+
DISCURSO
A los participantes en el XVII congreso nacional de la
Asociación italiana de maestros católicos, 5 de enero
La Asociación italiana de maestros católicos acaba de celebrar en Roma su XVII congreso nacional, cuyo tema ha sido: "Dialogar con la incertidumbre, elaborar la vida". Los seiscientos participantes fueron recibidos por el Papa Juan Pablo II en la sala de las Audiencias la mañana del sábado 5 de enero. En el encuentro con Su Santidad participó también un grupo de niños, padres y asistentes del centro Voluntarios del sufrimiento de la diócesis italiana de Bérgamo, que había venido en peregrinación a Roma y había asistido, el día 3, a la celebración de la misa junto a la tumba del beato Papa Juan XXIII, en la basílica de San Pedro. Al comienzo de la audiencia pronunció unas palabras de saludo y agradecimiento el presidente de la Asociación italiana de maestros católicos, Bruno Forte; Su Santidad dirigió a ambos grupos el discurso que ofrecemos a continuación.
Amadísimos hermanos y hermanas:
1. Me alegra daros una cordial bienvenida a cada uno de vosotros, que habéis querido visitarme con ocasión del Congreso nacional de vuestra Asociación.
Saludo, en particular, a vuestro presidente, a quien agradezco las amables
palabras que ha querido dirigirme en nombre de los presentes. A través de
vosotros, me complace enviar un saludo especial a todos los maestros católicos
de Italia, que tanto en las grandes ciudades como en la pequeñas aldeas ponen
su competencia y su deseo de educar al servicio de los alumnos y de sus
familias.
Promover
los valores humanos perennes
Amadísimos hermanos y hermanas, juntamente con vosotros doy gracias a Dios por
la actividad que la Asociación italiana de maestros católicos realiza desde
hace más de cincuenta años en favor de la escuela italiana y de las nuevas
generaciones. Vuestra asociación, al ser eclesial, se considera con razón
"porción de la Iglesia", insertada en el camino de la comunidad
eclesial y deseosa de testimoniar los valores evangélicos de la gratuidad y del
servicio, no sólo en el ejercicio de la profesión sino también en las
relaciones con cuantos comparten los mismos ideales de vuestra asociación.
2. Habéis elegido para vuestro Congreso el tema
"Dialogar con la incertidumbre, elaborar la vida", a fin de subrayar
las dos dimensiones que distinguen el momento actual de vuestra asociación:
la conciencia de la complejidad de nuestra época y la voluntad de proponer
vuestro proyecto educativo en el clima de incertidumbre que se vive a diario.
Ante los procesos de reforma de la escuela, por lo demás
necesarios, vuestra asociación quiere promover los valores humanos perennes que
derivan de la visión evangélica de la vida, para realizar una escuela a medida
de los alumnos y especialmente atenta a las exigencias de los más pobres. De
este modo, ayudáis a la institución escolar a ponerse, juntamente con los demás
sujetos implicados en este proceso formativo, al servicio de la persona,
convirtiéndose cada vez más en una comunidad educativa en diálogo abierto, y
al mismo tiempo crítico, con su entorno.
Ojalá que, a la luz de la enseñanza de Cristo, cada uno
de vosotros esté dispuesto a captar en la relación y en la colaboración con
los colegas valiosas oportunidades de participación en las competencias y de
comunión de propósitos, para que la institución escolar sea un lugar
privilegiado de promoción cultural, capaz de recuperar estima y credibilidad
social. Sintiéndoos testigos privilegiados del amor de Cristo a los niños,
procurad transmitir los contenidos de la religión católica con competencia,
elaborando propuestas didácticas atentas a las exigencias formativas de los
alumnos y respetuosas de la naturaleza y las finalidades de la escuela.
Necesidad
de una formación sólida y continua
3. Amadísimos hermanos y hermanas, vuestra asociación siempre ha
considerado la formación espiritual y profesional de los maestros como una de
sus finalidades principales. En efecto, a través de una formación sólida y
continua el maestro puede cumplir mejor su misión y contribuir a la construcción
de una convivencia humana pacífica y justa, fundada en el diálogo entre las
culturas y en la acogida y la valoración de las diversidades. Al mismo tiempo,
este esfuerzo favorecerá una renovada adhesión a las características propias
de la asociación, como la profesionalidad, entendida como capacidad de
interpretar las necesidades educativas y elaborar respuestas adecuadas; la índole
democrática, vista como ejercicio constante de corresponsabilidad y participación
en la construcción de una sociedad más humana; y la pertenencia a la Iglesia,
considerada como elemento fundamental de su servicio a la escuela.
Queridos hermanos, os invito a mirar a Dios, el
"Educador" por excelencia, que en el misterio de la Navidad manifiesta
a los hombres su benignidad para que, reflejándose en ella, reencuentren
continuamente su verdadera dignidad y la salvación.
Ojalá que esta extraordinaria pedagogía divina,
contemplada en el estudio y en la oración, infunda en cada uno de vosotros
nuevo entusiasmo para superar la fatiga diaria, adquiriendo energías y
perspectivas siempre nuevas a fin de cumplir mejor las responsabilidades
educativas.
Testigos
privilegiados del amor a la vida
4. Saludo ahora al grupo de muchachos discapacitados, vinculados al Centro
de voluntarios del sufrimiento de la diócesis de Bérgamo.
Amadísimos muchachos, habéis venido a este encuentro
acompañados por vuestros padres y asistentes. Gracias por esta visita y por el
afecto que habéis querido mostrarme con ella. Que el nacimiento de Jesús, que
celebramos en el tiempo de Navidad, os proporcione a cada uno mucha alegría y
os dé la fuerza para afrontar serenamente todos los problemas y dificultades. Y
que os ayude también a sentiros testigos privilegiados del amor a la vida,
sobre todo entre vuestros coetáneos, a menudo desorientados e incapaces de
apreciar este gran don del Señor.
Os dirijo también un afectuoso saludo a vosotros, queridos
padres, asistentes y miembros del Centro diocesano de voluntarios del
sufrimiento, que prestáis un servicio ejemplar y amoroso en favor de numerosas
personas que se encuentran en dificultad. Os animo a proseguir esta obra tan
benemérita, e invoco sobre vosotros la abundancia de los dones celestiales y
las consolaciones prometidas por Jesús a quien se pone con generosidad al
servicio de los hermanos.
5. Dirigiéndome ahora nuevamente a todos los
presentes en la sala, os encomiendo a la protección celestial de María, a
quien veneramos al comienzo del año como Madre de Dios y Madre nuestra. Que la
Virgen os acompañe con su próvida ayuda durante todo el año recién iniciado.
Con este deseo, os imparto de corazón a cada uno una
especial bendición apostólica, que de buen grado extiendo a vuestros seres
queridos.