CRÍTICA LITERARIA

  A)  SUTURAS EN EL EVANGELIO

 

B) TEORÍAS  SOBRE LA COMPOSICIÓN

    1. Desplazamientos accidentales

    2. Fuentes múltiples

    3. Redacciones múltiples

 

A)  SUTURAS EN EL EVANGELIO

 Los indicios de ciertas suturas, duplicados, incoherencias, son los que han llevado a sospechar la complejidad en la composición del evangelio. Un nombre genérico para designar estas inconsistencias es el de “aporías”. Por otra parte la gran unidad de vocabulario, estilo, teología, nos llevan a rechazar un proceso de redacción como el que tuvo lugar en los sinópticos, a base de fuentes de diversos orígenes.

Por eso para explicar estas incoherencias o suturas, se prefiere utilizar la hipótesis de múltiples ediciones, en las que se han ido incorporando materiales nuevos, aunque todos ellos elaborados en una misma escuela teológica. 

1) Diferencias de estilo

El prólogo tiene otro género literario, con vocabulario propio: lovgo", cavri", plhrw'­ma...

El epílogo tiene pequeños detalles de estilo (28 palabras nuevas, pero muchas relacionadas con la pesca), algunas peculiaridades gramaticales… 

2) Cortes y fallos de continuidad

Aparecen saltos geográficos y cronológicos:

* La sección 3,31-36 parece ser una continuación inmediata del discurso de 3,1-21. Jesús parece continuar el mismo discurso sobre los mismos temas, y sin embargo entre medias está la sección 3,22-30 que parece interrumpir la hilazón en el discurso con otra escena diversa protagonizada por Juan el Bautista y sus discípulos.

* La ordenación de los capítulos 4,5,6 y 7 presenta ciertas incongruencias: Galilea, Judea, Galilea, Judea, y quedaría más ordenada introduciendo ciertos cambios.

- En el cap. 5 Jesús está en Jerusalén, y sin embargo al comienzo del cap. 6 se nos dice que pasó a la otra orilla del Mar de Tiberíades.

- Durante todo el capítulo 6 Jesús ha estado en Galilea, y sin embargo al comienzo del 7 se afirma que “después de esto Jesús andaba por Galilea y no podía andar por Judea porque los judíos buscaban matarle” (7,1).

- Los versos 7,15-24 que se refieren a la estancia de Jesús en Jerusalén durante la fiesta de los Tabernáculos, se refieren a la curación de un paralítico que realizó Jesús en una visita anterior durante una fiesta innominada (5,1-18), y el discurso de Jesús parece ser continuación del discurso que pronunció con motivo de la curación del paralítico. Si embargo entre dos bloques está por medio toda la secuencia 6,1-7,14 que parece interrumpir el discurso.

Algunos piensan que la secuencia quedaría más ordenada colocando 4, 6, 5 y 7. De este modo tras una estancia en Galilea (4,43-54 y 6), habría una ida a Judea 5,1 (escena del paralítico) y una vuelta a Galilea en el 7,1. Así se explica el difícil verso 7,1 que ahora parece desplazado. Quizás el capítulo 6 haya sido una adición posterior y por ello se ha insertado en un lugar inadecuado, donde rompe la secuencia geográfica anterior.

Otro “arreglo”, supuesto el anterior, sería trasladar 7,15-24 inmediatamente después del final de 5 (5,47) y colocar 7,1-14 detrás de 7,24.; de ese modo se junta el capítulo 5 con 7,15-24 que una continuación y un eco del tema del paralítico curado.

La secuencia arreglada sería 6,71 (termina la estancia en Galilea); 5,1-47 y 7,15-24 (curación del paralítico; discurso sobre el sábado y controversia con los judíos sobre la curación del paralítico); 7,1-13 (Retirada a Galilea); 7,14 (subida a la fiesta de los Tabernáculos); 7,25ss. (desarrollo de los Tabernáculos).

* La parábola del buen pastor y la puerta no encaja bien en su contexto.

Comienza bruscamente sin ninguna transición con la perícopa anterior, y parece interrumpir el flujo natural entre el final del 9 y 10,20-21 donde se mantiene el eco de la curación del ciego de nacimiento. Por otra parte en la sección siguiente sobre la Fiesta de la Dedicación se continúa el tema del pastor y las ovejas que parecía ya terminado antes de la nueva subida de Jesús a esta fiesta. Parece sugerirse que en un estadio previo del evangelio la historia ciego en el capítulo 9 era seguida directamente por la fiesta de la Dedicación de 10,22-39, y que sólo en una siguiente edición se insertó en medio el discurso del pastor de 10,1-21.

* En 14,31 parece acabarse el sermón de la cena, y luego siguen tres capítulos más, y la partida hacia el huerto sólo tiene lugar en 18,1.

* Hay una doble conclusión del evangelio en 20,30-31 y 21,25.

* Hay una doble conclusión del ministerio: 10,40-42; 11,53-54. 

Respecto al deseo de reordenar el evangelio según nuestros criterios, en búsqueda de una mejor secuencia nos previene R. Brown.

· Las reordenaciones pueden reflejar el interés del comentarista y no el del evangelista. En el caso de los capítulos 5 y 6, aunque una reordenación nos dé una secuencia cronológica mejor, quizás el evangelista ha querido tratar seguidos el tema del pan del vida, y el tema del agua, que son los dos temas del desierto.

· Hay autores que consiguen explicar el evangelio coherentemente manteniendo el orden actual, con lo cual no es cierto que el cambio de orden sea algo que se nos impone necesariamente.

· Las teorías sobre los desplazamientos no nos explican de una manera verosímil cómo dichos desplazamientos pudieron tener lugar dentro del texto. 

3) Incongruencias

* Los discípulos del Bautista que habían estado presentes en el testimonio de éste sobre Jesús (1,29-34) parecen no saber nada sobre Jesús en 3,26-30.

* En 3,22 y 4,1 se nos dice que Jesús bautizaba, sin embargo en 4,2 se afirma que Jesús no bautizaba, sino sus discípulos

* Entre el primero y segundo signo en Caná se nos dice que Jesús hizo otros signos en Jerusalén, (2,11; 2,23; 4,54) con lo cual el segundo signo no sería ya segundo.

* En 7,3-5 los hermanos de Jesús le dicen que haga signos también en Judea, con lo cual parece desconocer lo que ya había hecho en Jerusalén (2,23).

* En la última Cena Pedro pregunta a Jesús a dónde va (13,36) y sin embargo poco después Jesús les dice: “Ninguno de vosotros me pregunta a dónde voy” (16,5).

* Mientras que Jesús ha estado en Jerusalén todo el capítulo 3, de repente en 3,22 se dice que se marchó a Judea.

* En varias ocasiones al interior de una misma perícopa se cambia del singular al plural de un modo torpe que puede revelar el uso de materiales diversos que estaban unos en singular y otros en plural. Por ejemplo en las palabras de Jesús a Natanael (1,51), o las de la Magdalena a Pedro diciéndole que el sepulcro está vacío (20,2). 

4) Repeticiones y duplicados

* Curiosamente en cada uno de los dos elementos de cada duplicado se da una teología diversa que acentúa distintos aspectos de un mismo tema. En 5,19-27 se da la versión de una perícopa en clave de escatología realizada, y en 5,28-30 se da otra versión en clave de escatología final. En 6,35-50 se nos habla del pan de vida en clave sapiencial, mientras que en 6,51-58, en clave sacramental.

* Hay dos secciones repetidas en el discurso de la última Cena: 14,1-31 y 16,4-33. Esto podría indicar que los capítulos 15 y 16 fueron añadidos después de la conclusión del discurso primitivo, e hizo falta una segunda conclusión. 

 

B) MODERNAS TEORÍAS SOBRE LA COMPOSICIÓN

 Los datos que hemos expuesto en el apartado anterior nos invitan a pensar que el evangelio no ha sido escrito de una sola sentada, sino que tiene una historia de composición que ha dejado huellas sobre el texto presente. Es posible detectar algunas suturas, y adivinar algo sobre la prehistoria del texto. Algunos piensan que todo se debe a las huellas dejadas por el uso de fuentes escritas independientes, que al ser refundidas en el evangelio final han dejado marcas reveladoras.

Otros piensan que el evangelio ha pasado por varias redacciones corregidas y aumentadas, y debido a esto quedan reliquias de las ediciones anteriores que no han sido bien integradas en la edición presente. 

1) Teoría de los desplazamientos accidentales

Para responder a las dificultades de la composición de Juan, la solución más sencilla es recurrir a la reordenación de algunas partes del evangelio. El número de reajustes es muy variado.

* Wickenhauser invierte los capítulos 5 y 6 para obtener una ilación geográfica mejor.

* Bernard reordena además los capítulos 15 y 16 del sermón de la Cena y parte de los capítulos 3, 7, 10 y 12.

* Bultmann somete el evangelio a una reordenación totalmente caprichosa dejando como resultado algo que se ha llamado irónicamente “El evangelio según Bultmann”.

La reordenación puede ser puramente gratuita, como ya hemos dicho y se presta al subjetivismo de los intérpretes. En absoluto es evidente la razón que se da para los desplazamientos diciendo que el orden actual no tiene sentido. Los desplazamientos crean más problemas de los que resuelve. Sería mejor dedicar todo el esfuerzo invertido en descubrir secuencias caprichosas, a tratar de comprender el texto como está. Al menos tenemos la seguridad de estar comentando un evangelio muy antiguo tal como existió en el momento de su publicación final. 

2) Teoría de las fuentes múltiples

Bultmann distingue tres fuentes

* La fuente de los signos: fuente en griego que cubriría los capítulos 1-12 en sus secciones narrativas.

* La fuente de los Discursos de revelación. Prólogo y discursos poéticos. En arameo. En su origen no era cristiana, sino que fue adaptada por un traductor, adecuándola a la teología cristiana. En sus comienzos tenía huellas de un gnosticismo primitivo del estilo del que aparece en las Odas de Salomón.

* El relato de la Pasión y Resurrección, de origen no sinóptico y relatado en un griego semitizante.

El evangelista combinó ingeniosamente estas tres fuentes, haciéndolas vehículo de su propio pensamiento. Posteriormente se hizo una segunda edición del evangelio a cargo del redactor eclesiástico que trató por una parte de recobrar el orden perdido del evangelio y realizó añadidos para adaptar la obra a una teología más eclesial y sacramentalista: 3,5 = alusión al agua; 6,51-58 = lectura del Pan de vida en clave eucarística; 5,28-29: alusiones a una escatología final.

Finalmente sería este mismo redactor eclesiástico el que añadió el epílogo del capítulo 21.

¿Qué decir sobre la teoría de Bultmann? La fuente de Discursos ha sido puesta en entredicho por la mayoría de los exegetas. La fuente de los signos ha tenido mayor aceptación en las obras de Fortna y Nicol

Brown pone cuatro objeciones a la teoría de Bultmann:

· Signos y discursos están indisolublemente unidos en el evangelio.

· Los discursos incorporan dichos de Jesús conocidos por la tradición sinóptica.

· Las diferencias estilísticas entre las distintas fuentes no son verificables.

· En la antigüedad no encontramos paralelos a ninguna de las fuentes postuladas por Bultmann.

 

3. Teoría de las redacciones múltiples

 

Hay una gran variedad de modelos para estas teoría. Las más radicales que postulan una revisión fundamental del evangelio en cada edición vienen a aproximarse a la teoría de las fuentes múltiples (por ejemplo Wilkens).

Hay otras menos radicales. Estas son las que preferimos. Por ejemplo la de Brown en cinco etapas:

 

a) Materiales tradicionales de dichos y hechos sobre Jesús semejantes a los que encontramos en el material sinóptico.

 

b) Meditaciones sobre esta tradición realizadas dentro de una escuela de espiritualidad con personalidad propia. Primero oralmente, hasta que van tomando cuerpo textos escritos. Hay un predicador principal y otras discípulos que adoptan todos el mismo estilo. Esta etapa duró varias décadas. Algunos de los relatos de milagros se elaboraron como espléndidos dramas, como por ejemplo el c. 9 de la curación del ciego. Los logia de Jesús se combinaron hasta formar extensos discursos de carácter solemne y poético. Es posible que se formaran otras unidades de este tipo que no han logrado sobrevivir.

 

c) Organización de estos materiales en un evangelio consecutivo a cargo del mismo predicador principal o evangelista. Lo más probable es que esta primera edición se hiciese ya en griego y no en arameo. Esta primera edición tenía ya el mismo plan de la obra actual, que es perfectamente coherente. No era un simple relato de signos (Wilkens) ni le faltaba el ministerio de Galilea (Parker). Esta edición llevó consigo un rearreglo de los materiales previos, escogiendo entre las diversas versiones de un mismo discurso que circulaban.

 

d) Segunda edición del evangelio a cargo del mismo evangelista, añadiendo nuevos materiales aptos para responder a nuevos desafíos de la comunidad, como por ejemplo la expulsión de la sinagoga. No es posible distinguir siempre entre lo que pertenece a la primera edición o a la segunda.

 

e) Redacción final a cargo de otra persona: el redactor. Este redactor era probablemente un discípulo de la misma escuela y colaborador del evangelista. Los materiales que se añaden no son necesariamente más tardíos; pueden ser de los que se dejaron de lado en la primera edición. El redactor final no se sintió autorizado para modificar la estructura general del evangelio, y por eso los párrafos insertados por él dejan al descubierto algunas costuras. Algunos de estos materiales tienen una referencia sacramental y eclesial más fuerte.

En cambio para la 2ª, 3ª y 4ª etapa detectamos la tarea de predicadores y escritores que no han sido testigos presenciales. Los predicadores usan notan escritas, y cuando predican el mismo sermón muchas veces, esas mismas notas tienen procesos muy complicados de correcciones y añadidos, que a lo largo de un período largo, pueden incluso reflejar los cambios que se van verificando en el pensamiento y el estilo de un mismo autor. Yo mismo lo puedo comprobar cuando miro las distintas ediciones de mis apuntes para charlas y ejercicios.

Es muy posible que los discípulos de Juan, imbuidos de su espíritu, dirigidos y alentados por el mismo, predicaran y desarrollaran estos recuerdos. Entre ellos habría que destacar un discípulo principal que imprimió el sello de su genio dramático y su profunda visión teo­lógica. Este discípulo principal sería el evangelista. Hoy día podemos constatar en comunidades muy cohesionadas cómo suele haber un influjo omnipresente del fundador. Cuando uno escucha a hablar a un miembro de estos grupos cerrados, tiene la impresión de haber escuchado ya a todos. Son reproducciones miméticas del estilo y lenguaje propio del fundador. De este modo podemos ver cómo es posible que un escrito muy coherente y unitario pueda deberse a la redacción de distintas personas pertenecientes todos ellos a la misma escuela.

Podemos seguir hablando del evangelio según san Juan, aunque éste no le escribiera. Juan no sería el autor literario (Verfasser), pero si el autor origen (Urheber). La relación entre los dos fue más estrecha de la que se dio entre Pedro y Marcos. El hecho de que Juan viviese tantos años hizo que su presencia siguiese amparando y autentificando toda la obra de su discípulo. Pero fue por la autoridad de Juan, no por la del evangelista, por la que el evangelio acabó imponiéndose en toda la Iglesia universal.

En realidad el autor del evangelio ha utilizado fuentes, y han podido existir diferentes ediciones de la obra, corregidas y aumentadas, que han podido dejar suturas e incongruencias en la redacción final. Pero el autor ha hecho propias todas sus fuentes y las reelaborado de manera que hoy día es tan imposible rehacer el proceso como lo sería recomponer el cerdo a partir de una ristra de salchichas (Streeter).

Cualquier manera de resolver el sentido de un determinado texto apelando al proceso de redacción será siempre altamente especulativo, aunque nunca está de más dejar el signo de interrogación, sobre esas posible interpretaciones. Dice L.T. Johnson: “El cuarto evangelio no necesita reconstrucciones. Permanece, como ha estado durante 2.000 años, como un testigo coherente, profundo y provocativo, que constituye en sí mismo una evidencia suficiente de que la comunidad juánica incluía por lo menos un gran teólogo y escritor".