,2ss; cf. Gén 22,1-19), en Israel se
rescata al --> primogénito (Ex 13,12s; Núm 3,44ss).
2. Al igual que los paganos (Mesha, 2Re 3,27) también los israelitas, en caso de
necesidad, intentaban aplacar a la divinidad inmolando sus hijos a
Molok (Jue 11,30ss; 2Re 16,3; 21,6: Sal 106,37s; cf. Miq 6,7). he
Nisán. Primer mes (marzo/abril) del calendario judío, con el que comenzaba el año religioso (en el año civil, el mes séptimo). La --> pascua se celebraba del 14 al 21 de nisán. El nombre es de origen babilónico. ba
No cristianos. El intento por determinar bíblicamente la relación entre cristianos y no cristianos fracasa ante el hecho de que existen contradicciones en las sentencias de la Biblia sobre este problema. Las posiciones dentro de la primitiva comunidad son paradójicas. Por un lado, la comunidad afirma: quien no está con nosotros, está contra nosotros (Lc 9,50: variante), con lo que se sitúa en primer plano la -> exigencia absoluta del cristianismo (p. ej., Jn 14,6) y se entiende de modo radical el mandato misional (Mt 28, 18-20). Pero, por otro lado, hallamos tolerancia frente a los no cristianos: quien no está contra nosotros, está con nosotros (Mc 9,40). Esta paradoja dentro de las relaciones cristianas con los no cristianos puede descubrirse a lo largo de toda la historia del cristianismo y de su Iglesia (o de las confesiones). El mandato misional y la exigencia absolutista pueden imponerse de modo radical cuando el cristianismo y su Iglesia son poderosos y están internamente consolidados. La impotencia y la desunión interna obllgaron a la Iglesia a ser tolerante frente a hombres de otras ideas y creencias, aunque frecuentemente las Iglesias defendieron sus exigencias absolutistas con métodos inquisitoriales. En el seno de las ciencias teológicas cristaliza hoy la imposibilidad de determinar concretamente lo propio y peculiar del cristianismo, de la fe y de la Iglesia. Por ende, la exigencia absolutista del cristianismo pierde su radical intolerancia y la --> misión cristiana se traslada a una --> práctica eclesial cristiana del mandamiento del amor, que se utiliza desde una óptica secularizada. Como criterio de la praxis eclesial, el precepto del amor se convierte en criterio de las relaciones entre cristianos y no cristianos. La tolerancia frente a los no cristianos — sean de otras creencias (religiosas extrañas), marxistas o humanistas — se convierte en consecuencia práctica del precepto cristiano del amor para cada individuo y para la Iglesia. Dentro del núcleo de ideas humanas de los movimientos marxistas o humanistas encuentra la Iglesia cristiana aspectos de su propia proclamación. Lo cristiano y lo humano empujan, como ética cristiana o marxista o humanística, hacia una transformación del mundo que proporcione a los hombres una existencia más digna. El precepto del amor sigue siendo el criterio eticocristiano, tanto para las relaciones entre cristianos y no cristianos como también para una acción conjunta con los no cristianos. fr
No más. La muerte y --> resurrección de Jesucristo han quebrantado y removido lo
viejo y pasado de la historia humana, han producido una --> época de transición
y cambio. Si hasta ahora el hombre se sabía alejado de su origen (Creador) y de
sí mismo y llevaba una vida alienada (-> Pecado), si todo en su existencia era
caduco (--> Muerte) y vivía bajo la --> ley de muerte, ahora, a partir del
acontecimiento salvífico en -> Cristo, tiene la
-> posibilidad de no vivir ya más bajo estas viejas realidades, o, al menos, de
no dejarse ya determinar por ellas. Cristo ha abierto nuevas dimensiones. El que
a él se adhiere debe y puede no vivir ya más bajo el dominio esclavizante del
pecado; en su vida se han iniciado valores permanentes y llenos de contenido. El
cristiano debe asir las nuevas posibilidades de Cristo, no puede caer ya bajo
las viejas realidades, como si Cristo no hubiera resucitado; no puede ya
acomodarse al tiempo mundano y alienado del pasado, al antiguo -> eón (Rom
12,2).
Este ya •no más• no significa que
el hombre sea sacado de las condiciones de vida y de las realidades humanas hasta ahora vigentes; significa la
posibilidad y la exigencia de situarse
en una realidad nueva que está en
devenir; significa dar el adiós a la ->
alienación de sí mismo, rompimiento
del antiguo estar encerrado en sí,
apertura al tú humano, entrada en el
-> futuro de Dios. •No más• significa
ruptura con el ayer y apertura a la
nueva dimensión de Cristo. -> Aún no.
gr
Noche. El hombre experimenta la noche como algo hostil, terrible, amenazador,
emparentado con la muerte (Sal 91,5). Pero, para aquel que sabe mirar a través
de ella y la soporta con esperanza (Sal 130,5-7), es también tiempo de silencio
creador, del que brota el nuevo día luminoso. Esta ambivalencia de la noche y su
duración temporal le confieren en la Biblia el pleno sentido humano de señal salvífica. En ella habla el Señor; en ella acontece y se decide la -+ salvación
(Sab 18, 14ss). En ella libera Yahveh a su pueblo (Ex 12,42), custodia e ilumina
con columna de fuego su camino (Éx 13, 21ss).
Pero a los enemigos de Israel, la misma noche trae oscuridad y extravío (Ex
14,24; Is 15,1).
El Señor dispone del día y de la
noche (Sal 74,16; 139,12). Para el hombre, la noche es tiempo de prueba (Sal
17,3) y decisión en orden al –> día de Yahveh, que irrumpe como –> juicio y –>
tinieblas (Am 5,18; Miq 3,6) sobre los hombres desleales, mientras que, para los
justos que mantienen la esperanza, es --> luz radiante de un día sin noche (Zac
14,7; Ap 21,25; Is 26,19; Dan 12,2; Col 3,1). Desde que Jesús, como Mesías,
atravesó la noche de la traición (1Cor 11,23), del abandono (Mt 26,31.40; 27,
45; Mc 14,50), de la hostilidad y lejanía de Dios (Jn 13,30) y la cambió
radicalmente en resurrección y nueva creación, toda inseguridad, confusión e
indecisión humana es ya tiniebla hostil a Dios. En Cristo, luz del mundo, se
decide si la noche se hace en él luminosa o se entenebrece definitivamente (Jn
9,4; 11,10). En efecto, la plenitud del reino de Dios ha avanzado, el día está
ya por apuntar (Rom 13,11s), el --> esposo llega (Mt 25,6), el lucero matutino
asciende hacia los corazones de los creyentes (2Pe 1,19), puesto que éstos son
hijos del día y de la luz (1,Tes 5,5; Ef 5,8), su pensamiento no está ya en
tinieblas, su corazón no está endurecido (Ef 4,18), sus ojos no están ciegos,
sino que su rostro refleja abiertamente — aunque todavía como en un espejo — la
--> gloria del Señor (2Cor 3,18). ho
Nodriza. Núm 11,12 emplea la imagen del amor de la nodriza para expresar las relaciones entre Moisés e Israel. Pablo la utiliza para significar el modo y estilo de su predicación. Se ha comportado con la comunidad de Tesalónica como una nodriza que cuida con cariño a sus niños (1Tes 2,7), pues el Evangelio es siempre palabra que cautiva. gr
Noé (hebr. «descanso»;Gén 5,29 lo interpreta como •consolador•). Último de los
diez --> patriarcas, hijo de 'Lamek (5,28), cultivador de campos y viñas (9,20).
El acontecimiento decisiyo de su vida fue el -+ diluvio, de cuyo castigo aniquilador fue salvado, junto
con su familia, por Dios. Después del diluvio, Dios concluyó con Noé una -->
alianza, cuya señal es el --> arco iris (9,1-17). A través de sus hijos Sem, Cam
(Canaán) y Jafet, Noé es el nuevo progenitor de la humanidad.
En los oráculos de Noé (Gén. 9,25-27), maldice el patriarca al desvergonzado
Canaán, que deberá servir a sus hermanos.
En el judaísmo, los escritos apocalípticos (Libro de Noé) presentan el diluvio
como una amonestación frente al juicio que irrumpirá súbitamente; Noé mismo es
descrito como hombre justo (Ecl 44,17). Ambas ideas se encuentran también en el
Nuevo Testamento (Mt 24,37-39; Heb 11,7; 1Pe 3,20). we
Noé (libro de). –> Noé.
Noé (oráculo de) –> Noé.
Nómadas. Pastores que se trasladan con sus rebaños, recorriendo regularmente los pastos de las estepas entre las regiones cultivadas y el desierto. Son características de los nómadas la agrupación de varias familias en una --> tribu, la –> hospitalidad, el derecho de asilo y la –> venganza de la sangre; su religión está casi desligada de todo culto y creen en un Dios (celeste) personal. Los seminómadas son nómadas en –> proceso sedentario. --> Beduinos. he
Nombre. Elemento constitutivo esencial de la personalidad, porque el que no
tiene nombre no existe (cf. Ecl 6,10). En la mentalidad bíblica, se tiene la
convicción de que el nombre expresa algo sobre la esencia y las cualidades del
que lo lleva. Tiene múltiple aplicación la sentencia: •Es tal como su nombre
indica: necio se llama y necedades hace• (1Sam 25,25). Al preguntar por el
nombre, se pregunta por la persona, su existencia y su poder; conociendo el nombre, se tiene poder sobre el que lo lleva (cf. Gén 32,30;
Jue 13,17). Por tanto, al pronunciar el nombre, se puede disponer de una cosa o
de una persona. Los animales sólo existen con el nombre que les da el hombre; al
darles nombre, dispone el hombre de ellos (Gén 2,19s) y establece el dominio que
Dios le ha concedido (Gén 1,28). Cuando alguien escribe el nombre de Dios en su
mano, reconoce que le pertenece a Dios (15 44,5).
El nombre que los padres dan al hijo expresa algo de las esperanzas que ponen en
él. En el nacimiento de Caín se ponen en boca de Eva las palabras. •Con ayuda de
Yahveh he ganado un hijo• (Gén 4,1; cf. 1Sam 1,20). La Biblia interpreta el
nombre de Jacob como •engañador» o •suplantador• (Gén 25,26; 27,36). Este
nombre preside la historia de su vida, hasta que, después de la pelea nocturna
en el vado del Yabbok, se le cambió por el de Israel, contrincante de Dios,
porque luchó con Dios y con los hombres y venció (Gén 32, 29; cf. también el
cambio de nombre de José, a quien el faraón llamó Safenat-Panéaj, Gén 41,45). Al
poner a las personas nombres de animales (Débora: abeja; Jonás: paloma), se
desea que las cualidades características del animal pasen a la persona que lleva
el nombre.
Es frecuente hallar nombres personales que comienzan con la sílaba yo, forma
abreviada de Yahveh (p. ej., Juan [hebr. yohanan]: Yahveh ha tenido compasión;
Jonatán: Yahveh ha dado) o con la sílaba el, que significa Dios (p. ej.: Eliseo
= Dios ha ayudado; Elcana = Dios ha hecho). Tales nombres quieren describir la
relación del que los lleva con Dios (cf. Gén 29,31ss). Lo mismo indican también
aquellos nombres que garantizan la gracia de Yahveh (cf. Is 7,14: Emmanuel =
Dios con nosotros; Is 9,6; Jer 23,6: Yahveh nuestra justicia.
Cuando es Dios quien da expresamente nombre a un niño, el nombre tiene casi siempre significación
profética. El profeta Oseas debe llamar a su hija •no hay compasión» para
expresar la relación entre Yahveh y el pueblo de Israel, que ha sido infiel. A
su hijo debe llamarle •no mi pueblo•, para simbolizar la separación entre Yahveh
y el pueblo, que se niega a cumplir la alianza (cf. Os 1,6.9). El nombre del
hijo del profeta Isaías (•pronto saqueo•, «rápido botín.) debe ser señal en
favor de la verdad de la proclamación profética, pues anuncia, mediante este
nombre, la inminente caída de Samaria y Damasco.
En la asignación del nombre y en el nombre mismo se encuentra, en el fon do, la
fe en el poder del nombre y su vinculación íntima con el que lo lleva. La
significación profética de un nombre se advierte bien en la asignación del
nombre a Juan Bautista (Lc 1,13) y a Jesús (Lc 1,31; Mt 1,21). Cierto que en
estos pasajes no se ofrece una interpretación de los nombres, pero cuanto se
dice de Jesús y Juan, y todo cuanto hacen, se encuentra ya en sus nombres. En el
nombre de Jesús, se expresa la misión de Dios. Dios quiere ser, por Jesús,
liberador de los pecados (Mt 1,21; –> Nombre de Dios), tal como se dice en el
profeta Sofonías: .Yahveh, tu Dios, está en medio de ti ¡un poderoso salvador!•
(3,17).
El nombre describe bajo múltiples aspectos la tarea encomendada al que lo lleva
(Mt 16,18; cf. Jn 1,42, Simón Pedro), hasta tal punto que puede hablarse de una
vinculación indisoluble entre el nombre y el nombrado; más aún: la tarea
indicada por el nuevo nombre puede ser ya, sin más, el nombre mismo (Act 2,14).
Así, a los hermanos Santiago y Juan se les da el nombre de Boanerges, es decir,
hijos del trueno (Mc 3,17) a causa de su celo. El valor de esta asignación del
nombre radica en el hecho de que es Jesús quien lo da y, por
lo mismo, promete a los que lo llevan un gran poder de testimonio.go
Nombre de Dios. El nombre más antiguo aplicado a Dios es -+ El, cuya
significación fundamental sería, acaso, la de «ser fuerte•, «tener poder».
Frecuentemente lleva otros sobrenombres complementarios, p. ej., el elyon (Gén
14,18) = Dios altísimo; e! shadday = Dios todopoderoso (Gén 17, 1); Jacob conoce
a El de Betel (Gén 35,7).
Junto a estas denominaciones, aparece también la de —> Elohím. En su morfología
externa es un plural, pero idiomáticamente se comporta casi como singular; acaso
tras este hecho se halle la concepción de que Elohím incluye en sí todas las
divinidades y engloba en una unidad personal todas las fuerzas divinas.
En la tradición israelita, permanece también vivo el recuerdo del Dios de
Abraham (Gén 26,24), del progenitor de Isaac (Gén 31,53b), del fuerte de Jacob (Gén
49,24), en una palabra, del Dios de los padres (Éx 3,6;6,3). Con la tradición
del Dios de los padres se da la mano la tradición de la revelación del nombre de
—+ Yahveh en Ex 3,14ss. En ella se manifiesta lo nuevo del anuncio y de la
entrega del -+ nombre divino. Además, precisamente al aludir a lo ya sabido y
anteriormente sucedido, se presente a Yahveh como aquel que es ya conocido, como
el Dios de los padres (cf. Éx 6,2s). Esta alusión a la historia pasada de Dios
con los padres es, evidentemente, el elemento decisivo, pues, en el fondo de la
designación: «Yo soy el Dios de tu padre», está actuando toda la historia de la
guía divina, de la —> bendición y de la —> promesa incluida en ella.
Al anunciar su nombre, no quiere decir Yahveh cómo es, sino cómo quiere
manifestarse a —> Israel. Manifiesta su existencia, y se revela como una persona significativa. «Yo soy el que soy» es una expresa
insistencia en una fuerza existencial, para dar así forma palpable a la
constante capacidad y disposición de comprometerse en favor de Israel. Hay aquí
una interpretación que Yahveh da de sí mismo, una afirmación de su dominio de la
historia: yo estoy aquí, con poder para ayudar. Este nombre quiere ser una
promesa y una garantía para los hombres que se hallan en una situación sin
salida y no tienen esperanza alguna de liberación. Al dar su nombre, Yahveh deja
de ser el --> Dios lejano, para ser el Dios cercano, que está siempre presente
para todo el que le invoca. El nombre es garantía de una intervención eficaz en
caso de apuro. Al dar su nombre, se pone Yahveh en manos de su pueblo y de sus
elegidos: «yo haré pasar ante tu vista toda mi bondad y pronunciaré delante de
ti el nombre de Yahveh; pues hago gracia a quien hago gracia y tengo
misericordia con quien tengo misericordia» (Éx 33,19; cf. Éx 34,6). Se afirma
aquí la presencia constante de Yahveh siempre que se le invoca y un hombre
confía en él. Cuando un hombre se acerca a Dios, Dios está también cercano,
puesto que Yahveh es un Dios que actúa poderosamente en la historia (cf Éx 20,2;
Ez 20,5). En definitiva, el nombre de Dios es una especie de duplicado de la
esencia de Yahveh. En los lugares santos se alzaba un altar y se invocaba el
nombre de Yahveh (Gén 12,8; 13,4). El nombre de Yahveh debía ser santificado (Is
29,23) al ver las obras de sus manos, ya que en él se encuentra el poder (Sal
20,8), la bendición (Dt 10,8) y la maldición (Sal 44,6).
Jesús requiere de sus discípulos que glorifiquen (Jn 12,28) y santifiquen (Mt
6,9; Lc 11,2) el nombre de Dios. El nombre de Dios es aquel aspecto de la
esencia divina que se vuelve a nosotros, ya que para esto ha venido Jesús al
mundo, para manifestar a los hombres el nombre de su Padre (Jn 17,6.26).
Jesús se dirige a Dios como a --> Padre (Jn 17,1; cf. Mt 6,9 par.) y le revela
como Padre que da muestras de su amor (Jn 3,16; 14,8ss; 17,26). El nombre de
Dios recibe en el ser paternal su contenido, pues en Jesucristo Dios es Padre y
reconciliador del mundo. Los creyentes serán incluidos en el ámbito de la fuerza
del nombre divino y preservados así del maligno (Jn 17,11s.21), incluso cuando
Jesús haya abandonado el mundo; efectivamente, el amor paternal de Dios a Jesús
estará también en los creyentes (Jn 17,26). Los discípulos serán recibidos en el
ámbito de dominio de la divinidad, tal como se dice en el mandato de misionar y
bautizar (Mt 28,19). El nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu expresan la
incorporación a la común esencia divina.
El nombre de --> Jesús fue expresamente impuesto por Dios (Mt 121; Lc 1,31; Flp
2,9) y se interpreta como «él salvará a su pueblo de sus pecados» (Mt 1,21). El
nombre de Jesús contiene en sí lo que es afirmación definitiva del Nuevo
Testamento, a saber, que ha sido eliminada la separación entre Dios y el hombre
y que en Jesús marcha ya hacia su pleno cumplimiento la espera del Antiguo
Testamento (Act 10,43). Las afirmaciones que hace Jesús acerca de sí mismo,
introducidas con el «yo soy» (cf. Jn 6,35.51; 8,12; 10,9 y otros), repiten la
afirmación veterotestamentaria: «yo soy Yahveh» (cf. Éx 3,14; Is 42,8; Ez 5, 13,
etc.) y quieren presentarle como el revelador. Hay asimismo en estas
afirmaciones una pretensión absoluta (Jn 10,12.14: «buen pastor»; Jn 15,1. 5:
«vida verdadera»), según la cual los suyos no pueden vivir sin él y sólo en él
está la salvación (Act 4,12); en su nombre se da la salvación (cf. Act 10,43;
1Cor 6,11), pero también el juicio, pues, efectivamente, quien no cree en su
nombre ya está juzgado (Jn 3,18).
La designación que hace Jesús de sí mismo como —> Hijo del hombre, aparece
únicamente en los Evangelios. El significado es muy discutido. Es seguro que
Jesús se sirvió de la espera del Hijo del hombre (cf. Dan 7,13s) para expresar
su segunda venida como juez ' al final de las tiempos (Mc 8,38; Lc 12,8s). Jesús
es el —> Hijo de Dios (Lc 1,35; Mt 3,16s; Le. 9,35; Mt 17,5) y el nombre de Hijo
es, por antonomasia, el nombre de Jesús (Heb 1,5). El mismo Jesús se designó
como Hijo de Dios (Mt 11,27), para subrayar su origen divino (Jn 1,14.18).
El nombre de --> Señor (kyrios) que en los LXX es la traducción de Yahveh, es
también el nombre de Jesús (FIp 2,9s). Este nombre de Señor es, a una, nombre de
Dios y nombre de Jesucristo, y, por ende, el nombre sobre todo nombre (cf. Ef
1,21; Ap 19,16).
Jesús es llamado también rey de reyes (Ap 19,16). Ante Pilato reconoció de sí
mismo que era —> rey (Jn 18,37). Su dominio real está ciertamente oculto (cf. Mt
2,2: adoración de los magos; Mt 21,5: entrada en Jerusalén; Mt 27, 29 par.:
burlas, coronación de espinas, etc.; Jn 18,36), pero apunta hacia el reino que
se hará visible a todos al final de los tiempos (Mt 25,34; Ap 17,14).
Junto a estos nombres se encuentran otros como «sacerdote» (Heb 5,6), «cordero•
(Jn 1,29; cf. Jn 19,30s; 1Cor 5,7; 1Pe 1,19; Ap 5,6, etc.), «profeta» (Jn 6,14),
«Palabra» (Jn 1,1-3; Ap 19, 13) y finalmente «Emmanuel» (Mt 1,23), «león» (Ap
5,5) y «esposo» (Mt 9,15; 25,1).
Creer en el nombre de Jesús significa (Jn 2,23) admitir su misión mesiánica,
porque Dios intervino maravillosamente en la muerte y resurrección de su Cristo
(cf. 1Cor 15,20ss).
Los discípulos, en cuanto situados dentro del ámbito de acción eficaz de
Jesucristo, pueden actuar en su nombre (Lc 10,17; Mt 18,5; Act 3,6; 4,10 y
otros), pues Jesús está presente en su nombre.
Vocación de los creyentes es glorificar en sí mismos el nombre de Señor Jesús
(2Tes 1,12), para llegar así también ellos mismos a la gloria. Quien invoca el
nombre de Jesucristo, pertenece a la comunión de los santos (1Cor 1,2) así como,
a la inversa, el nombre de Cristo se pronuncia sobre ellos (Sant 2,7) y con él
se denominan (Act 11,26). go
Nombre de entronización. El ritual egipcio de la coronación nos hace conocer
la costumbre de que, a su ascensión
al trono, el rey recibía un nuevo -->
nombre. Es posible que esta misma
costumbre existiera entre los reyes
de Judá. El hecho consta con certeza
en los casos de Joaquín y Sedecías.ba
Nombre (imposición de). Elegir el --> nombre que se imponía al niño era,
normalmente, competencia de la madre (cf. Gén 29,31-30,24; 1Sam 1,20), o, con
menor frecuencia, del padre (cf Gén 16,15; Éx 2,22), y tenía lugar
inmediatamente después del nacimiento. En numerosas ocasiones, el nombre estaba
motivado por las especiales circunstancias que se daban en torno al nacimiento (Gén
35,18; ben oni = Benjamín, «hijo de mi dolor»). Llamar a un hombre por su nombre
significa tener poder sobre él. Así se explican los cambios de nombres (Gén
32,29: Jacob por Israel; Gén 41,45; 2Re 24,17; Matanías por Sedecías).
A los ocho días del nacimiento, se circuncidaba a los niños y era en esta
ocasión cuando, en la época neotestamentaria, se les imponía el nombre (cf. Lev
12,3; Lc 1,59ss; 2,21). Era frecuente dar a un niño el nombre del abuelo o del
padre (cf. Lc 159). —> Nombre de Dios. go
Nombres simbólicos. Expresan algo acerca de quienes imponen el nombre esperan de los que lo llevan. Esta esperanza se refiere con mucha frecuencia a la relación entre el portador 1075 del nombre y Dios. Así, p. ej., Juan significa «Yahveh ha hecho gracia» o «Yahveh se ha compadecido». Cuando este nombre simbólico le viene asignado por Dios a un niño ya antes de nacer, tiene normalmente una significación profética. Por eso a María se le encarga llamar a su Hijo --> Jesús, esto es, salvador (Lc 1,31). do
Norma. La predicación cristiana transmite normas de --> fe y de comportamiento
cristiano (--> Práctica), que se condicionan mutuamente. Las normas bíblicas
fundamentales son la —> libertad ante la --> ley y el —> amor (Rom 8,12). Con la
confesión del dominio de Cristo (--> Reino de Dios), el cristiano cae, en la fe,
dentro de la dialéctica del amor y de la libertad ante la ley, y, por
consiguiente, también de la libertad ante las normas. Las --> parénesis del
Nuevo Testamento no son para los cristianos líneas de comportamiento
eticomorales válidas para todos los tiempos, sino que están condicionadas por el
tiempo, en cuanto utilizan un lenguaje de rasgos concretos, en el seno de una
sociedad ya históricamente dada y condicionada de antemano.
La libertad ante la ley no es ni anarquía desenfrenada ni acomodación a las
normas bíblicas tradicionales o sociales. La libertad de la —> filiación divina
otorgada en el reino de Cristo (Gál 5, 1.13s; 8,21) está marcada en la fe por la
aceptación del amor de Jesús —> por los otros, por nosotros. En la práctica
cristiana, esta fe se convierte en amor puesto por obra hacia los demás hombres
(—> Convivencia humana). El amor es la norma de la praxis cristiana. El método
de este amor no está fijado de modo eticomoral o biblicotradicional, sino que es
preciso entresacarlo siempre, una y otra vez, de la situación de la vida
cotidiana y social. La dialéctica de libertad y amor debe ser abiertamente
reflejada (= proclamada) por cada uno de los cristianos y por la —> Iglesia en
las circunstancias concretas de la sociedad. Una --> ética cristiana normativa
no se produce, pues, sin absorción de los resultados de las ciencias sociales
del comportamiento (sociología, psicología, etc.). Con la ayuda de estas
ciencias críticas, la ética cristiana establece normas sociales trascendentes y
las convierte en parte constitutiva de la predicación y en objeto de la fe
cristiana. Con ello la norma se hace de nuevo mediadora en la dialéctica de
libertad y amor, en orden al reino de Cristo. La fantasía amante y la obediencia
creadora son axiomas de comportamiento (= normas) de la praxis cristiana.
Utilizar las normas como medida de la bondad o de la maldad de una -->
existencia cristiana, sería abusar de las normas (Gál 5,13) sería romper la
dialéctica de libertad y amor y alterar radicalmente el sentido de las normas,
para convertirlas exactamente en lo contrario de lo que son. fr
Norte. Punto cardinal, región de los poderes hostiles de la perdición. Desde el norte atiza Yahveh el fuego del —> juicio sobre Israel (Is 14,31; Jer 1, 14; 4,6). De ahí que muchas veces el norte designe los grandes imperios de Asiria (Sof 2,3) y Babilonia (Zac 2,10; 6,6.8). En el punto más extremo del norte se encuentra la montaña de los dioses (Is 14,13; Sal 48,3). También Yahveh viene del norte (Ez 1,4). En Dn 11,5-40, el norte equivale a los Seléucidas.he
Nosotros. Doquiera acontece el encuentro entre el «yo» y el «tú», surge un
«nosotros»: la relación única en que el —> yo y el —> tú se hallan juntos (-->
Relación interhumana). Cuando el «yo» y el «tú» se encuentran en el lenguaje,
nace el —> diálogo, que debe convertirse esencialmente en conversación capaz de
abrir caminos al futuro. Los dos interlocutores se insertan por la conversación
en un movimiento común. Sólo en cuanto compañeros de diálogo, no aislados, pueden
permanecer en el movimiento. Cuando el «yo» y el «tú» se encuentran
corporalmente, como integrados en el mundo de las cosas, surge un «nosotros»
corporal, objetivo, de este mundo. Surge la acción, la -> práctica, el trabajo
en --> equipo. Los compañeros del encuentro se han integrado en una vida común
que significa acción creadora, actividad planificada y logro de nuevas -->
posibilidades.
Según el modo de hablar bíblico, los hombres han llegado por la palabra creadora
de Dios a una comunidad de vida y acción. La Biblia conoce, pues, en muchos
pasajes, la figura de la persona colectiva (--> Adán, --> Israel, —> Siervo de
Yahveh, --> Personificación). Dado que Dios llama a los hombres por su —>
nombre, pueden éstos hablarse entre sí, llamarse también por su nombre y actuar
como un «nosotros». La revelación de Dios (Éx 3,14) significa que Dios hace de
los hombres su pueblo (—> Pueblo de Dios, --> Alianza). La llamada de Dios hace
posible el «nosotros» de los hombres. Dios está con los hombres y en favor de
los hombres; y por eso justamente pueden los hombres estar juntos unos con otros
y por otros. Así pues, el «nosotros» humano significa que los hombres hablan y
tratan entre sí, viven y sorí unos para otros. La palabra creadora de Dios ha
hecho posible el nosotros humano. La obra salvadora de Dios, la liberación de
Israel de Egipto ha creado un nuevo «nosotros». Dios se preparó así un pueblo.
Israel se considera internamente unido como pueblo de Dios. La conclusión de la
alianza de Dios en el --> Sinaí ha confirmado y consolidado una vez más este
«nosotros».
Ahora bien, el «nosotros» del pueblo de Dios se ha manifestado siempre como una
realidad amenazada. El pueblo quebrantó repetidas veces la alianza y se negó a
responder a su redentor.
Si la llamada de Dios en la antigua alianza crea el •nosotros• de los hombres,
este proceso se radicaliza y alcanza carácter universal en Cristo (cf. Rom 9,25;
Tit 2,11-14; 1Pe 2,9, Ap 7,9). En la muerte y resurrección de Jesús se ha hecho
posible el «nosotros» escatológico y definitivo de los hombres, que se halla
presente en la historia a un mismo tiempo como en germen y amenazado,
requiriendo siempre la decisión de los hombres. En este sentido la Iglesia es la
comunidad de los •llamados afuera•, de los que han emprendido el camino del -->
seguimiento de Jesús.
Este nuevo «nosotros• humano, procedente de Jesucristo, está fundamentado en el
—> amor. Y éste, a su vez, procede de la cruz de Cristo y es inseparable de la
misma. Y como este nuevo •nosotros» de Cristo es corpóreo y mundano, significa
acción y práctica, significa posibilidad de -> libertad para los demás, el
establecimiento de la --> justicia y de la —> paz, la posibilidad y continuación
de la humanización de los hombres. Significa lucha contra toda forma de autoalienación humana. Significa llevar la cruz en común, --> servicio de Dios
en el afán de cada día. Significa, finalmente, --> revolución en el amor. En
este.nuevo «nosotros• el amor se hace socialmente eficaz como práctica común de
lo que nos sale al paso en Jesús como llamada de Dios.
El nuevo «nosotros» acontece allí donde se lucha de hecho en pro de la paz y la
justicia, donde los hombres están dispuestos a servir unos a otros. Donde
acontece tal cosa, llevan los hombres adelante el acto creador de Dios y
colaboran con la --> nueva creación de Dios. Jesucristo significa, pues, de un
lado el •tú» definitivo de Dios para nosotros; por otro, fundamenta en él el
•nosotros» ya sanado del hombre.
»Yo soy. Pero no me poseo. Poi eso, únicamente uno en otro seremos nosotros» (Bloch).
gr/ca
Notario. Como en todo el antiguo oriente, también en Israel y Judá el notario (al pie de la letra, escritor o escriba) era un alto e influyente funcionario de la corte; su tarea esencial puede definirse como secretario del rey; así Shusha (2Sam 8,17) en tiempos de David, Elihaf y Ajías (1Re 4,3) en tiempos de Salomón (cf. 2Re 18, 18; 22,3; Jer 36,10); además de este oficio desempeñaba otros cargos, como el cuidado del cofre del templo (2Re 12,11) y tareas similares (2Cró 26,11). Probablemente en la época postexílica, estos notarios o escritores dieron origen a la profesión de los escribas (2Cró 34,13; Esd 4,8s). El NT emplea esta palabra para designar a los expertos en la Escritura, tantos judíos (Mt 2,4) como cristianos (Mt 23,34). we
Novelle (en al. = relato breve). Algunas narraciones bíblicas clasificadas como novelle son relatos poéticos sobre un caso o unas peripecias individuales con valor universal. La denominación no se ajusta del todo al género bíblico, porque ha sido tomada de la literatura moderna y no dice nada acerca de la realidad oculta tras la narración. Son novelle, en el AT, algunos de los relatos de José, p. ej., la incitación y calumnia de la mujer de Putifar, y Rut y Susana en. Daniel que, por otra parte, puede ser igualmente encuadrado entre las --> leyendas. ba
Novillo --> Becerro de oro.
Novísimos --> Fin de los tiempos.
Nubes. Las nubes pueden servir para ilustrar las acciones divinas. Así, la nube de la transfiguración de Jesús constituye el medio en que Dios se revela (Mc 9,7). Del mismo modo, en la promulgación de la ley en el Sinaí habla Dios desde una nube, pues la nube revela y al mismo tiempo encubre a Dios. A causa de su libre desfilar por el firmamento, las nubes son el símbolo de la omnipotencia de Dios. El día del juicio llegará Cristo sobre las nubes del cielo, es decir, se hará presente a todo el mundo con todo su poder (Mc 13,26). --> Apocalíptico (género literario) —> Lenguaje en imágenes. do
Nueva alianza. La infidelidad del pueblo de —> Israel provocó el rompimiento de
la —> alianza con Dios. El castigo fue la destrucción de Jerusalén, el exilio,
la dispersión. No obstante, seguía en pie la voluntad de alianza de Dios. En los
días del tiempo de la salvación, una alianza nueva ordenaría, una vez más, las
relaciones del pueblo con su Dios. La —> ley dada en el Sinaí será ley del
interior de cada uno; el deber de obediencia se transformará en cumplimiento
voluntario (Jer 31,31ss). La nueva alianza trae consigo la transformación de los
--> corazones (Ez 36,26ss).
La promesa del profeta --> Jeremías se da la mano con los relatos del Nuevo
Testamento sobre la institución de la eucaristía (—> Eucaristía [relatos de la
institución de la]). Jesús llama al --> cáliz eucarístico «la nueva alianza en
mi sangre, derramada por vosotros» (Lc 22,20). En la entrega de Jesús se
fundamenta la alianza nueva. Los que reciben el cáliz, son introducidos en el
nuevo orden de la alianza. Para Pablo, la alianza antigua es la sombra, el typos
de la nueva (Col 2,17). En Cristo se revela el misterio de la --> historia de la
salvación (Col 1,26s). Los cristianos, en cuanto servidores de la nueva alianza,
no son ya servidores de la —> letra, sino del --> espíritu (2Cor 3,6), ya que
han sido llamados a la —> libertad en Cristo (Gál 4,24s).
Heb desarrolla la teología de la nueva alianza a la que, en comparación con la
antigua, llama mejor (Heb 8,6). Cristo ha abrogado el sacrificio imperfecto de
la alianza antigua por su sacrificio perfecto, por el que nos abrió para siempre
una vía de acceso a Dios (Heb 10,1-22). Por su muerte entran «muchos en posesión de la herencia prometida. Por su --> sangre se hace —>
mediador de la alianza nueva y eterna (Heb 12,24; 13,20). br
Nueva creación. El Antiguo Testamento sabe que el mundo viene de Dios y es -->
creación de Dios. Pero los hombres se han apartado de Dios, no han cumplido el
mandato del creador, y el mundo va de mal en peor. De ahí que la profecía veterotestamentaria anuncie y espere una nueva creación de Dios.
Originariamente, esta nueva creación no estaba destinada pare el —> fin de los
tiempos, sino que, al contrario, estaba llamada a Irrumpir en la historia
humana, dentro de la cual debía prolongarse en un clima de paz (Jer 31,21s; Ez
36,26; Is 43,10; 65,17s; Sal 51,12). Pero, con la aparición del pensamiento
apocalíptico del judaísmo, la nueva creación empieza a esperarse para el final
de los tiempos (Henoc etiópico 72,1; Jubileo 1,29; 10S 4,25; 1QH 3,19ss). Para
la comunidad qumránica la nueva creación de un hombre ocurre cuando éste ingresa
en su comunidad.
En su predicación, Pablo recurre también al tema de la nueva creación: «El que
está en Cristo es una nueva creación» (2Cor 5,17). Si alguien vive en el ámbito
del dominio de Cristo y se deja determinar en su vida por la existencia de
Jesús, ha comenzado ya la nueva creación.
El principio auténtico de la nueva creación de Dios es —> Cristo; su ser -->
para los otros, su muerte y —> resurrección la han hecho posible; su fracaso en
la —> cruz, su muerte en --> representación de todos, se manifestó como nueva
creación, que permanece ya desde ahora abierta a todos los hombres como —>
posibilidad real y como --> invitación. Todos pueden convertirse en nueva
creación de Dios, todos pueden permanecer y vivir definitivamente. Quien, como
Jesús, quiere estar pronto y a punto en favor de los demás, quiere aceptar su
vida como
cruz redentora y ama, es nueva creación de Dios. En su vida se ha Insertado lo
-> nuevo, permanente y duradero. Dondequiera alguien vive en el --> seguimiento
de Jesús, donde alguien se preocupa por la libertad de los otros, allí está ya
por llegar la nueva creación. gr
Nueva interpretación. Método de interpretación de la Escritura, que actualiza el
texto en orden a cada nueva situación. Ya en la misma Biblia puede advertirse la
utilización de este método. En el Antiguo Testamento los redactores introdujeron
ligeras modificaciones en las tradiciones antiguas y las situaron en contextos
nuevos (p. ej., la profecía de Natán en 2Sam 7 y 1Cró 17). El texto es adaptado
a una nueva situación histórica y aparecen en primer plano aspectos históricos
salvíficos hasta entonces ocultos. En numerosos salmos puede advertirse este
tipo de interpretación, esta acomodación a la situación modificada de la
comunidad orante.
Si se aplica el principio de la nueva interpretación a las relaciones entre
ambos Testamentos, se percibe en el Nuevo una interpretación nueva del Antiguo
orientada al acontecimiento Cristo. --> Actualización. ba
Nueva Jerusalén (Jerusalén celeste). Numerosos textos veterotestamentarios
esperan que, al final de los tiempos, -> Yahveh habitará en Jerusalén y
congregará en ella a todos los pueblos de la tierra (Miq 4,1-3; Is 2,2). La
nueva Jerusalén es el centro de las -> esperanzas mesiánicas. --> Sión será la
residencia del --> Mesías rey (Sal 26;110,2). stu
En el judaísmo posterior va ganando importancia la idea de que la nueva
Jerusalén no será una futura ciudad terrenal, sino que es una realidad que
existe ya actualmente en el -> cielo, que en la época salvífica descenderá de lo
alto y ocupará el puesto de lit Jerusalén antigua. De aquí que se
hable de una •Jerusalén celeste•, sobre todo en el contexto del género ->
apocalíptico. La •ciudad santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, de
junto a Dios• (Ap 21,2; cf. 3,12) no tiene ya en la apocalíptica
neotestamentaria — contrariamente a las ideas veterotestamentarias (Is 60,7.13)
—ningún templo, pues •su templo es el Señor• (Ap 21,22), es decir, vive en
comunión perfecta con Dios. Esta nueva Jerusalén (celeste) del Apocalipsis es
asimismo símbolo de la Iglesia cristiana, lo mismo que la •Jerusalén de arriba
en Gál 4,26. En ambos casos, quiere decirse que la esencia de la Iglesia está
fundamentada en el cielo, es decir, cabe Dios. gl
Nueva masa. Pablo usa esta imagen en 1Cor 5,6ss, tomándola de los usos rituales de la fiesta de --> pascua. Durante esta fiesta, los judíos no pueden comer pan fermentado con levadura (Ex 12,19s). También para los cristianos ha sido inmolado el cordero pascual, a saber, Cristo. Como Israel, también los cristianos deben renunciar a la vieja levadura. Ellos mismos deben transformarse en masa nueva y no fermentada. Así, la imagen de la nueva masa se traslada del ámbito de un precepto ritual al ámbito de una conducta vital cristiana. La levadura antigua significa maldad y perversidad; la nueva, pureza y verdad como distintivos del cristiano. br
Nueva tierra -> Nuevo cielo.
Nueva venida. La espera de la nueva venida o •parusía• (= llegada) del --> Señor
en -> gloria mesiánica es una de las afirmaciones fundamentales de la
predicación de la primitiva Iglesia y constituye una de las raíces de su
dinámica. Ahora bien, el contenido de esta afirmación nos suena hoy a --> mito.
Para la plena comprensión de su significado se hace, pues, indispensable una
introducción a la mentalidad de aquella época.
1. La raíz de la fe neotestamentaria en la nueva venida de Cristo se encuentra
en la fe veterotestamentaria en las intervenciones maravillosas de Yahveh Dios
en la naturaleza y en la historia (-+ Teofanía, -> Milagro) y en los discursos
de consolación, henchidos de confianza, de los --> profetas (p. ej., Jer 23,5s).
Esta espera no se orienta ya a un nuevo -> rey o a una recuperación política
(Jeremías fue contemporáneo de la destrucción del reino del sur), sino al
futuro, al --> día de Yahveh (Am 5,18) y al --> juicio.
2. Estos primeros planteamientos, todavía imprecisos y no bien comprendidos,
adquirieron colorido y sistematización en la literatura apocalíptica (p. ej.,
Dan 7). Se esperaba una nueva Jerusalén, un nuevo cielo y una nueva tierra y la
implantación definitiva de la gloria de Dios en todo el mundo. Se esperaba,
sobre todo, al •ungido• (--> Mesías = Cristo), que había de tender un puente
sobre el abismo que separa a Dios y al hombre y que, como consumador perfecto de
la realeza israelita, al acumular en sí los poderes sacerdotales y políticos,
habría de introducir la época salvífica divina. Las diversísimas tradiciones y
concepciones — muchas veces parcialmente contradictorias — marcaron su impronta
en esta espera. Su influjo fue acrecentado por el -> culto (cf. los -> salmos
regios) y el resultado fue que, en tiempos de Jesús, se había difundido
ampliamente la espera del Mesías para un futuro inmediato.
3. Aunque probablemente Jesús no se aplicó nunca el título de Mesías (hablaba
del -> Hijo del hombre que había de venir, p. ej., Lc 18,8; cf. las numerosas
afirmaciones en Mateo), la primitiva Iglesia, apoyada en su fe en la -->
resurrección y --> exaltación de Jesús, vio en él al --> Cristo prometido y
esperado, con cuya venida se hicieron realidad la época salvífica y el reino de
Dios. Los Evangelios describieron con colores apocalípticos la vida y obra de
Jesús como poder y gloria oculta de Dios (milagros, historia de la infancia, Hijo de Dios, etc.), le aplicaron
todos los predicados tradicionales del Mesías y se le consideró como
•recapitulación del universo. (Ef 1,10). La -> consumación de su actividad, es
decir, la terminación del tiempo mundano dominante hasta entonces, y la llegada
definitiva del -+ reino de Dios era esperada para un futuro inmediato (-> Espera
próxima).
4. Cuando la consumación y la paruasia esperadas comenzaron a retrasarse, se
produjo una general desilusión. Las acuciantes realidades cotidianas
(persecuciones) reclamaron atención y se empezó a reconocer el valor del •tiempo
intermedio» entre la exaltación de Jesús y su nueva venida al final de los días
(cf. la teología lucana). Casi insensiblemente, pero de manera claramente
testificada en los escritos neo-testamentarios, se desmontó la estructura de la
especulación dramática y apocalíptica de la espera próxima en favor de una
•espera permanente• (vigilancia) entendida de forma ética y personal, como
consumación en la hora de la --> muerte. La proclamación de la parusía de Cristo
recibió, en este proceso, una nueva interpretación, el lenguaje apocalíptico fue
sustituido por categorías personales y la espera de la consumación se transformó
en motivo de acción y fundamento de la --> existencia escatológica (cf. p. ej.,
1Cor 7,29-31). En muchos pasajes de los Evangelios (cf. p. ej., la parábola de
las vírgenes necias y las prudentes, Mt 25,1ss) y en los escritos más recientes
del Nuevo Testamento (p. ej., en las -> cartas pastorales), se advierte
claramente este acento de •vigilancia» condicionado por la lucha de la Iglesia
primitiva contra la tibieza. En Juan pierde fuerza la proclamación de la
parusía: Jesucristo es el Mesías ya venido; en la fe en él se realiza el juicio
(Jn 3,18), se hace realidad la gloria de Dios, está cerca la meta final (cf. p.
ej., Jn 14,6). Lo único que vale es ser digno de todo ello en esta vida.
Es preciso advertir bien esta evolución del Nuevo Testamento, a la hora de
preguntarse por la concepción actual de la parusía de Cristo. En la espera de la
literatura apocalíptica se reflejaba el anhelo y la esperanza de la salvación.
Al comprender la significación salvífica de Jesús, se reconoció esta salvación
como ya presente y se la predicó como presente para todos los tiempos. El
peligro gnóstico oculto en esta posición fue eludido en el Nuevo Testamento
mediante su actitud histórica y personal: la consuniación sigue todavía
pendiente; el hombre sigue viviendo sometido a tentación y riesgo. De este modo,
se conserva la orientación fundamental de la apocalíptica a pensar en términos
historico-salvíficos.
Pero no debemos refugiarnos tras
el planteamiento antimítico del Nuevo
Testamento (sobre todo de Juan) y
opinar que las afirmaciones bíblicas
sobre la parusía deban tomarse al pie
de la letra. Se conserva su sentido
y significación si la mirada del creyente y redimido se dirige hacia el futuro (--> Esperanza), si permanece en el
contexto historico-salvífico (fe en Jesucristo) y considera su aspecto universal (la salvación de toda la humanidad). Las especulaciones sobre el
fin del mundo nacieron del calor de los
conceptos contemporáneos, pero deben ser sustituidos por ideas acordes
con nuestra visión actual científica del
universo. La parusía de Cristo acontece en la historia humana, pero la precede
siempre y no se agota en ella.hi
Nuevo. Lo nuevo es una de las categorías primigenias de la Biblia. La -->
esperanza de Israel se orienta a una tierra nueva, la -+ tierra prometida, a una
-3 alianza nueva con Yahveh o a una Jerusalén nueva. Sobre la base experimental
de la deficiencia de su socio en la alianza, Yahveh suscita constantemente en el
pueblo el ansia de renovación. Dado que Israel interrumpe el
diálogo amistoso con Yahveh y, una y otra vez, quebranta la alianza, espera que
Yahveh inicie siempre de nuevo el diálogo; espera que se cree alguna vez un
estado de alianza permanente y definitivo. En Jesucristo acontece, al fin y para
siempre, la nueva alianza; pero ahora es una alianza con todo el género humano.
En la -) cruz y -' resurrección de Jesús se ha insertado lo nuevo y definitivo
en la historia humana, que ahora se abre como --> posibilidad a todos los
hombres. Ha comenzado real y verdaderamente la -> «nueva creación (Gál 6,11;
2Cor 5,17). Quien se inserta ahora en la vida de Jesús, se convierte en
criatura, colabora en la nueva creación de Dios. Quien viene del --> amor de
Dios y posibilita este amor a los demás, es ya «hombre nuevo» (Ef 4,23s); es
«masa nueva», fermentada por la nueva vida de Cristo y capacitada para fermentar
la vieja masa de la alienación humana (Col 3,10; 1Cor 5,7). En la vida, muerte y
resurrección de Jesús se ha incrustado «nueva vida» en lo precedente (Rom 6,4) y
los hombres pueden ya vivir «en el Espíritu nuevo» (Rom 7,6).
Lo nuevo procede de la fuerza creadora de Dios, de su -› Espíritu, y en él tiene
consistencia. Quien se inserta en Cristo es continuamente renovado por él (Rom
12,2) y debe orientar en nueva dirección su capacidad total de pensamiento y
voluntad. Lo nuevo no es una novedad dentro de una cadena deslizante de
novedades constantes; lo nuevo significa, por el contrario, lo definitivo, lo
permanente, lo pleno y consumado; significa el -> futuro de Dios, es realidad de
la historia humana y posibilidad siempre previa al hombre. No es algo de que el
hombre pueda disponer por sí, ya que procede de Dios. Es anticipo de la
consumación.
Lo nuevo debe aparecer ya desde ahora en la sociedad humana como elemento eficaz
y renovador. La vida del cristiano debe traducirse en --> práctica de lo nuevo y
de lo posible, en amor nuevo y nueva justicia, en nuevo culto, en
libertad para los demás, en existencia humana auténtica. Lo nuevo significa, en
la confesión del cristiano, praxis escatológica, es decir, entender lo que
acontece desde el futuro de Dios, no permanecer sentado en la sala de espera del
futuro. Cristo, como Señor resucitado, es lo nuevo de la creación; es la
realidad permanente y la posibilidad definitiva para el mundo y para los
hombres. gr
Nuevo cielo, nueva tierra. El conocimiento de que este mundo está lleno de
miseria y maldad, y la fe de que esto es así desde el —> pecado original, porque
la —+ creación era buena en sí, contribuyen a configurar la esperanza de la
creación renovada de un nuevo cielo y una tierra nueva. El tema de la
«renovación» es dominante en dos series de pensamiento, desarrolladas en el
judaísmo y cuya línea divisoria no puede trazarse con absoluta precisión. Estas
series son:
a) La esperanza mesiánica de tipo nacional, que espera un nuevo orden, que
deberá ser traído por Elías (cf. Mc 9,11ss).
b) Bajo el influjo del concepto cosmológico griego, esta esperanza nacional se
amplía a una esperanza religiosa del más allá, en la que se espera la
desaparición de este mundo: tras muchas señales previas anunciadoras del fin (cf.
Mc 13), tendrán lugar el --> fin del mundo, y la resurrección de los muertos; el
—> Hijo del hombre preexistente y celeste descenderá para juzgar a los hombres
(—> Juicio) y entonces habrá nuevo cielo y nueva tierra. Tras la aniquilación
del pecado, de la miseria y de la muerte, el cielo y la tierra ya no se
distinguirán, sino que, como un todo, serán el --> paraíso, la (nueva) —>
Jerusalén celestial, la morada de los bienaventurados, que vivirán y
contemplarán a Dios eternamente.
Este segundo conjunto de ideas, decisivamente configurado por Jesús y
Pablo, ha sido determinante en la esperanza cristiana del futuro, aun cuando se
den muy importantes diferencias en los elementos concretos. schm
Nuevo comienzo. De la lastimosa situación de Israel en el —> exilio nació la -->
esperanza de un nuevo comienzo, que trazaría una raya definitiva a todo lo
pasado y marcaría el comienzo de un cambio radical (Is 43,19). Especialmente —>
Jeremías (p. ej., 31,31) y --> Ezequiel (p. ej., 11,19) impulsaron este anhelo
de lo --> nuevo que en el judaísmo tardío, y en las concepciones apocalípticas,
se hacía coincidir con la venida del —> Mesías esperado.
Según testimonio del Nuevo Testamento, este nuevo comienzo no debe ser entendido
ni como nueva expansión política, ni, mágicamente, como una misteriosa
transformación desde Dios; el nuevo comienzo ha sido puesto de manera personal e
histórica en —> Cristo --> Jesús (Col 1,18), que, por obra y de palabra,
estableció nuevas normas y dio a la existencia humana una nueva base (—>
Resurrección, --> Salvación, -+ Redención). Este nuevo comienzo por Jesucristo
no significa rompimiento alguno con el pasado (contra lo que pudiera sugerir, p.
ej., Ap 21,5), sino rompimiento con el --> pecado y la --> impiedad (—> Viejo),
que ya no tienen poder sobre los hombres que se mantienen firmes en la fe y en
el amor. Este nuevo comienzo de Jesús llama a la independencia, a la —>
conversión y responsabilidad; es oportunidad de una existencia humana plena,
pero cabe igualmente en él la posibilidad de extravío (Heb 6,1-9).hi
Número. Entre los semitas, los números se designan generalmente con las letras
del alfabeto, por lo que con la escritura pueden expresarse diversos valores
numéricos (cf. 2Sam 24,13 con 1Cró 21,12).
Los hebreos tomaron el sistema decimal de los egipcios (Gén 18, 26-32;
Núm 11,19) y el sexagesimal de los mesopotámicos (cf. Mt 13,8). —> Sentencia
numérica, --> Simbolismo de los números. he
Números (libro de los). Cuarto libro del —> Pentateuco, que narra la historia de
las tribus de Israel desde los últimos acontecimientos del Sinaí hasta el
comienzo de la conquista de —> Canaán. La secuencia narrativa se interrumpe una
y otra vez con intercalaciones sobre determinaciones y disposiciones legales,
atribuibles al —> Escrito sacerdotal, tan numerosas que resulta imposible
percibir una estructura clara en la totalidad del libro.
Los capítulos 1-10 narran, a modo de conclusión de las perícopas del Sinaí, el
orden del pueblo y de los levitas y aportan nuevas disposiciones a la
legislación sinaítica; viene a continuación una serie narrativa en que el primer
plano está ocupado por los temas de la murmuración de los israelitas contra —>
Moisés y Yahveh (cf. 11-12; 13-14; 16-17; 20,1-13) y el inició de la conquista.
En las narraciones conservadas en el libro de los Números entran todas las
fuentes del Pentateuco, pero sólo puede determinarse con claridad el material
del escrito sacerdotal (sobre todo en las listas y leyes). we