El bautismo según el rito hispano-mozárabe

 

INTRODUCCIÓN

 

Una de las peculiaridades del rito hispano-mozárabe en lo que a la administración del bautismo se refiere, es que se realiza una sola inmersión (o en su lugar infusión o derramamiento de agua sobre la cabeza), en vez de la triple habitual en los otros ritos.

El origen de esta práctica se remonta a los tiempos visigóticos en que la herejía arriana estaba presente en la península. Para los arrianos, la triple inmersión significaba la distinta dignidad de las tres personas divinas y la pluralidad de naturalezas de Dios, algo completamente opuesto a la fe ortodoxa. De este modo, la Iglesia Católica practicaba, para evitar cualquier clase de confusión con el significado arriano, una única inmersión bautismal.

El arzobispo de Braga (actual Portugal) consultó al papa Vigilio (537-555) sobre si en Roma bautizaban también con una sola inmersión, a lo que este respondió que no, pero sin prescribir nada al respecto. También san Leandro, arzobispo de Sevilla consultó en torno al año 600 al papa Gregorio Magno (papa entre 590-604), quien consideró válidas tanto la simple como la triple inmersión siempre que con ellas se quisiera significar la fe verdadera: en el caso de la triple inmersión la distinción de las tres personas divinas, y en el caso de la simple, la unicidad de la naturaleza de Dios. Y puesto que en Hispania la triple inmersión tenía asociado un significado opuesto a la fe ortodoxa, recomendaba que se continuase con el bautismo mediante una sola inmersión.

La cuestión fue tratada en el IV Concilio de Toledo, con la notable intervención de san Isidoro, en el que aun reconociendo que ambas formas podían ser válidas prescribe (canon 6) que sólo siguiera vigente el bautismo mediante inmersión única.

El Concilio nos proporciona además otros argumentos interesantes fundados en la acción salvadora de Dios como una acción puntual en el tiempo. La inmersión única también significaría, en este sentido, el paso del pueblo de Dios del Mar Rojo «una sóla vez».

Reproducimos a continuación un artículo del P. Cleofé Sánchez Montealegre titulado "Liturgia bautismal y San Ildefonso" en el que quedan expuestas las sucesivas fases del ritual del bautismo en la Vigilia Pascual, según el rito hispano-mozárabe en paralelo a lo recogido por san Ildefonso en su obra De cognitione Baptismi.

 


Liturgia bautismal y San Ildefonso (1)

 

PRÓLOGO.

 

Con este título pretendo hacer una glosa de la liturgia bautismal según ha quedado registrada en el nuevo Missale Hispano Mozarabicum y un libro de San lldefonso, titulado, De cognitione Baptismi, en la inteligencia de que es un mero apunte y necesitaría un mayor y mejor desarrollo.

Como anotación previa, señalo las partes más destacadas de la Liturgia Bautismal según San Ildefonso, que, como es sabido, no se celebraba en una única sesión, sino que era la modalidad de etapas, tal como en la actualidad se habla de este tema en algunos artículos y manuales.

Estos son los puntos más salientes en sencilla enumeración.

San Ildefonso -él mismo lo confiesa- no es original en su tratado, ni siquiera en sus explicaciones. Es un tratadista que recoge lo mejor de la tradición y lo pone a disposición de sus fieles, necesitados de una buena instrucción catequética y mistagógica, es decir; explicación adecuada de la doctrina y del contenido de cada uno de los ritos de la Liturgia bautismal.

"Siguiendo la tradición apostólica y la de los antiguos Santos Padres y la enseñanza de la divina Escritura, el orden en que esa porción de esta Iglesia, que en este mundo corporal es convocada [...] queda reunido, así como ordenado y detallado, en la exposición de este libro, proponiendo por nuestra parte los misterios no con novedades nuestras, sino abriendo a las inteligencias y encomendando a la memoria la doctrina de los antiguos ". (Prefacio).

En este caso tenemos la oportunidad de iluminar con las mismas palabras de San Ildefonso los ritos bautismales, intentando presentar el itinerario y contenido de la Vigilia Pascual, según el nuevo Misal Mozárabe, seguido de la explicación de San Ildefonso.

 

APERTURA DE LA FUENTE

 

Terminada la Liturgia de la Palabra con la última lectura del Antiguo Testamento, se procede a la Liturgia Bautismal, que es la tercera parte de la Noche Santa. No obstante, se ha de abrir la Fuente, si se ha sellado al principio de la Cuaresma.

"Esta fuente, dado que está llena de los misterios de la salvación humana, con razón se abre y se cierra, a tenor del Pontifical, y se bendice para que se abra. Se clausura en los días de Cuaresma, se abre en los tiempos de Pascua. El cerrarla en Cuaresma significa que, excepto caso de gravísima necesidad, en estos días no se puede bautizar en manera alguna en todo el mundo. Pero el hecho de abrirla en Pascua por la bendición del pontífice significa que es manifiesto el misterio de la resurrección del Señor, en el cual se abrió la entrada de los hombres para la vida, con el intento de que, consepultado en la muerte de Cristo, resucite con él en la gloria de Dios..." (De Cognitione 107).

Así dice la Liturgia del Misal:

"Acercándonos a la venerable fuente de la salud eterna, con animados pasos, suplicamos tu magnificencia, omnipotente Dios dominador, para que mandes que la fuente sellada sea abierta para nosotros con las llaves de tu indulgencia y hagas partícipes a los sedientos del vaso dulcísimo de agua.

Suene sobre estas aguas la voz de tu divinidad, y el Espíritu de tu santificación que habita en ellas confiera a todos los enfermos el remedio. Lo que mana ciertamente del paraíso fluya ahora largamente de él para que los nuevos niños, propiciándolo tú, perciban los dones de las gracias celestes".

A continuación hay una admonición a los futuros bautizados rodeados de los ministros y padrinos. Resalto las ideas principales según el Misal:

" ... pidamos ... que ... nuestro Señor Jesucristo, su Hijo, conceda la gracia de la nueva creación a su pueblo que corre al bautismo saludable ... para que renazcan por el agua y el Espíritu Santo y consepultados en el baño con su Redentor ... resuciten en el reino para él, con el cual mueren en el bautismo".

En sentido mistagógico habla Ildefonso en el c. 97: "... se viene a la fuente, como al mar Rojo, para que los que habían sido esclavos en Egipto del príncipe Faraón, fabricando ladrillos con barro y ligeras pajas, esto es, los que se adherían al mundo bajo las órdenes del diablo en las acciones terrenas ... puedan llegar cuanto antes a su propia liberación bajo la capitanía de Cristo, como un nuevo Moisés".

Hechas todas estas cosas -prosigue el Misal- el sacerdote se acerca a la fuente, sopla a la fuente por tres veces y recita este exorcismo, con el rostro vuelto a occidente, lugar donde está la sede del demonio. "Apártate, espíritu inmundo, de todos aquellos de quienes nuestra fe ha de ocuparse por el ministerio del sacramento... Convengo contigo, por el común Dios, creatura del agua que... apartes de ti la comunión con demonios, toda compañía de iniquidad, extermina todafalta de la imaginación porque eres capaz de la percepción del Señor, para que ... restituyas inocentes a tu Creador e igualmente nuestro a los que hayas recibido culpables". Referido a los catecúmenos dice lldefonso: "Se insufla en aquéllos de quienes se expulsa su dominador, para que renuncien a él, bajo cuyo poder estaban sujetos, y, después de sacados del poder de las tinieblas, sean trasladados, por el sacramento del bautismo, al reino de su Señor... " (c. 27).

 

BENDICIÓN DE LA FUENTE.

 

"Santificada por la palabra de Dios seas, ola celeste, santificada seas, agua, pisada por las huellas de Cristo que, contenida por los montes, no eres encerrada... que, extendida por las tierras, no desapareces... Tú eres contenida por el vértice de los cielos; derramada por todo, lavas todas las cosas, pero no eres lavada... Eres una y misma: salud de los fieles y venganza para los infieles... Tú llevas a la gracia saludable los cuerpos resecos por el calor... Por ti el comienzo, por ti el término salta gozoso, o mejor, es Dios quien hace conocer tu objetivo. Pero tú, Señor, omnipotente Dios, de cuyo poder no somos desconocedores, mientras publicamos los méritos del agua, predicamos las cosas insignes de la obra, recibe propicio a los infieles y libera con solícita piedad a los cautivos. Devuelve lo que Adán perdió en el paraíso... Da saludable bebida, a los mal saturados por la malicia de la manzana a fin de que... sean curados con el divino antídoto. Lava la codicia de la tierra inculta, derriba la cerca que se mueve en oposición a la espada. Esté manifiesta a los que vuelven del campo la entrada. Reciban la imagen de la deidad en otro tiempo perdida por la envidia de la serpiente. Lo quefue contraído por culpa de la prevaricación, sea borrado por la pureza de esta agua... para que renovados en esta mística del agua, se reconozcan redimidos y renacidos".

Ildefonso en su capítulo 109 narra los misterios de la Fuente, anotando algunas tipologías, que contenidas en la Liturgia Mozárabe, se han omitido por brevedad. Asimismo anota la rúbrica del paso del Obispo a la fuente al estilo de Moisés en nombre del Señor.

Entresaco sólo estos pensamientos complementarios: "Allí Moisés golpeó con la vara las aguas y abrió paso para salvarse. El Obispo aquí toca las aguas con el sello del lignum crucis y abre su puerta de salvación... Se derrama óleo para que se acepte (el agua) como participante con la infusión de la gracia (del óleo) de aquel ministerio por el que en el principio de la creación el espíritu de Dios iba sobre las aguas. Pronuncia la bendición para que haga que él pueda abolir el poder del maldito".

Siguiendo el Misal, ahora se hace la mezcla del agua y del aceite u óleo con la bendición apropiada que omito, por tener los mismos pensamientos ya expuestos en lldefonso y apuntados en la oración precedente del misal, aunque con insistencia en la libertad, purificación, condonación y don de gracia en una vida "féliz siendo Tú, continua ayuda".

 

RENUNCIAS Y PROFESIÓN DE FE.

 

Llegado este momento, dicen las rúbricas del Misal, los bautizandos son presentados al Obispo o Sacerdote principal, a quien responderán por sí mismos si lo pudieren hacer o en su defecto lo harán los padrinos.

¿Renuncias tú, N., siervo de Dios al diablo y a sus ángeles?
¿A sus obras?... ¿A sus dominios?
¿Cómo quieres ser llamado?
¿Crees, N., en Dios Padre ominipotente?
¿En Jesucristo, su único Hijo, Dios y Señor nuestro?
¿Y en el Espíritu Santo?

Por obvias se han omitido las respuestas en uno y otro caso.

Explicación mistagógica de San Ildefonso:

"Dos son los compromisos. El primero, cuando se renuncia al diablo, diciendo: 'Renuncio a ti, diablo, y a tus ángeles, a tus obras y a tus mandatos', no debe, por tanto, ser esclavo de él, ni de las pasiones terrenas del cuerpo, ni de los errores de la inteligencia depravada quien, sumergiendo toda maldad como si fuera plomo, fortalecido a derecha e izquierda con buenas obras, se esfuerce por atravesar sin tropiezo los bajíos de este mundo. El segundo, por el que se confía a Dios en el nombre de la Trinidad, para que manteniendo la fuerza de su amor, permanezca con Él en sus alabanzas por siglos sempiternos " (c. 111).

 

BAUTISMO.

 

Por inmersión simple, dice el sacerdote:

Y YO TE BAUTIZO EN EL NOMBRE DEL PADRE Y DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO PARA QUE TENGAS VIDA ETERNA. (3)

Se responde con el consabido Amén.

¿Cómo lo explica San Ildefonso? En el capítulo 112 hace la catequesis de este momento: "Después, conforme al precepto del Señor, que ordena: 'Id, enseñad a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, agregando el sacerdote: para que tengas vida eterna', es bañado el individuo en el agua; y entonces se manifiesta la firme promesa que hizo el Señor: El que cree en mí tiene la vida eterna. Y si se confiere el bautismo omitiendo cualquiera de las Personas, hay que creer que no ha tenido ningún efecto la solemnidad del bautismo si no invoca realmente toda la Trinidad, pues también el bautismo del Señor, cuando era bautizado por Juan, se celebró con el dogma de la Trinidad. Pues al decir Dios: Este es mi Hijo, era el Padre en la voz, el Hijo en la realidad de su humanidad, el Espíritu Santo en la figura de la paloma".

Ni qué decir tiene que si no se ha hecho por inmersión, se puede hacer con una sola infusión o derramamiento de agua sobre la cabeza.

 

CRISMACIÓN.

 

Una vez secado el niño o el adulto, se tiene al niño en el brazo derecho, con la cabeza descubierta y le crisma el sacerdote con estas palabras:

EL SIGNO DE LA VIDA ETERNA,
QUE DIOS PADRE TODOPODEROSO
DIO POR JESUCRISTO, SU HIJO, PARA SUS FIELES EN TESTIMONIO DE SALVACIÓN.

El Cognitione Baptismi explica cómo el Espíritu obra de modo invisible la unción del alma por medio de la unción visible del cuerpo, como previamente había explicado el hecho de inmergir al niño en el agua a semejanza de la muerte de Cristo, con las aclaraciones sobre la inmersión simple o triple. (c. 117).

Ahora se habla de los capítulos 124 y 131, de los que se extractan las ideas principales referidas a la crismación. "El hombre es ungido exteriormente por este santo crisma, e interiormente se le infunde la virtud del Espíritu Santo, para que purificado el hombre con el bautismo en su totalidad, todo él crezca por la unción del espíritu, recibiendo el alma la fortaleza de la misma unción del Espíritu Santo, de modo que conozca a Dios como su habitador, ame a quien recibe en su interior, esté siempre con Él, sea regido por Él y haga la voluntad de Él; no lo contriste porque el hombre ha sido sellado con Él en el día de su redención para ser, entre los miembros de Cristo, uno solo con Cristo en cuanto crece y se rige por el Espíritu de Cristo".

¿Quién debe consagrar el CRISMA? "No por otro que por el Obispo, como afirma el papa San Inocencio. Pues los presbíteros, aunque sean sacerdotes, no tienen, sin embargo, la cumbre del Pontificado. Y a solos los Pontífices les corresponde tanto administrar la confirmación como conferir el Espíritu Santo; y esto no sólo lo prueba la costumbre de la Iglesia, sino también aquel texto anterior de los Hechos de los Apóstoles que afirma que Pedro y Juan se dirigieron a conferir el Espíritu Santo a los ya bautizados... "

 

IMPOSICIÓN DE MANOS.

 

"Espíritu Santo, omnipotente Dios, que eres coeterno con el Padre y el Hijo... que por la inestimable santidad de su paz fueras ya colocado en los pechos de los apóstoles ... formaste de nuevo al que nacía... por la imposición de manos, después de la fiesta albeada del bautismo...

De ti se origina la fe, por ti se extiende la fe, por ti se arma la fe. En ti el conocimiento de la nueva vida, por ti la purificación de la vieja vida...

Dales, Señor, sabiduría, con la cual pisoteen la necedad que ensucia ... Da entendimiento, con el cual observen las medicinas de los preceptos celestes ... Da consejo, para que conozcan que Tú eres lo que eres... Da fortaleza para que quebranten y rechacen los dardos del Maligno... Da sabiduría para que sepan ambicionarte a ti y no lloren al desconocerse. Da piedad, que se conoce ser útil para adquirir todas las cosas saludables. Da tu temor con el cual mientras te teman, nada se debe temer... para que persistiendo en ellos el fuego de tu fortaleza, la llama de tu amor haga prevalecer el vigor..."

Así reza el extracto de la imposición de manos según el Misal. Véase ahora algunos de los pensamientos de San lldefonso, en los capítulos 125-127. "Esta unción pone de relieve Juan cuando dice: Para que sepáis que tenéis la unción, y en cuanto a nosotros, la unción que hemos recibido de Él, permanezca en nosotros. El misterio de esta unción es la virtud invisible, la unción invisible es el Espítiru Santo, la unción invisible es la caridad que será como la raíz de aquella vida en cualquiera que la tuviere, aunque puede secarla el ardiente sol de la persecución".

"Se hace esta distribución de dones en cuanto Dios todopoderoso de tal modo regula todo con la norma secreta de su juicio interno, que cuando levanta a cada uno por la gracia otorgada, también por una gracia diferente somete unos a otros, y cada uno ve por otro don que es mejor aquel que le está sometido..."

"El principio de la sabiduría es el temor del Señor, consta indudablemente que del temor se asciende a la sabiduría, pero no de la sabiduría se vuelve al temor, porque ciertamente la sabiduría tiene la caridad perfecta, y está escrito: 'La caridad perfecta echa fuera el temor'. El profeta, por tanto, que partía de lo celeste a lo terreno, comenzó la sabiduría y descendió al temor. Pero nosotros, ya que nos dirigimos de lo terreno a lo celestial, debemos enumerar los mismos grados ascendiendo, para que podamos llegar desde el temor a la sabiduría. En nuestra concepción mental, el primer grado de la ascensión es el temor del Señor; el segundo, la piedad; el tercero, la ciencia; el cuarto, la fortaleza; el quinto, el consejo; el sexto, el entendimiento; el séptimo, la sabiduría... "

Así sigue el Santo glosando los dones teniendo como punto de arranque el temor que impulsa al hombre en el camino de la ascensión.

"Esta acción viene a significar que, al bendecir con palabras, se infunde el espíritu; cuando se toca con las manos, se representa la operación del poder espiritual... El sacerdote impone las manos a los fieles con la bendición, porque tiene poder, conferido por la autoridad divina, para manifestar en las palabras de la bendición la infusión del espíritu y con la imposición de la mano se realice con vigor el contacto de la gracia espiritual" (c. 128).

 

IMPOSICIÓN DE LAS TÚNICAS BLANCAS.

 

Es el momento de imponer la túnica blanca a cada uno de los bautizados, que últimamente ha sido reemplazada por el velo en la cabeza. En el Misal Mozárabe así dice el Obispo o el Sacerdote:

RECIBE LA TÚNICA BLANCA, LA TÚNICA NUPCIAL,
QUE HAS DE PRESENTAR CON PUREZA DE CORAZÓN
ANTE EL TRIBUNAL DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO PARA LA VIDA ETERNA.
Amén.

No he encontrado el comentario de la imposición en San Ildefonso, sin embargo consta el momento del despojo de las túnicas que el Santo comenta como se anota en el capítulo 140: "Señor Jesucristo... cumple para con esta tu familia, que, sellada con tu nombre, purificada con el agua sagrada y llena de tu espíritu, se goce también saciada y redimida con tu cuerpo y sangre, a fin de que practiquen sin cesar para la salvación necesaria estos sacramentos que recibieron para una nueva vida, de tal modo que lleguen con seguridad desde aquí a la recompensa de la bienaventuranza".

 

PADRENUESTRO.

 

Aunque no consta en el Misal, en cuanto rito propio de los bautizados, el Padre nuestro y la Comunión, que en otros tiempos sí que había rúbrica al respecto, anoto el comentario a estas dos partes del antiguo rito en palabras de San lldefonso.

Hace una glosa de todas y cada una de las peticiones y así habla del templo "que debemos ser nosotros mismos" y por eso pertenecemos a su familia de adopción. Sea santificado tu nombre, para que "sea considerado por los hombres". Cúmplase tu voluntad como en el cielo, así en la tierra, "le suplicamos para nosotros la obediencia de que se cumpla en nosotros su voluntad como se cumple en sus ángeles del cielo". Danos hoy nuestro pan de cada día, "se significa en este tiempo... significando con el nombre de pan todo o el sacramento de los fieles". Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores, "nos advertimos a nosotros mismos qué es lo que pedimos y qué es lo que hacemos para merecer recibirlo". No nos dejes caer en la tentación "indicamos que pedimos esto para no consentir, engañados, en alguna tentación o, atacados, ceder a ella sin la ayuda de Dios". Líbranos del mal "nos movemos a pensar que todavía no estamos en aquel bien donde no padecemos ningún mal". (c. 133).

 

COMUNIÓN.

 

La fórmula de la Comunión en el Rito Mozárabe difiere de la del Rito Romano. Está contemplado dar siempre la comunión "sub bina specie" (2) con fórmula apropiada en cada caso:

EL CUERPO DE CRISTO SEA TU SALVACIÓN
LA SANGRE DE CRISTO PERMANEZCA CONTIGO
COMO VERDADERA REDENCIÓN.

Después de hacer una recapitulación de los pasos que hasta ahora ha dado el bautizado, Ildefonso se planta ante la "participación de la refección celestial" haciendo una glosa de Jn. 6,51,56-57 y de la carta a los Corintios primera 10, 1. Termina el capítulo 136 con estas palabras: "Por esto el que no permanece en Cristo y en el que no está en Cristo, ése, sin duda, ni come su carne ni bebe su sangre aunque coma y beba para su propio juicio el sacramento de tan alto misterio". Palabras que más tarde recordará Santo Tomás en el himno del Corpus Christi.

"Lo que veis, por tanto, es pan, y el cáliz, lo que os declaran vuestros ojos. Lo que, empero, vuestra fe, que debe ser instruida, pide: el pan es el cuerpo de Cristo; el cáliz, la sangre de Cristo. Claro que está dicho en pocas palabras, lo que quizá sea suficiente para la fe. Pero la fe pide instrucción, pues dice el Profeta: Si no creyeréis, no entenderéis " (c. 137).

 

A MODO DE CONCLUSIÓN.

 

¿Una manera singular? Sencillamente un intento simple sencillo, e incompleto de rastrear la tradición de la Iglesia tal como ha llegado hasta San Ildefonso, donde tenemos ya un verdadero tratado de Liturgia bautismal. No es original, como él mismo reconoce en el prefacio, pero tiene la ventaja de la resonancia de toda la tradición patrística tanto oriental como occidental. Es claro que los pasos anotados por San Ildefonso eran las etapas distintas del catecumenado hasta las catequesis mistagógicas, es decir, las catequesis que seguían al Bautismo explicando los misterios recibidos.

¿Se ha conseguido iluminar el ritual contenido en el actual Misal? Ha sido una pretensión que sólo quiere anotar la validez de volver la vista a nuestros Padres en la fe y entonces se dará un verdadero renacimiento de la Iglesia.


Nota precisa. Se ha seguido la traducción de:


(1) Crónica mozárabe. Núm. 41, septiembre 1995. Edición digital.
(2) Bajo las dos especies. (N. de la Ermita)
(3) Et ego te baptizo in nomine Patris et Filii et Spiritus Sancti, ut habeas vitam aeternam, Amen.(N. de la Ermita)