Amor de Dios


Orígenes 01 

"Cristo nuestro Señor, por su inmenso amor se hizo lo que somos para perfeccionamos hasta ser lo que El mismo es. (S. Ireneo, sent. 1, Tric. T. 1, p. 344.)"

"Dios tiene misericordia de nosotros, nos castiga, nos exhorta, nos advierte, y nos salva: y por un exceso de su misericordia nos promete el Reino de los cielos, y en premio de haber seguido su doctrina: en todo esto no tiene otro interés, que la complacencia de salvarnos. (S. Clemente, exhortación a los Gentiles, sent. 1, Tric. T. 1, p. 123.)"

"Si Dios fuera solamente piadoso, abusaríamos de su bondad, y si solamente justiciero, la desesperación de los pecados cometidos, nos precipitaría en el abismo de todos los vicios. Dice Orígenes, que nosotros somos los hijos de Judá, por traer Jesucristo su origen de esta tribu. (Homl. 4 in Jerem., sent. 5, Tric. T. 1, p. 247 y 248.)"

"De Dios es: de Dios es todo cuanto podemos: de allí nos viene la vida y la fortaleza. (S. Cipriano, Epist. 1, a Donat., sent. 2, adic. Tric. T. 1, p. 378.)"

"Dios no se porta como tirano con los hombres, ni los juzga con dureza inexorable; considera su flaqueza, y no mide por la inmutabilidad de su divina substancia, la inconstancia y fragilidad de la humana naturaleza: como es justo y moderado, solamente pide al hombre aquello de que es capaz su naturaleza con la gracia. (S. Hilario, in Psalm. 142, sent. 19, Tric. T. 2, p. 261.)"

"Dios no siempre se vale de la ocasión de los pecados de los hombres para perderlos, no está observando para esto el momento en que caen en el error y el pecado, como si estuviera ignorante de la debilidad de su naturaleza: muchas veces disimula sus faltas, y dilata el castigo, para darles con esta dilación tiempo para buscar el remedio y alivio de sus males en la penitencia. De este modo a todos da señales muy claras de su benignidad; porque con una conducta moderada entre la misericordia y la justicia, se reserva el poder de templar la, severidad con el perdón. Lo más grande que yo hallo en Dios, y lo que yo alabo y admiro en su poder, no es el haber formado el cielo, pues es poderoso; no el haber fundado la tierra, pues es la misma fuerza; no el haber arreglado el año con el curso de los astros, pues es tan sabio; no el haber animado al hombre, cuando es la misma vida; sino el ser misericordioso siendo justo; el ser clemente siendo Rey; el ser sufrido siendo Dios; y esto es lo que se comprende en estas palabras: Contarán lo excesivo de vuestra benignidad, y celebrarán con alegría vuestra justicia. (S. Hilario, in Psalm. 144, sent. 20, Tric. T. 2, p, 261 y 262.)"

"Ni aún por las cosas necesarias debemos inquietamos, ni confiar en ellas cuando las tenemos: cada uno debe dejar este cuidado a la divina Providencia. (S. Basi.lio, e. 4, sent. 43, Tric. T, 3, p. 197.)"

"Es preciso creer y confesar como cosa indubitable, que todo el bien que tenemos, y la misma paciencia en las incomodidades y males que sufrimos por Jesucristo, todo nos viene de Dios. (S. Basilio, Reg. 55, sent. 45, Tric. T. 3, p. 198.)"

"La prueba principal de la benevolencia paternal de Dios es que nos reprenda con sus castigos; como al contrario, es preciso reconocer que el alma a quien no castiga, está ya incurable. (S. Gregorio Nacina., Orat. 15, sent. 25, Trie. T. 3, p. 355.)"

"Así como los pobres nos miran a las manos cuando esperan que les demos algún socorro, así nosotros debemos estar atentos a las de Dios, de quien todo lo hemos de esperar. (S. Gregorio Nacina., Orat. 16, sent. 27, Tric. T. 3, p. 356.)"

"Hay algunos días en los que se necesita la lluvia, y oigo decir: ya entra la luna nueva y la traerá; pero he tenido la complacencia de ver que no ha caído gota de agua, hasta que las oraciones de la Iglesia nos han alcanzado la lluvia; por lo que conocemos con toda claridad, que no debemos esperar en mutaciones de la luna, sino en la providencia y bondad de Dios. (S. Ambrosio, lib. 4, Hexa. c. 7, sent. 2, Tric. T. 4, p. 312.)"

"Cuando nos falta toda humana asistencia, entonces debemos esperar más de la asistencia de Dios. (S. Ambrosio, lib. 5, c. 17, sent. 4, Trie. T. 4, p. 313.)"

"Cuando Dios está irritado contra un pecador, se detiene en enviarle el castigo; siendo así, que le castiga cuanto antes, cuando tiene determinado usar con él de misericordia; le amenaza para corregirle, y le previene para perdonarle. (S. Ambrosio, in Psalm. 37, sent. 43, Tric. T. 4, p. 322.)"

"Cuando Dios nos manifiesta indignación, lo hace para perdonarnos; cuando nos hiere, es porque quiere sanamos; cuando entrega nuestro cuerpo al dolor y a la muerte, es para salvar nuestra alma. (S. Ambrosio, in Psalm. 37, sent. 44, Tric. T. 4, p. 322.)"

"Dios que es bueno por esencia, jamás despide al que le sigue, si él primero no se hace indigno y merece que Dios le arroje de sí. (S. Ambrosio, in Psalm. 118, sent. 54, Tric. T. 4, p. 323.)"

"Nada ensalza tanto la grandeza de Dios como el reconocer que ha hecho algunas cosas, cuyas causas no podemos penetrar: la debilidad humana reputa por locura todo lo que no puede encerrar en los estrechos límites de sus conocimientos; debiendo comprender que este mismo juicio es una locura, y reconocer que, por el contrario, es grande prudencia creer que cuando se habla de una obra de Dios es natural que el hombre no pueda comprenderla. (S. Ambrosio, in Epist. ad Corinth., c. 2, sent. 97, Tric. T. 4, p. 332.)"

"La bondad es una virtud popular, porque a todo el mundo agrada. Nada se introduce tan agradablemente en nuestro espíritu, ni encanta tan fácilmente a los hombres: si la bondad va acompañada con la moderación en la disciplina, con la afabilidad en las conversaciones, con la cortesía de las palabras, con la paciencia e oír las respuestas de los otros, y con la modestia en todo cuanto se hace, no es creíble hasta qué punto llegará a cautivar los corazones. (S. Ambrosio, de Doctrin. fie ei, lib. 3, c. 7, sent. 131, Tric. T. 4, p. 340.)"

"¿Qué tienes que no hayas recibido? Supuesto, pues, que siempre estás recibiendo beneficios de Dios, invócale continuamente; y por cuanto viene de su mano todo cuanto recibes, reconoce siempre que le eres deudor. (S. Ambrosio, de obitu Theod. Imper., sent. 145, Tric. T. 4, p. 344.)"

"No es suficiente que Dios me haya dado una vez, si no me da siempre. Yo pido para recibir, y cuando ya he recibido, pido todavía. Soy avariento de los beneficios de Dios, y como éste nunca se cansa de dar, yo jamás me canso de recibir. Cuanto más bebo en esta divina fuente, más sed tengo. (S. Jerón., ad Ctesiph. adv. Pelag. cp. 133, sent. 5 1, Tric. T. 5, p. 267.)"

"Nada hay que sea bueno, si no es eterno. ¿De qué me sirve haber sido ayer Rey, si hoy muero en una cárcel? Acordémonos de nuestra infancia, traigamos a la memoria nuestra juventud, tengamos presente que en otro tiempo fuimos ricos. ¿En qué han parado todas estas cosas? La memoria de ellas más bien nos causa dolor que placer. De este modo, es preciso concluir que nada hay bueno sino lo que es eterno. (S. Jerón., in Psalm. 91, sent. 111, Tric. T. 5, p. 258.)"

"Dice la Escritura: ¿Quién es el que primero ha dado a Dios, y él se lo volverá? Mas, gracias a su bondad, el Señor nos perdona la obligación de lo que debiéramos volverle por tantos bienes como nos ha hecho, y solamente nos ha pedido, en reconocimiento, nuestro amor. De este modo, poniéndole por el primero de sus Mandamientos, nos manifiesta claramente, cómo, aunque pobres y miserables, podemos desquitarnos de una deuda que no pudiéramos pagar. (S. Paulino, Ep. 23, ad Sever., sent. 6, Tric. T. 5, p. 330.)"

"La bondad del Padre celestial es tan extremada, que su misma indignación es un efecto de su misericordia, y cuando castiga en este mundo, es para perdonar. (S. Paulino, Ep. 29, ad Sever., sent. 10, Tric. T. 5, p. 33 l.)"

"No podemos decir que tenemos alguna cosa nuestra: pues todo en particular lo debemos a Dios, no solamente porque nos crió, sino porque nos redimió. (S. Paulino, Ep. 34, de Gazophylacio, sent. 20, Tric. T. 5, p. 332.)"

"Dios comúnmente cumple sus intenciones por caminos que parecen contrarios a ellas, para que de este modo se admire más su omnipotencia. (S. juan Crisóst., Homil. 9, sent. 39, Tric. T. 6, p. 307.)"

"Si un hombre ignorante no puede comprender el artificio de una obra compuesta por un hábil artífice, con más fuerte razón será incapaz el espíritu humano de penetrar los secretos de la providencia divina. (S. Juan Crisóst., sent. 227, Tric. T. 6, p. 345.)"

"Si alguno fuere tan extravagante que llegue a decir no hay Dios, no nos dignemos de responderle; porque así como no sería de] caso responder a los locos y furiosos, tampoco se debe dar respuesta a los que niegan la Divinidad. (S. Juan Crisóst., sent. 228, Tric. ibid. ibid.)"

"Si hay Dios, lo que no se puede dudar, se sigue también que es justo, pues a no ser justo, no sería Dios. Si el Señor es justo, le da a cada uno lo que merece, y como por otra parte vemos, que no todos los hombres son tratados en esta vida según sus merecimientos, debemos inferir sin duda, que hay otra vida en donde se nos preparan terribles retribuciones, y en donde la justicia de Dios se dará a conocer en todo la extensión de su equidad, repartiendo a cada uno según sus méritos. (S. Juan Crisóst., sent. 229, Tric. ibid., p. 346.)"

"¿Quién os podrá llenar de todo cuanto Dios ha hecho si el mismo Dios no os llena? (S. Agustín, Psalm. 30, sent. 16, Tric. T. 7, p. 455.)"

"Todo cuanto no es Dios, nos parece vi¡ y despreciable en este mundo. (S. Agust., Psalm. 30, sent. 17, Tric. T. 7, p. 455.)"

"Dios mío, que sois misericordia: ¿qué significan estas palabras, sino que tenemos de su misericordia cuanto somos? (S. Agust., Psalm. 58, sent. 87, Tric. T. 7, p. 462.)"

"Los dones de Dios os deben servir de consuelo, y no para pervertiros; los bienes que os quita os deben servir para la paciencia y no para murmuraciones ni blasfemias. (S. Agust., Salm. 63, sent. 99, Tric. T. 7, p. 463.)"

"Cuando Dios da bienes temporales a los buenos, es para consolarlos en los trabajos de su peregrinación sobre la tierra; cuando se los da a los malos, es para enseñar a los buenos a desear otros bienes que los malos no han de poseer. (S. Agust., Psalm. 66, sent. 104, Tric. T. 7, p. 464.)"

"Si Dios no fuera bueno, no haríais bien alguno; si no fuera justo, no padeceríais mal alguno. (S. Agust., Saim. 70, sent. 116, Tric. T. 7, p.465.)"

"Solamente Dios es el que puede ser con verdad nuestra alegría, nuestra paz, nuestro descanso, y el fin de nuestras penas. (S. Agust., Salm. 78, sent. 128, Tric. T. 7, p. 466.)"

"Cuando nos agrada lo bueno, es un grande don de Dios. (S. Agust., Salm. 116, sent. 157, Tric. T. 7, p. 468.)"

"Si reflexionamos el preámbulo de Dios cuando nos iba a crear, hallaremos que hizo al hombre a su imagen, con el fin de que imitase a su Autor, y que la dignidad de nuestra naturaleza consiste en que la imagen de la Benignidad Divina resplandezca en nosotros como en un espejo. (S. León, Papa, Serm. 11, c. 1, sent. 7, Tric. T. 8, p. 284.)"

"Del fondo de su propia bondad sacó Dios los motivos para compadecerse de nuestra propia miseria. La regeneración de los hombres es más admirable que su propia condición; más hizo Dios en los últimos tiempos redimiendo lo que estaba perdido, que cuando sacó de la nada lo que no tenía ser alguno. (S. León, Papa, Serm. 62, sent. 49, Tric. T. 8, p. 394.)"

"Aunque todas las circunstancias de la venida del Espíritu Santo son prodigiosas, y no se puede dudar que estuvo presente la Majestad del Espíritu Divino en la junta de aquellos fieles que alababan a Dios con tanto celo y alegría, no obstante, no debemos creer que se vio la substancia divina en las lenguas de fuego que los ojos miraban. Porque la naturaleza invisible, común con el Padre y el Hijo, nos manifestó como quiso la calidad de su Dios y de su obra, pero contuvo en su misma Deidad la propiedad de su esencia invisible. (S. León, Papa, Serm. 75 in pen., c. 3, sent. 64, Tric. T. 8, p. 398.)"

1 "No se puede dudar, amados míos, que todas las santas observancias son de institución divina, que hemos recibido por tradición Apostólica las costumbres establecidas en la Iglesia, y que vienen de la doctrina del Espíritu Santo, el cual todavía influye en los corazones de los fieles, y preside a sus santas instituciones, para que las obedezcan, entiendan y guarden. El Espíritu Santo que Dios tenía prometido bajó sobre los Apóstoles a los cincuenta días después de Pascua; los llenó con su presencia de luces más resplandecientes y de más abundantes gracias; por lo que se advierte con toda claridad, que entre los demás dones divinos se nos dio entonces la gracia de los ayunos que se siguen a la fiesta de Pentecostés. Para que así como la concupiscencia fue el origen del pecado, sea la continencia el manantial de las virtudes. (S. León, Papa, Serm. 77, de jejun., Pent. sent. 65, Tric. T. 8, p. 398 y 399.)"

"Repasad con frecuencia en vuestras almas con las más vivas reflexiones los infinitos beneficios del Autor de nuestro ser, aquellos beneficios que se dignó comunicarnos sin mérito alguno de nuestra parte. Traed a vuestra memoria las innumerables ingratitudes con que tan injustamente habéis pagado sus beneficios, y formando grande dolor de vuestras culpas, exclamad: ¡qué es lo que yo he hecho! Yo he ofendido a mi Dios y he irritado la indignación de mi Criador; he correspondido a sus infinitas bondades con innumerables pecados, en vez de acciones de gracias. ¡Qué es lo que he hecho! Mas al decir esto, rómpanse vuestros corazones con el profundo dolor; arrojad grandes suspiros y derramad amargas lágrimas. Si ahora no lloráis, ¿cuándo ha de ser? Si la desgracia de Dios en que habéis incurrido por vuestras culpas, no excita en vosotros el más vivo arrepentimiento, sirva a los menos para romper la obstinación de vuestros corazones el horror de los eternos castigos que habéis merecido por vuestras culpas. Vuelve sobre ti, alma ingrata, y por tantas veces rebelde; retira tus pies del infierno a donde te precipitas, para evitar los castigos que has merecido, y recobrar los bienes perdidos, de los cuales merecías ser privada por toda la eternidad. (S. Anselmo, lª Meditat., sent. 42, Tric. T. 9, p. 350 y 35 l.)"

"Al bueno nunca le engañaron sin aparentarle el bien. (s. Bern., Serm. 66 in Cant., sent. 68, Tric. T. 10, p. 326.)"

"Aunque sea bueno lo que se hace, no se hará bien si no se hace con buena voluntad. (S. Bern., Ep. 258, sent. 80, Tric. T. 10, p. 326.)"

"Pertenece a la clemencia divina negar a los ingratos lo que piden para que no sea mayor su ingratitud. (S. Bem., Serm. cont. vit. ingrat., sent. 88, Tric. T. 10, p. 327.)"

"Fácilmente se pega el corazón humano a las cosas que frecuenta. (S. Bern., Tract. ad Cler, c. 1, sent. 12 1, Tric. T. 10, p. 329.)"

"De lo que Dios ha hecho por ti puedes conocer en cuánto te apreció. (S. Bern., Serm. 1, de Epiph., sent. 155, Tric. t. 10, p. 33 l.)"

"Sin duda el ser bueno entre los buenos, consigue la salvación; pero el ser bueno entre los malos, merece alabanza: en lo primero, hay tanta facilidad como seguridad; en lo segundo, hay tanta virtud como dificultad. Esto es lo mismo que tocar la pez y no mancharse; andar entre el fuego sin lesión, y entre las tinieblas sin oscuridad. (S. Bern., Ep. 25 ad Hugon. Rothom. Archi., sent. 10, adic. Tric. T. 10, p. 338.)"

"Pues nada tenéis que no hayáis recibido, sentid del Señor en bondad y de vosotros en humildad. (S. Bern., Epis. 384, ad Eug. Pap., ad Capitul. Cisterc., sent. 43, adic. Tric. T. 10, p. 361.)"