VIEJOS CATÓLICOS
SaMun


I. Visión histórica

Se entiende por v.c. una serie de comunidades eclesiásticas separadas de Roma, con constitución episcopal, que desde el s. xviii se alejaron de la Iglesia latina occidental y, en la «Unión de Utrecht» (1889), se fusionaron en una base común de fe. Tales Iglesias episcopales autocéfalas existen en Alemania, Holanda, Austria, Suiza, Polonia, Portugal, Norteamérica y las islas Filipinas. Las causas de la separación de Roma fueron de naturaleza disciplinar o dogmática; también allí donde inicialmente sólo había motivos disciplinares, la separación de Roma ocasionó un distanciamiento doctrinal, que siempre llevó consigo como mínimo la negación de la infalibilidad del papa y de su primado de jurisdicción. La sucesión episcopal se obtuvo mediante la Iglesia de Utrecht, una comunidad de católicos congregada en torno al cabildo de esa ciudad, por el hecho de que éste en 1723, contra la voluntad del papa, hizo que el obispo francés Dominique Varlet, misionero jansenista, consagrara a Cornelio Steenoven como arzobispo de Utrecht.

En Alemania, los laicos y los clérigos distanciados de la Iglesia a causa del Syllabus de 1864 y de la política de la curia romana, después de la proclamación del dogma de la infalibilidad pontificia (1870) contra la intención del importante teólogo J.J. Ignacio v. Döllinger, se unieron en una organización eclesiástica que en una asamblea de delegados en Colonia (1873) eligió en la persona de J. Reinkens a su primer obispo. En Suiza, fue Eduardo Herzog, antes exegeta en Lucerna (1841-1924; desde 1876 obispo), el que dio lazos religiosos y respaldo teológico al movimiento de protesta de los católicos liberales contra el Vaticano. El motivo por el que algunos católicos polacos de Norteamérica se separaran de Roma fueron las disputas con curias diocesanas y con la romana acerca del uso de bienes e ingresos eclesiásticos (1896). La Iglesia Filipina Independiente, que formalmente no pertenece a los v.c., pero desde 1965 está en comunidad sacramental con ellos, bajo el signo de las corrientes nacionalistas, fue fundada en 1897 por el sacerdote secular Gregorio Aglipay.

Estado actual: Alemania 40 000; Holanda 12 000; Suiza 25 000; Austria 40 000; Polonia 20 000; Islas Filipinas, un millón. En Alemania, y especialmente en Austria, la continuidad sociológica con los católicos que protestaron en 1870 está rota de múltiples maneras; en Austria (Viena 30 000) los v.c. son en su mayoría antiguos católicos romanos que, a causa de conflictos con la legislación eclesiástica (matrimonio de divorciados, prohibición de la incineración de cadáveres, etc.), se han adherido al movimiento de separación de Roma.

II. Aspecto sistemático

Dado el origen heterogéneo y teniendo en cuenta la amplia autonomía de los obispados nacionales dentro de la Unión de Utrecht, en la cual es presidente el arzobispo de esta ciudad, un enjuiciamiento justo de los v.c. debe partir en cada caso de la situación concreta de los obispados correspondientes. Hay aquí oscilaciones bastante grandes, que van desde una fe densa (Holanda), a través de una piedad mariana muy sentimental nacional polaca en América, hasta una angustiante pérdida de sentido religioso (Austria). En general podemos decir lo siguiente: los v.c. se entienden a sí mismos como defensores de la fe de la antigua Iglesia antes de la gran escisión eclesiástica. Según esto, admiten los siete primeros concilios, los grandes dogmas cristológicos y trinitarios, los siete sacramentos, la presencia real de Cristo (aunque rechazan la doctrina de la transubstanciación), el primado de honor del obispo de Roma, la sucesión apostólica y el concilio ecuménico como instancia que decide infaliblemente. Rechazan los últimos dogmas marianos, así como la infalibilidad pontificia. En su desconfianza frente a un pensamiento jurídico unilateral en la Iglesia y en su oposición a las pretensiones de Roma, «nocivas» para la Iglesia, los v.c. han abordado y en parte realizan una serie de auténticos motivos de reforma, cuyo carácter católico ha sido puesto en evidencia por el Vaticano ii. Mencionemos sobre todo: 1º., carácter comunitario de la liturgia (introducción de la lengua vernácula en los actos de culto); 2°, participación de los laicos en la responsabilidad eclesiástica; 3º., ampliación de la competencia de los episcopados nacionales; 4°, acentuación del aspecto ecuménico. Desde el año 1931 los v.c. están en comunión sacramental con la Iglesia anglicana, y aspiran a realizarla con la Iglesia ortodoxa.

BIBLIOGRAFÍA: Altkatholische Bekenntnisschriften: CConf Abt. 6 (1935); Wissenschaftliche Quartalschrift; Revue Internationale de Théologie 1893-1910, nueva serie desde 1911; IKZ. — AsmECTO xmSTóxtco: M. Kopp, Der Altkatholicismus in Deutschland (1871-1912) (Berna - K 1913); O. Gilg, Christkatholizismus in Luzern (Lz 1946); C. B. Moss, The Old Catholic Movement, its Origins and History (Lo 1948, 21964); J. Carreyre: DThC XV/2 2390-2446; B. van Kleef, Geschiedenis van de Oud-Katholieke Kerk van Nederland (Assen 1953); P. S. de Achutegui - M. Bernad, Religious Revolution in the Philippines (Manila 1960); V. Conzemius, Eugene Michaud, ein katholischer Reformatot des 19. Jh.?: ZSKG 58 (1964) 177-204; idem, Zur Entstehung des Christkatholizismus in Olten: ibid. 60 (1966). — ASPECTo SISTEMÁTICO: E. Gaugler, Das wesentliche Anliegen der altkatholischen Bewegung: IKZ 36 (1946) 8-16; P. Pfister, Die Altkatholische Kirche: A. Kunz, Viele Glieder, ein Leib (F 1953) 58-83; V. Conzemius, Der Altkatholicismus in römisch-katholischer Sicht: ThQ 145 (1965) 188-234; U. Küry, Die altkatholische Kirche (St 1966).

Viktor Conzemius