Tentaciones
"Ninguno
debe exponerse voluntariamente a las
"Un
cristiano en cada tentación que le sucede, debe traer a la memoria las palabras
de la Escritura que vienen a aquel caso, y servirse de ellas como de un fuerte
escudo, para que no entren en él los tiros de nuestro enemigo y para poderlos
rechazar. (S. Basilio, c. 3, sent. 47. Tric. ibid., ibid.)"
"Para
muchos es grande motivo de tentación ver por una parte la prosperidad de los
soberbios, y por otra los trabajos de los justos: por no estar bien poseídos de
aquella verdad capital con que conocemos claramente, que el premio de nuestros méritos
se ha de recibir, no en este mundo, sino en el otro. (S. Ambrosio, in Psalm. 118. sent. 59, Tric. T. 4, p. 324.)"
"Te
engañas, hermano mío: te engañas si piensas que el cristiano puede vivir
exento de persecuciones. Aun cuando no sientes que te acomete el enemigo, debes
creer que entonces acomete con mas fuerza: porque nuestro contrario da
continuamente vueltas como un león furioso que busca a quien tragar: siendo
esto así. ¿podrás persuadirte a que puedas estar en paz? (S.
Jerón.. Ep. ad Heliot. 14, sent. 3. Tric. T. 5, p. 239.)"
"Si
un platero sabe precisamente cuanto tiempo debe dejar el oro en el crisol, y cuándo
le debe sacar para que no se pierda y consuma con la actividad del fuego, mejor
sabe Dios el tiempo que nos ha de dejar en la tentación para que nos
purifiquemos de nuestras manchas y cuándo nos ha de sacar para que no nos
rindamos. No murmuremos pues. contra El, y no nos desalentemos si nos sorprende
alguna aflicción imprevista: arrojémonos en las manos de Aquel que conoce lo
que es mejor y sabe cuánto tiempo de tribulaciones se requiera para purificar
nuestras almas, y estemos persuadidos a que todo lo hace para muestro mayor
bien. (S. Juan Crisóst.. Serm.
32. in Paral.. sent. 236. Tric. T. 6, p. 348.)"
"Entretando
que en esta vida se goza de profunda paz y grande descanso, apenas se juntan
coronas para la vida eterna. No busquemos, pues, aquí nuestro premio, y tengámonos
por felices cuando, practicando lo bueno, padecemos males; porque Dios no nos
dará recompensa por las buenas obras que hemos practicado, sino también por
las tentaciones y tribulaciones que hayamos sufrido con paciencia. (S. Juan Crisóst.,
Homil. 43. c. 16 sent. 323, Tric. ibid.. p.
370.)"
"Lo
primero que debéis de procurar es desagradaros a vosotros mismos para
purificaros de vuestras faltas y convertiros verdaderamente: lo segundo es
sufrir las tribulaciones y tentaciones de la vida, perseverando con paciencia
hasta el fin. (S. Agust.. Psalm. 59, sent. 88, Tric. T. 7. p.
462.)"
"Por
medio de las tentaciones adelantamos en la virtud, y ninguno se conoce bien
hasta que es tentado: ninguno será coronado si no ha vencido: ninguno puede
vencer si no pelea, y nadie puede pelear si no tiene tentaciones y enemigos. (S. Agust., in Psalm. 60. sent. 90, Tric. ¡bid.. ibid.)"
"Es
nuestro corazón un campo de batalla en donde siempre se están sucediendo unos
a otros los combates: la carne resiste al espíritu. y el espíritu tiene deseos
contrarios a la carne. Si vence la sensualidad, se verá el espíritu
vergonzosamente degradado de su antigua nobleza, y el que está destinado para
mandar, padecerá la miseria de servir. Pero si el alma sujeta a su Criador se
contenta con los placeres espirituales, desprecia los deleites sensuales y no
permite que el pecado domine en su cuerpo mortal, gozará la razón del mando
que le pertenece, y no la sorprenderán las ilusiones del demonio. Cuando la
carne es gobernada por el espíritu, y Dios preside en el alma, entonces goza el
hombre de la verdadera paz y libertad. (S. León Papa. Serm.
quadr.. 39. c. 2. sent. 31. Tric. T. 8. p. 389.)"
"Cuando
el alma devota padece alguna persecución de parte de los hombres, va a buscar
su consuelo y su descanso en la gracia de su Dios. y cuando ve que se aumentan
en lo exterior las tempestades de las tentaciones, procura defenderse y
abrigarse con la esperanza en Dios, retirándose al puerto tranquilo de su
conciencia. (S. Greg. el Grande, lib.
2. c.
24, sent. 3,
Tric. T. 9. p. 231.)"
"Dios
le cercó las tinieblas. El hombre está rodeado de tinieblas. porque aunque su
corazón esté inflamado de los deseos del cielo, ignora las disposiciones
secretas de Dios para con él: y puede temer algún día obstáculo para su
salvación: porque puede estar ahora oculto bajo las apariencias de sus buenos
deseos. El hombre está rodeado de tinieblas, porque muchas veces se olvida de
las cosas pasadas, jamás prevee las futuras y apenas conoce las presentes. (S.
Greg. el Grande, lib. 5. c. 7.
p. 144. sent.
8. Tric. ibid.. p. 332.)"
"Cuando
las tentaciones impuras no hacen sino mortificar y fatigar a los que las padecen
sin poder vencerlos, hagan el efecto que hiciesen, es muy cierto que en vez de
dar la muerte al alma con el consentimiento delincuente, sirven mas bien para
mantenerla y asegurarla mas en la humildad: porque reconociendo el alma su
flaqueza en la fuerza de la tentación, pone todo su recurso en la divina
asistencia, y pierde toda su confianza en sus mismas fuerzas: suerte que se
halla mas estrechamente unida con Dios, por lo mismo que la hacía temer con
dolor que está infinitamente distante. Somos, pues, incapaces de reconocer
cuando nos acercamos a Dios, o cuando nos separamos, entretanto que no
conozcamos el fin de estas cosas dudosas y mudables: pues en cuanto a las
tentaciones, es cosa incierta, si nos prueban o nos matan: y en cuanto a los
dones de Dios, tampoco se puede saber si son recompensa temporal para los que
viven abandonados de Dios en cuanto a la eternidad, o si nos sostiene durante
esta vida para guiarnos a lo que esta por venir. (S.
Greg. el Grande, lih. 9, c. 13. p. 298, sent. 42. Tric. ihid., págs. 246 y 247.)"
"Quieras
o no quieras, dentro de tus términos habita el Jebuseo, le podras sujetar, mas
no exterminar. (S. Bern., Tract.. de Offic. Ep.. c. 5, sent. 43,
Tric. ibid., p. 324.)"