Risa
"No debemos elegir
hacer por vuestra voluntad papel ridículo haciendo reír: mucho más debemos
guardarnos de ser y parecer chocarreros en nuestras palabras. (S. Clemente, Pedagogo, lib. 2,
c. 5, sent. adic., 4, Tric. T. 1, p. 350.)"
"Dios
nos guarde de burlarnos de algún otro; de lo cual empieza primero la
contumelia, y después salen los pleitos, las riñas y las enemistades. (Idem. ídem, c. 6, sent. 5, ídem. Tric. ídem., ídem.)"
"Dichosos
los que están sin mancha, en su camino y van caminando en la ley del Señor.
Los que en su camino son perfectos, son aquellos que viven sin mancha: en esto
se enseña a los que todavía están en los primeros elementos de la ciencia
divina que deben publicar la felicidad de los que han llegado a este estado de
perfección, no sea que se perjudiquen a si mismos por gloriarse como si ya
fuera bienaventurados, siendo así que deben reconocerse muy distantes de los
que ya han adquirido la verdadera felicidad. (Eusebio de Cesárea, sent. 7, Tric. T. 2, págs. 84 y 85.)"
"El
reino de los cielos está dentro de vosotros: así llamó Jesucristo al gozo que
el Espíritu Santo infunde en el corazón, el cual es una prenda de la eterna
alegría que han de tener las almas de los santos. (S. Greg. de Nisa, de perfect.
Cler.,
sent. 16, adic.. Tric. T. 4, p. 363.)"
"No
pertenece a los cristianos pasar el tiempo en las risas, diversiones y placeres.
Eso es bueno para la gente del teatro y para aquellos bufones y lisonjeros que
andan buscando las buenas mesas. No es este el espíritu de los que son llamados
a una vida celestial, cuyos nombres están ya escritos en la ciudad eterna, y
profesan una milicia espiritual: ese es el espíritu de los que combaten bajo
las banderas del demonio. Así es, hermanos míos, el demonio ha reducido a arte
esas diversiones y juegos. (S. Juan Crisóst., Homil. 6, in c. 2, sent. 38, Tric. T. 6, p. 307.)"
"¿Qué
mal puede haber en reír? me diréis. Y yo os respondo, que reír no es malo,
pero puede ser malo por el modo, lugar y tiempo, (s. Juan Crisóst., Homil. 15, c. 9, ad Hebr., sent. 381, Tric. T. 6, p. 382.)"
"No
hay miseria más verdadera que la falsa alegría. (S. Bern., de lib. Arb, n. 14, sent. 11, Tric. T.
10, p. 322.)"
"Nosotros
no gustamos de que nadie se ría de nosotros: por consiguiente, no debemos
ridiculizar a nadie, así como no queremos que nos ridiculicen a nosotros. San
Ambrosio prohibe también esta licencia, singularmente a los eclesiásticos, en
el lib. 1, Offic., c. 23. Aunque las chanzas honestas, dice, agradan y suelen ser
bien recibidas, son contrarias a los deberes de los eclesiásticos.. San
Ambrosio quiere que un eclesiástico busque simplemente en la Sagrada Escritura
las lecciones y ejemplos con que debe conformar su conducta; y nosotros
sostenemos que tiene mucha razón y no vemos en la Escritura ningún ejemplo de
personaje alguno consagrado a Dios que se tomase la libertad de decir chufletas
para que le tuviesen por gracioso. (Bergier, T. 8, p. 504.)"
"La
alegría mundana es una gota de miel que se convierte en un mar de hiél... Ved
lo que sucede a cualquiera que se entregue a la embriaguez, a la intemperancia,
al deleite, a la vanidad, al desmedido deseo de agradar. Los goces mundanos
engendran el hastío y el remordimiento. ¿Por qué? Porque son peligrosos y
culpables. Son peligrosos. ¿A qué no exponen en efecto los placeres de los
sentidos, los deleites, la gula, los ojos poco circunspectos, los oídos poco
castos, la lengua mal contenida? ¿A qué peligros no exponen las vanidades, el
amor del mundo, los bailes, las familiaridades, los espectáculos, etc.? El que
vive de los goces del mundo, dice San Gregorio, encadena sus sentidos
interiores, su espíritu, su alma, su memoria, su inteligencia, su voluntad, su
corazón. (Homil.
36, in Evang., Barbier, T. 2, p. 313.)"
"No se puede, dice San Jerónimo, disfrutar de los goces del mundo y de los goces de Dios, ser dichoso en esta vida y en la otra, vivir según el mundo e ir al cielo. (Epist., 34, ad Julián. Barbier, T. 2, p. 314.)"