DISCURSO  Durante la visita al Colegio Mexicano en Roma, lunes 22 de mayo

Seguid profundizando y ampliando la formación académica y espiritual

Juan Pablo II realizó una visita al Colegio Mexicano de Roma el día 22 de mayo, al día siguiente de la canonización de veintisiete beatos mexicanos. Ese mismo lunes había recibido en audiencia a los peregrinos que vinieron a la canonización. El Papa, que había visitado anteriormente este centro otras dos veces, en 1979 y en 1992, llegó poco antes de las 14.00 y fue acogido por el rector, don Alfonso Cortés Contreras, y los cardenales Adolfo Antonio Suárez Rivera, arzobispo de Monterrey, y Juan Sandoval Miguez, arzobispo de Guadalajara. A su llegada, los 111 estudiantes entonaron un canto de bienvenida; luego, Su Santidad se hizo una foto recuerdo con ellos. Asimismo, Juan Pablo II saludó a las religiosas que prestan servicio en el Pontificio Colegio Mexicano y a los seis religiosos de la congregación mexicana de los Discípulos de Jesús, que se ocupan de la manutención del centro. Siguió el ágape fraterno, en el que participaron también mons. Justo Mullor García, presidente de la Academia eclesiástica pontificia, hasta hace poco nuncio apostólico en México; mons. Luis Morales, arzobispo de San Luis Potosí, presidente de la Conferencia episcopal mexicana; mons. Javier Lozano Barragán, presidente del Consejo pontificio para la pastoral de la salud; los sesenta arzobispos y obispos mexicanos que habían venido a la canonización; el prefecto y el prefecto adjunto de la Casa pontificia, monseñores James Michael Harvey y Stanislaw Dziwisz. Los alumnos sacerdotes le dedicaron un canto de felicitación por su 80° cumpleaños; además, le ofrecieron un artístico plato con una escena campestre mexicana. Después de las palabras de agradecimiento del rector mons. Rafael Romo Muñoz, obispo de Tijuana, responsable de los seminarios mexicanos, dio las gracias al Santo Padre por la constante atención que presta a los jóvenes llamados al sacerdocio.

 

Agradezco al rector las palabras que me ha dirigido. Saludo con afecto a los señores cardenales Juan Sandoval y Adolfo Suárez, a los arzobispos y obispos presentes y, muy particularmente, al rector y alumnos de este Colegio, que nos acoge hoy en este encuentro festivo, al día siguiente de la canonización de veintisiete santos de vuestra patria, la amada tierra mexicana.

Me siento muy a gusto en esta vuestra casa, donde he venido otras dos veces. La primera fue en diciembre de 1979 y la segunda en noviembre de 1992, con ocasión del XXV aniversario. Estar con vosotros me hace sentir cerca de vuestras diócesis y lugares de origen y, al mismo tiempo, me hace revivir los inolvidables viajes pastorales efectuados a vuestro querido país.

Quiero agradecer a los padres superiores su labor de orientación y guía espiritual de los presbíteros estudiantes, así como a las religiosas Hermanas de los Pobres, Siervas del Sagrado Corazón de Jesús, las cuales, calladamente, junto con el personal seglar, hacen posible que esta comunidad sacerdotal viva como en familia y su convivencia esté presidida por un sano y alegre clima de fraternidad.

Mi deseo es que el Colegio siga favoreciendo un ambiente adecuado, que os permita profundizar y ampliar la formación académica y espiritual, tan necesaria para el ministerio sacerdotal, que es el objetivo principal de vuestra estancia aquí.

Que la Guadalupana, Reina de vuestra amada nación y Madre de todos los mexicanos, interceda por vosotros ante su divino Hijo y que os acompañe siempre con su solícita presencia y ternura materna.