TEXTOS
BÍBLICOS, REFLEXIONES |
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Jl
3,1-5: |
Derramaré
mi espíritu |
Sal
98 (97): |
Gobernará
el mundo |
Ef
2,17-22: |
Por
su gracia unos y otros, en un solo Espíritu, tenemos acceso al Padre |
Jn
14,25-31: |
El
Espíritu Santo os enseñará todo |
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Comentario Cuando venga nuestro salvador Jesucristo por segunda vez, vendrá para juzgarnos. Toda la creación le saludará y le recibirá. No debemos presentarnos desnudos ante sus ojos; para ello es necesario preservar los nuevos vestidos que hemos recibido en nuestro bautismo, es decir, a Cristo mismo. Si estamos preparados, Cristo nos llevará con él y nos hará partícipes de la vida de la Santa Trinidad. Esto se realizará por medio de Cristo, en el Espíritu Santo, puesto que su obra converge hacia la misma meta. El día de Pentecostés, según el testimonio del profeta Joel, la efusión del Espíritu Santo toma un carácter personal en ciertas Iglesias a través de la unción sacramental. El Espíritu Santo hace a Cristo totalmente presente en nosotros. Nos modela conforme a Cristo, nos hace semejantes a él. Este proceso, durante el cual asumimos progresivamente la forma de Cristo, es constante. Aquellos que constantemente se conforman a Cristo, por esta transformación, llegan a ser humildes y abiertos a los demás. Amarán a su prójimo y le acogerá. Comprenderán que los cristianos no pueden decidir la salvación de los demás. Así unos y otros caminarán hacia la unidad de los cristianos. Oración
Oh Rey celestial, Consolador, Espíritu de la Verdad,
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