En el Domingo de Pentecostés

Plaza San Pedro
Vaticano, 8 junio 2025

Antes de concluir esta celebración, dirijo un afectuoso saludo a todos los que habéis estado aquí presentes, y también a cuantos se han conectado a través de los medios de comunicación.

Mi agradecimiento va a los señores cardenales y obispos presentes y a todos los representantes de las asociaciones, movimientos eclesiales y nuevas comunidades.

Queridas hermanas y queridos hermanos, con la fuerza del Espíritu Santo partid renovados, a través de este jubileo que ha sido dedicado a vosotros. ¡Id y llevad a todos la esperanza del Señor Jesús!

Italia y otros países concluyen en estos días el año escolar. Deseo saludar a los jóvenes y a todos los estudiantes y profesores, especialmente a los estudiantes que en los próximos días realizarán los exámenes al final del ciclo de estudios.

Por intercesión de la Virgen María, supliquemos al Espíritu Santo el don de la paz. Ante todo, la paz en los corazones, pues sólo un corazón pacífico puede difundir la paz en la familia, en la sociedad y en las relaciones internacionales. Que el Espíritu de Cristo resucitado abra caminos de reconciliación dondequiera que haya guerra. Que él ilumine a los gobernantes y les dé el valor de realizar gestos de distensión y diálogo.

León XIV