Cathechesi Tradendae
DPE
 

SUMARIO: Introducción.— 1. Estructura.— 2. Llaman la atención algunas novedades. — 3. Otros aspectos relevantes. — Conclusión.


Introducción

Génesis de CT. Es la Exhortación Apostólica de la IV Sesión Ordinaria del Sínodo, sobre la Catequesis (1977). El planteamiento inicial del Sínodo estaba centrado especialmente en la catequesis de niños. Pablo VI lo amplió al mundo de los jóvenes. Y el Sínodo se desarrolló centrado, de hecho, especialmente en los adultos. Este hecho es fruto de una renovación catequética iniciada por los años 50.

La elaboración de CT tuvo sus incidencias. El 6 de agosto de 1970 fallece Pablo VI. Dejó unas "reflexiones que... había preparado, utilizando ampliamente los documentos dejados por el Sínodo". El 29 de setiembre fallece Juan Pablo 1, después de sólo 33 día de Pontificado. "había recogido (las "reflexiones" de Pablo VI) y se disponía a publicarlas en el momento en que inesperadamente fue llamado por Dios". Juan Pablo II asume "la herencia de estos dos Pontífices".

CT se escribe en continuidad con los documentos conciliares y posconciliares relativos a la catequesis: Concilio Vaticano II (1965), Directorio General de Pastoral Catequética, de Roma (1971), el Ritual de la Iniciación Cristiana de Adultos (1972 y 1976), Evangelii Nuntiandi (1975), Mensaje al Pueblo de Dios (1977) y toda la rica documentación del Sínodo, sobre todo, la serie de Proposiciones episcopales presentadas al Papa después del Sínodo.

La Exhortación Apostólica, quiere reforzar "la solidez de la fe y de la vida cristiana", dar "un nuevo vigor a las iniciativas emprendidas", estimular "la creatividad -con la vigilancia debida-" y contribuir "a difundir en la comunidad cristiana la alegría de llevar al mundo el misterio de Cristo" (n°. 4).

1. Estructura doctrinal

Los capítulos 1: Tenemos un solo Maestro: Jesucristo y II: Una experiencia tan antigua como la Iglesia, abordan en una amable exposición narrativa las raíces de nuestra catequesis, con la actividad de Cristo como Maestro y la de la Iglesia como continuadora en el tiempo de su "misión de enseñar", llamada por ello "Madre y Maestra". De esta historia el Papa saca cuatro lecciones: la catequesis es un derecho y un deber de la Iglesia, es una tarea absolutamente primordial en su misión evangelizadora, es una responsabilidad común y diferenciada, y necesita renovarse continuamente.

Los capítulos III: La catequesis en la actividad pastoral y misionera de la Iglesia y IV: Toda Buena Noticia brota la fuente trata -el III- de la relación de la catequesis con la tarea de la evangelización y con el primer anuncio del Evangelio, adentrándose después en la naturaleza y finalidad de toda catequesis en la Iglesia, y exponiendo la Palabra de Dios -transmitida mediante la Tradición y la Escritura- como fuente viva del Mensaje cristiano. El capítulo IV, pone de relieve el Credo como "exposición doctrinal privilegiada" de la Tradición, así como las exigencias morales que del Símbolo apostólico se derivan, entre las que sobresale la enseñanza social de la Iglesia. No olvida la integridad de este Mensaje y su relación con las "adaptaciones" del mismo, así como su dimensión ecuménica, y su relación con las otras religiones no cristianas.

El capítulo V: Todos tienen necesidad de la catequesis señala la transcendencia de la catequesis para los párvulos, niños, adolescentes y jóvenes, tanto en circunstancias normales como en situaciones de minusvalía, falta de apoyo religioso, marginación, emigración, etc.; pero, pone un cierto énfasis en la catequesis de adultos, sobre todo, porque muchos de ellos carecen de una experiencia y de unos conocimientos de la fe propios de su condición adulta.

Los capítulos VI: Métodos y medios de la catequesis y VII: Cómo dar catequesis abordan los múltiples instrumentos para la transmisión del mensaje cristiano: medios de comunicación social, círculos bíblicos, grupos cristianos de jóvenes, reuniones de comunidades eclesiales de base, catecismos... y la variedad de métodos al servicio de la revelación y la conversión, así como la inculturación o encarnación del Mensaje en las culturas, la memorización rectamente practicada... Todo siempre en fidelidad a Dios (revelación) y al hombre (conversión).

El capítulo VIII: La alegría de la fe en un mundo difícil, recuerda que la catequesis ha de ayudar a los creyentes de hoy a vivir el gozo de la fe, a vivir su vida religiosa concretamente en medio de un mundo indiferente, con el vigor del testimonio gozoso de su identidad cristiana; transmitiendo aquellas certezas, sencillas pero sólidas que ayuden a los catequizandos a buscar el conocimiento del Señor y de su proyecto de salvación...

Por fin, el capítulo IX: La tarea nos concierne a todos, alienta a todos los responsables de la catequesis (obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, catequistas laicos) a actuar como agentes de la acción catequética en nombre de la Iglesia, en aquellos "lugares" específicos para la transmisión del Mensaje: parroquia, familia, escuela y movimientos cristianos.

La Exhortación Apostólica concluye con una mirada al principio inspirador de toda obra catequética, el Espíritu del Padre y del Hijo, y acudiendo a la intercesión de la Virgen de Pentecostés, María, madre y modelo de todo discípulo.

2. Llaman la atención algunas novedades

La catequesis por y para la justicia (29): al explicitar el "ser o existir en Cristo" (Cfr. 2Cor. 5, 17), incluye las "exigencias morales" sociales, como "cuidado que tendrá -la catequesis- de no omitir, sino iluminar como es debido, realidades como la acción del hombre por su liberación integral, la búsqueda de una sociedad más solidaria y fraterna, las luchas por la justicia y la construcción de la paz".

Evangelizados para evangelizar: esta finalidad está expresada implícitamente en los capítulos V y IX, pero se explicita en el capítulo III: "Si se hace bien, los cristianos tendrán interés en dar testimonio de su fe, de transmitirla a sus hijos, de hacerla conocer a otros, de servir de todos modos a la comunidad humana" (24).

La identidad cristiana. No afirma en qué consiste, pero sí que la catequesis tiene el papel de ayudar a los catequizandos en la búsqueda cristiana de la propia identidad, en una sociedad plural, en pacífica convivencia con no creyentes, ateos, practicantes de otras confesiones cristianas y practicantes de otras religiones, estando dispuestos a mostrar los rasgos de su personalidad cristiana, de forma dialogal, sobre todo a través de su testimonio de vida.

3. Otros aspectos relevantes

a) A la luz de las "Proposiciones" de los Padres sinodales presentadas al Papa (n°s. 25 y 29), CT no da todo el relieve que ellas dan a algunos lugares comunitarios dentro de la Iglesia, como lugares de catequesis.

Con todo, CT revaloriza la comunidad parroquial, como "lugar privilegiado de la catequesis". Y es justo hacerlo. Pero, la Proposición 28 habla de las pequeñas comunidades cristianas como lugares importantes de catequesis (cf EN 58). Y la Proposición 27 dice: "De hecho, no pocas parroquias, por diversas razones, están lejos de constituir una verdadera comunidad cristiana. Sin embargo, la vía "ideal" para renovar esta dimensión comunitaria de la parroquia podría ser convertirla en una comunidad de comunidades".

b) CT vuelve a poner de relieve la cuestión de los "cuasi-catecúmenos" (N. 44, Cfr. 45): Son los bautizados no suficientemente evangelizados. En relación con ellos se habla de "iniciación en una verdadera experiencia comunitaria de la vida cristiana" y de "proceso de catequización" que "tenga una inspiración catecumenal" (Proposición 20).

c) CT habla de la "catequesis misionera" o "precatequesis" (n.° 19) ¿Se podría catalogar esta especie de "contraditio in terminis": catequesis-misionera, como una puesta en práctica de la "pedagogía de Dios" como una forma de "inculturación"...?

Conclusión

El documento sinodal de 1977 dio abundantes resultados en toda la Iglesia y especialmente en España.

BIBL. — Sínodo de 1977, «Mensaje al Pueblo de Dios», PPC, Madrid 1977; JUAN PABLO II, Catechesi Tradendae, PPC, Madrid 1977. "Actualidad Catequética", 96 (1980) 74-81; 163-166; 88-89; Monográfico sobre Catechesi Tradendae, Artículos de Mons. J. M. ESTEPA, J. LÓPEZ y L. RESINES. G. GROPPO, Catechesi Tradendae, en J. GEVAERT (Dir.) Diccionario de Catequética, CCS, Madrid, 1987, 128-129; V. M.' PEDROSA-R. LÁZARO, Catequesis, en Nuevo Diccionario de Catequética, San Pablo, Madrid 1999, 307-308; A. GIL, Documentos oficiales para la Catequesis, en Nuevo Diccionario de Catequética, San Pablo, Madrid 1999, 676-677.

Domingo de Guzmán Pedrosa Arés