NESTORIANISMO
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En el estudio y enjuiciamiento del n. se distingue hoy día con cierta claridad — en cuanto las fuentes lo permiten — entre la doctrina personal de Nestorio (arzobispo de Constantinopla [428-432), la doctrina histórica de los nestorianos y el n. como una dimensión en la historia de los dogmas (en parte, abstracta). Esto tiene su importancia para la predicación y el movimiento ecuménico.

1. La doctrina personal de Nestorio ha de verse: a) en el plano de la predicación. Al tomar posesión de su cargo, Nestorio se encontró con la disputa en torno al titulo de «madre de Dios» (theotokos). Mientras unos querían llamar a Maria solamente theotokos, otros querían llamarla solamente ánthropotókos (madre del hombre). Nestorio propuso como título intermedio «madre de Cristo», título, empero, que él no usaba aún en sentido plenamente calcedónico. Su crítica del título theotokos, a pesar de toda su buena intención, era cosa peligrosa, pues los extremistas la aprovechaban para un ataque en toda regla (en sermones públicos, a los que asistía Nestorio). Nestorio mismo tenía ante los ojos el abuso de este título por parte de arrianos y apolinaristas, pero no advertía cómo éste tenía en su favor una tradición ortodoxa de 200 años. Theotokos era expresión de la fe en la verdadera filiación divina de Cristo, y llevaba el cuño de la comunicación de idiomas. Desde el punto de vista pastoral, Nestorio había creado en la Iglesia oriental una situación que el historiador eclesiástico Sócrates calificó de «lucha nocturna» dentro de la Iglesia. El concilio de Éfeso aclaró esta situación, pero no hizo justicia a la intención y persona de Nestorio.

Porque, b) en el plano de la reflexión teológica, Nestorio tenía ideas que tendían a la recta solución del problema cristológico que entonces se planteaba. Nestorio recalcaba frente al apolinarismo y a la doctrina alejandrina de la «naturaleza una» en Cristo (-> monofisismo) la distinción entre humanidad y divinidad en él, y veía certeramente que la unidad en Cristo ha de buscarse en otro plano que el de la síntesis de naturalezas. Pero le faltó el buen talento especulativo, no menos que la terminología para la solución de este problema. 1º. Contra una síntesis de la naturaleza humana y de la divina, Nestorio expresaba la unidad en Cristo por el concepto de «inhabitación». La humanidad de Cristo es templo, vestidura, instrumento (esto también lo decían los alejandrinos) de la divinidad, frente a la énosis (unión), énotes (unidad) de los alejandrinos, él decía synafeia (enlace). Sin embargo, al describir la manera de este enlace parecía que venía a parar en el adopcionismo, en la doctrina según la cual el hombre Jesús fue adoptado como hijo de Dios. Se le echaba en cara que la unidad en Cristo se realizaba por razón de un «merecimiento» del hombre Jesús ante Dios, que era «voluntaria» (moral) y, consiguientemente, no «esencial». 2º. Sin embargo, Nestorio quería afirmar la unidad esencial en Cristo. Así entiende su unidad en el prósopon, que ciertamente aún no es la unidad calcedónica en la «persona», pero apunta ya hacia el hecho de que esta unidad no debe buscarse en el plano de la naturaleza, sino en el de la persona o hipóstasis. Nestorio rechazó claramente la doctrina de los dos hijos (en la terminología calcedónica: la doctrina de las dos personas). Se distanció de los extremistas que enseñaban la existencia de una dualidad parecida en Cristo: «Su doctrina y la nuestra no es la misma» (Nestorio en una carta a los habitantes de Constantinopla). «Unidad según el beneplácito» (de Dios) es una fórmula que en Nestorio quiere resaltar el carácter gratuito de la economía salvífica, es decir, de la encarnación, frente a la «necesidad natural», que él sospechaba en los apolinaristas.

2. Se entiende por n. la posición de los obispos que el año 443 rechazaron la unión acordada entre Juan de Antioquía y Cirilo de Jerusalén, y que fijada el año 486 en el sínodo de Seleucia como credo de la iglesia siria oriental. Este n. confiesa dos naturalezas (en el sentido de esencias abstractas) y dos hipóstasis (en el sentido de naturalezas subsistentes en sí mismas); rechaza la doctrina de Éfeso y la comunicación de idiomas y, consiguientemente, el título Theotokos de María. El gran doctor de esta Iglesia vino a ser Babai el Grande (j 628). Su interpretación de la unidad de Cristo contiene elementos y comparaciones que se encuentran en Nestorio, pero que en éste admiten una recta interpretación. Prácticamente, así se mantiene (con algunas agudizaciones y ampliaciones, particularmente en la terminología) el estado preefesino y precalcedónico de la cristología antioquena. Un análisis intenso de conceptos, expresiones y representaciones peculiares de los partidos hubiera podido llevar entonces (en Éfeso) a una reconciliación; y en todo caso podría llevar hoy día a una inteligencia con los nestorianos separados (llamados «cristianos sirios», para distinguirlos de los nestorianos unidos, que se llaman «cristianos caldeos»).

3. Un n. teórico aparece de formas varias en los manuales de historia del dogma y de dogmática y en la predicación. Se forma proyectando retrospectivamente la terminología calcedonense bien acabada, con su distinción entre naturaleza y persona, sobre la cristología de Nestorio, no aclarada aún, en el tiempo efesino y precalcedónico. Este n. es contrapuesto por lo general a un -> monofisismo entendido también teóricamente. Esta «dialéctica» de las herejías sólo se hizo posible con Calcedonia (en Cristo hay una persona y dos naturalezas; el n. es la doctrina de las dos naturalezas y las dos personas; el monofisismo es la doctrina de una naturaleza y una persona). Desarrolla hasta el fin líneas que históricamente, tanto en Nestorio como en Eutiques, sólo se hallaban en germen. En este sentido procede ya el Tomus de León 1.

BIBLIOGRAFIA: Cf. bibl. -> cristología -> Jesucristo. -> R. Leys: LThK2 VII 885-888 (bibl.); L. Abramowskl, Untersuchungen zum Liber Hersch-dis des Nestorius (Lv 1963); J. Liébaert, Christologie: HDG I1I/la (1965) 92-102 112-118; A. Grillmeier, Christ in Christian Tradition (Lo 1965) 239 ss 260 ss 278 ss 334 ss 419 ss; idem, Zum Stand der Nestorius-Forschung: ThPh 41 (1966) 401-410.

Alois Grillmeier