Al Congreso Mundial de Religiones
Palacio
de Independencia
Astaná, 17 septiembre 2025
Extiendo un cálido saludo a todos los participantes en el VIII Congreso de Líderes Religiosos Mundiales, convocado en Astaná bajo el lema "Diálogo entre religiones, sinergia para el futuro". En particular, saludo con gratitud al señor Tokayev, presidente de la República de Kazajistán. ¡Paz, shalom, salam, beybitshilik!
Se han reunido desde todas partes del mundo para renovar amistades y forjar otras nuevas, unidos en nuestro deseo compartido de sanar nuestro mundo herido y quebrantado. Este tema es particularmente oportuno, ya que subraya el papel esencial del diálogo interreligioso en tiempos de conflicto violento.
En definitiva, sinergia significa trabajar juntos, tanto entre nosotros como con la divinidad. Todo impulso religioso auténtico promueve el diálogo y la cooperación, basados en nuestra conciencia innata de la interdependencia que une a individuos y naciones.
Desde esta perspectiva, trabajar juntos en armonía no es meramente una opción pragmática, sino también un reflejo del orden más profundo de la realidad. Se alinea con la esencia misma de nuestra existencia compartida como miembros de la única familia humana.
En lo más profundo de nuestra conciencia, esta conciencia genera un fuerte sentido de solidaridad, la convicción de que somos responsables los unos de los otros (Juan Pablo II, Sollicitudo Rei Socialis, 38). La solidaridad, por lo tanto, es sinergia en acción, es la expresión viva de amar al prójimo como a nosotros mismos a escala global.
Esta colaboración no es un llamado a eliminar las diferencias, sino una invitación a acoger la diversidad como fuente de enriquecimiento mutuo. La Iglesia Católica, por su parte, reconoce y valora todo lo que es "verdadero y santo" en otras religiones (Vaticano II, Nostra Aetate, 2). De hecho, busca promover una auténtica sinergia al reunir los dones distintivos de cada tradición, donde cada fe aporta su sabiduría y compasión únicas al servicio del bien común.
En este esfuerzo, la "sinergia para el futuro" no es un eslogan abstracto, sino una realidad viva que ya ha dado frutos. La histórica reunión de oración de líderes religiosos en Asís en 1986, convocada por el papa Juan Pablo II, demostró que no puede haber paz entre las naciones sin paz entre las religiones.
Más recientemente, el documento Fraternidad Humana por la Paz Mundial y la Convivencia Común, firmado en 2019 en Abu Dabi por mi venerable predecesor, el papa Francisco, y el gran imán de Al-Azhar, Ahmad al Tayyeb, ofreció un claro ejemplo de cómo la sinergia religiosa puede promover la paz y la coexistencia globales.
Observamos ese mismo espíritu en la última reunión de este congreso en 2022, donde líderes de diferentes confesiones, incluido el papa Francisco, se reunieron para condenar la violencia y el extremismo, apoyar la asistencia a los refugiados e instar a todos los líderes a trabajar juntos por la paz.
Estos compromisos de alto nivel se reflejan en acciones concretas, sobre todo cuando ocurren desastres naturales, cuando los refugiados se ven obligados a huir o cuando las familias sufren pobreza extrema y hambre, las comunidades religiosas a menudo se unen y trabajan codo a codo para llevar alivio y esperanza a los más necesitados.
El futuro que imaginamos (un futuro de paz, fraternidad y solidaridad) requiere el compromiso de todos. Cuando los líderes religiosos se unen para defender a los más vulnerables de la sociedad, se unen para plantar árboles y cuidar nuestro hogar común o alzan una voz unida en apoyo de la dignidad humana, dan testimonio de que la fe une más que divide.
De esta manera, la sinergia se convierte en un poderoso signo de esperanza para toda la humanidad, revelando que la religión, en su esencia, no es una fuente de conflicto, sino una fuente de sanación y reconciliación.
Con estos sentimientos, confío en que la labor de este congreso nos inspire a trabajar incansablemente por la armonía, creando una sinergia para la paz, una paz que, como ya he dicho, es "desarmada y desarmadora, humilde y perseverante", que busca la caridad y se acerca a los que sufren (Discurso, 8-V-2025).
Oremos juntos, sirvamos hombro con hombro y hablemos con una sola voz cuando la dignidad humana se vea amenazada. Que el Todopoderoso bendiga nuestros esfuerzos y produzca abundantes frutos para el bien de todos.
León XIV