Riquezas
"La posesión de
las riquezas es odiosa en público y en particular cuando excede a las
necesidades de la vida: la adquisición de las riquezas es trabajosa y difícil,
su conservación penosa, y su uso incómodo. (S. Clemente, sent. 3, Pedagogo, lib. 2, c. 3, Tric. T. 3, p. 123.)"
"No es
delito tener riquezas, como se arregle el uso de ellas: porque aunque no se
abandonen los fondos que sirven de manantial a la limosna, esto no impide el
repartir sus bienes, con los necesitados. Luego no es malo el tener hacienda,
sino poseerla, de modo que nos sea perniciosa. El riesgo está en el deseo de
enriquecerse, y un alma justa que se ocupa en aumentar su hacienda, se impone
una pesada carga: porque un siervo de Dios no puede adquirir los bienes del
mundo sin exponerse a juntar vicios que son como inseparables de los bienes: y
por esto es tan difícil que un rico entre en el cielo. (S. Hilario in Matth., c. 19,
sent. 8, Tric. T. 2, p. 258.)"
"Es
imposible, no solamente a los que pecan, sino también a los que se aplican con
demasiada inquietud a los negocios temporales, y a los cuidados de las cosas,
aunque sean las precisas para la vida, es imposible, digo, que puedan servir con
toda perfección a Dios y ser como deben sus discípulos. (S. Basilio, de Bapt., lib. 1,
sent. 22, Trie T.3,p. 194.)" "Lo primero es necesario librarnos de la servidumbre
del demonio, después despreciar todas las cosas presentes, y por último
renunciar a nosotros mismos, de suerte, que despojados aun del deseo de vivir,
lleguemos a ser verdaderos discípulos del Señor, según aquellas palabras de
Jesucristo. Si alguno viene a mí, lleve su cruz y sígame. (S. Basilio, ibid., sent. 23,
Tric. T. 3, p. 194.)"
"Estimad como una riqueza grande la escasez de
bienes por amor de Aquel que quiso padecer la pobreza por nuestro amor. (S. Greg. Nacianc., Orat. 40,
sent. 51, Tric. T. 3, p. 361.)"
"Procurad
que no se envanezca vuestro corazón con la abundancia de las riquezas, de modo
que llegue a olvidar a Dios, que es su Señor. Porque, hombre, ¿qué tienes tú
que no lo hayas recibido de El? ¿No pasan cómo una sombra todos los bienes
terrenos? ¿Eres tú otra cosa que polvo y ceniza. Vuelve los ojos a esos
sepulcros y distingue, si puedes, los pobres de los ricos. Desnudos venimos a
este mundo y desnudos hemos de salir. En los cadáveres no hay otra distinción,
sino que es más abominable el fetor de los ricos por haberse engruesado con las
sensualidades y delicias. ¿Habéis oído decir que algún pobre haya muerto de
indigestión? La probeza le trae la utilidad de dar ejercicios al cuerpo, pero
no le destruye. (S. Ambrosio, lib. 6, c. 8, n. 48, sent. 7, Tric. T. 4, p. 314.)"
"Pensáis
que son felices los ricos porque veis las muchas cosas de que gozan, mas no veis
cuántas son las que necesitan. (S. Ambrosio. ibid., sent. 8, Tric. T. 4, p. 314.)"
"¿Quién
hasta ahora se ha justificado con las riquezas? ¿Quién se ha hecho humilde con
el poder, misericordioso con la nobleza de su nacimiento, casto con la
hermosura? A la verdad, todas estas prendas temporales más bien son peligrosas
para hacemos caer en la culpa que útiles para reducirnos al camino de la
virtud. (S.
Ambrosio, in Psalm. l.sent. 39, Tric. t. 4, p. 321.)"
"Varones de las riquezas: con razón los llamó
David varones de las riquezas y no dijo, riquezas de los varones: para dar a
entender que ellos están poseídos de las riquezas en vez de poseerlas. (S.
Ambrosio, de Nabut., c. 13, sent. 24, adic., Tric. T. 4, p. 400.)"
"Despojarse
simplemente de sus bienes es el principio de la piedad, y no su perfección,
pues lo mismo hicieron Crates, el Tebano y el Filósofo Antístenes: ofrecerse a
Dios, es propiamente de cristianos, a imitación de los Apóstoles. (S. Jerón., Ep. ad Lucin. 71,
sent. 26, Tric. T. 5, p. 243.)" "Es muy difícil, o por
mejor decir imposible, gozar de los bienes presentes y de los que están por
venir, y pasar de estas delicias a otras delicias. (S. Jerón., Ep. ad Cast. 68,
sent. 32, Tric. t. 5, p. 244.)"
"Cuando veis un pecador nadando en la afluencia de
bienes de la tierra, que se alaba de su poder, que goza de perfecta salud, que
tiene una mujer amable y que le rodean muchos hijos, bien nacidos, creed que se
está cumpliendo en el aquella amenaza del Profeta: Yo no te visitaré de modo
alguno con mis castigos. (S. Jerón., in Eclesiast., c. 4, sent. 83, Tric. T. 5,
p. 253.)"
"No es malo tener riquezas como se hayan adquirido
justamente, y con tal que se den a Dios las gracias porque las ha dado; pero es
malo poner en ellas su confianza, según aquellas palabras del Salmo: si vienen
abundantes las riquezas, no pongáis en ellas el corazón. Es permitido tener
bienes para la necesidad, pero nunca es lícito poseerlos con apego. (S. Jerón., in Psalm. 52, sent.
104, Tric. T. 5, p. 257.)"
"¿Queréis enriqueceros? Haceos amigos de Dios y
seréis los más ricos del mundo. (S. Juan Crisóst., Homl. 2, sent. 5, Tric. t. 6, p.
301.)"
"Nos
quitamos la vida, consumimos el tiempo y los bienes para conseguir algunos
campos o algunas casas en esta tierra que presto hemos de dejar: y no damos ni aún
lo superfino para comprar un cielo que hemos de poseer para siempre. (S. Juan Crisóst., Homl. 11, c.
3, sent. 41, Tric. T. 6, p, 308.)"
"Cuanto más buscáis, más disminuís vuestra
libertad: porque la verdadera libertad está en no necesitar de cosa alguna, o a
lo menos en tener necesidad de pocas. (S. Juan Crisóst., Homl. 80, Joann., sent. 89, Tric. T.
6, p. 316.)"
"Las verdaderas riquezas consisten en desear
solamente lo que se necesita para su uso arreglado y expender bien todo cuanto
sobra y excede este uso. (S. Juan Crisóst., Homl. 73, Génesim, sent. 106, Tric.
T.6,p.319.)"
"Veamos si los cuidados y las inquietudes del rico
son muchas veces más molestas que las del pobre. El pobre no tiene otra
solicitud, sino la de aquellos que absolutamente necesita para su subsistencia:
pero el rico la tiene de una infinidad de cosas superfinas.
Es verdad que el rico no tiene hambre, pero teme otros muchos males, como son,
las pérdidas, las desgracias y la misma suerte. Y si el pobre vive con trabajo
para ganar el sustento, o al menos vive en todo lo demás con
reposo y seguridad contra las desgracias de la fortuna. (S.
Juan Crisóst., Homl. 51, sent. 281, Tric. T. 6,
p. 358.)"
"Aquel rico malo del Evangelio no fue castigado
porque era rico, sino porque no tuvo misericordia del pobre: porque no está
prohibido al hombre poseer los bienes, sino dejar de hacer buenas obras. (S. Juan Crisóstomo, Homl. 2, in
c. 1, sent. 349, Tric. T. 6, p. 376.)"
"Todos estudian en el modo de aumentar su hacienda y
ninguno en los medios de salvar su alma. Todo el mundo procura la pobreza, y
nadie cuida de evitar el infierno. Esto es lo que propiamente merece lágrimas y
lo que es más digno de reprensión. (S. Juan Crisóst., Homl. 23, ad Hebr., Sent. 385, Tric.
T. 6, p. 383.)"
"Ninguna cosa sujeta los hombres al demonio como el
ansia de las riquezas y el dejarse vencer del deseo de tener. (S. Juan Crisóst..
Homl.
2, c. 1, Matth., sent. 2, Tric. T. 6, p. 451.)"
"¿A quién veis aquí en la abundancia? A ninguno.
La abundancia del hombre en esta vida no es más que miseria y aflicción. (S. Agust., Psalm. 29, sent. 11,
Tric. T. 7, p. 455.)"
"Cuanto
más opulentos son los hombres, mayor es su necesidad, porque entonces los
despedazan más sus deseos, más los disipan sus pasiones, más los atormenta su
temor y más los roe su pena. (S. Agust., ¡bid., sent. 12, Tric. ibid., ibid.)"
"Aquel
rico del Evangelio no se condenó por haber tenido riquezas, sino porque había
puesto en ellas la esperanza y el corazón, y no en Dios. (S. Agust., Psalm. 52, sent. 71,
Tric. t. 7, p. 461.)"
"Para
el corazón que no es tierra, el oro y la plata es lo mismo que la tierra. (S. Agust., Psalm. 113, sent.
154, Tric.d T. 7, p. 461.)"
"Aquel posee con verdad el oro, que sabe usar bien
de el; pero el que no sabe emplearle, más bien se puede decir que el oro le
posee a él, que no es dueño del oro. Sabed, pues, ser dueños de vuestras
riquezas y no seáis sus esclavos. (S. Agust., Psalm. 123, sent. 160, Tric. t. 7, p.
469.)"
"Lo superfluo de los ricos es lo necesario de los
pobres: guardar lo superfluo es retener los bienes ajenos. (S. Agust., Psalm. 146, sent.
174, Tric. T. 7, p. 470.)"
"Lo que los ricos reciben de los pobres es muy
superior a lo que les dan: ellos les dan una moneda, un poco de pan, un vestido,
pero reciben de Jesucristo un reino, la vida eterna y el perdón de sus pecados.
(S. Cesáreo de Areles, Serm. 98, sent. 19, Tric. T. 9, p. 47.)"
"Nuestro pecado no consiste en la posesión de las
riquezas, sino en el afecto desordenado que en ellas ponemos: porque todo cuanto
Dios ha hecho es bueno. Mas sucede al que usa mal de lo que es bueno, que por su
insaciable codicia le da la muerte el mismo pan que le debiera dar la vida. (S.
Greg. el Grande, lib. 9, c. 30, p. 361, sent. 53, Tric. T. 9, p. 250.)"
"No se
nos dice que aquel rico del Evangelio que vestía púrpura y holanda y se
regalaba espléndidamente, robó los bienes ajenos, sino usaba frecuentemente de
los propios: no se dice que entró después de esta vida en el lugar de la
divina venganza por haber ejecutado lo ¡licito, sino por haberse entregado
enteramente al uso inmoderado de todo lo permitido. (S. Greg. el Grande, Admonit. 20, sent. 15, adic., Tric. T. 9, p. 383.)"
"El
cuidado y embarazo de las cosas perecederas perturban el corazón: estas
inquietudes y esta priesa ponen el espíritu en la más extraña disposición.
¿Queréis gozar de la verdadera calma y poner vuestra alma en paz? No conservéis
apego alguno a los bienes de este siglo. Si desprendéis vuestra alma de todas
las vanas solicitudes de este mundo, gozaréis de un reposo inalterable y
constante. El que se mezcla demasiado con las criaturas enrendándose con el
mundo, se separa de Dios y a poco tiempo pierde el único amor que es digno de
un corazón cristiano. (S.
Anselmo, Exhort. ad contemplum tempora-lium, sent. 33, Tric. T. 9, p.
347.)"
"Al
que piensa que nada le falta, le falta todo. (S. Bernardo, lib. 2, de Consid., c. 7, sent. 7, Tric. T. 10, p. 322.)"
"Para
los incautos es la prosperidad como el fuego para la cera, y el rayo del sol
para la nieve. (S.
Bern., ibid., c. 12, sent. 9, Tric. ibid. ¡bid.)"
"Quita
las cosas superfinas y nacerán las saludables: porque cuanto quitas a la
concupiscencia se añade a la utilidad. (S. Bern., Serm. 57, in Cant., n.
10, sent. 28, Tric. ibid., p. 323.)"
"Necedad
es esconder el tesoro en donde no puedas tomarle cuando quieras. (S. Bern.,
Tract. de Offic. Epist.
c. 5, sent. 42, Tric. T. 10, p. 324.)"
"El
motivo más poderoso para huir de las riquezas es que apenas o nunca se poseen
sin amor. (S.
Bern., Tract. ad Cler..
c. 1, sent. 120, Tric.T. 10, p. 329.)"
"En las heredades de los ricos se siembra la sangre
y vida de los pobres. (S. Bern., 4, de Consid.,
c. 2, sent. 135, Tric. T. 10, p. 330.)"
"De lo que había de servir a los pobres, se ceba la curiosidad de los ricos. (S. Bern., Apol. ad Guil., c. 11, sent. 141, Tric. ibid., ibid.)"
"El uso de las riquezas es, por lo común, de otros: los ricos sólo tienen el nombre y el cuidado. (S. Beran., de Convers. ad Cler., n. 13, sent. 146, Tric. ibid., ibid.)"