Al Consejo de Diálogo Interreligioso
Sala
del Consistorio
Vaticano, 29 septiembre 2025
Distinguidas damas y caballeros, me complace darles la bienvenida a ustedes, quienes, en el Parlamento Europeo, han creado el Grupo de Trabajo sobre Diálogo Intercultural e Interreligioso. Les felicito por esta iniciativa y espero que dé frutos.
Promover el diálogo entre culturas y religiones es un objetivo legitimador para un político de inspiración cristiana y, gracias a Dios, no faltan personalidades que han dado buen testimonio en este sentido.
Ser hombres y mujeres de diálogo significa permanecer firmemente arraigados en el evangelio y en los valores que encarna y, al mismo tiempo, cultivar la apertura, la escucha y el compromiso con quienes vienen de otros orígenes, poniendo siempre en el centro a la persona humana, su dignidad y su constitución relacional y comunitaria.
Trabajar por el diálogo interreligioso implica reconocer que la religión es un valor tanto a nivel personal como social. La propia palabra religión contiene una referencia a la conexión como elemento fundamental de la humanidad. Por lo tanto, la dimensión religiosa, cuando es auténtica y se cultiva adecuadamente, enriquece las relaciones interpersonales y contribuye enormemente a la formación de las personas para vivir en comunidad y sociedad. ¡Qué importante es hoy en día dar valor y significado a las relaciones humanas!
Las instituciones europeas necesitan personas que sepan practicar un secularismo sano. Es decir, un estilo de pensamiento y acción que afirme el valor de la religión, preservando al mismo tiempo su distinción (no su separación ni su confusión) con la esfera política. En este sentido, los ejemplos de Robert Schuman, Konrad Adenauer y Alcide De Gasperi también son más válidos que las palabras.
Queridos amigos, les agradezco esta visita. Les agradezco la labor que realizan para promover el diálogo entre todos los pueblos y el respeto a todas las personas, y pido la bendición del Señor sobre ustedes y su labor. Muchas gracias.
León XIV