PRESENTACIÓN


Presentamos aquí las meditaciones de la Escuela de la Palabra que el Cardenal Arzobispo de Milán propuso en la catedral todos los primeros jueves de enero a junio de 1987, especialmente dirigidas a los miembros de los Consejos pastorales parroquiales.

Su publicación obedece a la favorable acogida que han obtenido no sólo en la diócesis, sino también en toda Italia y en otros muchos países, las recopilaciones de años anteriores.

Los encuentros consistieron en una relectura de los planes pastorales de la diócesis milanesa a partir de la maravillosa experiencia que supuso la Convención «Hacerse prójimo», celebrada en Assago en noviembre de 1986, a la luz del evangelio de Marcos.

Junto a su Arzobispo, los participantes en la Escuela de la Palabra recorrieron un camino contemplativo destinado a captar en toda su profundidad el misterio de Dios, que en Jesús se hace pan y alimento para la vida de su pueblo. De hecho, el tema de la Escuela era: «Pan para un pueblo», abordado mediante la lectio divina del relato de la multiplicación de los panes según san Mateo (14,13-21) y los pasajes paralelos de los otros evangelistas.

Los distintos encuentros se desarrollaron conforme al siguiente esquema:

- la actitud de fondo
- la palabra en el desierto
- pan para un pueblo
- pan partido y repartido
- el gozo del compartir
- la comunión de los santos.

La introducción a la oración de los cinco primeros jueves estuvo a cargo de don Domenico Ghinelli, párroco de una populosa barriada de Milán, y hemos querido que figure en estas páginas, al menos en sus puntos más sobresalientes, para dar una mejor idea del clima en que se desarrollaron los encuentros. (Estas introducciones figuran en letra cursiva al comienzo de cada una de las meditaciones). El último encuentro, el del mes de junio, contó también con la presencia de todos los jóvenes de la diócesis que a lo largo del semestre habían seguido por su cuenta, en diversas zonas de la archidiócesis, un itinerario vocacional, escuchando y meditando la Palabra de Dios con el deseo de comprenderse a sí mismos y las diversas modalidades del seguimiento de Cristo en el ámbito de la iglesia local.

Querríamos subrayar que los planes pastorales diocesanos son (como perfectamente lo expresa el propio Cardenal Martini) «un reflejo de la Palabra de Dios» y «la aplicación a la vida de una iglesia local de dicha Palabra, que revela el misterio inefable de la Trinidad y lo traduce en las contingencias históricas cotidianas».

Por eso nos ha parecido de gran utilidad publicar al comienzo del libro la carta «Cien palabras de comunión», enviada por el Arzobispo el 10 de febrero de 1987 al clero y a los fieles, porque en ella se exponen, con brevedad y claridad, los principios de su acción pastoral y, consiguientemente, puede ayudar a saborear mejor las enseñanzas de la Escuela de la Palabra.

Podrá observarse que el itinerario de los planes pastorales de la diócesis de Milán puede también ser visto bajo una perspectiva «mariana»: desde la dimensión contemplativa de la vida hasta el testimonio de la caridad que, fluyendo de las comunidades cristianas, se difunde hacia fuera para abarcar todas las realidades de la historia. Resuena aquí la invitación de Juan Pablo II a vivir el actual Año Mariano prestando especial atención a la interioridad de Nuestra Señora y a su capacidad para escuchar la Palabra, con el fin de participar en su vida de fe y de caridad y confiarle nuestras vicisitudes, las de nuestra Iglesia y 1as de todos los hombres y mujeres del mundo.

Confiamos estas páginas a la gracia del Espíritu Santo, para que quien las lea se sienta movido a asumir su responsabilidad en la construcción de la Iglesia: una Iglesia carente de toda belleza si no es capaz de reflejar la belleza única del rostro de Jesucristo; si no consigue ser el Arbol (según la expresión de Agustín) cuya raíz es la Pasión de Jesucristo; si su doctrina y su vida no anuncian con toda limpieza la verdad que es Jesucristo.