a Obra de San Pedro Apóstol fue fundada por Estefanía Cottin-Bigard y su hija Juana Bigard en 1888. La iniciativa surgió como respuesta a la petición del Vicario Apostólico de Nagasaki que había solicitado ayuda para su clero indígena. |
Juana
de Bigard nació en Francia en 1859 y murió en 1934. Cuando tenía 18
años su padre, un prestigioso magistrado de la audiencia de Caen que
había perdido la fe, se quitó la vida. Este hecho cambió la vida de
Juana que hizo, a los 23 años, promesa formal ofrecer su vida a
Jesucristo por la salvación de su padre y del mundo en general.
Juana enferma y decide confiar la dirección de la Obra Pontificia de
San Pedro Apóstol a las Franciscanas Misioneras de María que
trabajaron con abnegación durante años en favor del clero nativo.
En 1919, Benedicto XV consciente de que la Iglesia sólo estará
debidamente fundada en un país si existe un clero indígena en número
suficiente y bien instruido, entrega la dirección de la Obra a la
Sagrada Congregación para la Evangelización de los Pueblos.
La
Obra de San Pedro Apóstol en España
Los comienzos en España fueron sumamente humildes. José
Gurruchaga, sacerdote de Guipúzcoa, atento al movimiento misional
y particularmente interesado en su espíritu sacerdotal por la Obra
del Clero Indígena, se dedicó a implantarla en su parroquia de Irún,
antes de que el Papa le diera carácter de oficial y a sus esfuerzos
se deben los primeros donativos y becas que se recaudaron en España
en favor del clero indígena. |