A los refugiados de Chagos

Salón de los Papas
Vaticano, 23 agosto 2025

Les saludo cordialmente, miembros de la delegación del Grupo de Refugiados de Chagos, quienes han trabajado incansablemente durante muchos años por el retorno del pueblo de Chagos a sus islas.

Me uno plenamente al difunto papa Francisco, a quien conocieron en junio de 2023, quien los alentó en sus acciones. Dos años después, me complace que su causa haya alcanzado un éxito significativo, ya que la devolución de las Islas Chagos a la República de Mauricio fue sancionada recientemente mediante la firma de un tratado.

Este es un paso significativo hacia su regreso a casa. Comparto su alegría y sus esperanzas. Juntos, demos gracias a Dios, repitiendo las hermosas palabras del salmo: «El Señor ha hecho grandes cosas por nosotros; nos ha colmado de alegría. Quien siembra con lágrimas, cosechará con alegría» (Sal 125).

Agradezco a todas las partes involucradas que, con la sinceridad de su corazón, comprendieron el sufrimiento de su pueblo y alcanzaron este acuerdo. Me complace que el diálogo y el respeto a las decisiones del derecho internacional, como mi predecesor esperaba a su regreso de su viaje a Mauricio, hayan podido finalmente remediar una grave injusticia (véase la conferencia de prensa del 10 septiembre 2019). Rindo homenaje a la determinación del pueblo chagosiano, y en especial a la de las mujeres, en la defensa pacífica de sus derechos.

La renovada perspectiva de vuestro regreso a vuestro archipiélago natal es una señal alentadora y tiene fuerza simbólica en el escenario internacional: todos los pueblos, incluso los más pequeños y débiles, deben ser respetados por los poderosos en su identidad y sus derechos, particularmente el derecho a vivir en sus propias tierras; y nadie puede obligarlos al exilio.

Expreso ahora mi esperanza de que las autoridades mauricianas y la comunidad internacional trabajen para garantizar que su regreso, después de 60 años, se produzca en las mejores condiciones posibles. La Iglesia local no dejará de ofrecer su contribución, especialmente espiritual, como siempre lo ha hecho en momentos de prueba. Estos años de exilio han causado mucho sufrimiento entre ustedes. Han conocido la pobreza, el desprecio y la exclusión.

Que el Señor, con la perspectiva de un futuro mejor, sane sus heridas y les conceda la gracia del perdón hacia quienes les han hecho daño. Les invito a mirar con determinación hacia el futuro. Que la Virgen María les acompañe y los proteja, a ustedes y a sus familias. Les imparto de corazón mi bendición apostólica, que extiendo a todos los chagosianos. ¡Gracias!

León XIV