PEDRO Y PÁNFILO

 

PEDRO DE ALEJANDRÍA, obispo de esta sede, murió mártir en el 311. Durante la persecución de Diocleciano, en el 303, había tenido que huir, y en ausencia suya el obispo de Licópolis, Melecio, se apropió el derecho de conferir órdenes en Egipto; esto, unido a la benignidad de Pedro con los lapsos, originó el «cisma meleciano», que duraría varios siglos. Entre los fragmentos que nos han llegado de sus obras hay catorce cánones sobre la penitencia, quizá parte de una carta suya, y que luego se integraron en las colecciones oficiales de cánones. En algunas de sus obras combatía los errores origenistas.

PÁNFILO DE CESAREA (de Palestina), que murió mártir hacia el 309, había sido discípulo de Orígenes; trabajó mucho en la biblioteca de Cesarea y en la continuación del trabajo de restitución del texto de la Sagrada Escritura.