En el Domingo XXVI Ordinario

Plaza San Pedro
Vaticano, 28 septiembre 2025

Queridos hermanos y hermanas, de corazón dirijo mi saludo a todos los que han participado en esta celebración jubilar dedicada a los catequistas, especialmente a aquellos que han sido instituidos hoy en este ministerio.

Junto con ustedes, quiero enviar un caluroso saludo y mis mejores deseos de buen servicio a los catequistas y a las catequistas de toda la Iglesia esparcida por el mundo. Gracias a ustedes por el servicio a la Iglesia. Recemos por ellos, en particular por aquellos que trabajan en condiciones muy difíciles. Dios los bendiga a todos.

En estos días, un tifón de excepcional magnitud se abatió sobre distintos territorios asiáticos, en particular Filipinas, la isla de Taiwán, la ciudad de Hong Kong, la región de Guangdong y Vietnam. Me siento cercano a las poblaciones afectadas, especialmente las más pobres, y rezo por las víctimas, los desaparecidos, las numerosas familias desplazadas, la gran cantidad de personas que han sufrido dificultades, y también rezo por los que se empeñan en los trabajos de socorro y por las autoridades civiles. Invito a todos a la confianza en Dios y a la solidaridad. Que el Señor les dé fuerza y ánimo para superar la adversidad.

Tengo la alegría de anunciar que el próximo 1 de noviembre, en el contexto del Jubileo del Mundo Educativo, conferiré el título de "doctor de la Iglesia" a San John Henry Newman, el cual contribuyó de manera decisiva en la renovación de la teología y la comprensión de la doctrina cristiana en su desarrollo.

Y ahora nos encomendamos a la intercesión de la Virgen María. Que ella, que ha sido madre y la primera discípula de Jesús, sostenga hoy el compromiso de la Iglesia en el anuncio de la fe.

León XIV