LUNES SANTO
MEDITACIÓN SOBRE LA 1ª LECTURA: Isaías 42, 1-7

Abrimos, hoy, la última semana de cuaresma. Los evangelios nos hacen revivir hora por hora, los últimos instantes de Jesús: la unción en Betania, en casa de sus amigos, Lázaro, Marta, María... luego la última cena con sus apóstoles... y la traición de uno de los Doce... La primera lectura procede de la segunda parte del libro de Isaías. Hay en ella cuatro poemas que, según los entendidos, son las más bellas profecías sobre Jesús. Se presenta a un misterioso personaje: de ningún modo a un mesías rey, sino a un mesías pobre. Humilde, manso, perseguido, salva a su pueblo con su muerte. Es un perfecto siervo de Dios.

-He aquí mi servidor a quien yo sostengo, mi elegido en quien mi espíritu se complace. Jesús.

Tú conocías esa profecía. A menudo has debido meditarla.

Y Tú decías también: "No he venido para ser servido sino para servir". Y, en verdad, tomaste la condición de siervo, cuando lavaste los pies de tus discípulos y, sobre todo, en la cruz con tu muerte por nosotros... Quiero contemplar detenidamente esa actitud: Jesús, siervo...

¿Qué sentimientos implica? ¿Cuáles eran tus pensamientos?

Ayúdanos a ser «servidores»... de Dios... de nuestros hermanos. . .

¿Qué servicio será HOY el mío?

-Ha reposado mi Espíritu sobre El... Yo, te he llamado... Te así de la mano y te formé. He hecho de ti mi Alianza con el pueblo y la Luz de las naciones.

Es preciso meditar una a una esas palabras. Y aplicarlas a Jesús. Intimidad entre Dios y Jesús. Son palabras de amor, Imágenes de amor.

Aquí también hay que entretener la contemplación...

Y aplicar cada una de esas palabras a los cristianos, a mí.

Por mi bautismo, que renovaré el próximo sábado en la santa noche de Pascua, he recibido el don del Espíritu... he recibido un nombre por el cual Dios me llama hijo suyo... Te tomé de la mano... te envié al mundo para que fueras alianza y luz. De todo ello será símbolo la vela encendida, que tendré en la mano, el sábado por la noche, al renovar mi profesión de Fe.

Contigo, Jesús, quiero asumir la responsabilidad de mi bautismo. Pero para que sea así, te necesito.

-No gritará, ni alzará el tono, no aplastará la caña quebrada, ni apagará la mecha mortecina.

Son unas dulces imágenes de ti, Jesús. Imágenes de tu bondad. Tú eras así. Delicadeza total respecto a los demás.

«¡Felices los que construyen la paz, nos decías. Serán llamados hijos de Dios!»

«Aprended de mí que soy manso y humilde de corazón, y en mí hallaréis descanso.»

En este tiempo de alboroto y de violencia, hazme, Señor, un instrumento de tu paz, de tu silencio, de tu bondad.

PALABRA DE DIOS PARA CADA DIA 3
PRIMERAS LECTURAS PARA ADVIENTO - NAVIDAD
CUARESMA Y TIEMPO PASCUAL
EDIT. CLARET/BARCELONA 1983.Pág. 162 s.