A la comunidad indonesia de Roma
Sala
Clementina
Vaticano, 22 septiembre 2025
Distinguidos representantes civiles, queridos hermanos y hermanas, me complace encontrarme con la comunidad indonesia en Roma mientras celebramos dos hitos especiales: el I aniversario de la visita papal a Indonesia y los 75 años de relaciones diplomáticas entre Indonesia y la Santa Sede.
Desde sus inicios, la Santa Sede ha acompañado a su nación, reconociendo su independencia poco después de su nacimiento. A lo largo de estas décadas, se han forjado vínculos basados en el diálogo, el respeto y un compromiso compartido con la paz y la armonía.
La histórica visita papal de mi venerable predecesor el año pasado profundizó esta amistad y trajo un mensaje de esperanza a su vasto archipiélago. También ofreció al mundo una expresión tangible de cooperación interreligiosa a través de la Declaración de Istiqlal, firmada por el papa y el gran imán de la Mezquita Istiqlal con el objetivo de promover la unidad para el bien de la humanidad. Hoy celebramos estos lazos de amistad; nos alegramos de su presencia aquí, junto con las autoridades civiles que representan a Indonesia.
Este encuentro es en sí mismo un signo de los buenos frutos de la fe y la unidad. Incluso lejos de casa, conservan sus tradiciones vivas y su preocupación mutua. Les agradezco los fuertes lazos que mantienen con sus vecinos cristianos y no cristianos. Estos actos silenciosos de servicio reflejan el lema de Indonesia: "Unidad en la diversidad".
Como dijo el papa Francisco en Yakarta, «los pueblos de Indonesia forman un tejido conectivo cuando están unidos por la búsqueda del bien común». De hecho, «mantener la armonía en medio de la diversidad se asemeja a una delicada artesanía confiada a todos» (Encuentro en el Palacio Presidencial, 4-IX-2024).
En este sentido, me animan las maneras en que ponen en práctica esta solidaridad, desde la acogida de nuevos inmigrantes hasta el intercambio de su cultura con las comunidades locales. Estos son claros ejemplos de la "cultura del encuentro", que es la base de la paz y la comunión. Les insto a ser profetas de comunión en un mundo que a menudo busca dividir y provocar. El camino del diálogo, el camino de la amistad, puede ser desafiante, pero produce el precioso fruto de la paz.
Queridos amigos, ustedes demuestran que es posible ser católicos fieles y orgullosos indonesios, devotos del evangelio y comprometidos con la construcción de la armonía en la sociedad. Con la esperanza de que continúen construyendo puentes entre pueblos, culturas y religiones, los encomiendo a la santísima Virgen María, madre de la Iglesia. Por su intercesión, que sigan siendo peregrinos de esperanza y artífices de paz. Gracias, y que Dios bendiga a Indonesia, a todos ustedes y a sus seres queridos, con unidad y esperanza duraderas.
León XIV