Al Foro de Constructores

Colegio Máximo
Roma, 6 noviembre 2025

Envío un cordial saludo a todos los participantes del Builders AI Forum 2025, que se celebra en la Universidad Gregoriana Pontifica. Expreso mi gratitud a los organizadores y a todos aquellos que, mediante la investigación, el emprendimiento y la visión pastoral, se esfuerzan por garantizar que las tecnologías emergentes sigan orientadas hacia la dignidad de la persona humana y el bien común.

El propósito de este foro ("una nueva comunidad de práctica interdisciplinaria dedicada a apoyar el desarrollo de productos de IA que sirvan a la misión de la Iglesia") refleja una cuestión crucial de nuestro tiempo: no sólo qué puede hacer la IA, sino también en qué nos estamos convirtiendo a través de las tecnologías que desarrollamos.

En este sentido, quisiera señalar que la inteligencia artificial, como toda invención humana, surge de la capacidad creativa que Dios nos ha confiado (Congregación para Doctrina de la Fe, Antiqua et Nova, 37). Esto significa que la innovación tecnológica puede ser una forma de participación en el acto divino de la creación.

Como tal, la innovación tecnológica conlleva una carga ética y espiritual, puesto que cada decisión de diseño expresa una visión de la humanidad. Por lo tanto, la Iglesia invita a todos los desarrolladores de IA a cultivar el discernimiento moral como parte fundamental de su trabajo, a desarrollar sistemas que reflejen justicia, solidaridad y un auténtico respeto por la vida.

Vuestras deliberaciones demuestran que este trabajo no puede limitarse a laboratorios de investigación ni a carteras de inversión, sino que debe ser una empresa profundamente eclesial. Ya sea diseñando algoritmos para la educación católica, o herramientas para una atención sanitaria compasiva, o plataformas creativas que narren la historia cristiana con verdad y belleza, cada participante contribuye a una misión compartida: poner la tecnología al servicio de la evangelización y del desarrollo integral de cada persona.

Esta colaboración interdisciplinaria encarna el «diálogo entre la fe y la razón» (Ibid, 83), que se renueva en la era digital y afirma que la inteligencia (ya sea artificial o humana) encuentra su pleno sentido en el amor, la libertad y la relación con Dios.

Con estos sentimientos, encomiendo la labor de este foro a la amorosa intercesión de María, sede de la sabiduría. Que vuestra colaboración dé fruto en una IA que refleje el plan del Creador: inteligente, relacional y guiada por el amor. Que el Señor bendiga vuestros esfuerzos y los convierta en un signo de esperanza para toda la humanidad.

León XIV