Adán
Biblia


En la perspectiva historico-religiosa, Adán pertenece a la categoría del "primer hombre". Éste aparece, p. ej., en las religiones akkadias bajo la forma del sabio rey Adapa. También él posee la vida eterna. Debido a una confusión, rechaza la comida de la vida que se le ofrece y pierde para siempre la vida eterna. En la Biblia se encuentran también alusiones a un mito hebreo sobre el protohombre, p. ej., en Job 15,7s y Ez 28,1-10. Según esta concepción, el primer hombre vivió en un jardín de Dios o en una montaña de Dios, porque allí Dios estaba especialmente cercano. El primer hombre intentó, por el camino de la astucia, conseguir -> sabiduría divina. Por eso fue expulsado del monte o excluido del jardín de Dios.

En los dos relatos bíblicos del Génesis aún aparecen claramente estos elementos míticos, unidos a elementos etiológicos (-> Etiología). Tanto el relato yahvista de la creación (Gén 2,4b-15) como el sacerdotal (Gén 1,1-2.3a) intentan responder, con el lenguaje de su época, al problema del origen y el fin del hombre, del sentido de la vida y de su caducidad, de la experiencia del pecado y de la insatisfacción social humana, de la misteriosa polaridad entre hombre y mujer, así como el problema de las propias posibilidades y cometidos humanos. Los relatos bíblicos de la creación hablan, desde la experiencia de Dios, del pueblo de Israel, que se considera salvado y guiado por -> Yahveh; hablan desde la visión del mundo de un pueblo de campesinos, postores y nómadas y son, ante todo, una confesión de su Dios Yahveh, así como un himno de alabanza de los hombres a su Creador.

En el -> judaísmo tardío, sobre todo en la literatura del género -> apocalíptico, Adán es considerado como una figura ideal (Eclo 49,16). En otros escritos aparece como el primer hombre caído (p. ej., Esd 4,11) y se convierte cada vez más claramente en tipo (-> Tipología) del hombre encerrado en sí mismo y alejado de Dios. Es el hombre que desobedeció a su Creador y que, por eso, se perdió a sí mismo.

En el Nuevo Testamento, Adán es designado, en la genealogía de Lucas (3,38), como «hijo de Dios». Dado que Dios le ha creado, es para él como un -> hijo, de manera análoga a lo que acontece con los distintos nombres de la genealogía, en la que se pasa de padres a hijos. Se hace llegar el -> árbol genealógico de Jesús hasta Adán y, por tanto, hasta Dios. En la medida en que el pensamiento apocalíptico desempeña un papel en el Nuevo Testamento, se habla de Adán en un sentido tipológico (-> Tipología), sobre todo en Pablo. En la predicación paulina se advierte claramente que, dentro de la esfera vital de Adán, -> todos los hombres han sucumbido a la muerte, y respectivamente al -> pecado. En cuanto el hombre procede de Adán, la muerte y la perdición son su destino. En este punto, ningún hombre puede de suyo y por sí mismo modificar la situación. Sólo puede hacerlo un segundo Adán, -> Cristo. Él es el nuevo y definitivo Adán, el hombre nuevo y perfecto. Así como el Adán primero había determinado la suerte de todos los hombres, así el último Adán lo atraerá todo a sí.

En la esfera de Cristo encontrarán todos una nueva -> vida definitiva. Cristo significa vida, validez definitiva, permanencia incorruptible y plenitud para todos los que le siguen libremente. Cristo es el hombre nuevo que ha encontrado, desde Dios, una nueva vida (-> Resurrección) ya que fue resucitado de entre los muertos (cf. 1 Cor 15,22.20).

Ya el primer hombre, Adán, tenía vida y espíritu de Dios, porque tenía el aliento vital de Dios en sí. Pero el Adán último es un -> espíritu creador de vida (iCor 15,45-48); Cristo está lleno de la fuerza creadora de Dios, comunica a los suyos el espíritu de Dios. Este espíritu crea una vida nueva en el hombre. Como último Adán, Cristo se ha convertido en el último y único modelo válido para todos los hombres. Él ha abierto a todos la posibilidad de vivir conforme a su modelo, de copiarle en sí mismo. Pero sigue en pie la posibilidad de elegir entre él y el antiguo Adán. Todos pueden igualmente imitar al primero. Según Rom 5,14, el primer Adán es «figura del que había de venir», en cuanto sujeta a todos los hombres bajo su dominio. También Cristo llama a todos los hombres a su dominio. Lo mismo que Adán significa «todos los hombres», también Cristo significa la humanidad entera. Él es la posibilidad universal de la humanidad, el «hombre nuevo».