Visita a la tumba de San Charbel

Monasterio San Marón
Annaya, 1 diciembre 2025

Queridos hermanos y hermanas, agradezco al superior general sus palabras y su hospitalidad en este hermoso Monasterio de Annaya. La naturaleza que rodea esta casa de oración nos atrae también con su austera belleza.

Doy gracias a Dios por haberme concedido venir como peregrino a la tumba de San Charbel. Mis predecesores, especialmente san Pablo VI, que lo beatificó y canonizó, lo habrían deseado mucho.

Queridos hermanos, ¿qué nos enseña hoy San Charbel? ¿Cuál es el legado de este hombre que no escribió nada, que vivió oculto y silente, pero cuya fama se extendió por todo el mundo?

Me gustaría resumirlo así: el Espíritu Santo lo moldeó para que enseñara la oración a quienes viven sin Dios, el silencio a quienes habitan en medio del bullicio, la modestia a quienes viven para aparentar y la pobreza a quienes buscan las riquezas. Todos ellos son comportamientos contracorriente, pero precisamente por eso nos atraen, como el agua fresca y pura atrae a quien camina por el desierto.

A los ministros ordenados, San Charbel les recuerda las exigencias evangélicas de nuestra vocación. A todos los cristianos, San Charbel les dejó el mensaje de la coherencia, tan radical como humilde.

Aparte de éste, hay otro aspecto que es decisivo: que nunca dejó de interceder por nosotros ante el Padre celestial, fuente de todo bien y de toda gracia. Ya desde su vida terrena, muchos acudían a él para recibir del Señor consuelo, perdón y consejo. Tras su muerte, todo esto se multiplicó y se convirtió en un río de misericordia. Por eso, cada 22 del mes, miles de peregrinos acuden hasta aquí desde diferentes países para pasar un día de oración y descanso de alma y cuerpo.

Hermanas y hermanos, hoy queremos confiar a la intercesión de San Charbel las necesidades de la Iglesia, del Líbano y del mundo. Para la Iglesia pedimos comunión, empezando por las familias (pequeñas iglesias domésticas), siguiendo por las comunidades diocesanas y terminando en la Iglesia universal. Por la Iglesia le pedimos unidad, y para el mundo pedimos paz.

Especialmente imploramos la paz para el Líbano y para todo Oriente Próximo. En esto sabemos bien, y los santos nos lo recuerdan, que no hay paz sin conversión de los corazones. Por eso, que San Charbel nos ayude a orientarnos hacia Dios y a pedir el don de la conversión para todos nosotros.

Queridos hermanos, como símbolo de la luz que Dios ha encendido aquí por medio de San Charbel, he traído como regalo una lámpara. Al ofrecerla, encomiendo a la protección de San Charbel al Líbano y a su pueblo, para que caminen siempre en la luz de Cristo. Gracias a Dios por el don de San Charbel. Gracias a ustedes que conservan su memoria. ¡Caminen en la luz del Señor!

León XIV

 Act: 01/12/25    @viaje a líbano       E D I T O R I A L    M E R C A B A    M U R C I A