Amistad
Biblia


La Biblia no reflexiona sobré la esencia de la amistad, sino que muestra cómo se vive esta amistad. El alma de Jonatán está encadenada al alma de David (1 y 2Sam) y le ama como a sí mismo; es decir, los que son amigos se introducen mutuamente en el centro mismo de su ser (Eclo 6, 14-17) y dan pruebas de que se da profundidad, seguridad, confianza y hondo respeto de hombre a hombre (Lc 11,5-8). Se obsequia al amigo con regalos, se protege su vida, se comparte con él el pan del dolor y de la desgracia. A él puede confiársele todo. Pero, por otra parte, él es también escéptico (Prov 18,24; Eclo 37,1-6; Miq 7,5). Ni siquiera se puede confiar en el amigo y en la amada. El rico tiene numerosos amigos, pero del pobre todos se apartan (Prov 19,4; Sal 88,1). Todo esto tiene aplicación cuando se habla del hombre como amigo de Dios.

La amistad es un aspecto de la voluntad amorosa de Dios, que él ha manifestado a los hombres bajo múltiples formas, como -> padre, -> pastor, -> esposo, en la -> alianza. Estas realidades expresadas en imágenes predominan en la Biblia y acentúan la conducta diáfana del amor de Dios más que el aspecto de socio dialogante. La entrega consciente y libre, confiada, seria y fiel, descrita como amistad, se apoya, en nuestro mundo de pecado y de infidelidad, en el misterio incomprensible del amor y de la -> misericordia de Dios (Jer 31,3.20; Os 11, 7-9). Es amigo de Dios el que — reconocido por Dios— le conoce (Jer 22, 16), piensa como él y le busca con todo el corazón (Dt 4,29); el que confía, el que arriesga su vida (Jer 30,21) y ama a Dios (ICor 8,3). Así es -> Abraham (Sant 2,23; Gén 18,17), que se abandona a Dios con verdadera fe. Así vive Moisés, confiado en el servicio de Dios, que habla con él confiadamente, cara a cara (Ex 33,11). Es amigo de Dios el sabio (Sab 7,27s), que mira su vida y el mundo entero desde una perspectiva divina (Sant 4, 4), pues vive justamente de la fuerza de la -> sabiduría que actúa en él y qua aparece en la historia de los hombres como realidad de Dios (iCor 2, 10-16). Es amigo de Dios el -> profeta, que ha sido elegido y subyugado (Jer 20,7) por su misión de mirar a través del tiempo e interpretarlo como un drama siempre nuevo de amor e infidelidad (Os 2,21s). El profeta es amigo del esposo (Jn 3,21) y en esta misión percibe su destino personal.

En Jesús se manifiesta hasta qué punto Dios es amigo del hombre (Tit 3,4). La sabiduría de Dios se ha revelado en la elección de los pobres (Lc 14,12-14), hasta llegar a la necedad de la cruz (1Cor 1,17-27). Jesús llama amigos a los publicanos y pecadores, a los invitados al banquete, al joven que le busca, pero, sobre todo, llama amigos a sus discípulos (Jn 15,12-15), es decir, a todos cuantos perciben en él la realidad de Dios y de la salvación, se adhieren a él y le siguen. A través de la palabra, la entrega y el amor de estos tales, llega el mensaje de salvación al mundo. Y ellos, por su parte, habrán llegado a la unidad plena, si están en el Señor.