INTRODUCCION
Ofreceremos
en este trabajo, algunas nociones sobre la oración iconográfica u oración con
imágenes. Estas reflexiones forman parte de una pedagogía de la fe y de la
oración cristiana y quieren ser una ayuda para que la Palabra de Dios vaya
penetrando en nuestros corazones junto a la contemplación de los misterios.
En la
Edad Media se designaba la iconografía, con el nombre de Biblia de los pobres,
porque ayudaba a la comprensión de los misterios expresados por las imágenes, en
un tiempo en que pocos tenían acceso a la palabra leída y a la palabra
escuchada.
Nuestro punto de referencia va a ser la iconografía del oriente cristiano, con
sus iconos del Señor, de la Virgen, de los santos y de los misterios de la
salvación. Se trata de una iconografía tradicional, acorde con los contenidos de
la expresión artística de la antigüedad cristiana, expresada en pinturas, en
mosaicos, en los frescos de los muros de los templos y monasterios. Nos
acercamos a una iconografía teológica, es decir que expresa con su figuras,
símbolos y colores de la auténtica fe cristiana, celebrada por la liturgia de la
iglesia de Oriente y de Occidente. Y por ello es una iconografía de carácter
ecuménico porque une en la misma fe a los católicos y a los ortodoxos. Es
además, una iconografía actual, por el interés que este arte está suscitando hoy
en Occidente.
Hay que volver a ese gusto por lo sagrado y por lo bello, a esas imágenes que
pueden y deben evangelizar nuestra oración. Orar con las imágenes de la
tradición oriental supone superar la curiosidad por los iconos y llegar a su
verdadera función que es la de ayudarnos a contemplar el misterio que
representan.