Capítulo III  

De las divisiones del silogismo o argumentación.

Artículo I

De los silogismos complejos.

128. Lo que hemos dicho hasta ahora pertenece al silogismo perfectamente simple. Ahora bien, pueden darse varias formas de silogismos complejos: o bien porque contienen un término complejo, o bien porque contienen proposiciones categóricas compuestas.

En los silogismos complejos de esta índole no deben proponerse nuevas reglas, sino que deben estudiarse bien los términos, y principalmente debe verse cuál es el término medio; o si es posible el reducirse, cuando la consecuencia no aparece tan clara, a la forma del silogismo categórico.

Ejemplo:

Donde está tu tesoro está tu corazón;

es as que tu tesoro está en el cielo;

luego, tu corazón está en el cielo.

El término medio es el lugar de tu tesoro, con el cual se puede formar un silogismo simple categórico, en el cual aparecen más fácilmente cumplidas las reglas.

A es antes que B;

B es antes que C;

luego, A es antes que C.

Esto puede resolverse as: Todo lo que es antes que B es antes que C; es así que A es antes que B; luego, A es antes que C.

Jesucristo es Dios;

es as que Maria es Madre de Jesucristo;

luego, María es Madre de Dios.

Este término oblicuo puede resolverse de] siguiente modo en recto: La Madre de Jesucristo es la Madre de Dios; es as que Maria es Madre de Jesucristo; luego, Maria es Madre de Dios.

129. El silogismo modal, en el cual una de las dos o ambas premisas son iguales, merece un estudio especial, puesto que toda su dificultad está a la hora de sacar la conclusión. Ya que si ambas premisas son de necesidad, rectamente se saca una conclusión de necesidad, pero no es la misma razón acerca de los otros. Ahora bien, se conoce fácilmente que es legítimo o vicioso si se reduce a la forma en la cual , expresado como sujeto, . se propone el modo como predicado; o atendida la consideración de la materia y de las proposiciones, aunque no atiendas a otras reglas.

Ejemplo:

Es necesario que todo hombre sea substancia;

es así que es necesario que todo hombre sea animal racional;

luego, es necesario que todo animal racional sea substancia.

Es recto y prueba porque es un silogismo en Barbara.

130. Silogismo hipotético es aquel que goza de alguna proposición hipotética. Sus principales formas son el condicional, el conjuntivo y el disyuntivo.

Silogismo condicional es aquel que de una mayor condicional saca una conclusión categórica (primera clase), v.g., si luce el sol no hay tinieblas; es así que luce el sol; luego, no hay tinieblas; o de ambas premisas condicionales saca una conclusión condicional, v.g., si el hombre es virtuoso será feliz; pero si va a ser feliz verá a Dios; luego. si el hombre es virtuoso verá a Dios (segunda clase).

Doble es la figura de la primera clase: 1) Afirmativa, en la cual, de la verdad de la condicional afirmada absolutamente, se concluye la verdad de la condicionada; as, v.g., el primer ejemplo ofrecido.

2., Negativa, la cual, de la verdad del condicionado negada absolutamente en la menor, se concluye la falsedad de la condición, v.g.: si la Iglesia se equivoca. Dios no sería providente; es así que Dios es providente; luego, la Iglesia no se equivoca.

La primera figura se funda en el conocido dicho: el condicionado, purificada la condición, pasa a absoluto. La segunda figura se fundamenta en la naturaleza misma de las condiciones. Aparte de estas figuras no se da ninguna otra; por lo cual no está permitido, v.g., de la falsedad de la condición concluir la falsedad del condicionado, ni de la verdad del condicionado concluir la verdad de la condición, a no ser cuando la condición sea única, esto es, condición “sine qua non”.

Pueden darse cuatro modos en cada figura (véase el nº 89 acerca de las proposiciones condicionales).

La segunda clase de condicional, a saber, cuando todas las proposiciones son condicionales, no añade nada nuevo. Su prueba se apoya en aquel principio: la condición de la condición es la condición del condicionado.

Los sofismas en esta clase de argumentaciones pueden darse con demasiada facilidad, y por ello deben ser evitados con toda diligencia y atención.

131. El silogismo disyuntivo es aquel en que la mayor contiene la propia disyunción, y de la afirmación o negación de un miembro en la menor, concluye el otro en la conclusión, v.g., Pablo está descansando o se está moviendo; es as que descansa; luego, no se está moviendo. Alguna vez se citan silogismos disyuntivos no estrictamente tales.

La figura de este silogismo es doble: 1) De la afirmación de un miembro en la menor, deduce la exclusión del otro miembro en la conclusión, v.g., el ejemplo antes indicado.

2) De la negación de un miembro en la menor, deduce la afirmación del otro miembro en la conclusión. v.g., o Cristo se engaña o se equivoca el infiel; es así que Cristo no se engaña; luego, se equivoca el infiel.

En ambas figuras se dan tres modos: 1) ambas proposiciones son afirmativas; 2) ambas son negativas; 3) una es negativa y otra afirmativa.

Debemos fijarnos de qué manera fácilmente se dan en esta clase de argumentación falacias que causan risa, v.g., o duermes o no duermes; es así que duermes, luego, no duermes.

Ahora bien, si la disyunción es acerca de tres o más miembros, deben considerarse otras figuras, que son cuatro, y que son obvias para el que reflexiona sobre este tema.

Para la legitimidad de este silogismo se requiere absolutamente que la disyunción sea completa, y por tanto no sean posibles otros miembros, y que la oposición entre los miembros sea estricta, y que por consiguiente, no puedan al mismo tiempo ser verdaderos los distintos miembros. Así pues, sería ¡legítima esta conclusión: comer pan, o es moralmente bueno o es moralmente malo; es así que no es moralmente bueno; luego, es moralmente malo. Pues se da otro miembro, a saber: que sea indiferente.

132. Silogismo conjuntivo es aquel que en la mayor tiene una proposición copulativa negativa, pues si la tuviera afirmativa sería inútil.

Goza solamente de una sola figura, en la cual, de la afirmación de un miembro, se concluye la exclusión del otro, v.g., nadie puede servir a Dios y a las riquezas; es as que Pedro sirve a Dios; luego, no sirve a las riquezas.

Esta figura admite como tres modos: a) si ambos miembros afirman; b) si ambos niegan; c) si uno afirma y otro niega.

Los silogismos conjuntivos y disyuntivos, fácilmente pueden reducirse al condicional, y todos los condicionales a los categóricos, aunque no necesiten de tal reducción para probar suficientemente con claridad; v.g., este condicional : sí el mundo es engañoso, no merece crédito; es así que el mundo es engañoso; luego, no merece crédito; así, por su materia. fácilmente se reduce a categórico: todo defraudador no merece crédito; es así que el mundo es un defraudador; luego, no merece crédito. Por la forma, en cambio, es una regla que puede adaptarse a toda clase de silogismos.

Artículo II  

De una argumentación diversa a la de los silogismos en cuanto a su forma.

133. Entinema es el silogismo destroncado, en el cual una premisa se calla porque se sobreentiende fácilmente, v.g.: Dios es misericordioso, luego perdona a los pecadores. De donde Boecio lo define: el discurso en el que, no presentadas antes todas las proposiciones, se deduce rápidamente una conclusión.

La única premisa en el antinema puede llamarse antecedente. Ahora bien, cuál es la premisa omitida, si la mayor o la menor, fácilmente se ve si P o S de la conclusión se ha omitido en el antecedente. En el ejemplo se ha omitido la mayor: todo misericordioso perdona a los pecadores.

En el entinema, la falsedad suele estar oculta de muchas maneras, como nos lo demuestran ejemplos diarios, v.g., esto agrada, luego debe hacerse.

Epiquerema es el silogismo en el cual se añade a alguna o a ambas premisas su razón; v.g., todo ser espiritual no puede perecer, puesto que no tiene ningún principio de corrupción; es así que el alma humana es espiritual , ya que realiza operaciones espirituales, cuales son el acto de querer y el acto de entender; luego, sáquese la consecuencia ...

El epiquerema es frecuente entre los oradores; en cambio entre los filósofos no es necesario que sea tan frecuente.

134. Polisilogismo es una cadena de silogismos, en la cual la conclusión de un silogismo se toma como premisa de otro; v. 9. : lo que es simple no tiene partes; es así que el alma humana es simple, luego no tiene partes; es así que lo que no tiene partes es incorruptible, luego el alma humana es incorruptible.

En el polisilogismo, al estar expresada la forma silogística, no necesita de otras explicaciones, pues fácilmente pueden aplicarse a las reglas comunes.

Sorites es la argumentación que consta de varias proposiciones conexionadas gradualmente de tal modo que el predicado de la precedente viene a ser el sujeto de la consiguiente, y en la conclusión, el sujeto de la primera se une con el predicado de la última proposición, v.g.:

Dios es "ens a se";

"ens a se" es ser necesario;

el ser necesario es ser infinito;

el ser infinito es único;

luego Dios es ser único.

La sorites puede resolverse en tantos silogismos cuanta son las premisas, suprimida una, ya que no es sino un conjunto abreviado de muchos silogismos.

Debemos tener en cuenta que la segunda proposición de la sorites es la mayor; que la primera menor del primer silogismo es la última conclusión del último silogismo, y que las restantes son las mayores de los otros silogismos que pueden realizarse.

Reglas: 1) Que ninguna premisa sea negativa, excepto la última, y consiguientemente la conclusión. Pues si la primera es negativa, puesto que es la menor del primer silogismo, tendríamos una menor negativa de la primera figura en contra de las reglas de la misma. Y si otra premisa, excepto la última, fuera negativa, la conclusión también sería negativa, la cual conclusión, en cuanto que es la menor del silogismo siguiente, iría en contra de la misma regla.

2) Que ninguna premisa sea particular, exceptuada la primera, y consiguientemente la conclusión. Ya que, al ser todas ellas mayores de otros silogismos de la primera figura, irían, si fueran particulares, en contra de la regla de la figura: que sea la mayor general.

135. Dilema, llamado también "silogismo cornuto", es la argumentación en la cual, de dos miembros propuestos disyuntivamente, se asumen ambos para sacar una conclusión en contra de] adversario, en cuanto que se le hace ver al adversario que, o bien se sigue algún absurdo, o bien se deduce alguna verdad. Así, es conocido el argumento de Tertuliano en contra del decreto de Trajano:

O los cristianos son reos o son inocentes; si son reos, ¿porqué prohíbes que se les busque? si por el contrario son inocentes, ¿porqué a los delatados les infringes castigo?

Ahora bien, si la proposición disyuntiva consta de tres miembros, se llama trilema, y si consta de cuatro miembros, se llama cuadrilema. No debe confundirse con el silogismo disyuntivo, porque en éste se elige un miembro y en cambio el otro se rechaza en la menor categórica; en cambio en el dilema ambos miembros se asumen para sacar la conclusión contra los adversarios en la menor condicional.

Reglas del dilema: 1) Que la distinción de la mayor sea completa, y que por tanto no se dé un medio por el que el adversario pueda rehuir el golpe.

2) Que la ilación de ambos miembros sea legítima, para que el adversario no esquive la ilación negándola.

3) Que el dilema no sea recíproco, de modo que pueda ser retorcido por el adversario. Así, v.g., inútilmente persuadirías a que cumpla con su deber alguien de este modo: Cumplirás con tu oficio, bien o mal; si mal, desagradarás a Dios; si bien, desagradarás a los hombre?. Pues puede ser retorcido el argumento de este modo: "Cumpliré mi oficio bien o mal; si lo cumplo bien, agradaré a Dios; si lo cumplo mal, agradaré a los hombres"..

Este tipo de argumentación es más bien ofensivo para el adversario, y puede fácilmente reducirse al silogismo.

Capítulo IV  

De las divisiones de las argumentaciones según la materia

136. Nexo y razón de este tratado. Hasta ahora hemos tratado de la razón de las argumentaciones según la forma. Queda que tratemos de ellas, si nos fijamos en la materia, que guarda alguna relación con la forma. Pues la argumentación puede ser de este modo: demostrativa, probable (dialéctica y tópica) y sofística, según que sea cierta, meramente probable o falsa.

Artículo I  

De la demostración.

§ 1. De la noción y división de la demostración.

137. Noción. Demostración es la argumentación en la cual de unas premisas ciertas y evidentes, se saca una conclusión cierta.

Las premisas deben ser ciertas; pues son causa de la conclusión, y por ello anteriores a ésta, por lo menos lógicamente; y finalmente, evidentes, ya inmediata, ya mediatamente, a saber, demostradas por otras inmediatamente evidentes.

138. Principios de la demostración. Son aquellas verdades de las cuales fluye la fuerza de la demostración; ahora bien, estos principios mismos no han de ser demostrados. Pueden ser:

a) Materiales , esto es, principios directos, que son las premisas mismas, de las cuales, como de fuente, fluye el conocimiento mismo del consiguiente, y son dos: 1) la premisa mayor, a saber, aquella verdad universal y necesaria que contiene virtualmente a la conclusión; y 2) la premisa menor, que por su conexión con la mayor explica que la conclusión está contenida allí.

b) Formales, o principios indirectos de los fundamentos mismos de toda demostración, a saber: los primeros principios de no contradicción, de razón suficiente y sus inmediatas aplicaciones, cuales son todas las reglas de los silogismos (en otro lugar se habla de la múltiple división de los principios).

139. División de la demostración. Las múltiples divisiones de la demostración se muestran en el siguiente esquema:

D

e

m

o

s

t

r

a

c

I

ó

n

Según la cantidad

Universal, si todas las proposiciones son universales

Particular, en caso contrario

Según la cualidad

Ostensiva-apodíctica, de premisas afirmativas

Privativa, de una afirmativa y otra negativa

Según el modo de sacar la conclusión

Directa

A priori

A posteriori

Indirecta, esto es, de absurdo

Según la cantidad de las premisas y de la conclusión

Deductiva

Inductiva

Trataremos ahora de las principales divisiones.

§ 2. De la demostración directa (a priori, a posteriori)

140. Demostración directa (apodíctica), muestra que el predicado conviene al sujeto por las notas o propiedades que se dan ciertamente en él, v.g.: el ser omniperfecto es inmenso; es as que Dios es omniperfecto; luego, Dios es inmenso.

La demostración directa puede ser a priori o a posteriori. Para entender esto es necesario conocer qué es anterior y qué es posterior.

 

 

Anterior (Posterior)

En el orden ontológico de las cosas

Realmente

Por tiempo

Por naturaleza

Por razón con fundamento en la cosa

En el orden lógico

del conocimiento (cf. n.34, de los postpredicamentos)

Toda demostración procede de un “a priori” lógico, porque las premisas son fuente de donde brota la conclusión. Por tanto, por parte de este capítulo, no se da división alguna.

Pues la división de la demostración a priori y a posteriori atañe a la prioridad ontológica de naturaleza y de razón, no en cambio a la prioridad de tiempo.

La demostración es a priori si se concluye de la causa (necesaria) al causado, o de la razón al raciocinado, de donde la verdad ontológica de la conclusión depende de la verdad ontológica de las premisas, v.g., si se concluye de la esencia cuasi metafísica de Dios a sus atributos.

La demostración es a posteriori si se concluye de los efectos a la causa, del raciocinado a la razón, de donde la verdad ontológica de las premisas depende de la verdad ontológica de la conclusión, v.g., si de los efectos que se esparcen en el mundo se concluye a la existencia de Dios. En la filosofía, ambas demostraciones son necesarias, aunque la demostración a priori es más metafísica.

141. La demostración a causa de qué y porqué conviene a la demostración a priori y a posteriori.

La demostración a causa de qué es aquella que no sólo demuestra que el predicado conviene al sujeto, sino también da la razón ontológica de porqué le conviene; por ello Aristóteles la llama perfecta.

Demostración porqué es aquella que solamente indica que la cosa es así, y por tanto es más imperfecta; tal es siempre la demostración a posteriori; en cambio la demostración a priori, generalmente es la demostración “la causa de qué”.

La demostración regresiva o circular surge de la unión de la demostración a priori y de la demostración a posteriori; y es la argumentación doble que consta de los mismos términos, de los cuales el posterior emplea aquello que se ha concluido en el anterior y para concluir aquello que era el principio del anterior, sin embargo, de tal modo que los términos en ambas proposiciones se entienden un poco de distinta. manera; as. v.g.: después que se demuestra por el orden (vulgar) del mundo que existe Dios ordenador sapientísimo, de la misma sabiduría de Dios existente pueden concluirse muchas cosas acerca del orden científico (del mundo); y de este modo está claro que no se da círculo vicioso, el cual ciertamente se daría si los términos se tomaran completamente en el mismo sentido.

§ 3. La demostración indirecta

142. Demostración inirecta eléntica, es decir, refutación, es aquella por la cual, a base de una demostración contradictoria a la proposición que se debe demostrar, deducimos una proposición manifiestamente absurda. Así se argumentaría indirectamente en contra de los que niegan la existencia de Dios: Si Dios no es eterno, comenzó alguna vez; luego producido por alguna causa; luego fue una causa no primera; luego Dios, causa primera, no es causa primera si Dios no es eterno.

Se llama también argumento del absurdo, esto es, de la hipótesis de algún absurdo. Nunca está permitido poner una hipótesis absurda, a saber, alguna premisa contradictoria, de la cual se sacaría la conclusión; porque del absurdo se sigue cualquier cosa; pero sí se puede poner hipótesis del absurdo, como se hace en la demostración indirecta.

143. Otras argumentaciones indirectas. a) Argumento negativo, se da cuando negamos que existe alguna razón en favor de la opinión del contrario, sin que empleemos tampoco ninguna razón en favor de nuestra afirmación. Así, v.g., cuando decimos: "Lo que se afirma gratuitamente, gratuitamente se niega". Ahora bien, al contrario se le impone la carga de aducir alguna razón en favor de su opinión. Esto de suyo es un argumento meramente probable, a no ser que se demuestre al mismo tiempo que debe haber razones.

b) Argumentación de los datos o argumentación "ad hominem", es aquella en la cual, para confirmar nuestra afirmación, nos apoyamos en las palabras del adversario, aunque. esas palabras en sí sean falsas; por tanto, es una argumentación de suyo meramente probable. Ahora bien, si la argumentación se apoya en verdades concebidas, podrá ser también cierta.

c) El retorcimiento del argumento sucede cuando el contrario es obligado a que él mismo resuelva su dificultad, en cuanto que de los principios mismos concedidos por él se deduce, o bien algo verdadero, a lo cual lo ha llamado falso, o bien algo falso, a lo cual lo ha llamado verdadero; así , si planteas la objeción a un escéptico: si no hay cuerpos, ¿porqué te espantas de los toros?

d) El cambio del argumento es la argumentación en la cual nos apoyamos en el término medio o en el argumento del contrario para probar nuestra afirmación. Así, la oración de la mujer cananea: " ... También, Señor, pues los perritos comen de la mesa de sus señores".

e) la instancia es aquella argumentación que niega la fuerza de alguna proposición universal, por el hecho de que muestra hasta una excepción.

f) Casi del mismo tipo son las argumentaciones por distracción, para ignorancia, para vergüenza, para envidia, en cuanto que provocan, en vez de la estricta razón, ya a la ignorancia, ya a la oposición irracional contra la autoridad, ya a algo semejante. Como está claro, todos estos argumentos son más bien negativos, y no muestran de suyo certeza.

§ 4. De la demostración deductiva e inductiva

144. Demostración deductiva es aquella que de suyo procede de una premisa más universal a un consiguiente menos universal. Puede ser a lo igualmente universal cuando las premisas son simplemente convertibles, v.g.: todo ente es bueno; es así` que todo lo bueno es verdadero; luego, todo ente es verdadero.

Esta demostración deductiva puede ser "a prior" o "a posterior".

Ahora bien, los principios de deducción son aquellos que, después de Aristóteles, suelen aducirse por los autores para el silogismo.

145. la inducción puede tomarse en múltiples sentidos. En un sentido más amplio puede ser: a) Socrática, la cual investiga con preguntas adecuadas las opiniones de los hombres a fin de formar definiciones o ideas universales; b) tópica, propia de los oradores, los cuales, en asuntos diversos, aprovechan una afirmación de] oyente para probar otra cosa de modo semejantemente dudosa; c) estricta es la "progresión de los singulares al universal", esto es,

La argumentación por la cual aquello que vemos que conviene a muchos inferiores (o a todos), de algún universal, concluimos que también conviene a este universal. Este argumento siempre es "a posterior".

La inducción puede ser completa o incompleta,

a) Completa es aquella en la cual concluimos acerca de un sujeto universal lo que conocemos experimentalmente de todos sus inferiores. Esta inducción es más bien una totalización de experiencias, para presentarlas pedagógicamente, que una demostración propiamente dicha.

b) Incompleta, la cual propiamente e s una inducción, es aquella por la cual concluimos acerca de un sujeto universal lo que hemos conocido experimentalmente acerca de muchos inferiores de él, no en cambio de todos sus inferiores. Ahora bien, ésta será suficiente o perfecta si es adecuada para producir certeza; de lo contrario será insuficiente o imperfecta.

Aparece claramente a primera vista la diferencia entre tal inducción y el silogismo categórico, en el cual vemos que su regla principal es que la conclusión no sobrepase a las premisas en extensión. Ahora bien, de qué modo puede esto realizarse en la inducción, y acerca de sus principios fundamentales, se hablará más en la Crítica.

Artículo II

De la argumentación probable

146. Argumentación probable es aquella que no produce certeza, sino solamente opinión, esto es un asentimiento no firme, porque faltan las razones que excluyen absolutamente la opinión contradictoria. lo cual sucede de doble manera: por razón de la materia, si una de las premisas no es cierta, o por razón de la forma, si la consecuencia, es decir, el nexo entre las premisas y el consiguiente, no es necesario. Trataremos de la argumentación probable por razón de la forma, la cual puede reducirse a la analogía y a la hipótesis.

Argumentación de analogía es aquella en la cual llegamos mediante lo conocido a lo no conocido, concluyendo por medio de la semejanza; se llama también de la proporcionalidad, en la cual, de una proporción conocida por nosotros, inducimos otra proporción no manifiesta a nosotros. Sus principios son: entre los semejantes, lo que vale en uno vale también en los otros; las cosas semejantes tienen defectos semejantes, fines semejantes e incluso leyes semejantes. Por el contrario, las cosas de semenjantes, al revés; así, v.g., concluimos que en los brutos se da el conocimiento sensitivo, porque tienen defectos semejantes, órganos semejantes, etc., a los hombres.

Argumentación de analogía: solamente produce de suyo probabilidad, pues su fundamento es la semejanza, con la cual al mismo tiempo se mezclan desemejanzas, por tanto no consta plenamente que tal propiedad deducida provenga precisamente de las notas comunes a ambos. Sin embargo, este argumento puede resultar cierto si se prueba que aquella propiedad proviene necesariamente de una nota común, y se llama argumento “a pari”; incluso, argumento "a fortiori", si en el segundo análogo se da aquella nota todavía mejor; o también argumento "a contrario", si ciertamente no se da aquella nota.

147. A la analogía se pueden referir: la argumentación por semejanza, que se hace cuando deducimos los efectos, las. causas o las propiedades de un análogo por lo que hay en el otro, como cuando alguien de las cualidades, que se requieren en un capitán de marina para gobernar prudentemente una nave induce las cualidades que se requieren en un rey.

Argumentación por vía de ejemplo, la cual se realiza, si de un hecho que ha sucedido concluimos o sacamos la conclusión para otro por una razón semejante, así, v.g. , San Agustín dice: "Pudieron éstos y éstas, luego también tú puedes". Ahora bien, si el hecho no es real, se llama parábola.

Hipótesis o suposición es la proposición todavía no demostrada como verdadera, que sin embargo se toma como verdadera, porque explica bien ciertos hechos. Ejemplos de este tipo de argumentación abundan en las ciencias naturales e históricas, v.g., la suposición del éter, cuerpo sutilísimo, para explicar los fenómenos de la luz.

Hipótesis de suyo solamente produce probabilidad. Pues puede reducirse a un silogismo de esta índole: si existiera esta causa, nos serían, mostrados tales hechos; ahora bien, tales hechos nos son mostrados; ¿luego?.

Según las leyes del silogismo no podemos sacar la conclusión: luego, existe tal causa; sino a lo sumo: puede existir.

“Per accidens” puede la hipótesis mostrarnos certeza cuando, examina das diversas posibles hipótesis, solamente una se muestra como apta para explicar todos los hechos. Entonces, la mayor del silogismo sería: "Solamente si esta causa se da, estos hechos se mostrarían". En este caso, la hipótesis deja de ser tal, y pasa a convertirse en tesis.

División de la hipótesis. Se da una triple clase de hipótesis: a) física, explica los hechos de la naturaleza, b) moral, explica los hechos que dependen de la libertad; c) lógica hermenéutica, explica las opiniones de los autores.  

Leyes de la hipótesis.

1) Que sea posible, por lo menos si es explicativa, a saber, que no contradiga a las leyes conocidas, tanto metafísicas, como físicas de la naturaleza.

2) Que no repugne a ningún hecho, que nos conste ciertamente a través de la experiencia.

3) Que explique adecuadamente todos los hechos que deben ser explicados.

4) Que sea simple. según el conocido proverbio: la simplicidad es garantía de la verdad.

Artículo III

De la argumentación sofística

148. Nexo. Puesto que "atañe a la consideración del lógico el evitar la falsedad de los errores, evitando el falso raciocinio", debemos hablar ahora algo acerca de las falsedades de esta índole.

Se llama sofisma la argumentación falsa, no una argumentación falsa cualquiera, v.g., por la falsedad de las premisas, sino solamente aquella, que por un cierto defecto lógico un tanto oculto conduce a la falsedad bajo apariencia de verdad.

Se llama también paralogismo (falso silogismo por razón de la forma). Sin embargo se da esta diferencia en el uso corriente, a saber, que el sofisma es una argumentación no recta, realizada con la intención de engañar, mientras que paralogismo procede con buena intención.  

División de los sofismas. Según Aristóteles, los sofismas se dividen en el vocablo, en decir, según la dicción, y en la realidad, es decir, fuera de la dicción; el mismo Aristóteles enumera trece, seis en el vocablo y siete en la realidad. Otros aducen otros sofismas de menor importancia.

149. Los sofismas de la dicción, es decir, en el vocablo, son aquellos en los cuales, a causa de la unidad del vocablo se concluye que se da la unidad también en la realidad. Los principales son: la equivocación. es la diversa significación de una sola palabra, y la falacia se da en el uso de ésta, en diversos sentidos, v.g.: el toro muge; ahora bien, el monte es toro; luego, el monte muge. Se resuelve distinguiendo los sentidos; concediendo los sentidos verdaderos, pero negando los falsos.

La falacia de la anfibología "es el engaño que proviene del hecho de que todas las palabras completamente las mismas significan muchas cosas". Ejemplo muy conocido es el oráculo dado a Pyrro:, "Eácida, digo que tú puedes vencer a los romanos. Eácida, te digo que los romanos pueden vencer": ambas frases se dicen en latín con las mismas palabras: "Aio te, Aeacida, Romanos vincere posse". De ahí, la anfibología.

La falacia del sentido. compuesto y de] sentido diviso consiste en que algo que juntamente con otro elemento. que es verdadero (en sentido compuesto), se le tiene también como verdadero sin el otro elemento (en sentido diviso) y al contrario, v.g., es imposible que uno que está sentado camine (en sentido compuesto); es así que Pedro está sentado; luego, es imposible que Pedro camine (en sentido diviso); o: dos y tres son pares e impares (en sentido diviso); es as que dos y tres son cinco; luego, cinco son pares e impares (en sentido compuesto).

La falacia del acento proviene del hecho de que "alguna dicción pronunciada de diversa manera significa cosas diversas". v.g.: el que busca una liebre (leporem) anda por el campo; es así que tú, sentado en casa tratas de buscar un chiste (leporem); luego, tú paseas por el campo estando sentado en casa.

La falacia de la figura de dicción "es el engaño que proviene del hecho de que alguna palabra semejante a otra parece que tiene el mismo modo de significar, a pesar de que en realidad no lo tiene". v.g.: Orator (el orador) es una palabra de la tercera declinación latina; es así que Cicerón fue orador; luego Cicerón es una palabra de la tercera declinación latina.

150. (Principales) falacias fuera de la dicción. es decir, en la realidad; son aquellas en las cuales lo que se da en la realidad bajo un aspecto, se intenta que se dé bajo otro, o según todos los aspectos.

Se comete la falacia del accidente, si aquello que se dice de alguien "per accidens", según algún aspecto, se atribuyen "simpliciter", o según otro aspecto, v.g., las ciencias naturales se oponen a la fe. (per accidens ; luego deben ser rechazadas (per se).

Son demasiado frecuentes las falacias de esta índole en la vida ordinaria, e incluso en pseudociencia, v.g., en la historia, cuando alguno, de] hecho de que algún sacerdote, algún patrono, algún obrero, obra mal, afirma con certeza que obran mal todos los sacerdotes, todos los patronos, todos los obreros.

Son también célebres las falacias conocidas en la antigüedad con el nombre de "del mentiroso" y de "Electra":

1) El mentiroso puede afirmar que él es mentiroso; es as que si esto afirma, dice la verdad; ahora bien, el que dice la verdad no es mentiroso; luego el mentiroso. no es mentiroso..

2) ¿Acaso Electra conoció que volvía Oreste? - No. - Luego, no conoció a su hermano.

Ignorancia del elenco; como quiera que el elenco significa refutación, ignorar el elenco es ignorar el modo de refutar que debe oponerse adecuadamente al contrario; y de esto proviene el que no se sopesan bien aquellos elementos que pertenecen a la proposición o al estado de la cuestión. Como si alguien, v.g., quiere probar la libertad de indiferencia del hombre por el hecho de que esté libre de las cadenas; si en cambio, en la refutación se atribuye al contrario la opinión, que él mismo no tiene, y después se lucha en contra de la misma, v.g., los protestantes contra el. culto (según ellos idolátrico) católico de la Santísima Virgen Maria. Pues así se hace un tránsito a otro genero. Está unido con esto la argumentación por la cual se prueba demasiado, según aquel dicho: "lo que prueba demasiado no prueba nada", esto es, la argumentación, de la cual se deduce algo falso, no prueba legítimamente lo que intentaba probar.

151. Petición de principio. Principio significa propósito intentado.

Así pues, alguien cae en la petición de principio cuando pide para sí que se le conceda el propósito principal que debe probarse; esta falacia es el engaño que proviene del hecho de que se asume lo mismo para la prueba de sí mismo bajo otro vocablo. Se dice bajo otro vocablo, porque si fuera bajo el mismo vocablo, no sería falacia, sino que sería ineptitud o incapacidad; v.g., cuando lo definido se pone para la definición de la definición, o cuando un término correlativo se presenta para la prueba de otro término., v.g., si para probar que Sócrates es padre de Platón dices que Platón es hijo de Sócrates. A esto se refiere también el círculo vicioso, que se comete si algo se prueba por otra cosa, que a su vez se prueba por la primera. Así , v.g.  Descartes, cuando prueba, la existencia de Dios por la idea clara, y a su vez prueba que las ideas claras son veraces por la existencia de Dios.

Falacia del consiguiente. Consiste en la ilegítima conclusión del silogismo condicional , v.g.: si Pedro lee, no duerme; es as que no duerme, luego lee.

La falacia de la no causa como causa o la falacia del después de esto, luego a causa de esto, consiste en que alguien presenta la causa de algún efecto, la cual no es verdadera causa de ese efecto, o cuando la falsedad de alguna conclusión se atribuye a alguna proposición verdadera, v.g.: Si no existiera ningún tiempo, no existiría la noche; si la noche no existiera, sería de día; pero si fuera de día, existiría algún tiempo: luego, si no existiera ningún tiempo, existiría algún tiempo.

La falacia de la múltiple pregunta "per modum unius", consiste en que muchas preguntas, a las cuales se les debería dar muchas respuestas, se proponen a manera de una sola pregunta, v.g.: ¿La virtud y el vicio son buenos o malos? Pues el incauto que niega o afirma simplemente, al instante es refutado de error.

La falacia de la universalidad fingida, es decir, el silogismo pseudógrafo, puede darse en el argumento inductivo, cuando alguien, después de haber enumerado algunos términos, lo que ha encontrado en ellos lo transfiere a todos, v.g.: Hay hombres infames que se las dan de piadosos; luego la piedad es hipocresía.

Otras falacias se encuentran hoy en los periódicos, empleadas contra los adversarios, v.g., políticos: v.g.. nombres falsos, opinión pública, artificios astutos para disimular la verdad, para distraer las mentes de los ciudadanos, etc.