Misión (Iglesia)
DPE
 

La Iglesia, además de comunión, es también misión. La misión es una proyección de la comunión. Se ejercita desde, en y para la comunión. Es una misión comunional. Una misión que tiene su origen en el proyecto trinitario de la historia de la salvación, desde la creación a la elección del pueblo, hasta la misión de Jesús y la conciencia misionera de la iglesia apostólica. La misión, pues, encierra un significado trinitario y teologal. Nace de la caridad del Padre (RM 5), actualiza en cada momento de la historia la misión de Jesús, el Hijo de Dios (LG 13; AG 5; RM 20 y 24) y se hace posible por el Espíritu Santo (RM 21-30).

La misión es, además de don, una tarea histórica, contextuada, como diakonía de la caridad y diálogo interrelegioso e intercultural. Las mediaciones de la misión son el anuncio (que incluye el kerigma, la doxología y la confesión de fe), unido al compromiso transformador y al testimonio martirial. Los destinatarios son todos los hombres y todo hombre. El fin último, la glorificación y el culto a Dios, haciendo que Él sea todo en todos. En otras palabras, hacer realidad el señorío de Cristo (su reinado).

Insistimos en la realidad de misión para la nueva evangelización. Esta dimensión se desgrana en diversos aspectos:

- Evangelizar en cuanto tal (anuncio de la Buena Noticia).

- Catequizar (profundizar en lo anunciado).

- Celebrar la fe.

- Vivirla y expresarla mediante el ejercicio de la caridad y el compromiso social personal y comunitario.

Cuando la misión se dice "Ad gentes" se trata de la misión hacia pueblos y personas donde no se ha anunciado aún el cristianismo. En este sentido son como terreno virgen para el kerigma.

BIBL. - R. BERZOSA MARTÍNEZ, Para comprender y vivirla Iglesia Diocesana, Burgos 1998.

Raúl Berzosa Martínez