LA GLOBALIZACIÓN

 

Josep F. Mària i Serrano

 Josep F. Mària i Serrano, sj. (Barcelona 1965), es licenciado en economía y en teología, está preparando su tesis doctoral en economía. Profesor en ESADE (Univ. Ramon Llull), es miembro del Consejo Directivo del Centre d’Estudis Cristianisme i Justícia.

 INTRODUCCIÓN

 

"¡Ah, sí, la globalización!
Es una maravillosa excusa
para muchas cosas."
(R.M. Solow, Nobel de Economía)

 

Los seres humanos tenemos tendencia a fabricar palabras-ídolo: palabras a las que atribuimos un contenido no del todo verdadero y que nos sirven de excusa para mantener nuestros privilegios. Por ejemplo, los padres y madres que están cansados de reñir a sus hijos en vano, se inventan al hombre del saco para que los niños les obedezcan. El hombre del saco es una palabra-ídolo con una parte de verdad (los niños tienen que hacer caso a muchas cosas que les mandan sus padres); pero también sirve a los padres para "controlar" a sus hijos cuando están cansados.
Globalización se ha convertido en una palabra-ídolo: responde en parte a la verdad de un fenómeno y de un proceso; pero es también un arma que esgrimen algunos para mantener o prolongar situaciones injustas. Esta manipulación es precisamente lo que denuncia la frase de Robert M. Solow.

Globalización es la excusa de algunos pensadores, hombres de negocios o políticos para volver a situaciones de capitalismo feroz, ahora que Occidente, y sobre todo Europa, han alcanzado cotas de justicia para todos con el Estado de Bienestar. Es la excusa de algunos gobiernos (tanto de países ricos como pobres) para ocultar sus errores de política interior o algunas opciones inconfesables (1)

Pero al igual que el hombre del saco, globalización responde a diversas realidades. Hoy podemos comunicarnos por correo electrónico con la otra punta del mundo; recibimos mucha información a través de la televisión; compramos habitualmente productos "Made in Taiwan"; nuestro primo trabaja en una multinacional japonesa; nos preocupa la violación de los derechos humanos por parte de ciertos gobiernos de países lejanos; y la Unión Europea está cada vez más presente en nuestras vidas. Todas ellas son realidades relacionadas con la globalización.

También se relacionan con ella cuestiones importantes que podemos plantearnos: ¿Qué consecuencias tendrá Internet en la educación de nuestros hijos? ¿Qué pasará con los idiomas que hablan pocos millones de habitantes ahora que el inglés se impone como vehículo de comunicación internacional? Los asalariados ¿tenemos que aceptar una pérdida de poder adquisitivo o de prestaciones sociales "porque si no la empresa será poco competitiva y tendrá que cerrar"? ¿Cómo tengo que relacionarme con los jóvenes magrebíes que trabajan en el edificio en construcción de mi calle? ¿Es necesario un Tribunal Internacional que juzgue a los políticos que violan los derechos humanos?

Globalización: esta palabra-ídolo es enormemente ambigua; pero nos permite acercarnos a los riesgos y a las oportunidades que nos esperan a principios del siglo XXI. Vale la pena, pues, intentar clarificarla: para evitar los riesgos que conlleva y potenciar sus oportunidades.

En una primera aproximación, entendemos la globalización como un proceso de interconexión financiera, económica, social, política y cultural que se acelera por el abaratamiento de los transportes y la incorporación en algunas instituciones (empresas, grupos sociales, algunas familias...) de tecnologías de la información y de la comunicación (TIC) en un contexto de crisis económica (1973), de victoria política del capitalismo (1989) y de cuestionamiento cultural de los grandes ideales.

Esta interconexión que algunas instituciones aprovechan induce un cambio que revoluciona el funcionamiento de las sociedades industriales y que, de momento, ha acelerado la exclusión de zonas geográficas, de colectivos humanos o de culturas enteras. Pero posee un potencial considerable para fomentar el bienestar económico y las relaciones humanizadoras entre personas o entre grupos humanos.

En este cuaderno analizaremos el fenómeno de la globalización desde tres niveles de análisis: el tecnoeconómico, el sociopolítico y el cultural.

— El nivel tecnoeconómico está relacionado con las necesidades de supervivencia de los individuos y contempla el surgimiento de tecnologías y su utilización en los procesos económicos de producción y distribución.
— El nivel sociopolítico está relacionado con las necesidades humanas de convivencia y se centra en los grupos sociales y en las formas de poder político.
— Por último, el nivel cultural tiene relación con la necesidad de sentido para la persona, e incluye las ideas y los valores de los grupos humanos, traducidos en instituciones que ordenan las vidas de las personas.

Cada nivel de análisis posee una dinámica propia, marcada por la lógica de funcionamiento de las instituciones que operan en él. El fenómeno de la globalización se manifiesta con un rostro concreto en economía: el que le han dado las empresas o los trabajadores; con otro rostro a nivel sociopolítico: el que le están dando los movimientos sociales, los partidos políticos o el Estado; y con un tercer rostro a nivel cultural: el que configuran las familias, escuelas o instituciones de ocio.

Por otro lado, estos tres niveles están relacionados e interaccionan en todos los sentidos: las acciones empresariales tienen consecuencias culturales; y a la inversa, las culturas locales condicionan las acciones empresariales, etc.

Creemos que no se puede atribuir a priori a ningunos de estos tres niveles la preponderancia en la explicación de las diversas realidades sociales. En el análisis de la globalización, empezamos por el nivel tecnoeconómico porque creemos que la interconexión y la facilidad de transporte de personas y mercancías son hechos tecnológicos que han sido aprovechados sobre todo por las instituciones económicas... aunque se trata de un proceso muy poco lineal y que no puede explicarse únicamente por causas económicas (2)

Después de analizar la globalización a estos tres niveles (capítulo 2º: globalización tecnoeconómica; capítulo 3º: globalización sociopolítica; capítulo 4º: globalización cultural), intentaremos una definición más rica de la globalización y plantearemos propuestas para su "gobierno" (capítulo 5º). En efecto, la naturaleza de este fenómeno lo hace susceptible de ser gobernado: creemos que hay que configurarlo de manera que favorezca a todos, especialmente a los más pobres.

 

 1. LA GLOBALIZACIÓN TECNOECONÓMICA

 1.1. Revolución en las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC)

La entrada en el nuevo milenio es una época de cambios rápidos debidos en parte a la introducción acelerada, desde mediados de los años 70, de las TIC en las formas de producción y de vida de mucha gente, sobre todo en los países industrializados. Los datos siguientes, correspondientes a 1995 (3), pueden ayudarnos a calibrar las dimensiones de este fenómeno.

 

Bloque de paises

N. de TV por 1000 hab.

Línias de telefono principales por 1000 hab

Usuarios de internet por 1000 hab.

N. de Pc por 1000 hab.

Industrializados

524

414

17,9

156

En desarrollo

145

39

0,5

7

Total mundial

228

122

4,8

44

La primera columna del cuadro muestra que la capacidad de la población mundial para recibir mensajes a través de la televisión es bastante importante; la segunda y tercera constatan que la comunicación telefónica y el uso de Internet han alcanzado proporciones considerables. Por último, las diferencias entre las cifras de la primera y la segunda fila muestran que la incorporación de estas TIC es muy desigual según se trate de un país industrializado o pobre.

Por otro lado, en cifras absolutas, en 1997 se calcula que había 1260 millones de telespectadores, 690 millones de abonados al teléfono y unos 200 millones de ordenadores (4)

Respecto de la evolución futura de las TIC, añadimos que el correo electrónico gana al correo postal por 10 a 1; y que Internet ha conseguido 50 millones de clientes en 5 años, cosa que los ordenadores personales consiguieron en 16 años y la televisión en 13 años.

La tendencia de futuro es, pues, el aumento de las dimensiones de la comunicación informática y del negocio que genera la industria de la comunicación.

En resumen

Por lo tanto, la incorporación de las TIC a las empresas y a otras instituciones está produciéndose de manera muy rápida y puede aportar prosperidad a mucha gente. Pero, de momento, existe un acceso desigual a dichas tecnologías, dependiendo del grado de desarrollo de los países.

1.2. Las TIC en la economía: cambios en las grandes magnitudes

La crisis económica que estalló en 1973 agudizó la competencia entre las empresas. Las menos eficientes desaparecieron y las supervivientes modificaron las técnicas organizativas e incorporaron las TIC para ser competitivas en los ámbitos nacional e internacional. El abaratamiento de los costes del transporte ha posibilitado a más empresas la internacionalización de sus actividades.

En cuanto a las grandes magnitudes, podemos afirmar que la introducción de las TIC, el abaratamiento de los transportes y los cambios organizativos han permitido que las tasas de crecimiento de las economías en los años 80 superasen las cifras bajas de los años 70. Pero esta recuperación ha ido acompañada de un incremento de la desigualdad y también de cambios en los diversos ámbitos del sistema económico.

Empecemos analizando los cambios verificados en las macromagnitudes. En primer lugar, en los países industrializados, las tasas de crecimiento de los años 80 se recuperaron respecto de las de los años de crisis, los 70. Lo muestra el cuadro siguiente

 

Tasas de crecimiento economico anual (PIN) de 1960 a 1993 (5)

 

1960-73

1973-79

1979-82

1982-90

1990-93

EUA

4.0

2.4

-0.1

3.6

1.2

Europa

4.8

2.6

0.9

2.7

0.6

Japón

9.6

3.6

3.7

4.5

2.1

OCDE

4.9

2.7

0.8

3.5

1.1

En segundo lugar, el PIB per cápita tanto de los países industrializados como de los países "en vías de desarrollo" ha crecido después de la crisis de 1973. Nos lo confirman los siguientes datos (6)

 

PIB per capita (en dólares de 1987)

Bloque de paises

1970

1980

1995

Industrializados

9.344

11.169

12.764

En desarrollo

474

685

867

Total mundial

2.660

3.116

3.417

En tercer lugar, sin embargo, los cambios que han llevado a esta recuperación del crecimiento han tenido consecuencias negativas en la distribución de la renta. Observemos los datos siguientes (7)

 

% del PIB mundial poseido

Año

Por el 20% más pobre

Por el 60% medio

Por el 20% más rico

1900

8,9

40,2

50,9

1950

5,1

35,4

59,5

1980

3,4

40,8

55,8

1994

4,1

31,7

64,2

Este cuadro indica que, así como entre 1950 y 1980 las clases medias mejoraron, entre 1980 y 1994 perdieron ingresos a favor del 20% más rico, que ha pasado de controlar el 55,8% a hacerse con el 64,2% de los ingresos mundiales. En conjunto, pues, la desigualdad ha aumentado en estos últimos años.

También ha aumentado la pobreza. En julio del 99, el Secretario General de la ONU, Kofi Annan anunciaba en Ginebra que el número de pobres en el mundo se había duplicado desde 1974. Y así, de los 6.000 millones de habitantes del mundo de 1999, la mitad tenían que sobrevivir con 3 dólares al día; y uno de cada dos de estos pobres no ganaba más de 1 dólar al día (8)

1.3. Cambios en los diversos ámbitos económicos

Si pasamos a analizar los cambios producidos en ámbitos concretos de la economía, veremos que han sido de envergadura y que, seguramente, están marcando tendencias de futuro, de modo que se traducirán en cambios cuantitativos todavía más importantes. Estos cambios son:

— la expansión de nuevas formas de producción;
— los cambios en el mundo del trabajo;
— los cambios en el capital;
— el deterioro del medio ambiente;
— y la evolución del papel del Estado como agente económico.

3.1. Nuevas formas de producción: desmaterialización y desnacionalización

En los últimos años, se está produciendo una fuerte expansión de nuevas formas de producción que consisten en la desmaterialización y la desnacionalización de muchos productos y procesos productivos.

a) Desmaterialización

La desmaterialización de los productos significa que su valor añadido ha pasado a depender más de los elementos inmateriales que llevan incorporados (diseño del producto, imagen de marca, patentes...) que de la manipulación física de los elementos materiales que los integran. Por ejemplo, en el precio de una Coca-Cola hoy pesa más la publicidad y la patente del invento que los componentes materiales de la bebida. En el precio de un programa de videojuegos o de informática pesan más las horas de creatividad y de programación que el coste del disquete que contiene este programa.

De hecho, la imagen del producto ha ganado peso en el valor añadido porque el consumo se está convirtiendo en una forma central de buscar sentido a la vida. Cuando los ideales (antiguos, como las religiones, o modernos, como las ideologías) pierden influencia, son sustituidos por las empresas, que otorgan sentido al acto de consumir un producto, especialmente por medio de la publicidad.

La desmaterialización de los productos también ha desmaterializado en gran medida a las propias empresas. Hoy una empresa ya no es necesariamente una nave industrial llena de máquinas y de trabajadores, para cuyo funcionamiento se necesita mucho dinero. De hecho, una empresa es la idea de un producto nuevo, un aparato material para su fabricación y un sistema de venta: tres fases que hay que organizar y financiar.

Pero la desmaterialización de muchos productos ha abaratado su fabricación. Ello es especialmente cierto para un sector que está liderando el crecimiento de los países ricos: la industria de la comunicación. Además, para productos más "materiales", un empresario puede encargar a otras empresas parte de las tareas (outsourcing), o bien conceder la explotación de su imagen de marca en régimen de franquicia, como es el caso paradigmático de McDonalds. Esta empresa concede en exclusiva licencias de la propia marca, la forma de organizarse y algunos ingredientes a miles de comerciantes particulares (9). Al final, la empresa, más que comidas concretas y materiales, vende sobre todo su marca y su forma de organización.

Respecto del sistema de venta, el desarrollo del comercio electrónico lo está simplificando desde el punto de vista material, de tal modo que la estructura de ciertas empresas puede reducirse todavía más.

Y, por último, respecto de la financiación, los mercados de capitales están lo suficientemente desarrollados en los países industrializados como para prestar dinero a un empresario que tenga las ideas y las relaciones adecuadas.

La desmaterialización de los productos y de las empresas constituye una gran oportunidad: permite crear una empresa a todo el que tenga una idea vendible, conocimientos organizativos y relaciones para sacarla adelante.

b) Desnacionalización

En segundo lugar, se constata una desnacionalización cada vez mayor de los productos. Esto significa dos cosas: que cada vez consumimos más productos extranjeros; pero también que cada vez podemos creernos menos lo de "Made in...".

Cada vez consumimos más productos extranjeros porque el comercio internacional ha crecido. En efecto, impulsadas por instituciones como la Organización Mundial del Comercio y gracias a unos precios de transporte muy reducidos, las exportaciones e importaciones han crecido mucho. Y así, la cuota de las exportaciones en la producción mundial (en valor real y a precios constantes) ha evolucionado desde el 9,1% en el año 1965 al 15,0% en el 1995 (10)

Cada vez podemos creer menos en lo de "Made in..." porque los cambios recientes en las TIC y en los transportes han facilitado a las empresas la división internacional de los procesos productivos: existen muchos bienes para los cuales cada fase del proceso puede realizarse en el país que más beneficios genere para la empresa.

No todas las empresas pueden dividir sus procesos productivos. Las que producen bienes intensivos en capital y tecnología lo tienen fácil. Pero también pueden hacerlo las que producen bienes intensivos en trabajo no cualificado, que trasladan a los países con mano de obra barata las fases del proceso que implican más intensidad de trabajo. Este es el caso de las maquilas, zonas libres de aranceles en las que los empresarios conectados internacionalmente hacen trabajar duramente a la población local para que realice las fases intensivas en trabajo del proceso de producción de determinadas manufacturas.

La extensión de esta desnacionalización de los productos es difícil de calibrar, pero parece que va en aumento. Si nos ceñimos a las grandes empresas, resulta que desde mediados de los años 80, la división internacional del trabajo crece en razón de las inversiones de forma tres veces más rápida que en razón del comercio (11)

Y sin embargo, de momento sólo una pequeña parte de las economías de los países está abierta a la competencia internacional: por ejemplo, en Alemania, sólo el 10% de los puestos de trabajo no cualificados se ven afectados por la competencia internacional (12)

En resumen

La incorporación de las TIC y de otras técnicas a los procesos productivos ha acelerado la desmaterialización y la desnacionalización de muchos productos y de muchas empresas. Estas tendencias han creado oportunidades para fundar empresas a gente con ideas, conocimientos organizativos y relaciones; y han facilitado la división internacional del trabajo y la expansión del comercio internacional en diversos grados.

3.2. Cambios en el mundo del trabajo

Los cambios productivos que acabamos de analizar han ocasionado la división de los trabajadores en dos categorías: los trabajadores auto-programables y los trabajadores genéricos (13). Los primeros son los que saben manejar las TIC y adaptarse a los cambios que estas imponen: generan la parte más importante del valor añadido de los procesos y son difíciles de sustituir. Los segundos realizan trabajos menos importantes y son prescindibles a nivel individual, si bien no como colectivo.

Esta división está comportando un incremento de las diferencias salariales: los trabajadores autoprogramables "no se pueden dejar escapar" y por lo tanto su fidelización en una empresa les permite obtener salarios (u otros incentivos económicos) mucho más elevados que los trabajadores genéricos. Además, el paro y la precariedad se están convirtiendo en problemas crónicos para las economías industriales y han afectado sobre todo a estos trabajadores genéricos en tanto que son individualmente prescindibles. De hecho, el paro y la precariedad del trabajo son problemas económicos, pero tienen consecuencias culturales: baja autoestima, reducción de las posibilidades de realizar proyectos de pareja, mayor inestabilidad de las formas de familia, aumento de la delincuencia, etc.

Constatamos que actualmente la competencia internacional por puestos de trabajo de baja cualificación es muy limitada. Pero la tendencia de futuro es que las TIC y el desarrollo de los transportes vayan posibilitando una competencia antes insospechada. Por ejemplo, en 1997, la megafonía del aeropuerto de Berlín era gestionada, a partir de una determinada hora de la tarde, desde los Estados Unidos: desde California, una trabajadora de origen alemán daba los avisos a los pasajeros berlineses. Y es que su trabajo en California no implicaba horarios "nocturnos" y además tenía un contrato menos protegido socialmente que en Alemania (14). Y, huyendo de la pobreza y de la opresión, están llegando trabajadores de los países pobres a los ricos. Entonces se da el caso de un país en el que conviven índices de paro elevados con entrada de inmigrantes que encuentran ocupación. De hecho, estos inmigrantes aceptan o bien trabajos sin cualificación que la población nativa no quiere realizar, o bien trabajos profesionales para los cuales determinados segmentos de la población nativa no están preparados (profesiones de grado medio, como informáticos, por ejemplo).

Profundizamos un poco más en el análisis del mercado de trabajo

La globalización no sólo ha dualizado el mercado entre trabajadores autoprogramables y genéricos. De hecho, ha atomizado los intereses de los trabajadores porque se han superpuesto dualidades a muchos niveles: entre ocupados y parados, entre trabajadores temporales y fijos, entre trabajadores a tiempo completo y parcial, entre hombres y mujeres, entre trabajadores nativos e inmigrantes, entre legales y sumergidos, etc. El resultado ha sido el debilitamiento del poder de los trabajadores a la hora de reclamar su participación en la riqueza que los incrementos de productividad genera.

Pero si, además, los trabajadores empiezan a tener horarios diferentes o a trabajar desde su casa, resulta que el contacto físico entre ellos es cada vez menor: de este modo, una organización sindical efectiva se convierte en algo casi imposible. Y aun es más difícil organizarse internacionalmente, porque el chantaje (con base más o menos real) de las multinacionales convierte a los trabajadores de determinados sectores de un país en competidores de los de cualquier otro...

La atomización de los intereses de los trabajadores ha tenido una consecuencia cuantitativa: la pérdida de ingresos por parte de los asalariados (no directivos) a favor de los beneficios empresariales y de las retribuciones de los directivos. Por ejemplo, el salario medio de un trabajador norteamericano sin estudios universitarios era de 11,23$ por hora en 1979, y de 9,92$ (ajustados a la inflación) por hora en 1993. El empleado con estudios universitarios no está mucho mejor: ha pasado de 15,52$ a 15,73$ en los mismos años de referencia (15)

En resumen

Los resultados palpables de la globalización en el mundo del trabajo han sido, pues, una cronificación del paro, el aumento de la precariedad laboral y social en los países industrializados y también un incremento de la desigualdad de ingresos (16)

3.3. Cambios en el mundo del capital

No obstante, la globalización no ha afectado únicamente al mundo del trabajo: también ha originado cambios en el capital. La propiedad del capital se ha hecho compleja.

En primer lugar están los viejos ricos, cuya riqueza está ligada a la posesión de capital o de recursos naturales. Pero están también los nuevos ricos, que son nuevos empresarios como Bill Gates, que no tenían capital, pero que han podido crear empresas gracias a la desmaterialización de los productos.

Y finalmente tenemos los fondos de inversión alimentados por los ahorros de los trabajadores, que se convierten así en capitalistas... en una modalidad nueva y compleja. En efecto, estos fondos son gestionados por equipos de financieros que mueven grandes cantidades de dinero buscando rentabilidades altas a corto plazo. El relativo anonimato de la propiedad de estos capitales los hace más ciegos y más peligrosos. En este sentido, la integración a escala global de los mercados financieros (facilitada por las TIC) acentúa el anonimato y la deshumanización de las decisiones empresariales. Hoy las bolsas más importantes (Londres, Nueva York, y Tokio) están conectadas las 24 horas del días; y mueven unas cantidades de dinero que ningún gobierno puede controlar. En 1995, se movieron en el mercado de capitales 1,5 billones de dólares cada día, cuando los pagos del comercio internacional sólo necesitan diariamente 10.000 millones de dólares (17). Así pues, los capitales corren a una velocidad 150 veces superior a lo que necesita la economía real.

Además, las empresas se han concentrado y las grandes multinacionales han ido ganando cuotas de mercado: a finales de los años 80, entre el 20% y el 25% del valor añadido mundial no agrícola (excluidos los países socialistas) era producido por 600 empresas multinacionales (18). Y parece que, en los primeros años del nuevo milenio, se acelerarán las fusiones empresariales, de manera que las cuotas de mercado de pocas empresas aumentarán todavía más.

Por otro lado, la competencia entre empresas se ha endurecido. En este sentido, el financiero húngaro Georges Soros no cree que Bill Gates exagere cuando afirma que está siempre "luchando por su supervivencia" (19).

Las consecuencias de esta nueva organización del capital están siendo, de momento, negativas para los trabajadores. En efecto, si la propiedad de los capitales se aleja cada vez más de los procesos productivos, de los países y de los problemas reales de estos trabajadores, las decisiones de los directivos y de los Consejos de Administración serán cada vez menos humanas. Estarán guiadas únicamente por cifras de beneficios, dejando de lado los dramas ecológicos o humanos que estas decisiones desencadenen. Los relatos de guerra explican que a un soldado se le hace más difícil matar al enemigo si ha llegado a verle la cara... Dicho de otro modo, si los ganadores y los perdedores de la globalización ya no se sientan a la misma mesa (20), a los ganadores les resulta más fácil tomar decisiones que perjudiquen gravemente a los perdedores.

En resumen

Los cambios en el capital se concretan en un desplazamiento del poder económico hacia los "nuevos ricos"; la desconexión de los mercados financieros respecto de la economía real; la tendencia a la concentración empresarial; una acentuación de la competencia y el alejamiento y la progresiva anonimización del capital.

3.4. Deterioro del medio ambiente

Como veíamos en el apartado 2 del presente capítulo, es cierto que el crecimiento económico se ha recuperado. Pero los diversos agentes económicos han tenido poco en cuenta las consecuencias ecológicas de la producción y el consumo. Así pues, se está produciendo un grave deterioro del medio ambiente, tanto en la tierra como en el mar, como en el aire (21). En particular, el incremento del comercio internacional y de la división internacional de los procesos productivos ha sido, al mismo tiempo, causa y efecto del aumento de los transportes.

En ocasiones, estos transportes tienen difícil explicación racional o elevados costes medioambientales: por ejemplo, se da el caso de que 1 Kg. de uva de California se transporta por avión a Alemania y en el viaje se emiten 20 Kg. de CO2(22) O sucede también que cangrejos pescados en el Mar del Norte se trasladan a Marruecos para ser pelados y a Polonia para ser empaquetados... antes de llegar a los mercados de Hamburgo (23)

El modelo occidental de crecimiento no es, pues, sostenible. Pero resulta que los medios de comunicación lo están transmitiendo de esta forma a los países pobres. Y así, muchos ciudadanos de dichos países desean tener los niveles de vida y de consumo que Occidente les muestra en la televisión o en el cine. La extensión de este modelo sería desastrosa para la supervivencia del planeta. Y, en todo caso, ¡tampoco es sostenible la desigualdad entre ricos y pobres ahora que la televisión la ha puesto en evidencia a los ojos de todos!

3.5. Cambio del papel del Estado como agente económico

Las tendencias señaladas respecto de la expansión de nuevas formas de producción, de los cambios en el mundo del trabajo, en el del capital y del deterioro del medio ambiente, han transformado el papel del Estado como agente económico. Más concretamente, se está produciendo una pérdida de autoridad económica de los Estados.

Efectivamente, hasta ahora la actividad económica estaba "domesticada" por los Estados que imponían las condiciones marco del mercado y velaban por el bienestar general. Hoy la economía salta fronteras y los agentes estatales de política económica cuentan cada día con instrumentos más débiles para controlar las variables macroeconómicas básicas, para defender la libre competencia o para redistribuir rentas de los ricos a los pobres.

Es el momento de impulsar un conjunto de acuerdos, instituciones y reglas que permitan colocar a la globalización económica de nuevo bajo la autoridad política que vele por el bienestar de todos. Por el contrario, muchos gobiernos están fomentando la liberalización indiscriminada del comercio y de los movimientos de capital. Al mismo tiempo, trabajan por la consolidación de grandes empresas "nacionales" fuertes capaces de competir en el mercado mundial. Esta estrategia de impulso de "multinacionales de base nacional propia", ha tenido no obstante consecuencias nocivas: las grandes empresas (tanto de base "nacional" como "extranjera") consiguen de los gobiernos y de los bancos tratos fiscales, financieros, laborales o ecológicos privilegiados. Son los consumidores, las pequeñas y medianas empresas o los ciudadanos más pobres los que acaban pagando estos privilegios y ven reducidos los programas de lucha contra la pobreza por incapacidad presupuestaria del Estado.

Por otro lado, el poder de regulación económica de los Estados se ha reducido también por causa de los movimientos de capitales. Su liberalización fue una decisión política impulsada internacionalmente por el FMI; pero ahora, los Bancos Centrales de los países ya no pueden dominar estos movimientos. Los desajustes que se derivan de ello llevan a distorsiones en el funcionamiento de la economía productiva.

En los países subdesarrollados, esta ola liberalizadora ha sido especialmente cruel. A través del mecanismo de la renegociación de la deuda externa, el FMI y el Banco Mundial han obligado a los gobiernos de muchos países no sólo a poner freno a la inflación y a la deuda pública, sino también a privatizar empresas y liberalizar la entrada de capitales o de empresas multinacionales. El pago de la deuda externa ha desviado recursos que tendrían que haberse destinado a reforzar el gasto en educación o en salud; la reducción de la deuda pública ha desembocado en la venta de empresas públicas nacionales a capitales extranjeros y ha acentuado la desprotección de los grupos más necesitados. Y la liberalización de la entrada de capitales o de inversiones extranjeras ha acentuado la inestabilidad monetaria y la dependencia exterior de estas economías. No cabe duda de que es necesario disciplinar la economía de algunos países pobres; pero las medidas han de evitar la agudización de la pobreza y de la dependencia exterior.

En resumen

La globalización económica, tal como se ha configurado políticamente desde muchos gobiernos, ha comportado una pérdida de margen de maniobra de los Estados a la hora de establecer políticas económicas que favorezcan a todos los ciudadanos. Y el FMI y el Banco Mundial, al intentar poner orden en determinadas economías subdesarrolladas, han acentuado su pobreza y su dependencia del exterior.

Después de revisar los cambios que la globalización ha ocasionado en el funcionamiento de las economías, pasamos a analizar ahora la dimensión sociopolítica de la globalización.

 

 

 

2. LA GLOBALIZACIÓN SOCIOPOLÍTICA

 

Tal como hemos señalado en el capítulo 1º, la globalización se potenció durante la crisis económica de los años 70, que aceleró la introducción de las TIC en las empresas.
Pero estas tendencias económicas se han reforzado con la victoria política del capitalismo, escenificada en 1989 con la caída del muro de Berlín.
Se trata de una victoria política cuyos protagonistas fueron las ideas, los políticos y los movimientos sociales: libertad, derechos humanos, democracia; M. Gorbachov, B. Yeltsin, L. Walesa, V.Havel; Solidarnosc, "Carta 77", etc.
Pero a esta victoria han contribuido también factores tecnológicos, económicos y culturales. En efecto, desde el punto de vista tecnológico, la caída de los regímenes del Este se debe en parte a la derrota tecnológicomilitar de la URSS. Concretamente, la Iniciativa de Defensa Estratégica de Reagan hizo caer en la cuenta a Gorbachov de que la URSS no había conseguido incorporar las nuevas tecnologías de la información al sistema soviético de defensa
(24)
Además, las economías socialistas tampoco funcionaban: la planificación centralizada se había convertido en algo demasiado complejo para los niveles de desarrollo a que habían llegado los países; y las tecnologías punta y sus técnicos se destinaban no a la economía sino al aparato militar
(25). Por otro lado, las televisiones occidentales habían conseguido que los ciudadanos de los países socialistas desearan una forma de vida diferente a la que llevaban; en este sentido, la caída del telón de acero fue también fruto de la globalización cultural (26)

 

2.1. De dos bloques políticos a tres bloques económicos

La guerra fría acaba en 1989 y desde entonces los EE.UU.. imponen su victoria aceptando la entrada en la OTAN de los antiguos miembros del Pacto de Varsovia e impulsando (por medio del FMI) una rápida transición de la Federación Rusa al capitalismo. Hay que esperar y trabajar para que la derrota rusa no se transforme en resentimiento y deseo de un nuevo imperialismo.

En todo caso...

La política internacional ya no está encuadrada por la confrontación desde bloques "políticos", sino que enfrenta a tres centros económicos con algunas diferencias políticas y culturales: los EE.UU., la Unión Europea y Japón-SE asiático. Hay una serie de coronas concéntricas de países que pretenden conseguir más prosperidad relacionándose con estos tres centros. Finalmente quedan áreas al margen de la prosperidad y en el seno de las cuales se desarrollan conflictos graves.

2.2. Crisis del Estado-Nación moderno: el Estado-red

En relación con los Estados-Nación, la globalización ha originado además un movimiento en dos direcciones: la regionalización y la revalorización de las unidades políticas subestatales. Efectivamente: por un lado, nos hemos dado cuenta de que determinados problemas (medioambientales, de mercado, de derechos humanos, de delincuencia organizada...) se escapan de la dimensión del Estado-Nación, lo que lleva a los Estados a asociarse a nivel regional (Unión Europea, NAFTA, OUA...). Pero por otro lado, la necesidad de identidad, de relaciones cercanas y de proximidad de los gobiernos respecto de los problemas ciudadanos intenta satisfacerse a nivel subestatal (la España de las Autonomías, la Europa de las Regiones y de los Municipios, la implosión del antiguo Imperio Soviético...).

En el mismo sentido, Ulrich Beck define la época actual como una segunda modernidad. La primera modernidad se produjo con la consolidación del Estado-Nación que configuró fuertemente la sociedad circunscrita en el territorio correspondiente. Era un "Estado-contenedor", porque dentro de sus fronteras, y por contraposición a lo que había más allá de ellas, los diversos aspectos de la vida de los súbditos o ciudadanos quedaban muy definidos: idioma oficial, religión, sistema económico y político, sistema educativo... Con la globalización de las relaciones económicas, políticas y culturales, no obstante, nos hallamos en tránsito hacia la segunda modernidad en la que se rompe el contenedor: porque los inmigrantes forman grupos culturales o religiosos homogéneos dentro de los Estados; porque gracias a Internet se constituyen comunidades "virtuales" que unen a los que están lejos y separan a los vecinos en el espacio; o porque hay ciudadanos que, por tener una biografía globalizada, sienten que pertenecen a varios países a la vez (27)

La Unión Europea está siendo cuna de muchos experimentos de regionalización y revalorización de unidades políticas subestatales. Su complejidad obliga a establecer un conjunto de alianzas temporales y variables a diversos niveles en función de nuevas necesidades o de proyectos concretos. Por ejemplo, la organización de los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992 llevó al Ayuntamiento de Barcelona, a la Generalitat de Cataluña, al Gobierno español y al Gobierno de la Unión Europea a establecer una colaboración intensa para hacer frente a los retos que la ocasión exigía. O la existencia de una euroregión económica al noroeste del Mediterráneo (desde la Comunidad Valenciana a la Provenza pasando por Aragón, Cataluña y el Rosellón) ha impulsado proyectos de infraestructura (túneles de carretera, líneas de tren de alta velocidad) y de colaboración política entre regiones pertenecientes a Estados diferentes, pero que se reconocen con intereses coincidentes.

Sea como fuere, la Unión Europea camina hacia una nueva concepción del poder político en la que las relaciones entre municipios, entre regiones o entre Estados pueden variar en función de los intereses concretos que agrupen a los nuevos actores en cada momento. Esta configuración es lo que Manuel Castells denomina el Estado-red (28)

El problema es que la variabilidad del Estado-red puede poner en peligro las conquistas históricas del Estado social y democrático de Derecho, que se concretó económicamente en el Estado del Bienestar. Esta forma política, nacida en Europa dentro del Estado-Nación, garantiza ciertos derechos cívicos, políticos y sociales que ahora se ven amenazados. En efecto, la globalización y las "alianzas variables" dejan de lado a los territorios menos capaces de conectarse y operar en las redes globales. En estos territorios, la capacidad fiscal es más reducida a la hora de fomentar la garantía efectiva de los derechos sociales y de oponerse al crecimiento de la economía delictiva (29)

En resumen

El Estado-Nación está evolucionando hacia formas más flexibles de organización –Estado-red– que establecen alianzas variables entre diversos niveles de poder (regional, estatal, subestatal). Pero esta flexibilidad pone en peligro las conquistas del Estado del Bienestar.

2.3. El Estado en los países subdesarrollados

Al caer el muro de Berlín, el filósofo Francis Fukuyama proclamó "el fin de la historia": las democracias liberales habían ganado la "guerra fría" contra la URSS y ahora sólo quedaba el trabajo de ir extendiendo pacíficamente el modelo vencedor por todo el planeta (30). Y, de hecho, en la última década del siglo XX, la democracia se ha extendido por muchos países y regiones. Pero el funcionamiento práctico de estas democracias presenta muchos problemas: por causa de la pobreza y del escaso nivel de desarrollo, pero también por la acción de ciertas empresas multinacionales que están interesadas en mantener a las poblaciones sometidas a sus intereses. Existen, por último, problemas de herencia cultural que topan con la concepción de fondo de la democracia.

El funcionamiento deficiente de las democracias liberales y el choque que la cultura occidental de mercado ha significado para las formas de vida de estos países les ha provocado serios conflictos: la globalización política no siempre les ha llevado a un aumento del bienestar. A veces, estos conflictos ha sido culturalmente interpretados a partir de ideologías antioccidentales. Son los fundamentalismos, que reaccionan a la exclusión de los beneficios de la globalización "excluyendo a los que excluyen". Y de este modo, utilizando las ideologías o religiones tradicionales que tienen a mano, hacen lecturas de las mismas que convierten a Occidente en el enemigo a combatir. La fragilidad que confiere a las sociedades desarrolladas su organización compleja, especialmente en las grandes ciudades, es una ocasión para que grupos terroristas de raíz fundamentalista planteen serios problemas a la seguridad de dichas sociedades. Por ejemplo, grupos islámicos furiosos con la política rusa en el Caúcaso han colocado bombas en Moscú causando decenas de muertos.

Pero quizás los fundamentalismos desarrollados por los excluidos de la globalización responden a un fundamentalismo más sutil, tanto económico como político, de aquellos que les excluyen. La solución a este "choque de fundamentalismos" es, según Johannes Müller, poner fin a la arrogancia occidental de planteamientos como los de Fukuyama y conseguir que las culturas de raíz europea pasen de ser culturas adoctrinadoras a ser culturas capaces de dejarse interrogar y de aprender de las demás (31).

Sin embargo, la globalización política no se ha reducido a la imposición arrogante de la democracia liberal en otros contextos políticos. A finales del siglo XX, el caso Pinochet y la constitución de un Tribunal Penal Internacional han constituido oportunidades para avanzar en la garantía efectiva y universal de los derechos humanos.

En síntesis

Las democracias liberales occidentales se han impuesto sin diálogo ni voluntad de adaptación. Este fundamentalismo occidental ha desencadenado fundamentalismos antioccidentales en los países en donde se ha impuesto. De todos modos, el inicio de un sistema penal internacional está contribuyendo a la protección efectiva de los derechos humanos.

2.4. Nuevos movimientos sociales

Los cambios de todo tipo que se han producido estos últimos años han provocado en los ciudadanos una desconfianza cada vez mayor respecto de los agentes políticos tradicionales: los partidos políticos y los sindicatos. Los partidos, desorientados por los cambios económicos y políticos, atrapados por la lógica mediática y perplejos ante el final de las ideologías modernas, han perdido afiliados. Los sindicatos, como hemos visto en el capítulo 2º, han perdido capacidad de negociación ante las grandes empresas a causa de la atomización de los intereses de los trabajadores y de la escasez de trabajo en los niveles de cualificación profesional más proclives a la sindicación.

Si bien es necesaria una renovación de la vida política y sindical, debemos constatar que una parte de las inquietudes sociales se canaliza actualmente a través de los nuevos movimientos sociales (NMS). Estos NMS poseen unas características particulares:

— Están preocupados por problemas concretos, pero generalmente de dimensión global (ecología, pacifismo, feminismo, derechos humanos, cooperación con el Tercer Mundo, asistencia al Cuarto Mundo, explotación infantil).
— Poseen organizaciones internas más democráticas y participativas que los agentes tradicionales; y utilizan las TIC para extender su influencia o hacer oír su voz ante los gobiernos y los organismos internacionales. En este sentido, las TIC se han convertido en un instrumento para la solidaridad. Por ejemplo, sin el correo electrónico, ciertas reivindicaciones como la protesta de Seattle en la Ronda del Milenio habrían sido imposibles de articular.
— Actúan con dinámicas medio festivas, medio reivindicativas, que incorporan un alto grado de creatividad: conciertos, ocupación de edificios, acampadas urbanas, campañas de recogida física o informática de firmas... ¡incluso colgarse durante dos semanas de la torre de la Catedral de Lleida para exigir el 0,7% para la Ayuda Oficial al Desarrollo!
— Actúan a menudo con una lógica que se salta los "conductos diplomáticos oficiales" y que puede desembocar en conflictos entre Estados. Por ejemplo, si un ciudadano europeo miembro de una ONG para el desarrollo denuncia sobre el terreno las violaciones de los derechos humanos en algún país y es detenido o desaparece, está asegurado el conflicto diplomático entre el Estado de origen y el Estado en el que ha desaparecido.

En este sentido, los NMS actúan de forma análoga a las empresas multinacionales o a las redes de actividades ilegales: los tres nuevos agentes de la escena mundial establecen relaciones al margen de los Estados. Por eso podemos distinguir entre globalización e internacionalización. El segundo término nos sugiere relaciones "entre naciones" (o "entre Estados"). La globalización, por el contrario, ha suscitado relaciones entre personas y grupos de diversos países sin pasar por la mediación de los Estados.

Finalmente reiteramos que nuevo movimiento social no siempre es sinónimo de progresismo o de mejora indiscutible. De hecho, como formas de participación en los asuntos políticos, los NMS se alían, según su naturaleza, con la derecha o con la izquierda política tradicional, y generan alianzas que hace unos años habrían escandalizado a los militantes de uno u otro bando. Por ejemplo, en la Francia de final de siglo XX, el movimiento antieuropeo reunía a militantes comunistas y militantes de la derecha nacionalista.

Resumiendo

Los sindicatos y los partidos políticos están en crisis. Han surgido, en cambio, los nuevos movimientos sociales, a menudo con una fuerte preocupación por los problemas mundiales, pero no siempre con intereses universales.

2.5. Una nueva división social

A nivel social, la globalización, tal como se ha venido configurando en los últimos años, ha creado una división entre los grupos que han conseguido dominar las TIC y enriquecerse y los que han quedado excluidos y están empobreciéndose. Los triunfadores tienen niveles de vida mucho más elevados que antes, hacen viajes de turismo o de negocios, hablan inglés, dominan la informática y pueden entender los productos culturales (música, cine...) globales.

La otra cara de este proceso es la exclusión. M. Castells bautiza a las exclusiones a partir de una imagen cósmica: las llama agujeros negros del capitalismo informacional (32). Son áreas geográfica enteras (Sahel, islas del Pacífico), determinados barrios de ciudades del Primer Mundo (el Raval o la Mina de Barcelona, el Casco antiguo de Lleida, etc.) o grupos sociales enteros (jóvenes con poca formación, ancianos sin apoyo familiar) dentro de los cuales es imposible estadísticamente escapar al sufrimiento o a la degradación progresiva de la condición humana.

El número de gente que cae (o está en riesgo de caer) en estos agujeros negros es cada vez mayor. Las biografías de los caídos suelen incluir falta de cualificación o de hábitos para las nuevas formas de trabajo, debilidad psicológica derivada de contextos familiares negativos, desconocimiento de la lengua o de las costumbres del país adonde se ha emigrado, e incapacidad de asumir de manera personalizada los productos culturales globales. Una escapatoria posible a esta situación vital es la participación en redes de actividades ilegales: redes de tráfico de drogas, de armas, de niños y mujeres, de inmigrantes ilegales, de tráfico intercontinental de residuos tóxicos... Se busca el triunfo y la riqueza al margen del respeto a la legalidad y a los derechos humanos más básicos.

Los agujeros negros tienen una fuerza de atracción importante, precisamente porque van cayendo en ellos todos aquellos que, por diversas circunstancias, han visto truncadas sus seguridades económicas, sociales y culturales. Y una vez se ha entrado en un agujero negro, es difícil salir de él, porque en su seno actúa una potente y tenebrosa conexión interna: la que en los países ricos, por ejemplo, liga pobreza con malos hábitos alimentarios o de conducta, malos hábitos con fracaso escolar, fracaso escolar con paro, paro con adicciones, adicciones con prostitución y delincuencia, prostitución y delincuencia con prisiones, prisiones con SIDA y SIDA con muerte.

En el denominado Tercer Mundo también existen agujeros negros: hay regiones enteras del planeta que han quedado al margen del protagonismo en la conexión global. En estas regiones la influencia de la cultura o de la economía globales es, sobretodo, negativa.

En el plano económico, por ejemplo, la incorporación de la India a la Organización Mundial del Comercio ha obligado al Estado a aceptar la legislación mundial de patentes. Automáticamente, el uso medicinal gratuito de muchas plantas que los médicos rurales utilizan desde hace siglos ha quedado prohibido. El pueblo ha sido despojado de un bien comunal que le pertenecía y le ayudaba a sobrevivir.

En el plano cultural, determinadas formas de vida rural e impregnadas de tradiciones religiosas se ven violentadas por los estilos de vida occidentales, tan seductores como inasequibles. La irrupción de estos patrones culturales extranjeros tiene tres tipos de efectos negativos:

— Desbarata iniciativas de solidaridad económica y política al fomentar el individualismo. Por ejemplo, en América Latina o en la India se están implantando diversos grupos religiosos ( en realidad, sectas directamente subvencionadas) que frenan las iniciativas comunes encaminadas a mejorar la situación de la población (cooperativas, movimientos campesinos...).
— Provoca las reacciones fundamentalistas de que hemos hablado más arriba.
— Empuja a la población a emigrar: hacia las ciudades de los propios países o las del primer mundo, donde se reproducen los agujeros negros y la exclusión; y donde se plantean los retos de la convivencia y la mutua valoración entre culturas diversas.

Existe, no obstante, la posibilidad de que los patrones culturales globales se adapten a las culturas locales y ayuden a la humanización de los grupos humanos receptores. Lo trataremos en el próximo capítulo que aborda los aspectos culturales de la globalización.

Pero antes, concluyamos

Señalemos, en primer lugar, que en este escrito hemos utilizado el término globalización y no el de mundialización porque no todo el mundo se ha visto favorecido por este proceso. Y, en cambio, la globalización ha conectado zonas geográficamente distantes del planeta.

Y en segundo lugar, resumamos. La globalización, tal como se ha configurado hasta ahora, ha creado una división entre los que la comprenden y la aprovechan y los que la sufren. Estos últimos son atraídos por los agujeros negros del capitalismo informacional, en cuyo seno es imposible estadísticamente escapar al dolor o a la degradación progresiva de la condición humana.

 

 

 

3. LA GLOBALIZACIÓN CULTURAL

 

Estudiemos ahora los mecanismos e instituciones a través de los cuales la globalización está modificando la necesidad de sentido de la persona.
"Cultura es la manera en que un grupo humano vive, piensa, siente, se organiza, celebra y comparte la vida"
(33)
Esta definición nos muestra dos dimensiones de la cultura: una invisible ("vivir, pensar, sentir"), integrada por ideas y valores; y otra visible ("organizarse, celebrar, compartir") que concreta y retroalimenta a la primera, por medio de diversas experiencias de la persona: fiestas, ceremonias religiosas, películas, libros, actividades en asociaciones, trabajo, convivencia en pareja, convivencia social, relación con el poder...

 

3.1. La cultura

La definición propuesta habla del grupo humano como sujeto de la cultura. En efecto, toda persona nace en un grupo humano en el seno del cual vive experiencias relativas a la supervivencia, a la convivencia y al sentido (ámbitos tecnoeconómico, sociopolítico y cultural). Estas experiencias (dimensión visible de la cultura) son elaboradas internamente por la persona que construye así sus ideas y sus valores (dimensión invisible de la cultura). Con las ideas y los valores, emprenderá acciones en el grupo humano en el que vive, convirtiéndose así en "constructor de cultura".

Aquí denominaremos inputs a todas aquellas experiencias que vive la persona, procedentes del grupo humano en el que se inserta. En los capítulos anteriores hemos analizado como los inputs tecnoeconómicos y sociopolíticos influyen en las ideas y valores de las personas. Por ejemplo, constatábamos en el capítulo 1º que la globalización económica atomizaba los intereses de los trabajadores, erosionando así un valor importante como es la solidaridad. O en el capítulo 2º, al hablar de la nueva división social, nos dábamos cuenta de que las personas que crecen en los agujeros negros del capitalismo informacional tienen muchas dificultades para encontrar un sentido de la vida que los aleje del sufrimiento, las adicciones y la muerte prematura.

En este capítulo, hablaremos específicamente de la naturaleza y la forma de elaboración interna de los inputs culturales, que son las experiencias de sentido vividas por las personas en el ámbito cultural. En dicho ámbito, la experiencia está mediatizada por instituciones como la familia, la escuela, el cine, la televisión , los libros, el turismo, el grupo de tiempo libre, el grupo religioso y otras instituciones relativas a la educación y a la utilización del tiempo libre.

Nos preguntamos, pues: ¿qué tiene que ver el fenómeno de la globalización con la búsqueda y la construcción de sentido (ideas y valores) de las personas?

En una primera respuesta, afirmamos que la interconexión y la facilidad del transporte que constituyen la base de la globalización permiten que las personas reciban inputs culturales con tres características nuevas. En primer lugar, estos inputs son mediados por la televisión o por Internet. En segundo lugar, la mayoría de estos inputs culturales globales son productos culturales: han sido elaborados por empresas que esperar sacar beneficios de su venta. Y en tercer lugar, proceden de personas o culturas lejanas, o de una supuesta cultura global reforzada en los últimos años. Estas tres novedades pueden tener consecuencias inesperadas en las personas, pero muy especialmente en los niños y jóvenes que se hallan en proceso de construcción de los sistemas de ideas y valores que habrán de guiarles en la vida adulta.

En el presente capítulo, abordaremos los problemas que acabamos de presentar.

— En el apartado 2, analizaremos la influencia de los inputs culturales mediados por la televisión e Internet en la vida de los ciudadanos.
— En el apartado 3, consideraremos las consecuencias del hecho de que muchos inputs culturales globales sean producidos por empresas que fomentan un consumismo global.
— En el apartado 4, nos detendremos en el hecho de que los nuevos inputs procedan de culturas lejanas o de una supuesta cultura global.
— Y finalmente, en el apartado 5, analizaremos las consecuencias de la nueva situación cultural en los grupos más vulnerables de la sociedad: los niños y los jóvenes.

 

3.2. La mediación de la televisión y de Internet

La irrupción de los inputs culturales a través de la televisión y de Internet en la vida de los individuos ha tenido dos consecuencias: ha ampliado el horizonte conceptual y de valores del ciudadano; y ha aumentado las posibilidades prácticas de utilización del tiempo libre.

a) La ampliación del horizonte conceptual y de valores del ciudadano se ha producido porque Internet ha permitido acceder a una cantidad inmensa de información procedente de todo el mundo sobre infinidad de temas; y también a redes de relación virtual de alcance planetario sobre aspectos muy especializados. Por ejemplo, los amantes de la poesía surrealista de todo el mundo que estén conectados a la red pueden intercambiarse poemas a través de la misma.

Por otro lado, esta ampliación de puntos de vista llega en una época en la que, debido a la caída del muro de Berlín, las ideologías (grandes relatos que transmiten sentido) han perdido fuerza. Los grandes relatos políticos o religiosos que impulsaban diariamente el ideal de muchos (religiones, socialismos, liberalismos, nacionalismos) se han considerado estériles o hasta perjudiciales: de hecho, la historia reciente muestra el rostro más oscuro de estos ideales con guerras "de religión", pobreza y desigualdad en nombre de la libertad, y opresión a cuenta de determinados socialismos o nacionalismos. El mito del progreso ha desembocado también en el desequilibrio ecológico. Así pues, parece que los ideales y el progreso no puedan aportar nada verdaderamente nuevo a las sociedades y a las personas. La consecuencia de esta actitud es una combinación de relativismo ("En este mundo tan variado, no existen verdades absolutas: está bien lo que cada uno haga") y de pasividad ("Nada nuevo por lo que valga la pena luchar").

b) En todo caso, se han ampliado las posibilidades de utilización del tiempo libre con inputs culturales virtuales. El tiempo libre ha ganado en opciones gracias a las TIC que llegan a casa. Sin moverme de la ciudad de origen y con dinero en el bolsillo, puedo pasarme la tarde paseando con los amigos, visitando a un enfermo, haciendo silencio, escribiendo una carta, saliendo de excursión a la montaña, yendo al centro de la ciudad a mirar escaparates o a comprar, yendo al bar (inputs reales)... o bien, viendo películas de TV o vídeo, mirando las noticias de la CNN, yendo al cine, escribiendo mensajes por correo electrónico, participando en un chat o escogiendo una ruta original y propia mientras navego por Internet (inputs virtuales).

Los inputs virtuales inauguran una nueva modalidad de relación humana: la relación virtual. En ella, nos relacionamos con personas que no tenemos delante físicamente, o con personajes de películas con los cuales no hablaremos nunca..., pero que nos transmiten patrones de conducta y orientaciones prácticas. La relación virtual genera lo que Manuel Castells denomina la cultura de la virtualidad real (34). Es cultura de la virtualidad porque los inputs culturales que se reciben llegan por vía informática, vía juegos de ordenador, vía TV o cine. Es real porque influye realmente en la cultura (ideas, valores y actuaciones concretas) de aquellos que acceden a ella.

De hecho, la frontera entre lo que es real y lo que es virtual llega a desdibujarse en este tipo de cultura: el incesante bombardeo televisivo sobre las mentes y la cantidad cada vez mayor de horas que pasamos delante de la TV llevan a la confusión entre ficción y realidad. Así pues, si las imágenes de un drama real van seguidas de las de una película, de hecho las primeras pueden ser finalmente "registradas" como medio irreales y las segundas como medio reales.

En resumen

La irrupción de los inputs virtuales en un momento de crisis de los grandes ideales ha provocado al mismo tiempo un aumento de las ofertas de tiempo libre y tal vez el fortalecimiento del relativismo y la pasividad. Las relaciones humanas virtuales han ganado importancia y inducen a veces a la confusión entre realidad y ficción.

3.3. La cultura del consumismo global

En el capítulo 2º constatábamos como las empresas podían vender productos incorporándoles "historias" mediante la publicidad, porque el acto de consumo estaba convirtiéndose también en un acto que da sentido al individuo inmerso en la crisis de ideales. En este apartado nos detendremos en las consecuencias que puede tener el hecho de que muchos de los inputs culturales globales sean productos culturales, es decir, producidos para la obtención de beneficios por parte de las empresas.

En efecto, las empresas, en su afán por vender en un contexto de competencia global, utilizan técnicas comerciales variadas que con mucha frecuencia se dirigen, más que a informar de las características de los productos, a seducir al consumidor para que sienta el impulso irresistible de comprarlos. La seducción pasa por transmitir mensajes publicitarios cada vez más en forma de aventuras apasionantes, cuyo desenlace feliz se consigue gracias a la posesión del objeto anunciado. Se generan así cambios de ideas y de valores en los ciudadanos... y a veces también comportamientos adictivos (35). De hecho, la publicidad siempre ha ejercido esta influencia; la novedad es que hoy las empresas que hay detrás de ella operan a escala mundial.

La seducción de las empresas resulta más fácil, no sólo gracias a la publicidad, sino también a través de los productos de la industria del entretenimiento (Entertainment Industry), que incluye a las productoras de cine, de video, de TV, de revistas, de juegos de ordenador o de otros bienes para el ocio como los parques temáticos.

La industria del entretenimiento se compone de empresas que, en la mayoría de los casos, tienen la sede en EE.UU. Una gran parte de las películas que se proyectan en los cines de todo el mundo procede de los EE.UU. (36); y muchas de estas películas, pensadas para el público que busca distracciones "que no obliguen a pensar", reproducen determinados valores: división maniquea entre buenos y malos (que, a veces, coincide con la división americanos/extranjeros); resolución de los conflictos por la fuerza de voluntad o por la simple fuerza; simplismo en las relaciones de pareja; y búsqueda del éxito como motivación principal. Los parques temáticos versan sobre los personajes de Disney o pueden incluir una "variedad de culturas"... entre las cuales no suele faltar el "Lejano Oeste". Y las cadenas de televisión mundiales como la CNN transmiten "en directo" para todo el mundo las noticias que les parecen "más interesantes", convirtiéndose así en los creadores de actualidad.

En resumen

La cultura del consumismo global provoca cambios de valores e incluso comportamientos adictivos. Los productos de la industria de la diversión transmiten valores demasiado simples, de acuerdo con las exigencias de los productos destinados a las masas.

3.4. ¿Cultura global?

Una tercera característica de los nuevos inputs culturales es que proceden de personas o culturas lejanas e incluso de una posible cultura global. Benjamin Barber opina que existe una cultura global y la bautiza con el nombre de cultura McWorld, en referencia a marcas comerciales como McDonalds o McIntosh, y al alcance mundial que está teniendo esta cultura. Barber cree que la cultura McWorld acabará de homogeneizar un mundo ya económicamente y políticamente homogéneo. La profecía de Barber completa "el fin de la historia económica y política" de Francis Fukuyama con "el fin de la historia cultural". Los agentes institucionales de este "fín cultural" serían las empresas en general; pero principalmente la industria del entretenimiento norteamericana (37)

No obstante, esta cultura global necesita "aterrizar" en lugares concretos y conectar con el público que tiene que consumirla o se ha de relacionar con ella. No en todos lados la gran mayoría entiende inglés, de manera que es necesario doblar las películas. En los diversos países existe interés por las noticias locales y, por lo tanto, tiene que haber redacciones nacionales de las noticias de la CNN. En el parque temático "Port Aventura" de Tarragona, al lado de zonas más "globales" del Lejano Oeste, de México, de la China o de la Polinesia, hay un área temática del "Mediterráneo"...

Es cierto que la cultura global, de matriz eminentemente anglosajona, se diferencia cuando aterriza. Pero ¿hasta qué punto dicha diferenciación es sustancial? Tal vez sea sólo accidental: una estrategia para esconder las verdaderas diferencias. Por ejemplo, los culebrones latinoamericanos, que ve el público de todos los continentes, presentan ambientes en los que no existen las diferencias económicas (no salen pobres) o culturales (no salen miembros de pueblos indígenas). Nos hallamos, pues, ante una cultura de la in-diferencia (38) esta cultura deja fuera de la pantalla las diferencias fuertes en un mundo desigual y diverso. Pero "plantear problemas de conciencia" a los telespectadores vende poco: por eso las empresas nos tranquilizan y nos ofrecen productos "relajantes"...

Sin embargo, no siempre la cultura global es alienante o ignora las diferencias culturales. En un suburbio de Johanesburgo, denominado Sophiatown, la penetración de elementos de la cultura popular norteamericana (cine negro, jazz, cultura afroamericana) ayudó a la población oprimida a articular un lenguaje de protesta y a organizar un movimiento anti-apartheid que contribuyó a la democratización de Sudáfrica (39). Y un producto de la industria cinematográfica norteamericana, Dead Man Walking ("Pena de muerte") del director Tim Robbins, ha transmitido al mundo la fuerza y los ideales de una mujer, la hermana Helen Prejean, que en el sur de los EE.UU. lucha por el derecho a la vida de toda persona.

Una buena adaptación de productos "globales" puede ayudar, pues, a liberar de la opresión al adaptar una cultura a una situación social o política concreta. La condición es, no obstante, que la actitud de los agentes locales receptores sea activa y reconfigure el input global "importado" de acuerdo con las coordenadas locales.

En conclusión

La cultura del consumismo global tiene que aterrizar en los diversos países, provocando una cierta diferenciación. Pero es discutible si esta diferenciación es realmente sustancial o si finalmente los productos globales constituyen una cultura de la in-diferencia. En todo caso, es necesaria una adaptación activa de estos productos que los convierta en factores de humanización para las personas y los grupos humanos que los reciben.

3.5. Influencia de la situación cultural en los niños y jóvenes

Hemos visto al principio del presente capítulo que la cultura se compone de un conjunto de ideas y valores referidos a los grupos humanos. El proceso por el cual un niño tiene experiencias ("recibe inputs"), las elabora internamente y pasa a la acción convirtiéndose en "constructor de cultura" en un grupo humano se denomina socialización.

Los nuevos inputs culturales globales influyen en la socialización de formas distintas y, a veces, contradictorias. Por un lado, al facilitar información a niños y jóvenes sobre la variedad de culturas y formas de vivir, amplían sus horizontes y les permiten asumir sus propias culturas de forma más humana. Además, el hecho de viajar y comunicarse con personas de otros países por Internet permite a los jóvenes sentirse parte de un solo mundo y con un destino común.

A pesar de todo, el uso abusivo de los medios virtuales puede debilitar los procesos de socialización. Tener información es importante para realizar el proceso de socialización; pero también es preciso elaborarla en tiempos de silencio, de maduración de las propias ideas y de los propios proyectos. También es básico escuchar canciones con letras inteligibles y sentirse reflejado en personajes literarios o cinematográficos culturalmente cercanos a la propia experiencia vital. Asimismo es necesaria la comunicación con amigos de carne y hueso; y la participación en instituciones en las que el contacto humano nos ayuda a comprender e interiorizar las relaciones reales de amistad, de solidaridad o de autoridad bien entendida.

No obstante, si la televisión consume el tiempo de escribir o de pensar; los referentes musicales, literarios o cinematográficos son lejanos o llegan siempre con un patrón cultural "de masas"; y si no podemos interrogar o ser interrogados por los personajes que influyen en nuestra conducta (porque, o bien son virtuales o están fuera de nuestro alcance)... entonces nuestra socialización puede resultar deficiente.

La estrategia correcta ante estos fenómenos no tiene que consistir en prohibir a niños y jóvenes el acceso a Internet o a la televisión: sino en capacitarlos para que juzguen y elijan activamente los temas en los que desean profundizar a través de Internet o los programas de televisión que desean ver. También es importante que capten la belleza y la profundidad de formas de ocupar el tiempo libre inicialmente menos atractivas como la lectura, el silencio, la oración o la participación en actividades de grupo que permiten desarrollar la amistad y la solidaridad (inputs reales, no virtuales).

Pero para ayudar a niños y jóvenes a aprovechar activamente las posibilidades ampliadas que se les ofrecen, se precisa tiempo y paciencia. Y en las sociedades desarrolladas de hoy en día, el modelo tradicional de familia está reformulándose por causa de la incorporación progresiva de la mujer al mercado laboral. Sin cuestionar este paso adelante en la liberación de la mujer, algunos sociólogos constatan la falta de atención que padecen los niños por parte de los padres en capas significativas de la sociedad; y señalan la renegociación de los pactos de la pareja, entre otros factores, como esencial para la superación de este nuevo reto (40)

En resumen

Los inputs culturales virtuales pueden tener una influencia positiva en los procesos de socialización de los jóvenes, siempre que estos mantengan la capacidad de criticarlos y orientarse en medio de ellos. La facilidad de acceso a los productos televisivos o de Internet establece sin embargo una competencia con otras formas de disfrutar el tiempo libre (inputs reales) como el silencio, las relaciones de amistad y la solidaridad con personas de carne y hueso. Los jóvenes tendrían que contar con el apoyo de agentes o instituciones que les ayudasen a formarse personalidades capaces de emprender proyectos al servicio de la colectividad.

3.6. Conclusión

Decíamos al principio de este capítulo que "cultura es la manera en que un grupo humano vive, piensa, siente, se organiza, celebra y comparte la vida". Cada grupo humano genera una cultura, integrada por un conjunto de "vivencias, pensamientos y sentimientos" invisibles que se concretan en "organizaciones, celebraciones..." visibles.

Las tecnologías de la televisión y de Internet han permitido poner al alcance de jóvenes y mayores una gran cantidad de inputs culturales que, a veces, proceden de culturas lejanas, son virtuales o son producidos por empresas con afán de lucro.

Pero para que un input cultural (un libro, una película, un espectáculo ofrecido en un parque temático, un videojuego, un anuncio, una discusión con los amigos o una excursión) ayude a la socialización de un joven o a la humanización de un adulto, tiene que ser recibido después de haber sido elegido y tiene que elaborarse activamente, para adaptarlo a la historia personal o colectiva del propio grupo humano. Cuando no hay adaptación (y al déficit de adaptación contribuye la cultura del consumismo compulsivo y la estrategia comercial de la industria del entretenimiento), los inputs culturales fomentan adicciones o convierten a los ciudadanos-consumidores en sujetos pasivos. Cuando hay adaptación, como en Sophiatown, los inputs culturales aterrizan adecuadamente en una persona o en un grupo humano concreto y transforman su cultura en un sentido humanizador.

En el proceso de aterrizaje adecuado de los inputs culturales globales, tienen un papel importante personas concretas que catalicen con paciencia y sabiduría los procesos de adaptación y de personalización. Los educadores, los padres o los líderes de instituciones de tiempo libre tienen que ser capaces de estimular la búsqueda activa de los niños y de los jóvenes a fin de que cada individuo o cada grupo elabore su proyecto de vida dirigido a la humanización del grupo humano concreto.

Los problemas culturales que hemos presentado invitan a la acción de personas e instituciones para que el rostro cultural de la globalización se ponga al servicio de formas de vida más humanas. En los capítulos anteriores hemos presentado, de forma análoga, retos tecnoeconómicos y sociopolíticos.

Todos estos retos nos han permitido profundizar en el significado de la palabra-ídolo que nos ocupa: globalización. Es hora de recapitular su significado y de apuntar propuestas de acción humana que permitan aprovechar las oportunidades que ofrece y evitar sus riesgos.

 

 

 

4. LA GLOBALIZACIÓN Y SU "GOBIERNO"

 

4.1. El concepto de globalización

Después de hacer una incursión en los tres niveles en que se concreta el fenómeno de la globalización, retomamos la palabra-ídolo que nos ocupa, para intentar determinar su significado con mayor exactitud. Precisaremos el contenido de globalización con una terna de conceptos que hemos apuntados en los apartados anteriores: internacionalización, mundialización y globalización.

Internacionalización es el proceso por el cual diversos Estados-Nación se relacionan entre ellos. En este sentido, la globalización exige una internacionalización más intensa porque los Estados-Nación tendrían que apoyarse más entre sí frente a ciertos agentes globales nocivos. Pero, como hemos visto, también se han establecido relaciones entre personas y organizaciones de diversos países al margen de los Estados-Nación: por ejemplo, en las empresas multinacionales, en las ONGs de ámbito mundial, en las redes de economía ilegal, en las visitas de los usuarios de Internet de diversos países a una Web determinada, o en la visión vía satélite de un programa televisivo norteamericano desde países alejados de los EE.UU.. La globalización, por tanto, va más allá de la internacionalización.

Mundialización es el proceso por el cual los ciudadanos del mundo comparten una determinada experiencia, un determinado valor o un determinado bien. Pero, como hemos visto, la globalización no ha llegado a todos los ciudadanos del mundo. Existen áreas geográficas o grupos sociales que han sufrido pasivamente la globalización porque han quedado desconectados de las redes de comunicación, de los movimientos de capital, de los destinos de las inversiones empresariales, o de las reivindicaciones de los derechos humanos. Son áreas geográficas o grupos humanos que están al margen de la luz (agujeros negros del capitalismo) y del movimiento que inyecta la globalización allá por donde pasa. La globalización, pues, tal como se ha concretado hasta el momento, no ha repartido sus beneficios a todo el mundo: se queda corta respecto de lo que podría ser la mundialización.

En este sentido, observamos que existen personas, grupos humanos y regiones más globalizados que otros. La globalización es una cuestión de grado. Un ciudadano conectado a Internet, que tiene un trabajo relacionado con la economía global, que habla inglés, que viaja, y que tiene amigos en países alejados está muy globalizado. Un país que empieza a conectarse con sus vecinos a través del comercio de ciertos productos está un poco globalizado. Un grupo humano que vive en una cultura cerrada en sí misma, sin recibir inputs económicos, políticos o culturales exteriores al grupo, no está nada globalizado. Cada vez quedan menos ejemplos de este último caso, porque la globalización avanza mucho en estos tiempos. Notamos, no obstante, que estar globalizado no es necesariamente bueno o malo: lo que es bueno es llevar una vida humana libre de esclavitudes o de adicciones, y actuar con justicia y solidaridad respecto de los otros habitantes del mundo.

Por tanto

A diferencia de los términos internacionalización y mundialización, globalización significa el proceso de interconexión financiera, económica, política, social y cultural posibilitada por las TIC, que relaciona a determinadas personas y organizaciones gubernamentales o no, creando dinámicas complejas de relación y de exclusión. Existen personas y grupos más o menos globalizados y no podemos afirmar que estar globalizado sea bueno o malo.

4.2. Situarse correctamente frente a la globalización

Existen tres vías para situarse frente al fenómeno de la globalización: rechazarla; aceptarla incondicionalmente; o aceptarla e intentar gobernarla poniéndola al servicio de cotas más altas de bienestar para todo el mundo, especialmente para los que más sufren.

La primera vía, la del rechazo, es la que han adoptado los fundamentalismos en las zonas excluidas de la globalización. Consiste en "excluir a los que excluyen". Pero esta opción reactiva no podrá frenar la fuerza de penetración de las TIC; y además, suele construir proyectos económicos, políticos y culturales que acaban deshumanizando a las sociedades en las que se implantan. Ciertas revoluciones fundamentalistas islámicas, por ejemplo, han perpetuado la pobreza y han agravado la degradación psicológica de las mujeres provocando la muerte de muchas de ellas. También en Occidente hay grupos anti-globalización. Tienen una fuerza utópica y de denuncia considerable; y son positivos en tanto que despiertan las conciencias ante las consecuencias negativas y los riesgos de la globalización. Pero no pueden reducirse a puros movimientos reactivos, bajo la amenaza de ser utilizados por fuerzas o grupos sociales con intereses egoístas. Por ejemplo, en la Ronda del Milenio de la Organización Mundial del Comercio (Seattle, EE.UU., finales de 1999) se aliaron extrañamente ciertas ONGs contrarias a la globalización y los grupos de agricultores europeos que quieren impedir la entrada en su continente de productos agrícolas procedentes del Tercer Mundo. Los movimientos solidarios anti-globalización tendrían que evolucionar hacia estrategias proactivas: es decir, hacia el diseño de propuestas positivas para que la globalización estuviera al servicio de todos.

La segunda vía, la de la aceptación incondicional, es la del neoliberalismo. El neoliberalismo ha servido a los agentes económicos más poderosos para llevar adelante el capitalismo liberal feroz, utilizando interesadamente la derrota del socialismo real y las dificultades del Estado del Bienestar occidental. Ha generalizado tres o cuatro medias verdades, elevándolas a categorías universales (41). Así, al aceptar la globalización tal como ha surgido históricamente (liderada por determinados agentes económicos de determinados países, que se escapan del gobierno político), los neoliberales defienden que hay que dejarla como está, sin someterse a la autoridad de una organización política mundial... aunque ello provoque desequilibrios ecológicos, desigualdades económicas, exclusiones sociales y destrucción de formas culturales humanizadoras.

En tanto que impone proyectos económicos, políticos y culturales a los diversos países sin dialogar sobre ello y sin adaptarse, el neoliberalismo también es un fundamentalismo, pero propio de la zona victoriosa del capitalismo.

La tercera vía consiste en aceptar que hoy en día vivimos más interconectados y con más posibilidades de relación, pero que estas nuevas posibilidades suponen al mismo tiempo riesgos y oportunidades. Y consiste también en entender la globalización como un proceso susceptible de ser gobernado o "civilizado", poniéndolo al servicio del aumento del bienestar para todo el mundo, especialmente de los que más sufren (42). Como hemos dicho en el primer apartado, la introducción de las TIC en las empresas ha hecho que aumente la productividad y el PIB de los países que las han adoptado. Dar la espalda a esta posibilidad (opción fundamentalista) es pretender frenar el aumento necesario de bienestar para una gran mayoría de la humanidad. El problema es que el aumento de la productividad o el crecimiento económico no llevan automáticamente al incremento del bienestar de todo el mundo. Además, la globalización de las formas políticas o de la cultura se ha realizado en general sin las adaptaciones o los diálogos necesarios para que el resultado sea humanizador para los países y para sus ciudadanos.

Avanzar por esta tercera vía implica incidir en el fenómeno y las consecuencias de la globalización en toda su complejidad, es decir, a todos los niveles: tecnoeconómico, sociopolítico y cultural. Como ya hemos constatado, los tres niveles están interconectados y cada nivel nos muestra un rostro peculiar e irreductible de la globalización. No es, pues, suficiente trabajar sólo el aspecto cultural o sólo el aspecto político o sólo el aspecto tecnoeconómico de un fenómeno que se manifiesta y genera consecuencias en los tres niveles.

4.3. Propuestas para el gobierno de la globalización

En base a las coordenadas de la tercera vía que acabamos de presentar, avanzamos algunos objetivos para el gobierno de la globalización.

3.1. Iniciativas tecnoeconómicas

a) Reforzar y democratizar los organismos económicos internacionales (FMI, Banco Mundial, Organización Mundial del Comercio...) para que puedan gobernar la globalización financiera y económica, de una manera ecológicamente sostenible y luchando contra la exclusión, la pobreza y la desigualdad que hoy esta generando.
Así se recuperará parcialmente la libertad de los Estados para gestionar las políticas económicas, para mantener la viabilidad fiscal y para conservar o aumentar los niveles de protección social que difundan el bienestar y la riqueza entre todos los ciudadanos.
b) Promover las uniones económicas regionales que permitan al mismo tiempo aprovechar las ventajas del comercio internacional y detentar un poder político suficientemente fuerte como para dialogar con las multinacionales con garantías de éxito.
c) Regular ecológicamente y fiscalmente los transportes para eliminar las irracionalidades existentes (véanse los ejemplos de la uva de California o de los cangrejos del Mar del Norte en el capítulo 1º) y evitar la degradación ecológica.
d) Condonar de una vez la injusta deuda externa de los países del Tercer Mundo que ya ha sido suficientemente pagada y que hipoteca de forma inhumana a sus habitantes. En el proceso de condonación hay que aprovechar la ocasión para que los recursos liberados acaben revirtiendo en beneficio de toda la población y especialmente de los más pobres.
e) Introducir la responsabilidad social de la empresa, por medio de la convicción de los directivos y de la presión de los nuevos movimientos sociales. En efecto, las TIC permiten transmitir a capas significativas de la ciudadanía información e iniciativas que presionen a las empresas a cambiar... si no quieren perder el prestigio y los clientes. Por ejemplo, hay ONG que proponen por correo electrónico acciones al servicio de campañas para la eliminación del trabajo infantil.
f) Aprovechando que resulta más fácil para los que tienen conocimientos, fomentar la creación de pequeñas y medianas empresas (créditos a microempresas, cooperativas de producción o distribución). Estas empresas crean más puestos de trabajo que la gran empresa, están más directamente implicadas en el bienestar de las comunidades en las que se insertan, y no destruyen tan fácilmente los valores humanizadores de las culturas locales.
g) Crear y alimentar fondos de inversión éticos para discriminar a las empresas que invierten en actividades ilegales o destructivas frente a las que respetan las normas sociales, ecológicas o éticas de diversa naturaleza. Si los ciudadanos son también capitalistas en tanto que participan en fondos de inversión, vale la pena aprovechar este poder para dirigir las inversiones hacia empresas y actividades que no generen consecuencias social o ecológicamente negativas.
h) Aprovechar el consumo para ejercer y fomentar la solidaridad: por medio de la compra de productos de comercio justo o bien de empresas que dedican parte de los beneficios a la solidaridad (marketing con causa).

3.2. Iniciativas sociopolíticas

a) Trabajar para el gobierno político de la globalización: defensa de los derechos humanos, políticas de redistribución de rentas, lucha contra las redes globales ilegales y criminales. En este sentido, las democracias permiten mecanismos de participación política que orientan las decisiones en determinadas direcciones: elecciones y referéndums, militancia política o sindical, participación en colegios profesionales, apoyo activo a determinadas ONG, etc.
b) Aprovechar la dimensión internacional de los partidos políticos y de los sindicatos para establecer una cultura del diálogo entre actores políticos y actores sociales de diversos países respecto de problemas de ámbito mundial.
c) Fomentar las instituciones internacionales de defensa de los derechos humanos, como el Tribunal Penal Internacional, poniendo fin a los abusos cometidos en nombre del principio de no ingerencia utilizado como coartada para violar estos derechos.
d) Reforzar los movimientos sociales (nuevos o antiguos) de solidaridad con los excluidos o con los grupos que corren el riesgo de exclusión desde una actitud de diálogo y de escucha: los habitantes de los agujeros negros del capitalismo tienen que encontrar caminos para evolucionar hacia formas de vida más humanas (43).

3.3. Iniciativas culturales

a) Trabajar para colocar a la persona y a toda persona en el centro de las preocupaciones de los agentes económicos, políticos y culturales. En un mundo tan complejo y tan lleno de instituciones y fuerzas que se contraponen, no podemos perder el norte, que es el bienestar y la humanización de las personas y especialmente de los más pobres.
b) Aprovechar el surgimiento de nuevos movimientos sociales y ONGs para fomentar una conciencia ética universal, que se traduzca en la lucha por el reconocimiento de la ciudadanía (derechos humanos fundamentales) a todos los habitantes del planeta.
c) Reforzar las instituciones y los agentes socializadores (familias, escuelas, ONG, grupos religiosos) para que orienten en un contexto global, virtual y comercial los valores y las ideas de los jóvenes. Se trata de que todo el mundo llegue a tener una personalidad suficientemente integrada como para tomar iniciativas económicas, políticas y culturales al servicio de los ciudadanos y de los más pobres.
d) En los sistemas educativos, fomentar planes de estudios que capaciten a los alumnos para el trabajo cualificado tecnológicamente al tiempo que les facilitan instrumentos humanísticos para crecer como personas. En la formación humanística es preciso capacitarlos para ser activos en el uso de las TIC y en la adaptación personal de los productos que ofrece la industria del entretenimiento.
e) Los grupos religiosos tienen que hallar en sus tradiciones y en el diálogo interreligioso los valores y las actitudes que les permitan asumir de manera creativa y humanizadora las nuevas condiciones económicas, sociales y culturales globales.
Así pueden contribuir a impulsar, en los diversos ámbitos de la vida colectiva, la centralidad de la persona y la ciudadanía universal.

 


Notas

 

1. "Hay que aclarar que en los países del Tercer Mundo este concepto ("globalización") ha sustituido al de "dependencia" y actualmente ha de pagar como causa de todo problema y de todo mal". MÜLLER, J. "Weltkirche als Lerngemeinschaft. Modell einer menschengerechten Globalisierung? Stimmen der Zeit 1999 (5), 317.

2. Cf. MÜLLER, J., Op.cit. 318.

3. PNUD: Informe sobre el Desarrollo Humano, 1998.

4. Cf. RAMONET, I., Le monde diplomatique 11-IV- 1997. Citado en BECK, U. ¿Qué es la globalización? Paidós, Barcelona 1998, 73.

5. Cf. NAVARRO, V., Neoliberalismo y Estado del Bienestar, Ariel, Barcelona, 1998 (2ª), 78 (Cuadro 2.1).

6. PNUD, Informe sobre el Desarrollo Humano, 1998, 142.

7. Cf . COMAS, C., Sociedad, Economía, Cultura: una aproximación histórica, Publicaciones ESADE, Barcelona, 1999.

8. Cf. VÁZQUEZ, L., "La ONU denuncia que el número de pobres se ha duplicado desde 1974", El País, 6-VII-1999.

9. Cf. BECK, U. Op.cit. 207-208.

10. LAFONTAINE, O. MÜLLER, Ch. No hay que tener miedo a la globalización, Biblioteca Nueva, Madrid, 1998, 35. De todos modos, como señalan estos autores, el comercio es más interregional que internacional. En resumen, podríamos decir que los capitales se mueven a nivel mundial; los bienes y servicios a nivel interregional y los trabajadores en el interior de los estados.

11. Cf. LAFONTAINE, O., MÜLLER, Ch. Op.cit. 37.

12. Cf. BECK, U., op.cit. 40-41.

13. Cf. CASTELLS, M., "Entender nuestro mundo", Revista de Occidente 205, Madrid, mayo 1998, 120-121.

14. Cf. BECK, U., Op.cit. 38-39.

15. Cf. PFAFF, W., "Un desafío a la ortodoxia", Política exterior 53, X, septiembre-octubre 1996, 16.

16. En EE.UU.. en 1968 el 5% de la población con ingresos medios más altos tenía 16 veces más ingresos que el 20% más pobre. En 1998 esta proporción había aumentado a 24 veces (Cf. COMAS, C. Op.cit., 3).

17. Cf. LAFONTAINE, O. MÜLLER, C. Op.cit. 74.

18. Cf. UNITED NATIONS CENTER ON TRANSNATIONAL CORPORATIONS, Transnational Corporations in World Development. Trends and Prospects. New York, United Nations , 1988, 16.

19. Cf. MADRICK, J. SOROS, G., "La crisis financiera mundial", Política exterior 68, marzo-abril 1999, 49.

20. Cf. BECK, U., Op.cit. 23.

21. Para una presentación extensa de los peligros ecológicos del planeta, vegeu MENACHO, J., El reto de la tierra: ecología y justicia en el s. XXI, Cristianisme i Justícia, Barcelona 1999, Cuadernos n. 89.

22. Cf LAFONTAINE, O. MÜLLER, C. Op.cit. O. 52,73.

23. Cf. BECK, U., Op.cit. 175.

24. Cf. CASTELLS, M., "La nueva revolución rusa", Claves, (1991), 2-14.

25. "... La URSS llegó a invertir un 37% de su presupuesto en la fabricación de armas, mientras que ello suponía apenas el 7% del de los EE.UU.." . BARRANCO, J., "Walters expone en Santander el acoso final de EEUU a la URSS", La Vanguardia 10-8-99.

26. "... El colapso del bloque oriental fue también fruto de la globalización cultural. El "telón de acero" y el blindaje militar se volatilizaron, por así decirlo, en la era de la televisión." BECK, U., Op.cit. 101.

27. Cf. BECK, U., Op.cit. Passim. Véase especialmente el capítulo VI "En torno a la sociedad mundial: perspectivas concurrentes".

28. Cf. "Entender nuestro mundo", Revista de Occidente, n. 205, Madrid, mayo 1998, 142.

29. Pensemos especialmente en pequeñas regiones europeas "periféricas" como Galicia (Noroeste de España) o Sicilia (Sur de Italia).

30. Cf. FUKUYAMA, F., "¿The End of History?", National Interest, 1989.

31. Cf. MÜLLER, J., op.cit. 320-321.

32. Cf. CASTELLS, M., La era de la información. Economía, Sociedad y Cultura. Vol. 3: Fin de milenio. Alianza, Madrid, 1997, 188-191

33. Congregación General XXXIV de la Compañía de Jesús, Decreto IV, n. 1.

34. Cf. "Entender nuestro mundo", 131-133.

35. Las adicciones, no sólo de base química (tabaco, alcohol o drogas) sino también de base social (alimentos, sexo, juego, compra, televisión, Internet, trabajo) están aumentando de forma alarmante.Ver ALONSO-FERNANDEZ, F., "La plaga de las adicciones sociales", El País, 2-5-2000.

36. A finales de 1999,la cuota de mercado del cine norteamericano en la Unión Europea (UE) estaba entre el 54 y el 92%; mientras que la cuota de la UE en los EE.UU.. era sólo del 3%. El presupuesto de una película en los EE.UU.. era 4 veces el de una de la UE; y el presupuesto de promoción en los EE.UU.. era 15 veces el de una película europea. Cf. MARTÍ, O., "Europa reivindica su propia imagen", El País, 5-12-1999.

37. Cf. BARBER, B., "Cultura McWorld contra democracia", Le Monde Diplomatique, agosto/septiembre 1998, 28.

38. Cf. MARTÍN , J., "La globalización desde una perspectiva cultural", Letra 58, 1998, 16.

39. SARRÓ, R., "Cultura y metacultura: más allá de la diversidad y de la homogeneización", Revista de libros, Madrid, marzo 1999, 14.

40. "Estoy llamando la atención sobre un tema fundamental de nuestra sociedad que debe abordarse sin prejuicios ideológicos; se está descuidando masivamente a los niños, y así lo documentan los científicos sociales y los periodistas." CASTELLS, M., La era de la información..., 262.

41. "El neoliberalismo surge y crece a partir del contraste entre el proyecto histórico del Estado Social y la experiencia tanto de sus efectos perversos como de la dificultad de mantener –en tiempos de crisis– sus condiciones de posibilidad económicas y financieras. Ahora bien, la vertiente ideológica del neoliberalismo se manifiesta en la extrapolación que hace de unos efectos perversos limitados a una crítica global del Estado Social". MIRALLES, J., "El mito de las grandes ideologías históricas", Cristianisme i Justícia, La sociedad del desempleo. Por un trabajo diferente, Centro de Estudios "Cristianisme i Justícia", 86.

42. "... Sería ser corto de miras optar por una (improbable) globalización arraigada en el miedo, y radicalizar y fortalecer los reflejos de competencia beligerante que podrían llegar a ser devastadores. Por el contrario, la globalización ha de ser "civilizada". Sólo civilizándola podrá ser sostenible...". INTERNATIONAL JACQUES MARITAIN INSTITUTE "Globalisation: a challenge for peace: solidarity or exclusion". Notes et Documents 49-50, mai-décembre 1997, 2.

43. J. Müller defiende el principio de subsidiariedad, y lo concreta afirmando que la solidaridad debe de empezar por la auto-ayuda, seguir por la ayuda mutua entre las victimas, y sólo en última instancia la ayuda de los fuertes a los débiles. "Si el hombre es el punto de partida y el objetivo de todo desarrollo, esto exige sobre todo un desarrollo desde abajo." Op.cit. 323.

 


 

CUESTIONARIO PARA EL DEBATE

1. ¿Qué síntomas de globalización (económicos, sociales, políticos, culturales, religiosos, etc.) descubrís en vuestro lugar de trabajo, vida familiar..., vida asociativa...?

¾ Haced una lista de ellos lo más completa posible.

2. Sindicatos y partidos están reduciendo su influencia a favor de los nuevos movimientos sociales (pág. 20-21).

¾ Ventajas y desventajas. Significación de este hecho.

3. Algunas ONG defensoras de los derechos humanos promueven la intervención de las instituciones internacionales (ONU, Tribunal Penal Internacional...) en problemas concretos de los países. (Recordad el debate sobre el caso Pinochet): 

¾ Valorad las oportunidades y los riesgos de esta "ingerencia en asuntos internos de los estados".
¾
- ¿Tiene sentido una organización tan particular como la OTAN en un mundo definido como "aldea global"?

4. La humanidad, ¿está dotada de las instituciones necesarias para gobernar la globalización?, ¿está preparada la ONU?, ¿de qué manera se podría trabajar para avanzar hacia una "Constitución Mundial" que, en vez de ser impuesta por la fuerza del imperio, fuese aprobada por el mundo?

 5. En el proceso de socialización de las nuevas generaciones los inputs "virtuales" tienen mucho peso (los de los MCS, TV, navegación por Internet, Chats...).

¾ Analizad de qué manera pueden provocar confusión entre realidad y ficción; crear personajes de ficción que, a veces, se convierten en amigos muy "reales"...
¾
Valorad el hecho de los compañeros virtuales... con los cuales uno puede aislarse y crearse un entorno personal "virtual".

6. Valorad las "oportunidades" de la globalización: su capacidad de humanizar, crear armonía, fraternidad, solidaridad... favorecer el desarrollo de las potencialidades de la persona y hacerla más libre...

¾ ¿Qué fisuras abre la globalización que puedan aprovecharse para luchar a favor de la justicia?

7. Haced conscientes los riesgos, los efectos negativos que provoca la globalización tanto en el Primer como en el Tercer Mundo.

¾ Prestad especial atención a los efectos en las migraciones, atomización de los intereses de los trabajadores, trabajo precario, etc.
¾
Identificad los "agujeros negros del capitalismo informacional" (pág. 22-23) que tengáis cerca y los que conozcáis a través de los MCS.