LECTURAS BÍBLICAS DE LAS MISAS DE CUARESMA

 

MIÉRCOLES DE CENIZA

Tiempo favorable para convertirse obrando según Dios.

Joel 2,12-18. Se convoca al pueblo para proclamar el ayuno. El oráculo del Señor dice: convertíos, rasgad los corazones y no las vestiduras.

Sal 50,3-6.12-14.17. Misericordia, Señor, hemos pecado. Oh Dios, crea en mi un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme.

2 Cor 5,20-6,2. En nombre de Cristo, dice Pablo, os pedimos que os reconciliéis con Dios. Ahora es el tiempo favorable, el día de salvación.

Mt 6,1-6.16-18. Cuidar de no practicar las virtudes para ser vistos por los hombres sino Para ser vistos por Dios.

 

JUEVES DESPUÉS DE CENIZA

Elegir entre la vida o la muerte

Dt 30,15-20. Elegir entre la vida o la muerte, la bendición o maldición. Elige la vida y vivirás amando al Señor.

Sal 1,1-6. Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor. Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos.

Lc 9,22-25. El que pierda su vida por el Señor la salvará. Quien quiere salvar su vida la perderá. ¿De qué sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde?

 

VIERNES DESPUÉS DE CENIZA

Ayunar mientras se espera al Señor.

Is 58,1-9a. El ayuno que quiere el Señor es abrir las prisiones..., partir el pan con el hambriento, hospedar... vestir...

Sal 50,3-6,18-19. Un corazón quebrantado y humillado, tú, Dios mío, no lo desprecias. Los sacrificios no te satisfacen... Mi sacrificio es un espíritu quebrantado; un corazón quebrantado y humillado, tú no lo desprecias.

Mt 9,14-15. Llegará un día en que se lleven al novio, y entonces ayunarán.

 

SÁBADO DESPUÉS DE CENIZA

Cambiar de vida.

Is 58,9b-14. Si destierras de ti la opresión... si compartes el pan con el hambriento... brillará tu luz en las tinieblas... entonces el Señor será tu delicia.

Sal 85,1-6. Enséñame, Señor, tu camino, para que siga tu verdad. Protege, Señor, mi vida y salva a tu siervo, que confia en ti.

Lc 5,27-32. El Señor dijo a Leví: Sígueme. Dejándolo todo, lo siguió. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.

 

DOMINGO PRIMERO DE CUARESMA

Ciclo A

Gn 2,7-9;3.1-7. Creación y pecado de los primeros padres.

Sal 50,3-6.12-14.17. Misericordia, Señor, hemos pecado.

Rm 5, 12-19. Si creció el pecado, más abundante fue la gracia.

Mt 4, 1-11. Jesús ayuna durante cuarenta días y es tentado.

La tentación más grande del hombre es el no querer conocer y aceptar sus propios límites (1 Lect.). Cristo, a diferencia de Adán, acepta plenamente la condición humana, reconociendo la dependencia de Dios y rechazando el proyecto autónomo (Ev.). Y así Cristo constituye la nueva humanidad, en donde sobreabunda la gracia (2 Lect.).

Ciclo C

Dt 26,4-10. Profesión de fe del pueblo escogido. 

Sal 90. Acompáñame, Señor en la tribulación.

Rm 10,8-13. Profesión de fe del que cree en Jesucristo.

Lc 4,1-13. El Espíritu le iba llevando por el desierto y era tentado.

La liturgia abre el tiempo cuaresmal agradeciendo al Señor las obras maravillosas que ha realizado y confesando la fe en Él, Señor de la historia (1 Lect.). Pablo invita a la profesión de fe en Cristo, resucitado de entre los muertos y fuente de salvación para todos (2 Lect.). Jesús en el desierto ora al Padre y vence las tentaciones del diablo con las armas de la fe y la obediencia a la Palabra de Dios (Ev.).

 

LUNES DE LA PRIMERA SEMANA

Practicar la verdadera religión.

Lv 19,1-2.11-18. Sed santos porque Dios es santo. Seréis santos cumpliendo los preceptos del Señor.

Sal 18, 8-10.15. Tus palabras, Señor, son espíritu y vida. Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.

Mt 25,31-46. Venid vosotros, benditos de mi Padre, porque... Apartaos de mi, malditos, porque...

 

MARTES DE LA PRIMERA SEMANA

Hacer la voluntad de Dios.

Is 55,10-11. La palabra que sale de la boca de Dios no vuelve a El vacía, sino que hace su voluntad.

Sal 33,47.16-19. El Señor libra de sus angustias a los justos. Yo consulté al Señor, y me respondió.

Mt 6,7-15. El Señor enseñó a orar. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

 

MIÉRCOLES DE LA PRIMERA SEMANA

Urgencia de conversión.

Jonás 3,1-10. Dentro de 40 días Nínive será destruida. Los ninivitas creyeron en Dios y se convirtieron.

Sal 50, 3-4.12-13.18-19. Un corazón quebrantado y humillado tú, Dios mio, no lo desprecias. Por tu inmensa compasión borra mi culpa; lava del todo mi delito.

Lc 11, 29-32. Jonás ha sido un signo para los habitantes de Nínive. Lo mismo será el Hijo del Hombre para esta generación.

 

JUEVES DE LA PRIMERA SEMANA

Renovar la fe en la oración.

Ester 14,1.3-5.12-14. El Pueblo de Dios sufre. Ester busca en Dios la ayuda necesaria.

Sal 137,1-3.7-8. Cuando te invoqué, me escuchaste, Señor. Señor, tu misericordia es eterna, no abandones la obra de tus manos.

Mt 7,7-12. Pedid y se os dará; llamad y se os abrirá, buscad y encontraréis.

 

VIERNES DE LA PRIMERA SEMANA

Reconciliación con Dios y con los hermanos

Ez 18,21-28. Si el malvado se convierte y guarda los preceptos, ciertamente vivirá y no morirá.

Sal 129,1-8. Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podra resistir? Porque del Señor viene la misericordia y él redimirá a Israel de todos sus delitos.

Mt 5,20-26. Al presentar tu ofrenda al altar y recordar que has ofendido a tu hermano, deja la ofrenda, reconcíliate y luego presenta tu ofrenda a Dios.

 

SÁBADO DE LA PRIMERA SEMANA

Corresponder a la elección.

Dt 26,16-19. El Señor eligió a su Pueblo. Este deberá guardar todos los preceptos del Señor y será el pueblo santo.

Sal 118,1-8. Dichoso el que camina en la voluntad del Señor. Quiero guardar tus leyes exactamente, tú no me abandones.

Mt 5,43-48. ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto.

 

DOMINGO SEGUNDO DE CUARESMA

Ciclo A

Gn 12,1-4a. Vocación de Abrahán, padre del pueblo de Dios.

Sal 32,4-5.18-20.22. Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros, como lo esperamos de ti.

2 Tm 1,8b-10. Dios nos llama y nos ilumina.

Mt 17,1-9. Su rostro resplandecía como el sol.

Dios llama a Abrahán a que salga de su tierra y le señala la nueva tierra, fuente de bendición y de gracia (1 Lect.). Jesús, transformado enseña a sus apóstoles la tierra prometida. Para llegar a ella es necesario recorrer el camino que pasa por la cruz y la resurrección (Ev.). El cristiano, llamado a una vida santa, debe asumir los duros trabajos del Evangelio (2 Lect.).

 

Ciclo C

Gn 15,5-12.17-18. Dios hace alianza con Abrahán, el creyente. 

Sal 26. El Señor es mi luz y mi salvación.

Flp 3,17-4,1. Cristo nos transformará según el modelo de su cuerpo glorioso.

Lc 9,28b-36. Mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió.

Abrahán, primer caminante de la fe, cree en la Palabra de Dios que promete una tierra y el Señor establece una alianza con él y su descendencia (1 lect.). El cristiano, ciudadano de la tierra nueva del cielo, es amigo de la cruz del Señor (2 Lect.). La transfiguración de Jesús en el monte Tabor es prefiguración de su gloria después de la prueba de la cruz (Ev.).

 

LUNES DE LA SEGUNDA SEMANA

Perdonar como Dios perdona para ser perdonados

Dt 9,4b-10. Nos abruma la vergüenza porque hemos pecado contra ti. El Señor es compasivo y perdona.

Sal 78,8-11.13. Señor, no nos trates como merecen nuestros pecados. Socórrenos, Dios, salvador nuestro, líbranos y perdona nuestros pecados.

Lc 6,36-38. Perdonad y seréis perdonados. La medida que uséis, la usarán con vosotros.

 

MARTES DE LA SEGUNDA SEMANA

Hacer el bien de palabra y de obra

Is 1,10.16-20. Aprended a obrar el bien y a obedecer. Así los pecados serán blanqueados como nieve.

Sal 49,8-9.16-17.21-23. Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios. ¿Por qué recitas mis preceptos... y te echas a la espalda mis mandatos?

Mt 23,1-12. Haced y cumplid lo que os digan los escribas y fariseos; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos no hacen lo que dicen. El primero entre vosotros será vuestro servidor.

 

MIÉRCOLES DE LA SEGUNDA SEMANA

Acompañar a Cristo en su Pasión

Jr 18,18-20. Venid, maquinemos contra Jeremías. Han cavado una fosa para mí. Acuérdate de cómo estuve en tu presencia.

Sal 30,5-6.14-16. Sálvame, Señor, por tu misericordia. En tu mano están mis azares, líbrame de los enemigos que me persiguen.

Mt 20,17-28. ¿Sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber? Somos. Mi cáliz lo beberéis.

 

JUEVES DE LA SEGUNDA SEMANA

Confiar en los verdaderos valores

Jr 17,5-10. Bendito quien pone su confianza en el Señor. Maldito quien confía en el hombre apartando su corazón del Señor.

Sal 1,1-6. Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor. Dichoso el hombre que su gozo es la ley del Señor y medita su ley día y noche.

Lc 16,19-31. Había un hombre rico que vestía de púrpura. Había un mendigo llamado Lázaro.

 

VIERNES DE LA SEGUNDA SEMANA

Acoger el Reino y no rechazar al enviado

Gn 37,3-4.12-13a.17b-28. José vendido par sus hermanos.

Sal 104,16-21. Recordad las maravillas que hizo el Señor. La palabra del Señor acreditó a José. El rey lo nombró administrador de su casa.

Mt 21,33-34.45-46. Matemos al heredero. La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular.

 

SÁBADO DE LA SEGUNDA SEMANA

Levantarse y volver al Padre

Mi 7,14-15.18-20. El Señor no mantendrá por siempre la ira, pues se complace en la misericordia. Volverá a compadecerse y extinguirá nuestras culpas.

Sal 102,1-4.9-12. El Señor es compasivo y misericordioso. Como se levanta el cielo sobre la tierra, se levanta su bondad sobre sus fieles.

Lc 15,1-3.11-32. El hijo pródigo volvió a la casa paterna reconociendo que había pecado contra el cielo y contra su padre.

 

DOMINGO TERCERO DE CUARESMA

Ciclo A

Ex 17,3-7. Danos agua de beber.

Sal 94,1-2.6-9. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: "No endurezcáis vuestro corazón".

Rm 5,1-2.5-8. El amor de Dios ha sido derramado en nosotros con el Espiritu Santo que se nos ha dado.

Jn 4,5-42. Un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna.

Hoy comienza la segunda serie de domingos cuaresmales. Su característica es catecumenal y prepara a los sacramentos de la iniciación cristiana en la Vigilia Pascual. No sólo existe un agua que sacia la sed en el desierto y evita la muerte (1 Lect.). Existe también un agua que da la vida eterna: Cristo (Ev.). La vida que nos da Cristo es la justificación por la fe y la esperanza (2 Lect.).

 

Ciclo C

Ex 3,1-8a.13-15. "Yo soy, me envía a vosotros".

Sal 102. El Señor es compasivo y misericordioso.

1 Co 10,1-6.10-12. La vida del pueblo con Moisés en el desierto se escribió para escarmiento nuestro.

Lc 13,1-9. Si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera.

Las lecturas de hoy presentan una triple conversión: Moisés, después de su experiencia del encuentro con Dios, cambia de vida para liberar a su pueblo: conversión liberadora (1 Lect.). Pablo recomienda a los corintios: que se comporten cristianamente, la conversión por el ejemplo (2 Lect.). Jesús invita a comprender los signos para estar atentos a la conversión y no perecer (Ev.).

 

LUNES DE LA TERCERA SEMANA

SAN JOSÉ, ESPOSO DE LA VIRGEN MARÍA

2S 7,4-5a.12-14a.16. El Señor Dios le dará el trono de David su padre.

Sal 88 2-5.27.29. Su linaje será perpetuo.

Rm 4,13.16-18.22. Apoyado en la esperanza, creyó, contra toda esperanza.

Mt 1,16.18-21.24a. José hizo lo que le había mandado el ángel del Señor.

o bien:

Lc 2,41-51a. Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados.

La solemnidad de San José en el interior de la Cuaresma, lejos de ser un obstáculo, ayuda a encontrar un modelo de respuesta generosa a la llamada de Dios. José es semejante a Abrahán en su fe incondicional. Hombre justo y fiel a quien Dios quiso escoger para ponerlo al frente de su familia, creyó contra toda esperanza y en silencio cumplió la voluntad de Dios.

 

LUNES DE LA TERCERA SEMANA

Desconfiar de los privilegios y abrirse a la universalidad de la salvación

2 R 5,1-15a. La curación de un extranjero: Naamán. Muchos leprosos había en Israel, sin embargo, ninguno de ellos fue curado, más que Naamán, el sirio.

Sal 41,2-3; 42,3-4. Mi alma tiene sed del Dios vivo. ¿Cuándo veré el rostro de Dios? Envía tu luz y tu verdad: que ellas me conduzcan hasta tu monte santo.

Lc 4,24-30. Jesús, igual que Elías y Eliseo, no ha sido enviado, únicamente a los judíos.

 

MARTES DE LA TERCERA SEMANA

La compasión de Dios invita a perdonar

Dn 3,25.34-43. Por el honor de tu nombre, no nos desampares para siempre. Trátanos según tu piedad.

Sal 24,4-9. Señor, recuerda tu misericordia.

Mt 18,21-35. El Señor tuvo lástima de aquel empleado. Pero éste no perdonó a su compañero. Lo mismo hará con vosotros el Padre del cielo, si cada cual no perdona de corazón a su hermano.

 

MIÉRCOLES DE LA TERCERA SEMANA

Recordar la ley de Dios y observarla

Dt 4,1.5-9. Moisés habló al pueblo diciendo: Escucha los mandatos y decretos que yo os mando cumplir.

Sal 147,12-1619-20. Glorifica al Señor, Jerusalén. Anuncia su palabra a Jacob, sus decretos y mandatos a Israel.

Mt 5,17-19. Quien cumpla y enseñe los preceptos del Señor será grande en el reino de los cielos.

 

JUEVES DE LA TERCERA SEMANA

Vigilar para no cerrarse a la salvación

Jr 7,23-28. El pueblo no escuchó ni prestó oído al Señor, caminaba según sus ideas. Endurecieron la cerviz.

Sal 94,1-2.6-9. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: "No endurezcáis vuestro corazón".

Lc 11,14-23. Vigilar porque el Reino de Dios ha llegado. El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo, desparrama.

 

VIERNES DE LA TERCERA SEMANA

Amar a Dios sobre todas las cosas

Os 14,2-10. No volveremos a llamar Dios a la obra de nuestras manos.

Sal 80,6c-11.14-17. Yo soy el Señor, Dios tuyo: escucha mi voz.

Mc 12,28b-34. El Señor, nuestro Dios, es el único Señor y lo amarás.

 

SÁBADO DE LA TERCERA SEMANA

Presentar al Señor un corazón humillado como sacrificio

Os 6,1b-6. El Señor no quiere sacrificios ni holocausto, sino misencordia y conocimiento de Él.

Sal 50,3-4.18-21. Quiero misericordia, y no sacrificios. Los sacrificios no te satisfacen. Mi sacrificio es un espíritu quebrantado; un corazón quebrantado y humillado, tú no lo desprecias.

Lc 18,9-14. La oración autojustificante del fariseo en el templo. Oración justificadora del publicano humillado ante el Señor.

 

DOMINGO CUARTO DE CUARESMA

Ciclo A

1 S 16,1b.6-7.10-13a. David es ungido rey de Israel.

Sal 22,1-6. El Señor es mi pastor, nada me falta.

Ef 5,8-14. Levántate de entre los muertos y Cristo será tu luz.

Jn 9,1-41. Fue, se lavó y volvió con vista.

El domingo pasado se centraba en el agua, el presente en el signo de la luz. El cristiano está llamado a la luz, a la luz de la fe. Dios ilumina al profeta para ungir al escogido. David descubre su misión (1 Lect.). La luz pone al descubierto las cosas. La luz pide permanecer en un comportamiento de vida (2 Lect.) El que cree y confía en la Palabra de Jesús llega a la luz (Ev.).

 

Ciclo C

Jos 5,9a.10-12. El pueblo de Dios celebra la pascua al entrar en la tierra prometida.

Sal 33. Gustad y ved qué bueno es el Señor.

2Co 5,17-21. Dios, por medio de Cristo, nos reconcilió consigo.

Lc 15,1-3.11-32. Este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido.

El amor de Dios Padre se manifiesta dando una patria al pueblo de Israel (1 Lect.), una casa paterna al hijo que vu ive v.), y una personalidad nueva en Cristo que reconcilia (2 L . ; el hombre, en cambio, celebra el don de Dios (1 Lect.), reconoce su pecado y vuelve arrepentido a los brazos del Padre (Ev.). Reconoce también que la iniciativa de la reconciliación viene de Dios por medio de Cristo reconciliador (2 Lect.).

 

LUNES DE LA CUARTA SEMANA

Acoger la vida

Is 65,17-21. El Señor creará un cielo nuevo y una tierra nueva. Transformará a Jerusalén en alegría y no se oirán en ella gemidos ni llantos.

Sal 29,2-ó.11-1 3b. Te ensalzaré, Señor, porque me has librado. Señor, sacaste mi vida del abismo, me hiciste revivir cuando bajaba a la fosa.

Jn. 4,43-54. Curación del hijo del funcionario real de Cafarnaún. Y creyó él con toda su familia.

 

MARTES DE LA CUARTA SEMANA

Recordar el agua vivificante y curante

Ez 47,1-9.12. El agua recorre el templo y desemboca en el mar saneándolo.

Sal 45,2-3.5-6.8-9. El Señor de los ejércitos está con nosotros, nuestro alcázar es el Dios de Jacob. El correr de las acequias alegra la ciudad de Dios, el Altísimo consagra su morada.

Jn 5,1-3.5-16. El agua que sana de la piscina de Betesda. Cristo cura al enfermo en sábado.

 

MIÉRCOLES DE LA CUARTA SEMANA

Escuchar al Hijo y creer en el Padre es obtener la luz y la vida.

Is 49 8-15. El Señor dice: En tiempo de gracia te he respondido, en día propicio te he auxiliado; para decir a los cautivos: "Salid", a los que están en tinieblas: "Venid a la luz".

Sal 144,8-9.13-18. El Señor es clemente y misericordioso. Cerca está el Señor de los que lo invocan, de los que lo invocan sinceramente.

Jn 5,17-30. Quien escucha la palabra del Hijo y cree en el Padre ha pasado ya de la muerte a la vida.

 

JUEVES DE LA CUARTA SEMANA

Arrepentirse de los pecados.

Ex 32,7-14. Arrepiéntete de la amenaza contra el pueblo.

Sal 105,19-23. Acuérdate de mi, Señor, por amor a tu pueblo.

Jn 5,31-47. Hay uno que os acusa: Moisés, en quien tenéis vuestra esperanza.

 

VIERNES DE LA CUARTA SEMANA

 La Cuaresma: Elegir el campo: el del justo perseguido o el de los perseguidores. 

Sb 2,1a.12-22: El impío maquina eliminar al justo porque sus palabras y acciones son incómodas. 

Sal 33,17-23. El Señor está cerca de los atribulados. Aunque el justo sufra muchos males, de todos los librará el Señor. 

Jn 7,1-2.10.25-30. Intentan agarrar a Jesús, el Justo, para matarlo, pero nadie le pudo echar mano, porque todavía no había llegado su hora.

SÁBADO DE LA CUARTA SEMANA

¿Qué decimos de Jesús?

Jr 11,18-20. El profeta Jeremías habla del Mesías: cordero llevado al matadero.

Sal 7,2-3,9-12. Señor, Dios mío, a ti me acojo. Cese la maldad de los culpables, y apoya tú al inocente, tú que sondeas el corazón y las entrañas, tú, el Dios justo.

Jn 7,40-53. El pueblo se pregunta quién es Jesús. ¿Es que de Galilea va a venir el Mesías?

 

DOMINGO QUINTO DE CUARESMA

Ciclo A

Ez 37,12-14. Os infundiré mi espíritu y viviréis.

Sal 129,1-4.6-8. Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa.

Rm 8,8-11. El Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros.

Jn 11,1-45. Yo soy la resurrección y la vida.

En el contexto litúrgico cuaresmal la resurrección de Lázaro, además de ser anuncio y signo de la Pascua del Señor, presenta también una dimensión bautismal. A veces nos cuesta creer en las palabras claves de este domingo: "Yo soy la resurrección y la vida". Son la raíz de nuestra fe y esperanza. Ezequiel, con la imagen de la reanimación, anuncia la reconstrucción de Israel y proclama una vida nueva para el pueblo (1 Lect.). Cristo restituye a Lázaro a la vida (Ev ). La resurrección de Lázaro es anticipo de la resurrección de Cristo y de todos aquellos en los que habita el Espíritu (2 Lect.).

 

Ciclo C

Is 43,16-21. Mirad que realizo algo nuevo y apagaré la sed de mi pueblo.

Sal 125. El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres.

Flp 3,8-14. Por Cristo lo perdí todo, muriendo su misma muerte.

Jn 8,1-11. El que esté sin pecado que tire la primera piedra.

Dios dispuesto siempre a dar al hombre un futuro nuevo, liberándolo de las esclavitudes (1 Lect.). Cada uno descubre su propia condición de pecador cuando se encuentra con Cristo que perdona y libera de la muerte (Ev.). Por este motivo, delante de aquel que salva, todo lo demás es considerado insignificante (2 lect.).

 

LUNES DE LA QUINTA SEMANA

Dios salva, no condena

Dn 13,1-9.15-17.19-30.33-62. La historia de Susana. Dios salva a los que esperan en él.

Sal 22,1-6. Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo porque tú vas conmigo. Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida.

Jn 8,1-11. La mujer adúltera. Jesús no la condenó. Anda, y en adelante no peques más.

 

MARTES DE LA QUINTA SEMANA

Mirar al Crucificado es vivir

Nm 21,4-9. Cuando un hebreo era mordido por una serpiente, si miraba la serpiente de bronce se curaba

Sal 101,2-3.16-21. Señor, escucha mi oración, que mi grito llegue hasta ti. El Señor ha mirado desde el cielo para escuchar los gemidos de los cautivos y librar a los condenados a muerte.

Jn 8,21-30. Cuando sea levantado el Hijo del hombre, sabréis quién es. Si no creéis moriréis por vuestros pecados.

 

MIÉRCOLES DE LA QUINTA SEMANA

La fidelidad libera

Dn 3,14-20.91-92.95. Historia de los tres jóvenes en el horno. Dios premia su fidelidad librándoles de las llamas.

Sal Dn 3,52-56. A ti gloria y alabanza por los siglos. Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres, bendito tu nombre santo y glorioso.

Jn 8,31-42. Si os mantenéis en mi palabra, dice Jesús, seréis de verdad discípulos míos; conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.

 

JUEVES DE LA QUINTA SEMANA

La Cuaresma: Guardar la Palabra es no conocer la muerte.

Gn 17,3-9. Te llamarás Abrahán, porque te hago padre de muchedumbre de pueblos.

Sal 104,4-9. El Señor se acuerda de su alianza eternamente, de la palabra dada, por mil generaciones; de la alianza sellada con Abrahán.

Jn 8,51-59. Quien guarde mi palabra no conocerá lo que es morir para siempre, dice Jesús. ¿Eres tú más que nuestro padre Abrahán, que murió?

 

VIERNES DE LA QUINTA SEMANA

El Señor está con nosotros.

Jr 20,10-13. Oía el cuchicheo de la gente, dice el profeta, pero el Señor está conmigo, como fuerte soldado.

Sal 17,2-7. En el peligro invoqué al Señor, y me escuchó. Invoco al Señor de mi alabanza y quedo libre de mis enemigos.

Jn 10,31-42. Quieren apedrear a Jesús, porque dice que es Dios. El Padre está en él y él en el Padre.

 

SÁBADO DE LA QUINTA SEMANA

Subir con Jesús a Jerusalén para reunir a todos los hombres

Ez 37,21-28. Yo voy a recoger a los israelitas, dice el Señor, por las naciones adonde marcharon, voy a congregarlos de todas partes y los voy a repatriar.

Sal Jr 31,10-13. El Señor nos guardará como un pastor a su rebaño. El que dispersó a Israel lo reunirá.

Jn 11,45-57. Jesús debía morir por la nación, y no sólo por la nación, sino también para reunir a los hijos de Dios dispersos.

 

LA ANUNCIACIÓN DEL SEÑOR

Is 7,10-14;8,10. Mirad la Virgen está encinta.

Sal 39,7-11. Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad.

Hb 10,4-10. Está escrito en el libro: "Aquí estoy, ¡oh Dios!, para hacer tu voluntad".

Lc 1, 26-38. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo.