Empirismo: Locke |
1. Introducción
Es la segunda gran corriente filosófica de la
Modernidad. Pero cualquier filosofía es empirista si afirma que todos nuestros
conocimientos tienen su origen y valor en la experiencia, y filosofías así ya las
hubo (Aristóteles, Tomás de Aquino, Ockham...). En este caso nos referiremos al
empirismo inglés del s. XVIII, surgido en respuesta al racionalismo del XVII.
Representantes: Locke, Berkeley y Hume.
I. LOCKE
• Biografía: Nac. en Bristol, 1632. De familia liberal, defendió siempre el liberalismo y los ideales ilustrados de racionalidad, tolerancia, filantropía y libertad religiosa. Estudió teología, química y medicina y viajó por Holanda, Francia y Alemania. Murió en 1704, a los 72 años.
• Obras:
Ensayo sobre el entendimiento humano (1690)
Dos tratados sobre el gobierno civil (1690)
La racionalidad del cristianismo (1695)
1. Negación de las ideas innatas
Los empiristas rechazan que existan ideas o principios innatos al entendimiento. Todo nuestro conocimiento procede de la experiencia, y el entendimiento es como una página en blanco antes de que la experiencia le proporcione conocimientos. Si hubiese conocimientos innatos, todos los hombres los conocerían desde siempre y en todos los lugares; y eso no ocurre.
2. Génesis de las ideas. El psicologismo
Si todas nuestras ideas proceden de la experiencia, es necesario precisar cómo se originan todas a partir de la experiencia y por qué nuestro conocimiento no puede ir más allá de la experiencia.
• Respecto al origen, sólo es posible determinarlo por análisis de las ideas más complejas, descomponiéndolas en sus elementos simples y estudiando sus reglas de composición/asociación. Es decir: hay que estudiar los mecanismos psicológicos de asociación y combinación de ideas.
• Realizan así un platenamiento del conocimiento psicologista. El psicologismo sostiene:
i) el valor de los conocimientos
depende de su origen y génesis; y
ii) esta génesis obliga a estudiar los procesos
psíquicos de la mente humana.
El estudio psicológico de las ideas lleva a Locke a distinguir entre:
i) Ideas simples: Son átomos del conocimiento, ideas simples que no surgen por combinación de ideas particulares. El entendimiento se limita a recibirlas pasivamente. Se dividen en:
a. Ideas de origen sensorial externo (se origina en la experiencia con objetos exteriores).
• Ideas de cualidades primarias (figura, tamaño,
etc., las únicas que existen realmente en los cuerpos).
• Ideas de
cualidades secundarias (colores, olores, etc.)
b. Ideas obtenidas por reflexión (las sensaciones que tenemos de nuestro funcionamiento interno: pensamiento, dolor...).
ii) Ideas complejas: Las restantes ideas -las complejas- surgen por combinación de ideas simples. En este caso el entendimiento adopta un papel activo, combinando y relacionando ideas simples. Las ideas complejas son:
sustancia
modos
relaciones
4. Incognoscibilidad de la sustancia
De los objetos sólo percibimos cualidades aisladas, impresiones individuales, sueltas e inconexas: tamaño, color, olor, figura, etc. El objeto no se reduce a ninguna de esas impresiones, pero suponemos que debe haber algo por debajo de esas cualidades que les sirva de soporte -vuelta al sentido etimológico-. La sustancia, como soporte de las cualidades, es incognoscible, algo misterioso, inespecífico.
Consecuencia: Desconocemos la
estructura profunda y la sustancia de los objetos; sólo conocemos lo que la
experiencia nos muestra de ellos: un conjunto de cualidades sensibles. La
experiencia, por tanto, es origen y límite de nuestro conocimiento.
A diferencia de Descartes, Locke nunca dudó de que existiera una realidad exterior a nuestras ideas. El mero hecho de tener una idea ya supone, según su propia definición de «idea», la existencia de una realidad exterior que la idea representa. Los tres grandes ámbitos de la realidad son:
• El «yo», del que tenemos certeza intuitiva (=
«Pienso, luego existo»).
• Dios, del que
tenemos certeza demostrativa (puede demostrarse a partir del principio de
causalidad).
• Objetos físicos, de los que
tenemos certeza sensitiva (nuestras sensaciones de objetos exteriores son
producidas, causadas por ellos. Mientras Dios es la causa última de nuestra
existencia, los objetos físicos provocan nuestras sensaciones.
6. La importancia de Locke en el desarrollo del pensamiento político
Además del conocimiento, los filósofos
empiristas se ocuparon, sobre todo, de política y moral. Locke tuvo un enorme
influjo en el origen de la filosofía política liberal. Sus ideas fueron
recogidas por Montesquieu, se plasmaron en la revolución americana y en toda la
corriente liberal progresista que se opuso al absolutismo político en el XVIII.
Intentó dejar claro (en el "Tratado del gobierno civil") que si al poder se le
atribuye un origen divino, no podremos sostener entonces que los seres humanos
son libres e iguales por naturaleza, una de las reivindicaciones políticas
fundamentales en Locke.
Como los sofistas, Locke parte de la
distinción entre naturaleza y convención. Antes de establecer las normas que
regirán la sociedad política, es preciso conocer cuál es el estado natural del
ser humano.
En
estado natural, los hombres son libres e iguales entre sí ?recoge la tesis
renacentista del hombre naturalmente bueno, como Rousseau, mientras se opone a
la afirmación contraria, recogida por Hobbes del protestantismo?. Pero en un
estado natural donde no existe organización política, los humanos pueden violar
derechos y libertades de los demás -el hombre no es necesariamente bueno en
estado natural-. Sin embargo, en estado natural la razón ayuda a descubrir una
ley moral natural, que impone unos límites a la conciencia y conducta de los
seres humanos.
Además de la ley moral,
los hombres poseen naturalmente ciertos derechos como el derecho a la propiedad,
cuyo fundamento es el trabajo.
Se necesita una organización política y una ley objetiva que solucione los conflictos y deficiencias del estado natural. Por tanto:
• Locke no cree que la sociedad política sea antinatural, contraria a la naturaleza: es, más bien, algo útil y adecuado para hacer posible el disfrute de los derechos naturales.
• El consenso constituye el único fundamento racional de la sociedad política. El acuerdo, el pacto consentido por todos los individuos origina la sociedad política. Mediante este pacto, formal o implícito, los individuos renuncian a parte de su libertad para ganar en seguridad, y se someten de buen grado a la voluntad de la mayoría.
• Los representantes del poder político reciben del pueblo su poder y son responsables ante el pueblo del desempeño de su función, que consiste en promover el bien común.
Tales ideas, por vagas y generales que parezcan,
constituyen los principios fundamentales de todo estado democrático.