Tráfico, Pastoral del
DPE
 

Introducción

Aunque han pasado dos milenios el mensaje cristiano es actual y está actuante tanto por el contenido del mismo, como por la continua renovación de los hombres, cada vez distintos, así como por los avances que éste genera y las nuevas circunstancias que lo rodean.

En estos siglos son muchos los descubrimientos generados, inventos realizados y cambios incorporados por el hombre a su acerbo cultural de los que la comunidad creyente se ha hecho partícipe, ha asumido y evangelizado.

Concluido el siglo XX podemos decir que esta centuria entre otras muchas cosas ha aportado a la sociedad moderna algo realmente nuevo y distinto que ha terminado por configurar al que hoy se empieza a llamar como el "hombre automovilista" de forma que podemos decir que las comunicaciones motorizadas son una de las formas más ineludibles de la actual convivencia humana.

Cien años hace que se expidió el primer permiso de circulación (17-IX-1900) a la vez que se establecía la primera regulación normativa. La circulación vial fruto de la motorización, con todo lo que implica en el uso cotidiano de unas nuevas máquinas, la nueva configuración de la calzada pública y el desarrollo de nuevas normas de comportamiento para todos los usuarios, peatones, conductores o viajeros, amén de las nuevas relaciones que genera esta actividad humana es un nuevo reto para la actual comunidad cristiana.

Conferencia Episcopal Española, "Espíritu Cristiano y tráfico". Madrid 21-5-1968

El Papa Pablo VI advirtió que "la Iglesia en su solicitud de facilitar a todos los hombres el mensaje de salvación... se preocupa de los fenómenos de la movilidad... en los que ve un reflejo fundamental de la humanidad que se transforma... y condivide los problemas con sincera participación (entre ellos) ...los turistas que se ponen en contacto con ambientes y sociedades nuevas en razón del tiempo libre, del descanso, del enriquecimiento cultural, de peregrinación religiosa... A los cuales -dice- pueden añadirse aquellos que habitualmente se sirven de las autopistas". (PABLO VI, "La Iglesia y la movilidad", Carta de la Pontificia Comisión de Migraciones y el Turismo a las Conferencias Episcopales 26-5-1978).

Poco más de veinte años han pasado para que esta mención a la carretera dentro de la movilidad se transforme en un axioma que ha de interpelar a la comunidad cristiana.

En España el parque automovilístico supera los 22 millones de vehículos y las personas con permiso de conducir se acerca a los 20 millones, en el año 1999 el censo de los primeros aumentó un 138% y el segundo 106%, y si bien los fallecidos en accidente descendieron en un 61%, hemos de lamentar la muerte de 5.738 y la nada desdeñable secuela de 31.883 heridos graves y 111.011 lesionados de menor consideración. Súmese para completar el cuadro de referencia de un año, los destrozos materiales, los daños ecológicos, económico, morales y un largo etcétera de muy diversa consideración, todo como consecuencia de 97.811 accidentes.

Son muchos los que utilizan el vehículo como medio de trabajo donde desarrollan gran parte de su vida y nadie se puede excluir del uso de la vía pública como conductor, pasajero o peatón.

Por eso, nos encontramos a estas alturas en un serio diccionario de evangelización y pastoral con un tema dedicado a "pastoral de la carretera"; no deja de ser extraño, llamativo, por no decir pintoresco y, seguro que novedoso para una mayoría o para todos. Mas no por ello menos importante y como un valor en auge que exige nuevas atenciones, métodos y empeños creativos.

Alabamos a quienes dirigen esta obra, al dar cabida en este apartado la humilde, incipiente y peculiar pastoral de la carretera.

1. ¿Qué es?

En el orden sistemático que propugna este obra, queda encuadrada dentro de la pastoral de ambientes donde figuran conceptos tan significativos y evocadores. Ya nos gustaría poder contestar categóricamente. Mas así como la pastoral territorial en la que tradicionalmente se ha desarrollado la labor de la Iglesia, desde las parroquias tiene una especificidad. Y, desde el Concilio Vaticano II ha tomado el puesto que le corresponde la pastoral sectorial para atender grupos tan específicos como los obreros, los jóvenes etc. No podemos decir lo mismo de la Pastoral de la Carretera, pero trataremos de encuadrar, delimitar y describir la misma.

Si bien el Concilio Vaticano II dejó claro que los "gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo... son los de los discípulos de Cristo" (GS. 1 a), como punto de partida tomamos las palabras del mismo urgiendo a los pastores:

"Téngase una preocupación especial por los fieles que por su condición de vida, no pueden disfrutar convenientemente del cuidado pastoral ordinario de los párrocos, o carecen totalmente de él... Promuévanse métodos pastorales convenientes par ayudar la vida espiritual de los que se trasladan a otras tierras para pasar las vacaciones" (ChD, 18 a).

El motu proprio de Pablo VI "Apostolicae Caritatis" para la creación de la pontificia comisión para la pastoral de la emigración y el turismo, hace cita y menciona este "complejo fenómeno que comúnmente se expresa bajo el nombre de "turismo", concierne cada vez más a una masa enorme de personas, y en el campo social constituye una novedad con características determinantes" (Motu proprio "Apostólicae caritatis" para la creación de la Pontificia Comisión para la pastoral de la emigración y del turismo, A.A.S. 61. 1969, p. 631).

Difícilmente podía preveer el alcance de la movilidad rodada, de que si bien se preocupaba de atender al mundo de la movilidad, incluso instando a tener nuevas formas de apostolado que lo atendieran, el campo se ha abierto inmensamente (A.A.S. 59,1967, p. 910) y hoy tiene unas características ingentes y totalmente nuevas.

De ello hemos de concluir que la pastoral de la carretera tiene la misión de la evangelización de este campo que ya no es nuevo, pero también ha de llevar su mensaje a todas las personas vinculadas profesionalmente al tráfico rodado y que les da unas peculiaridades muy concretas, generando nuevos medios que tengan en cuenta la peculiaridad de esta realidad de la movilidad, pues estas personas no están vinculados a una pastoral territorial y tampoco son de la de ambientes; y no parece muy oportuno llamar ambiente a la carretera.

2. Agentes

Hemos de solicitar, ya que todos somos usuarios de un vehículo o de la vía pública, que los agentes de esta pastoral fuéramos cada una de las personas. Ser responsables en el uso libre y responsable de la calzada y de los vehículos para que la convivencia sea posible y los profesionales puedan desarrollar adecuadamente su trabajo y por el la perfección de su vida.

No obstante, la Iglesia católica cuenta con una Dirección Nacional de Pastoral de la Carretera (originalmente Dirección Nacional de Apostolado de la Carretera), con un obispo promotor de la misma (ahora Mons. Ciriaco Benavente Mateos, obispo de Coria-Cáceres), un Director Nacional de Pastoral de la Carretera y Delegados Diocesanos en varias de ellas, así como encargados en otras diócesis que no cuentan con un delegado específico.

Existe una importante labor asociativa desde las cofradías y asociaciones que están bajo la advocación de s. Cristobal y s. Rafael o los Santos Angeles no siempre suficientemente valoradas.

3. Destinatarios

Parece obvio que como usuarios de la vía pública en cuanto peatones, conductores o pasajeros, todos estamos implicados entre los destinatarios de esta pastoral.

La perfección cristiana la han de conseguir en ese ejercicio diario de conducir practicando unas virtudes y actitudes muy específicas, que van desde la prudencia y la justicia hasta la caridad. Decía el papa Pío XII:

"No os olvidéis de respetar a los usuarios de la carretera, de observar la cortesía y la lealtad hacia los demás conductores y peatones y de mostrarles vuestro carácter servicial. Poned vuestro orgullo en saber dominar una impaciencia, a menudo natural, en sacrificar, quizá, un poco de vuestro sentido del honor para hacer triunfar aquella gentileza que es signo de verdadera caridad. No solamente podéis evitar así desagradables incidentes, sino que contribuís a hacer del automóvil un instrumento mucho más útil para vosotros mismos y para los demás, capaces de procuraros un placer de mejor clase" (Pío XII Discurso a los socios del Automóvil-club de Roma 12-4-1956).

Entre ellos mención especial merecen los "profesionales del volante", o sea esas personas que desarrollan su vida profesional, y por ende su vida laboral, delante de un volante y en relación continua con los usuarios de la calzada. Camioneros, taxistas, conductores oficiales de autobuses y otros vehículos, así como los que necesitan de los mismos para ejercer diariamente su profesión.

Igualmente ha de ir dirigida a todos los que están encargados de que la circulación sea un acto humano que humanice y este al servicio del hombre para poder conseguir sus fines. Es amplio el apartado de todos los servidores que facilitan dicho cometido.

No menos importantes son los servicios sanitarios que con profesionalidad, presteza y solicitud atienden a tantos accidentados que ocasiona la carretera, así como a los familiares de los mismos.

Al servicio del correcto uso de la vía pública, así como de la aplicación correcta de las normas que facilitan el entendimiento de los usuarios, están los agentes que el organismo pertinente, pone a disposición de todos para velar por la correcta aplicación del Código de Circulación.

A ellos se han de unir muchos profesionales que tienen el entorno de la circulación como su mundo de trabajo. Como se ve, es una labor interdisciplinar en la que se entremezcla lo laboral y lo sanitario con lo educacional, etc. Y como decían los obispos belgas: "Pedimos colaboración a todos los que tienen una tarea que cumplir en esta obra de educación" (Pastoral colectiva del episcopado belga, "La moral de la circulación en la carretera" Malinas 15-1-1966).

4. Mediaciones particulares

Podemos observar el campo desde una doble prespectiva: la organización y las acciones concretas.

Desde la organización: La Conferencia Episcopal Española dentro de su Comisión de Migraciones tiene instituido un Departamento de Pastoral de la Carretera encargado de coordinar y llevar adelante esta inquietud de la que se hizo cargo expresamente en 1968.

En las diferentes diócesis españolas existe un delegado de pastoral de la carretera o por lo menos un encargado del mismo para poder hacer realidad esta pastoral en cada Iglesia particular, con las pertinentes campañas, informaciones, etc...

En cuanto a las acciones: Desde sus comienzos, se ha considerado que, por ser una pastoral distinta, ha de tener una forma de hacer igualmente diferente y se ha ceñido a unas acciones determinadas.

Unas campañas especiales en momentos puntuales, fuertes y significativos, como es la época estival y navideña, momentos en los que el uso del vehículo es mucho más intenso, sin olvidar Semana Santa, puentes significativamente largos y circunstancias especiales.

Estas dos campañas implican su formato de materiales para parroquias, medios de comunicación social y automovilistas, acompañados por una carta pastoral del obispo promotor y otros materiales de apoyo.

También incluye la presencia en los medios de comunicación social, significativamente el primer domingo de julio con la misa en TVE dirigida al mundo de la circulación. Igualmente tertulias, entrevistas, mesas redondas en la radio, como artículos y entrevistas en la prensa escrita, periódicos y revistas.

Las diferentes diócesis organizan distintos actos, según conveniencia. Todo ello con muy desigual incidencia y variada presencia dada la pluralidad de regiones, diócesis y conciencia del tema.

Desde el comienzo la acción pastoral ha estado centrada en una triple dimensión:

Desde el ministerio sacerdotal facilitando los actos de culto y los sacramentos en la carretera, comenzando con capillas que a la vera de las carreteras ofrecían actos litúrgicos, así como la incorporación a la señalización de carteles con horarios de dichos actos de culto. Y ofreciendo la atención sacramental ordinaria y la puntual ante eventuales accidentes.

Como evangelización, dada la peculiaridad de lo que significa la movilidad, es uno de los retos más difíciles para dar forma a este reto. El primero es el contacto personal de los agentes de pastoral con los conductores. Celebraciones especiales y específicas y muy variadas iniciativas, a veces peculiares.

Y la formativa, que es un verdadero reto tanto desde la evangelización de esta realidad del tráfico, como la toma de conciencia de los agentes y de los cristianos que se mueven en las arterias de la movilidad donde han de ser sembradores del Reino.

5. Luces y sombras en la actualidad y perspectivas de futuro

Sin entrar rn una valoración pormenorizada del tráfico que aporta muchos valores positivos en el desarrollo de la dimensión social del hombre pues como decía el Papa Pío XII "a través de las carreteras circula gran parte de la vida del país", y añadía, "abrir una carretera es como abrir una puerta a la economía, introducir los beneficios de la medicina y de la higiene, de la instrucción y la religión... Con los caminos penetra profundamente en las regiones la salud del alma y del cuerpo" (Pío XII, "Discurso a/ II congreso de la Federación Internacional de Carreteras" 4-X-1955, Ecclesia 744 (431) II). Es enriquecer a los hombres con los beneficios humanos y religiosos de la convivencia social (GS 25).

"A esto han de unirse los nuevos conocimientos que adquiere el que viaja, los lazos de unión que se crean y fortalecen al descubrir a otros semejantes, y la oportunidad de encontrar el descanso y sano esparcimiento tan necesarios a nuestra actual sociedad técnica y urbana" (CEE "Espíritu cristiano y tráfico", 1968, 3).

Se quedaría insuficiente esta valoración positiva si no recogiéramos lo que ha supuesto el desarrollo técnico tanto de los vehículos como de las calzadas. Es una gran riqueza el desarrollo laboral que ha aportado la realidad de la carretera, que es el medio de vida de un gran número de personas. Completando este complejo mundo el que sea el medio de perfección personal de los profesionales que en él se mueve.

Es altamente significativo que a la llamada hecha por el Concilio Vaticano II en la ChD 18, la Conferencia Episcopal Española respondiera con rapidez para estar al servicio de una exigencia del desarrollo técnico de la modernidad. Cierto que había personas y sacerdotes que se habían adelantado y por su cuenta desde su inquietud ya habían comenzado un trabajo con quienes hacían del volante y la carretera su forma de trabajo, su modo de relacionarse y en el fondo su realización personal, por lo cual también su forma de santificación.

Los encargados del Departamento buscaron un grupo de personas que por toda España crearan una red para cubrir esta necesidad dando origen a peculiares, ilusionados y audaces proyectos.

La presencia de la Iglesia en los organismos públicos durante varios años, así como la publicación de libros y artículos por parte de personas dedicadas a esta pastoral son elementos a los que hay que referirse como una luz aportada por la Iglesia española.

Mas como todas las cosas humanas, junto a sus luces, existe el lado oscuro, que en el tráfico reviste un panorama dramático; y, dejando las estadísticas para otros estudios, podemos afirmar que junto con las enfermedades del corazón y el cáncer, la carretera es la que más vidas se lleva, más que los accidentes laborales, más que infecciones, e incluso más que muchas guerras. Añádanse las secuelas graves de minusvalías y discapacidades, así como lastres personales, familiares y sociales que conlleva para poder contemplar el oscuro horizonte que proyecta dicho panorama.

Menos dramática, pero muy significativa es la sombra que se cierne sobre los profesionales del volante, pues si por un lado están entre los alejados de la comunidad, también son las personas con el domicilio a cuestas, lejos de la familia, en monótona soledad, con rutas interminables y unas veces por ser asalariados y otras por ser propietarios, siempre en jornadas prolongadas, extenuantes y explotadoras y con frecuencia arriesgando el valor de la dignidad humana.

Como déficit hemos de anotar que en los últimos años la Iglesia universal no ha generado un interés acorde con lo que supone el aumento en volumen, uso y exigencias que está originando la realidad del tráfico, de hecho Pablo VI no ha dedicado ninguna atención a este tema, sí el Departamento de Pastoral de la Carretera de la Comisión de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española.

Falta una total exigencia en la formación de la conciencia en los cristianos y sus pastores tanto sobre la educación vial como en los valores que conlleva. Y si bien muchas diócesis tiene delegados, no deja de ser algo de segundo orden, falto de recursos y circunscrito a ciertas personas y a unos momentos muy determinados.

Tampoco vemos que se haya desarrollado el interés que han suscitado otros campo, cuando vemos que en la circulación el desarrollo económico, social, cultural, el trasiego de ideas políticas, religiosas, el intercambio cultural, el trato dado a la naturaleza, las vidas que se cobra la carretera, las relaciones laborales que genera, la educación que exige, los valores que están en juego, etc., suponen un campo nuevo, no evangelizado y que requiere toma de conciencia de la comunidad ante el mandato de Cristo "Id y anunciad la Buena Nueva..." (Mt. 28, 16). Pues como dice la Evangelii Nuntiandi: "Evangelizar significa para la Iglesia llevar la Buena Noticia a todos los ambientes de la humanidad y, con su influjo transformar desde dentro, renovar a la misma humanidad..." (E.N. 9).

Desde la esperanza, y recogiendo el reto del Papa para el nuevo milenio, podemos decir: "En particular, es preciso descubrir cada vez mejor la vocación de los laicos, llamados como tales a "buscar el reino de Dios, ocupándose de las realidades temporales y ordinarias según Dios" (LG 31) y a llevar a cabo en la Iglesia y en el mundo la parte que les corresponde con su empeño por evangelizar y santificar a los hombres" (AA 2; TMI 46 c).

"...Porque todos los cristianos de cualquier clase o condición, están llamados la plenitud de la vida cristiana y a la perfección del amor" (LG 40; TMI 30 c).

6. Bibliografía

Una breve reseña respecto a las alocuciones y discursos de los papas, así como pastorales de Conferencias Episcopales y obispos, incluyendo artículos y libros referentes a esta materia nos pueden ayudar a encuadrar esta pastoral.

Doctrina de papas y obispos: Pío XII "La policía sola no puede prevenir el peligro creado por conductores inexpertos, obsesionados por la velocidad o intoxicados por el alcohol (Discurso de Pío XII al II Congreso Mundial de la Federación Internacional de carreteras 4-10-1955)", Ecclesia 744, 15-10-1955, p. 431. "Palabras de Su Santidad a los socios del Automovil Club de Roma" 12-4-1956", Ecclesia 772, 28-4-1956, p. 481. "Los cristianos han de dar testimonio de su fe en todos los ambientes (Exhortación de Su Santidad al personal del Registro de Automóviles de Roma y del Automóvil Club Italiano 3-3-1957)", Ecclesia 818, p. 304. "La santificación de las fiestas, la lucha contra el suicidio y los accidentes de carretera, tres puntos de predicación cuaresmal (Discurso de Su Santidad a los Párrocos y Predicadores cuaresmales de Roma, marzo 1958)", Ecclesia, marzo 1958, p. 237. JUAN XXIII "¡Que la prisa por alcanzar la meta terrena no haga perder de vista el camino de la salud eterna! (Discurso de Su Santidad al bendecir los automóviles de Roma, 8-3-1959)", Ecclesia 924, 28-3-1959, p. 366. "Felicitación del Papa por la labor de educación de tráfico de Italia 17-5-1959)"; Ecclesia 933, 30-5-1959, p. 617. "El dominio de si mismo y del vehículo (Palabras de Su Santidad en la bendición de automóviles, en la festividad de Santa Francisca Romana, 9-3-1960)", Ecclesia 975, 19-3-1960, p. 359. "Respeto a la vida humana (Discurso a los conductores de cinemóviles, 9-8-1961)", Ecclesia 1050. 26-8-1961, p.1072. "Todas las vidas humanas tienen un carácter sagrado (Discurso del Papa a los participantes en el congreso de medicina de tráfico, 28-4-1963)", Ecclesia 1139, 11-5-1963, p. 581. PABLO VI: "El fundamento del código de circulación (Discurso de Pablo VI a los participantes en el diálogo internacional sobre Moral de la Carretera, 2-10-1965)", Ecclesia 1274, 15-1-1966, p. 91. "En vosotros saludamos y bendecimos a todos los conductores de España (Discurso de Pablo VI a la peregrinación de camioneros españoles, 29-9-1968)", Ecclesia 1410, 5-10-1968, p. 1445. "La circulación está sometida a la ley de Dios y a la conciencia moral (Discurso a los participantes en la Asamblea General del Automóvil Club de Italia, 30-11-1972)", Ecclesia 1623, 23 al 30-12-1972, p.1769.

CONFERENCIAS EPISCOPALES:

Episcopado belga, "La moral de la circulación vial, 15-1-1966, (Carta pastoral)", Ecclesia 1291. 14-8-1966, p. 409. Comisión de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española, "Espíritu cristiano y tráfico", Exhortación pastoral, mayo 1968. "Sobre el sentido cristiano del tráfico" Ecclesia 1451, 2-8-1969, p. 1043. "El vehículo, instrumento de comunicación", Ecclesia 1696, 22-6-1974, p. 806. "Descubrir a Dios en la carretera", Ecclesia 1746, 28-6-1975, p. 845. "Que la carretera nos haga amigos", Ecclesia 1496, 20-6-1970, p. 869.

OBISPOS:

Hay muchas pastorales, enumeramos algunas. Mons. D. Antonio Añoveros, obispo de Cádiz-Ceuta "Responsabilidad cristiana ante el sexo, la playa y el tráfico" Ecclesia 1556, 28-8-1971. Mons. Angel Hidalgo Ibáñez "Descubrir a Dios en la carretera (16-6-1975)", Ecclesia 1643, junio 1975. Mons. Ciriaco Benavente Mateos, "El volante, espejo del alma 6-7-1997", C.E.E. Madrid, julio 1997. "Motor de vida 5-7-1998", C.E.E., Madrid, julio 1998. "Amarás la vida sobre todas las cosas y la de prójimo como tu vida misma 4-7-1999", C.E.E. Madrid, julio 1999. "Juntos en el camino 2-7-2000", C.E.E., Madrid, 2-7-2000...

Algunos libros: BERNABEU °SET, J., "¡No más accidentes! Moral de la carretera", Escélicer, Cádiz 1964. BONGIOVANNI P., "Sangue sulle strade", Torino,1960. CUELLO CALON, E., `La delincuencia automovilística y su represión'; Bilbao. 1955. DE LA CALZADA, D. "Stop a la muerte, viva la vida", Salamanca, 1984. FALVO S., "Alabado seas mi Señor por mi hermano coche", Paulinas, Madrid,1978. HERNÁNDEZ GARCÍA, V., "Para ti, conductor", Mensajero, Bilbao,1966, p.158. "El niño y el tráfico", Marsiega, Madrid, 1979. "La moral del tráfico", Cuadernos BAC n° 29, Madrid, 1960, p. 31. "Guía del conductor. Caminaré en presencia del Señor", Atenas, 1982, p. 232. "Sobre ruedas. Aspectos éticos del tráfico", Narcea, Madrid, 1982. p.176. "San Cristobal", Sevilla,1996, p. 24. "Tráfico"; Diccionario Enciclopédico de Teología Moral, Paulinas, Madrid 1974. MORENILLA, J., "Viacrucis sobre el asfalto" Valencia 1979. PALAllINI, P., PIOLANTI, A., PERICO, "Realidad del pecado" Madrid 1962, art. "El pecado en la carretera", pp. 242-280. PIRET, R., "Psicología del automovilista y seguridad vial"; Dossat, Madrid, 1952. ARzA, A., SJ., "Primer curso sobre problemas de tráfico", Bilbao, 1963, art. "Aspectos ético-morales del tráfico" pp. 89-102. RoCHE, M., "El hombre al volante", Biblioteca Nueva, Madrid, 1964. Ruiz AvuCAR, A., "La Seguridad en las carreteras", Madrid 1962. SANCHIS, R., "Deberes de la carretera", PPC, Madrid, 1960. VELÁZQUEZ, M., SJ., "La Moral y el volante", Proyección, n° 25, abril, 1960, p. 92-101.

Seleccionamos algunos artículos: NAVARRO, S., CMF., "Conducción de vehículos y responsabilidad moral", en Ilustración del clero, 933, julio 1958, pp. 279-284. HERNÁNDEZ GARCÍA, V., "Problemas morales del tráfico", en Razón y fe, 845, Junio 1968, pp 155-167. "Valores positivos del tráfico", en Razón y fe, 914, Marzo 1974, pp. 263-273. "Reflexiones morales-pastorales sobre el problema del tráfico", en Hechos y Dichos, Mayo 1969, pp. 433-449. "Su majestad el automóvil, el mundo nuevo del tráfico"; en Vida Nueva, 839, Junio 1972, pp 1166-1174. "Etica circulatoria o exigencia de un comportamiento ético en la carretera", en Vida Nueva, 1802-3, agosto 1991, p. 1640. "Un grave problema moral-pastoral: la circulación", "Ecclesia, 1309, Septiembre 1966, p. 2254. "El tráfico antigua y moderna preocupación de la Iglesia", Ecclesia 1639, Abril 1973, p. 513. "Conductores, en tus carreteras, Dios" Ecclesia 1746, Junio 1975, p. 822. "Reflexiones ante el éxodo de Semana Santa", Extremadura, 26-3-1986. "Carretera sí, pero responsabilidad también", Extremadura, 29-8-1991. "Personas, no homicidas en la carretera", Hoy, 10-7-1994. "Los jóvenes y el tráfico", Hoy, 28-9-1994.

Segisfredo Oñate Marroquín