Mysterium Fidei
DPE
 

El Papa Pablo VI, el 3 de septiembre de 1965, publica una Encíclica sobre la doctrina y culto de la Sagrada Eucaristía, bajo el nombre de "Misterio de Fe".

El motivo de esta carta del Papa es profundizar en lo que el Concilio Vaticano II, en su Constitución sobre la Sagrada Liturgia, había reflexionado. Y, al mismo tiempo, salir al paso de algunas actitudes pastorales que no son correctas: como la de aquellos que afirman que las misas privadas carecen de sentido o la de quienes no afirman la presencia real de Cristo en la Eucaristía. En definitiva, se sale al paso de quienes ponen todo el acento y valor de la Eucaristía en su dimensión "comunitaria" mal entendida.

El Papa recuerda que sólo desde la Fe se entiende el gran misterio del sacramento eucarístico. Que en el sacramento de la Misa Jesucristo se hace sacramentalmente presente y que tal presencia se llama "real" no por exclusión de otras formas de presencia "reales" sino por antonomasia, porque en ella se hace presente Cristo, Dios y hombre, entero e íntegro. Por eso, afirma el Papa, Cristo el Señor se hace presente mediante la transubstanciación: es el cuerpo y la sangre de Cristo.

El Papa recuerda el culto de adoración (latréutico), que se debe otorgar a la Eucaristía no sólo durante la Misa, sino también fuera de su celebración. Por todo ello el Papa exhorta a que se promueva el culto eucarístico como fuente de vida para la comunidad y para cada cristiano.

BIBL. — PABLO VI, Encíclicas, Edibesa, Madrid 1998, 77-127.

Raúl Berzosa Martínez