Culto
"El sacrificio más acepto a Dios es el arrancar de nuestro corazón los afectos terrenos y los vicios: en esto consiste el verdadero culto. (S. Clemente, sent. 13, lib. 5, Tric. T. 1, p. 125.)"
"El culto divino en aquel que ha empezado a
conocer a Dios, consiste en traer un continuo cuidado de su alma, y ocuparse en
los afectos de una caridad incesante hacia su Dios. (S. Clemente, sent. 15, lib. 7, Tric. T, 1,p.
125.)"
"Nosotros solemnizamos el día de Pentecostés,
y no con menos alegría que la festividad de la Pascua, porque hemos ayunado el
sábado precedente, y celebrado la vigilia como antes de la Pascua, y con igual
gozo, porque como entonces recibimos a nuestro Señor resucitado, ahora
esperamos al Espíritu Santo que baja desde el cielo. (S. Ambrosio, in Psalm. 109, sent. 53, Tric. T. 4, p.
323.)"
"¿Es necesario culto exterior para formar una
religión? Sí: es absolutamente necesario, y es bien perceptible la prueba de
esta verdad. Los sentimientos de respeto, de reconocimiento y confianza y sumisión
a Dios, nacerían con dificultad en los corazones humanos, y no durarían mucho
tiempo si no se emplearan signos exteriores para excitarlos, conservarlos y
difundirlos entre los demás. Lo que no hiere nuestros sentidos, no hace en
nosotros una impresión enérgica y verdadera. Se hace, pues indispensable para
el hombre un culto exterior, signos que expresen lo que siente, símbolos y
ceremonias. Nosotros no podemos testificar a Dios nuestras afecciones sino por
medio de los mismos signos de que nos valemos para hacerlas conocer a nuestros
semejantes. (Bergier., T. 2, p. 854.)"
"El culto exterior del cristianismo, es una
profesión muy clara de los dogmas de nuestra creencia: en todos tiempos ha
servido para mostrar a los herejes la verdadera doctrina de Jesucristo y de los
Apóstoles, y para ilustrar, en caso de necesidad, el verdadero sentido de
algunos pasajes de la Sagrada Escritura, sobre los cuales se disputaba. Así se
opusieron a los arrianos los cánticos de los fieles que atribuían la Divinidad
a Jesucristo; a los pelagianos, las oraciones con que la Iglesia implora
continuamente el auxilio de la Divina gracia; y el Papa Celestino I remite a
estas mismas oraciones a los que quieran discernir la antigua creencia de la
Iglesia. Lo mismo se hizo contra los protestantes para hacerles ver que se han
separado de la fe primitiva y universal, y se sacó de las antiguas liturgias un
argumento contra ellos, para cuya solución no encontraron sólida respuesta. Así
que, no debe espantarnos el que hubiesen suprimido el apartado de un culto
exterior que los condenaba. (Bergier., ibid., p. 857.)"
"Es una lección de moral que recuerda
continuamente a los hombres sus deberes hacia Dios, hacia si mismo y hacia sus
semejantes; deberes que se siguen naturalmente de los dogmas de que acabamos de
hablar. En efecto; si Dios es el único dispensador de los bienes de este mundo,
es preciso contentarnos con lo que nos da, y no envidiar lo que se dignó
conceder a los demás. Cuando nos prodiga más de lo que exigen nuestras
necesidades, es justo dar parte de ello a los que viven en la escasez o en la
indigencia; porque es el único arbitro de la vida y de la muerte: no es lícito
atentar contra la vida de nadie..."
"El culto exterior es
un vínculo de sociedad que reúne a los pies de los altares, les inspira
sentimiento de fraternidad, mantiene entre ellas la paz y el orden, y contribuye
a la civilización. El culto primitivo formó la sociedad doméstica; el culto
mosaico, la sociedad nacional, y el culto cristiano, la sociedad universal de
todos los pueblos."
"Es un monumento de
los hechos que en la continuación de los siglos han servido para probar la
revelación: así la Pascua y la ofrenda de los primogénitos, recordaban a los
judíos su milagrosa salida de Egipto: la Pentecostés, la publicación de la
Ley sobre el monte Sinaí, etc.: la festividad del Domingo nos asegura la
Resurrección de Jesucristo; y todas las demás del discurso del año celebran
los principales sucesos de su vida prodigiosa, etc. (Bergier., ibid., p. 857 y 858.)"