B) SÍMBOLOS DE FE EN EL PROTESTANTISMO

En el p. los símbolos o las profesiones de fe son síntesis escritas de la doctrina de fe, que pretenden dar un testimonio — obligatorio para la predicación pública — de la revelación conocida por la sagrada Escritura. En su nacimiento influyeron tres motivos: 1º. Hay que responsabilizarse de la concepción reformada de la fe ante las autoridades existentes y ante la cristiandad entera; para ello se intenta demostrar su coincidencia con la revelación bíblica y con la antigua Iglesia. En esa finalidad reside la especial importancia de la Confesión de Augsburgo. 2.° La formulación de la predicación de la fe y el orden de las comunidades nacidas de la reforma necesitan unos fundamentos doctrinales y jurídicos con valor obligante. Los catecismos luteranos y la mayoría de los símbolos reformados apuntan a este objetivo. 3.° Las polémicas dentro del p. reclaman decisiones conformes con los principios doctrinales de los reformados y con la tradición general eclesiástica. Los documentos de esta índole, p. ej., en el luteranismo la Fórmula de Concordia y entre los reformados los Cánones de Dordrecht, no tuvieron más que una obligatoriedad limitada en cuanto al tiempo y lugar.

De los numerosos símbolos, sólo unos pocos alcanzaron vigencia suprarregional. Además la obligatoriedad eclesiástica territorial de los símbolos debe distinguirse de su autoridad dogmática. Aquélla logró una forma especial gracias al principio, sostenido en el período posterior a la reforma, de la unidad confesional de cada territorio. Sobre todo en el ámbito luterano eso dio como resultado los llamados corpora doctrinae, es decir, las colecciones de profesiones defe, en las que se fijaba la doctrina vigente. La importancia jurídica de los símbolos se advierte aún en la ordenación de ministros, en la que todavía hoy se exigen normalmente determinadas profesiones de fe, que son normativas para la predicación pública del ministro.

Independientemente de la obligatoriedad jurídica y rebasándola está la autoridad dogmática de los símbolos. Ésta consiste en que la doctrina en ellos expresada se entiende como interpretación obligante de la revelación formulada en la sagrada Escritura. Tal doctrina remite al creyente a la revelación escrita, en la que aquélla está fundada. Así el símbolo, por medio de la norma normans de la revelación escrita, es norma normata segura de la predicación de la fe. Estimula al creyente a adquirir una inteligencia de la revelación en conformidad con la fe profesada en el escrito simbólico. En este sentido dogmático, la vigencia de las profesiones de fe no está sujeta a restricciones locales o temporales. Ahí radica el influjo esencial de los símbolos en la fe protestante.

1. Símbolos luteranos

Entre un número bastante grande de formularios de la fe protestante, se destacan siete profesiones clásicas, que en 1580 se reunieron en el llamado Libro de la Concordia y en gran parte han alcanzado vigencia general en el ámbito luterano. Como base fundamental prevalecen en el luteranismo los tres - símbolos de fe llamados «ecuménicos» (el Apostólico, el Nicenoconstantinopolitano y el Atanasiano). En el horizonte de la fe ahí profesada en la única Iglesia de Jesucristo quieren ser entendidos los símbolos luteranos. Éstos tratan de desarrollar en forma de teología controversista la concepción reformada de la fe, apelando a la sagrada Escritura y a los padres de la antigua Iglesia.

a) El más importante de todos es con mucho la Confesióo Augustana (CA), presentada al Emperador en 1530. El escrito, compuesto por Melanchton, contiene en 2 partes 28 artículos. En los artículos 1-21 (con referencia expresa en el art. 1 al Niceno) desarrolla las doctrinas dogmáticas fundamentales sobre la - Trinidad, la -3 justificación, la -> eclesiología, los -> sacramentos y la -> escatología. En los art. 22-28 trata de demostrar que la disciplina apostólica en cuanto a los ritos se ha mantenido o restaurado en las comunidades evangélicas. En una variante compuesta por Melanchton en 1540 (CA variata, con un concepto espiritualizante del sacramento), esta profesión también halló entrada en las comunidades reformadas, alcanzando así vigencia general entre los protestantes. El luteranismo riguroso volvió desde 1577 a la CA invariata.

b) Para explicar y defender la CA compuso Melanchton en 1530-1531 la llamada Apología (Apol.). Este escrito, mucho más extenso, sigue el plan de la CA y trata de fundamentar su doctrina dentro de una visión protestante ampliamente desarrollada de la justificación.

c) Los Artículos de Esmalcalda (Articuli Smalcaldici [ASm]) fueron redactados por Lutero el año 1536 para la asamblea de los estamentos protestantes en Esmalcalda, en la que se deliberó sobre el envio de representantes al Concilio convocado por Paulo nr en Mantua. En tres partes tratan sobre los artículos comunes a los cristianos, sobre las doctrinas centrales de la -> reforma y finalmente sobre cuestiones disputadas de soteriología. Estos artículos contrariamente a lo que sucedió con el Tractatus de potestate et primatu papae (Tract.) presentado simultáneamente por Melanchton, sólo más tarde fueron reconocidos como escritos confesionales.

d) El Catecismo mayor y el Catecismo menor de Lutero aparecieron en 1528 y 1529 respectivamente. Con un plan similar tratan en 5 secciones principales: el decálogo, el Símbolo Apostólico, el padrenuestro, el bautismo y la cena, todo ello en preguntas y respuestas. Mientras el Catecismo mayor servía para la instrucción de predicadores y catequistas, el Catecismo menor, destinado a la instrucción de niños y seglares, vino a ser el libro religioso del pueblo e influyó más allá de las fronteras del luteranismo incluso en regiones de fe reformada.

e) La Fórmula de Concordia (FC) es un escrito que fue compuesto en largas deliberaciones (1573-1577) como obra de equipo por teólogos de Württemberg y del nortede Alemania. Está destinado a zanjar las controversias intraluteranas. J. Andreae hizo un sucinto extracto (Epitome [Ep.]) de la Solida Declaratio (SD). compuesta a base de los trabajos preliminares y de numerosas censuras. De los 12 artículos de ambas redacciones, los 6 primeros tratan de disipar los malentendidos surgidos en la doctrina luterana de la justificación (I pecado original, II libre albedrío, III justificación, IV buenas obras, V ley y predicación del evangelio, VI tertius usus legis). En los restantes artículos se refuta entre otras cosas la tendencia espiritualizante de la escuela de Melanchton en -> cristología y en la doctrina de los sacramentos, como también la doctrina de la doble -> predestinación. Los autores de la FC la juntaron con los símbolos luteranos más antiguos en el llamado Libro de la Concordia (Concordia, Liber Concordiae), que se publicó en Dresde en 1580. Aunque éste no logró imponerse bajo tal forma en todas las regiones luteranas, sin embargo los Libros simbólicos en él reunidos siguieron siendo el fundamento doctrinal del luteranismo. Se concedió la mayor importancia en particular a la CA y a los catecismos de Lutero. En la constitución de la Liga Mundial Luterana en 1947, estos últimos escritos fueron designados como fundamentos de la profesión de fe.

Entre los símbolos luteranos que no han alcanzado vigencia general hay que mencionar la Concordia de Wittenberg (1536), la Profesión de Württemberg (1551), en la Iglesia danesa la Con f essio et ordinatio ecclesiarum danicarum (1561), y en la Iglesia sueca la Ordenación eclesiástica de Laurentius Petri (1571).

2. Profesiones reformadas de fe

En el área reformada hallamos una variedad incomparablemente mayor de símbolos. Esto depende del modo peculiar de entender la fe por parte de los reformados, y de la valoración que éstos dan a las formulaciones doctrinales eclesiásticas en general. Prescindiendo de la vinculación exclusiva dé la doctrina de la fe a la sagrada Escritura, las confesiones tienen simplemente valor instrumental en la configuración de las comunidades. La importancia del símbolo no reside en primera línea en su contenido dogmático, sino en su referencia al ordenamiento eclesiástico, que para la ideología reformada constituye, juntamente con la palabra y el sacramento, la tercera «nota distintiva de la Iglesia». Y viceversa, el ordenamiento eclesiástico tiene a su vez rango de profesión de fe.

Así se explica la vigencia restrictiva de los símbolos para las comunidades eclesiásticas regionales en ellos constituidas. A esto hay que añadir razones históricas: las profesiones reformadas de fe no surgieron como las luteranas de un círculo de teólogos circunscrito a lugares y tiempos determinados, sino que se produjeron en el transcurso de una evolución histórica. Sobre todo, en las partes reformadas no se formó ninguna colección de libros simbólicos de importancia suprarregional. Las colecciones de símbolos reformados tienen carácter privado. Sin embargo, los de carácter obligatorio — en total más de 60 — acusan una sorprendente afinidad en cuanto a los rasgos característicos del modo de entender la fe. Algunos símbolos han alcanzado rango especial e importancia suprarregional.

a) El Catecismo de Ginebra de 1545 fue compuesto por Calvino después de su regreso de Estrasburgo con el fin de reordenar la vida eclesiástica en Ginebra. En orden sistemático trata en 373 preguntas y respuestas los enunciados fundamentales de la doctrina reformada, como también algunas cuestiones de pastoral y de disciplina eclesiástica.

b) La Segunda Confesión Helvética había sido compuesta en 1562 como confesión privada por Bullinger, y fue propuesta a la aprobación de los estamentos suizos, a la que se adhirieron otros países (Escocia, Hungría, Bohemia, Polonia, Holanda). Así vino a ser un vinculo de unión de los reformados. Es característico el número de 10 mandamientos, conforme al AT, y el relieve que se da a la prohibición de las imágenes.

c) La Confesión Escocesa de 1560, compuesta en inglés por J. Knox, fue aprobada por el parlamento escocés. Siguiendo el orden del Símbolo Apostólico desarrolla en 25 artículos una doctrina de rígida impronta calvinista. Al mismo tiempo desarrolla la característica doctrina calvinista de la autoridad. Mientras el servicio bajo la autoridad es un acto de culto divino, en cambio es una obra buena la impugnación y eliminación de la tiranía.

d) La Confessio Belgica de 1561 fue compuesta por Guy de Brés a imitación de la 'Conf essio Gallicana, redactada por Calvino en 1559 para las comunidades francesas. Contiene en 37 artículos una exposición desde la doctrina calvinista acerca de Dios (conocimiento natural de Dios) hasta la escatología, con una amplia fundamentación exegética.

e) El Catecismo de Heidelberg tuvo la máxima importancia y alcanzó la más amplia difusión. Compuesto, a iniciativa del príncipe elector Federico III del Palatinado el año 1563 por los discípulos de Melanchton Ursinus y Olevianus, vino a ser el símbolo clásico de los reformados alemanes, propagándose además en numerosas lenguas y naciones europeas. Consta de tres partes: conocimiento del pecado, redención, vida de acción de gracias. En ellas desarrolla la doctrina reformada bajo el punto de vista sistemático de la vida en la fe. (Es característica la primera pregunta: ¿Cuál es tu único consuelo en vida y en muerte?) Esta marcada acentuación existencial de la doctrina de fe va acompañada de una fuerte orientación cristocéntrica de los enunciados dogmáticos y de una abundante referencia a la sagrada Escritura.

Además de estas confesiones fundamentales hay que mencionar las siguientes de carácter regional. Hungría: la Confesión de Erlauthal y la Confesión Húngara, ambas de 1562. Polonia: el Consensus Sendomiriensis. Bohemia: la Conf essio Bohemica de 1609. Área de habla inglesa: la Conf essio de Westminster (1647), y el Grande y Pequeño Catecismo de Westminster (1647), que aunque no se impusieron en Inglaterra, en cambio se propagaron entre el presbiterianismo americano. Área de habla alemana: la Confesión de la comunidad de forasteros de Francfort (1554; el Catecismo de Emden (1554); el Consensus Bremensis (1595); el Libro de Staf f ort (1599).

Especial importancia tienen los Cánones del Sínodo de Dordrecht (1618-1619). La Iglesia nacional holandesa trató en ellos de reafirmar la rigurosa doctrina calvinista contra las mitigaciones del humanismo y del arminianismo.

3. Símbolos de otras corrientes protestantes

Sobre todo las confesiones que brotaron del -> calvinismo produjeron símbolos que tienen afinidad con los reformados primitivos. P. ej., la Iglesia metodista episcopaliana (25 artículos de fe): Doctrines and Discipline (1924); los congregacionalistas: Cambridge Plat f orm (1648); Statement o f Faith de Grand Rapids (1944); los bautistas: London Confession de los bautistas calvinistas (1644), Baptist Confession (1688), Philadelphia Confession (1742), New Hampshire Con f ession (1833).

Mientras que bajo el predominio de la Iglesia territorial se mantuvo generalmente intacto el estado de las profesiones de fe, sobre todo en el área luterana; la -> ilustración y el consiguiente neoprotestantismo destruyó el valor de los símbolos, al hacer que la validez de la tradición de la fe dependiera de la certeza personal del sujeto religioso. El restablecimiento de la conciencia confesional y del valor de los símbolos en el p. fue debido a la restauración del siglo xix, y en nuestro siglo sobre todo a la experiencia de la lucha religiosa alemana (Confesión de Barm [1934]) y del -> movimiento ecuménico (-> ecumenismo, A): Confesión cristológica de Amsterdam (1948).

Sin embargo, sólo raras veces se observa la tendencia a ver en los símbolos reformados formulaciones exclusivas y exhaustivas de la doctrina de fe cristiana y a hacer de ellos una norma doctrinal absoluta. A esto se opone la declaración expresa de los mismos símbolos de que su valor está fundado y condicionado únicamente por la sagrada Escritura. Así los escritos simbólicos con la interpretación de la sagrada Escritura no se proponen cerrar el camino hacia el consensus en la inteligencia de la fe, sino más bien abrirlo. Dejan por tanto abierta la posibilidad de que al producirse tal consensus se pueda llegar a una nueva mejor manifestación del mensaje de la revelación.

FUENTES, BSRK; BSLK; Niesel Bs; CConf.` P. Jacobs, Reformierte Bekenntnisschriften und Kirchenordnungen (Gö 1949); E. Kinder - K. Haendler, Lutherisches Bekenntnis, Eine Auswahl aus den Bekenntnisschriften der evangelisch-lutherischen Kirche (B 1962).

BIBLIOGRAFÍA: P. Tschackert, Die Entstehung der lutherischen und reformierten Kirchenlehre (Gö 1910); Schlink; F. Brunstddt, Theologie der lutherischen Bekenntnisschriften (G1 1951); G. Hoffmann, Bekenntnisschriften: EKL I 378 ss; H. Fagerberg, Bekenntnis, Kirche und Amt in der deutschen konfessionellen Theologie des 19. Jh. (Up 1952); BSLK (historische Einleitungen); W. Maurer, Pfarrerrecht und Bekenntnis (B 1957): P. Jacobs, Theologie reformierter Bekenntnisschriften in Grundzügen (Neukirchen 1959); RGG3 1 994—1000 1003—1007 1012—1017.

Wenzel Lohff