Articulo III

Sentido de la división del "ente" en "increado"

y "creado", o naturaleza del "ente creado".

 

455.- Establecida la división del "ente" en "increado" y "creado", hemos de procurar ahora penetrar en el sentido íntimo de esta división. Lo cual, no parece que pueda hacerse de otra manera, si no es investigando en la naturaleza misma de los miembros de dicha división. Ahora bien, como quiera que el considerar la naturaleza del Ente increado, constituye el objeto de la Teología natural, hemos de dedicarnos a la consideración del ente creado. Con ello, al mismo tiempo, y por oposición, no dejará de quedar insinuada, de algún modo, la naturaleza del Ente increado.

 

No hemos de dirigir nuestra mirada a investigar cuál es la esencia metafísica, en sentido estricto, de la criatura es decir, aquel predicado, o aquella nota o conjunto de notas por el que el ente creado se constituye primordialmente en cuanto tal, y se concibe como fuente y raíz de todas las demás cosas que en él se ha flan, a, la vez que se separa o se distingue del Ente increado; sino que pretendemos averiguar qué es lo esencial para el ente creado, ya sea constitutivo del mismo, ya sea simplemente un propio; qué es lo que conviene al ente creado esencialmente, o en razón de su esencia,.ya se trate de la esencia, en sentido estricto, ya se trate sólo de una propiedad dimanante de la misma. De esta forma, llegaremos a conocer suficientemente, en la medida de lo posible, la naturaleza del ente creado, logrando asimismo el otro objetivo de la cuestión presente: separar y distinguir el ente creado del Ente increado; en efecto, ya sea que lo esencial que hemos visto de la criatura, sea constitutivo o sea simplemente un propio de la misma, siempre será verdad que ello no le conviene a Dios, puesto que las notas constitutivas y las propiedades de cada uno (del ente creado o del Ente increado) son privativas del mismo y no pueden convenir al otro.

 

456.- Ahora bien, dado que el ente creado puede hallarse en dos "estados" u "órdenes" -en el estado de pura posibilidad y en el de existencia-, por ello, la consideración sobre su naturaleza habrá que llevarla a cabo en dos etapas, y así trataremos: 1) del ente creado, en cuanto a su posibilidad; 2) del ente creado, en cuanto a su existencia.

 

Y ello, tanto más cuanto que, si no se llega a poner bien en claro la relación entre el puro posible y el existente., se oscurece y aun corre peligro la misma estructura del ente creado.

 

& 1.- LA POSIBILIDAD DEL ENTE CREADO.

 

458.- Nexo.- Al disponernos a investigar la naturaleza del ente creado, lo consideramos, en primer lugar, en el estado de pura posibilidad; propio es, en efecto, del ente creado no existir siempre, y en consecuencia, el ser, o haber sido alguna vez, puro posible.

 

Acerca de lo cual, hemos de considerar los siguientes puntos:

 

a) El hecho mismo de la posibilidad intrínseca (tesis 14, la parte).

b) Fundamento de dicha posibilidad (tesis 14,• 2a parte).

c) El modo según el cual la razón de "ente" puede convenir al "puro posible" (tesis 15).

 

A.- El hecho de la posibilidad intrínseca.

 

TESIS 14.- Al margen de la posibilidad extrínseca se da también la intrínseca, que se funda próximamente en las mismas esencias de las cosas, y remotamente en la esencia divina.

 

459.- Nociones. El posible puede tomarse de tres maneras:

 

a) Aquello que puede existir, ya sea que, de hecho, exista, o no. Como bien se echa de ver, es lo mismo que el ente, en sentido nominal. En este sentido, también Dios es posible. Suele deno­minarse: precisivamente posible.

 

b) Aquello que no existe, pero puede existir. Se denomina puro posible.

 

En esta noción, algunos distinguen: 1) Lo que, de hecho, nunca va a existir, si bien puede existir: y es el puro posible, en sentido estricto. 2) Lo que, en el actual momento, no existe, pero existirá alguna vez, si bien considerado en cuanto que ahora no existe y puede existir. Recibe el nombre de mero posible.

 

c) Aquello que existe o puede existir, de modo contingente: es la acepción menos usual.

 

460.- La posibilidad es la forma del posible, o aquello por lo que el posible es posible; en otras palabras, la capacidad o aptitud para existir.

 

Puede ser de dos clases:

 

a) Intrínseca (o interna): la no-repugnancia o posibilidad de asociación en las notas de que constada cosa. Así, el hombre es intrínsecamente posible porque las notas de que consta, animal y racional, no repugnan entre si y pueden mutuamente asociarse, y así constituyen una esencia determinada apta para existir; por el contrario, un círculo cuadrado es intrínsecamente imposible, porque estas notas -círculo, cuadrado- repugnan entre sí, excluyéndose mutuamente, de suerte que viene a resultar algo que, en realidad, es "nada", por no ser apto para existir.

 

b) Extrínseca (o externa): la capacidad o aptitud para existir que proviene del hecho de que existe una causa capaz de producir la cosa en cuestión. Decimos que es extrínseca, porque el hecho de que exista una causa capaz de producir una cosa determinada, no pone nada intrínseco en la cosa misma (por. más que supone la posibilidad intrínseca), sino que es algo extrínseco a la misma. La cosa es, desde luego, la que se dice posible, también con esta posibilidad extrínseca, (y no la "causa", de la que mas bien se dice que''puede causar"), pero mediante una mera denominación extrínseca, es decir, no por algo que se halle en el propio interior de la cosa, sino por algo que está fuera de la misma, y que es la "virtud" activa de la causa. Por ello, esta posibilidad extrínseca se llama también causal, activa, relativa.

 

461.- Ahora bien, como quiera que existen diversas causas que poseen distinta eficacia o poder de causar, y puede ocurrir que, lo que una puede producir, otra, en cambio, no pueda, de aquí que aún podemos establecer tres clases de posibilidad:

 

a) Metafísica: propia de aquellas cosas que sólo Dios puede hacer, como es la resurrección de los muertos. Coincide con la misma posibilidad intrínseca, porque, todo aquello que es intrínsecamente posible, Dios puede hacerlo.

 

b) Física: propia de las cosas que pueden ser hechas por las causas naturales; p. e., la curación no repentina' de una enfermedad.

 

c) Moral: propia de las cosas que pueden ser hechas por las causas naturales, en especial, morales o libres, y ello sin a gran dificultad. Así, es moralmente posible para el hombre el evitar algún pecado; pero el evitar todos los pecados veniales, aún los semideliberados, si bien es físicamente, posible para el hombre, decimos que le es moralmente imposible.

 

Como puede apreciarse, tanto la posibilidad física como la posibilidad moral, suponen la posibilidad metafísica.

 

462.- Estado de la cuestión.- La tesis consta de dos partes: en la primera, nos- preguntamos si se da la posibilidad intrínsca; en la segunda, nos preguntamos por el fundamento de la misma.

 

Trataremos por separado cada una de las dos partes, con - sus propios: estado de la cuestión, prueba y objeciones.

 

PRIMERA PARTE

 

463.- Estado de la cuestión.- Nos preguntamos si, además de la posibilidad extrínseca, admitida por todos aquellos que admiten las causas eficientes y que, en realidad, no es más que la realidad misma de la causa eficiente, que viene a denominar (extrínsecamente) la realización de la cosa posible-, existe también otra posibilidad, que sería.. intrínseca, en el sentido de depender del objeto o de la cosa, en la forma que ha sido explicada en las nociones. O en otros términos: nos preguntamos si toda la posibilidad de una cosa se reduce al hecho de que exista una causa capaz de producirla, o, además de ello, supone alguna condición intrínseca de la misma cosa; es decir, la no-repugnancia en sus propios constitutivos, o - posibilidad intrínseca; de suerte que una causa no pueda producir cualesquiera objetos, sino sólo aquellos que posean dicha posibilidad intrínseca.

 

464.- Opiniones.- a) Guillermo de Ockham (1280-1342) parece que hace depender cualquier clase de posibilidad de las cosas, de la omnipotencia divina, de forma que una cosa es posible porque Dios, sin más, puede producirla. Sólo admite, pues, la posibilidad extrínseca.

 

b) Al menos, por lo que se refiere al modo de hablar, no parecen distinguir suficientemente la posibilidad extrínseca y la - intrínseca Silvestre Mauro y Hurtado. Estas son sus palabras: "Las criaturas que no han de existir en ninguna diferencia de tiempo, son, sin embargo, posibles en un tercer sentido: con posibilidad actual meramente extrínseca, por denominación de parte de la poten­cia, creada o increada, capaz de producirlas".

 

c) En la filosofía moderna: Los Materialistas y Positivistas no admiten la posibilidad intrínseca. Al no reconocer las esencias de las cosas, tampoco pueden admitir su misma posibilidad intrínseca, puesto que se halla fundada, en su totalidad, en las relaciones esenciales de las cosas.

 

Por su parte, la Filosofía de la vida (Bergson, Nietzsche), y la Filosofía de la existencia, al poner tanto énfasis en la espontaneidad de la vida, o en la capacidad que la libertad humana tiene de determinar sus propias posibilidades, no parecen reconocer suficientemente la posibilidad intrínseca, reduciéndola, más bien, a la extrínseca, o a la propia capacidad activa del hombre.

 

465.- Según la opinión común en la Escolástica, existe la posibilidad intrínseca. Así pues, la posibilidad, en sentido adecuado por la que una cosa se dice, "simplíciter", que puede existir, o posible, abarca, tanto la posibilidad extrínseca como la intrínseca, de forma que, si falla cualquiera de las dos, la cosa ya no puede considerarse posible. Así, si la cosa es posible intrínsecamente, pero no existe una causa capaz de producirla, la cosa, "simplíciter", no podrá existir (por más que se trate de una hipótesis irreal, pues, al menos, siempre existe la causa universal -Dios-, que puede producir todo); ahora bien, si existe la causa, pero la cosa repugna en sí misma, será igualmente imposible.

 

466.- Prueba de la tesis. 1) Si toda la posibilidad de las cosas consistiese en que Dios pudiera hacerlas, entonces: a) o nada habría que fuera intrínsecamente imposible; b) o la potencia divina sería limitada. Es así que ambas cosas son absurdas. Luego, toda la posibilidad de las cosas no consiste en que Dios pueda ha­cerlas; es decir: no hay más remedio que admitir otra posibilidad: la posibilidad intrínseca.

 

La Mayor: se seguiría a) (que nada seria intrínsecamente imposible): si se admite la omnipotencia de Dios -una potencia infinita- que se extiende a todo. Pues, si la razón por que algo es po­sible, es únicamente porque Dios puede hacerlo, en tal caso, no existe razón para que algo sea imposible; en efecto, no en la misma cosa, según la hipótesis (pues toda la razón de la posibilidad vie­ne de otra parte, de fuera de la cosa), ni tampoco en la potencia divina: puesto que es infinita, y se extiende a todo. Por tanto, carecerá de sentido el afirmar que una cosa es imposible "porque la potencia infinita, que se extiende a todo, no llega precisamente a ella, o no se basta para producirla"; en efecto, lo que se basta para todo o es capaz de ello, nada puede excluir de su/capacidad. De aquí que, todas las cosas que consideramos imposibles, sería posi­bles: un círculo cuadrado, un hombre irracional, etc.; Se seguiría b) (que la potencia divina sería limitada): si se sostiene, más bien (inconsecuentemente) que algunas cosas son imposibles.

 

Pues entonces, la razón de dicha imposibilidad no estaría en la cosa misma (pues, por hipótesis, no se admite la posibilidad intrínseca, y lógicamente, tampoco imposibilidad intrínseca); luego, la única razón estaría en la potencia (divina), que podría hacer es tos objetos, pero no aquellos; que se extendería a esto, pero no a aquello.

 

467.- 2) Dios es omnipotente; es decir, posee una potencia infinita, que se extiende a todo. Es así que, si no se admite la posibilidad intrínseca, no puede concebirse la omnipotencia de Dios. Luego, se da la posibilidad intrínseca.

 

La Menor: porque "si se dice que Dios es omnipotente porque puede todo aquello que es posible para su potencia, tendremos un círculo en la manifestación de la omnipotencia; pues esto no será otra cosa sino decir que Dios es omnipotente porque puede todo cuanto puede" (Sto. Tomás, "Suma Teológica") 1, q.25, a. 3 c.)

 

Además, esto no podría constituir un atributo propio del Ente infinito, como quiera que cualquier causa, por minúscula e insignificante que sea su potencia, "puede todo cuanto puede".

 

468.- Toda esta doctrina acerca de la' posibilidad intrínseca la declara magistralmente Santo Tomás, en el texto siguiente:

 

"El 'posible' puede entenderse de dos maneras, según el Filósofo (Aristóteles), en el V Metaph.: de la primera manera, por respecto a alguna potencia; de la manera que aquello que está sometido a la potencia humana, se dice que es posible para el hombre. De la segunda manera, en sentido absoluto, por el valor mismo de los términos. Pero no podemos decir que Dios se llame omnipotente porque puede todo lo que es posible a la naturaleza creada, ya que la potencia divina se extiende a mucho más.

 

Ahora bien, si se afirma que Dios es omnipotente porque puede todo lo que es posible a su potencia, tendremos un circulo en la manifestación de la omnipotencia; pues esto no será otra cosa si no decir que Dios es omnipotente porque puede todo cuanto puede. No queda sino que Dios se llame omnipotente porque puede todo cuanto es posible, absolutamente, por la misma fuerza de los, términos. Será pues, posible aquella noción cuyo predicado no repugna al sujeto, como "que Sócrates esté sentado"; será imposible, en sentido absoluto, aquella otra noción en que el predicado repugne al sujeto, como "que un hombre sea asno".

 

Hay que considerar, sin embargo, que, como quiera que todo agente obra lo que le es semejante, a toda potencia activa corresponde el "posible", en cuanto objeto propio según la razón del acto en que tiene su fundamento la potencia activa. Como la potencia "calefactiva" dice relación, en calidad de objeto, al ser "calefactible". Ahora bien, el "ser" divino, sobre el cual se funda la razón de la divina potencia, es el "ser" infinito, no limitado a un género determinado del "ente", sino que posee en si, de antemano, la perfección de la totalidad del "ser". Por tanto, todo aquello que tiene, o puede tener, razón de "ente", queda contenido dentro de los "posibles" absolutos, respecto de los cuales Dios se dice omnipotente. Ahora bien, nada puede oponerse a la razón de "ente" más que el "no-ente". Por consiguiente, a la razón del "posible absoluto" -que está sometido a la divina omnipotencia- repugnará aquello que suponga en sí "ser" y "no ser" al mismo tiempo. Pues esto no cae bajo la omnipotencia, no ya por defecto de la potencia divina, sino porque no puede tener razón de "factible" ni de "posible". Por tanto, todas aquellas cosas que no implican contradicción, se hallan contenidas dentro de los mismos "posibles" respecto de los cuales Dios se dice omnipotente. Mientras que aquellas otras cosas que implican contradicción, no están contenidas dentro de la omnipotencia; de Dios: puesto. que de ninguna manera pueden tener razón de "posibles". De donde, en lugar de decir que "Dios no puede hacer tales cosas", resulta más conveniente y" exacto decir que "dichas cosas no pueden ser hechas". (Santo Tomás, "Suma Teol., 1, q. 25, a: 3 c.)

 

469.- Objeciones. 1.- Posible es aquello que puede existir. Es así que nada puede existir si no es por la divina potencia. Luego.

 

Distingo la Menor: nada puede existir con posibilidad extrínseca más que por la divina potencia, Concedo; con posibilidad adecuada, o intrínseca, Niego.

 

Distingo el Consecuente.

 

2.- Toda posibilidad depende de aquello que, si se quita, se quita por el mismo hecho toda posibilidad. Es así que, si quitamos la omnipotencia de Dios, se quita toda posibilidad. Luego.

 

Distingo la Menor: quitada la omnipotencia de Dios, se quita la posibilidad extrínseca, Concedo; la intrínseca, Subdistingo: "per se y en forma directa, Niego; "per accidens" y en forma indirecta (puesto que, si se quitase la omnipotencia, habría que quitar también la esencia divina, con la que se halla identificada), Concedo.

 

Distingo el Consecuente.

 

3.- La aptitud que posee la criatura para "existir", no es sin dependencia de otro. Es así que aquello que depende de otro en el 'existir', depende de él como de su causa eficiente, y por tanto, de su potencia. Luego la aptitud que posee la criatura para "existir", depende de la potencia (de Dios).

 

Distingo la Menor: depende de la potencia el que "exista": en acto, Concedo; el que pueda existir, Subdistingo: con posibilidad extrínseca, Concedo; con posibilidad intrínseca, Niego.

 

4.- Si la omnipotencia presupone la posibilidad intrínseca de la cosa que se va a hacer, Dios la necesita para la creación de las cosas. Es así que Dios no puede tener necesidad, de cosa alguna. Luego.

 

Distingo la Mayor: la necesita, en sentido propio: en calidad de concausa, ya sea eficiente, ya sea material (como materia que se presupone), Niego; en sentido impropio: como pura potencia objetiva, Subdistingo: que sea totalmente independiente de Dios mismo, Niego; que depende de Dios (como consta por la segunda parte), Concedo.

 

SEGUNDA PARTE

 

470.- Estado de la cuestión.- Una vez probada la posibilidad intrínseca, proponemos ahora la cuestión acerca de su fundamento.

 

Entendemos por "fundamento de la posibilidad intrínseca",  la razón por la cual una cosa es posible intrínsecamente. Y, dado que concebimos y declaramos la posibilidad intrínseca mediante la no-repugnancia o la posibilidad de asociación de las notas de que consta la cosa, de aquí que el fundamento de la posibilidad intrínseca sea la razón por la cual dichas notas pueden ser asociadas entre sí.

 

A esta cuestión, la respuesta que primero se nos ofrece es: porque las notas son de esta índole (y no de otra). Así, animal y racional son notas que pueden ser asociadas, porque son de "esta" índole precisamente: viviente sensitivo y capaz de raciocinar, y entre ellas no existe repugnancia alguna; por el contrario, círculo cuadrado no es posible, debido a que sus notas, círculo y cuadrado, son de tal índole que se destruyen mutuamente.

 

Obtenida ya esta respuesta, está la razón intrínseca de la posibilidad intrínseca, y es la misma esencia de la cosa (pues las notas constituyen la esencia de la cosa): la cosa es posible intrínsecamente, porque es de tal índole, porque posee tal esencia (“círculo dorado"); si, en cambio, tuviera otra ("círculo cuadrado"), ya no sería posible. Y además, esta razón intrínseca, es," al mismo tiempo, la última en este orden, o en la línea de las razones intrínsecas, o de los constitutivos de la cosa, puesto que en esta línea, lo último (o lo primero, según se considere) es la esencia de la cosa, más allá de la cual no cabe proceder en un análisis resolutivo, comoquiera que es la raíz de todo cuanto existe en la cosa.

 

Por tanto; en este orden, la respuesta a la cuestión sobre el fundamento de la posibilidad intrínseca, "simplíciter" es: la cosa, por sí misma (por su propia naturaleza) es posible intrínsecamente.,

 

471.- Pero, como quiera que se trata de las cosas puramente posibles, y por tanto, de las cosas contingentes (pues Dios no es un "puro posible"), con razón, después de haber conocido la ra­zón intrínseca, se introduce la cuestión sobre la razón extrínseca de aquella cosa que (por sí misma, desde luego) es posible intrínsecamente, o (lo que es equivalente) de aquellas. notas que constituyen la razón (próxima) de dicha posibilidad. Ahora bien, tal razón extrínseca -en el caso que se dé-, será, por el mismo hecho, la razón remota o última (extrínsecamente) de la posibilidad intrínseca, al ser la razón o el fundamento de la razón (es decir, de las notas) anteriormente expuesta de la posibilidad intrínseca.

 

Con esta cuestión viene a enlazarse el que conozcamos, por otro capítulo, que Dios es infinito; en otras palabras, que es el Ente que contiene en sí cuanto de perfección existe, tanto de forma actual como posible. De aquí que también con razón (por un camino distinto) puede proponerse la cuestión sobre la relación de cualquier otro ente con este Ente infinito, y, en concreto, de los entes "puramente posibles": cómo, pues, se comportan en relación con El, si de una forma totalmente independiente o, por el contrario, de alguna forma dependiente, y en este caso, con qué clase de dependencia.

 

Propuesta así la cuestión, diríamos de ella que es sumamente sintética, por surgir de la necesidad de coordinar mediante relaciones apropiadas dos verdades que nos son conocidas por otros capítulos, y que son: la posibilidad intrínseca de las cosas y la infinitud de Dios.

 

472.- Opiniones. a) Descartes sostiene que la posibilidad intrínseca de las cosas se funda en la voluntad divina: una cosa es intrínsecamente posible, porque Dios ha querido que la cosa en cuestión sea de esta manera: si la hubiera querido de otra manera, de otra manera estaría la cosa, y sería entonces imposible (así pues, no por el hecho de que Dios quiera o no quiera hacer la cosa, como algunas veces se dice erróneamente, al referir la opinión de Descartes).

 

Descartes, con la intención de defender la absoluta libertad de Dios y de exaltar su supremo dominio, dice lo siguiente: "Dios no quiere crear el mundo en el tiempo precisamente porque haya visto que sería mejor así que si lo hubiese creado desde toda la eternidad; ni ha querido que los tres ángulos de un triángulo sumen dos rectos porque haya conocido que de otra manera no pudiera hacerse. Sino que, por el contrario, porque ha querido crear el mundo en el tiempo, es mejor así que si hubiese sido creado desde toda la eternidad, y porque ha querido que los tres ángulos de un triángulo sean necesariamente iguales a dos rectos, por esto mismo ya es verdad y no puede ser de otra manera. Y. así de todo lo demás". ("Meditationes").

 

"En mi opinión, nunca debe afirmarse de una cosa que no puede ser hecha por Dios. Como quiera que toda razón, tanto de la verdad como del bien, depende de su omnipotencia, ni siquiera me atrevería a afirmar que Dios no puede hacer que haya un monte sin valle, o que uno y dos no sean tres; sino que únicamente afirmo que Dios me ha dotado de una mente tal que no puede concebir un monte sin su valle correspondiente, ni un conjunto de uno y de dos que no sean tres, etc., es que tales cosas impliquen contradicción en la idea que yo tengo." (Epist. 6).

 

b). Algunos de los discípulos de Leibniz y de Wolff, juzgan que la razón total, primera y última, de porqué una cosa es posible, es la esencia de la cosa misma, y de ninguna manera un atributo divino, de suerte que, si por absurdo, Dios no existiese, sin embargo estaría en pie la posibilidad intrínseca de las cosas.

 

Afín a los mismos puede considerarse Storchenau, que tiene las siguientes afirmaciones: "aúnen la hipótesis de que Dios no existiese, continuarían siendo verdaderas proposiciones como ésta: las notas esenciales de esta o de aquella cosa no envuelven contradicción; y por tanto, podría una cosa existir en razón de su propia esencia, gozando

De posibilidad interna". ("Ontol", 2 e).

 

473.- c). Pero la opinión común en la Filosofía Escolástica sostiene que la razón última, así como el fundamento de la posibilidad intrínseca, es la esencia divina, la cual, en cuanto infinita que es, contiene en sí todas las perfecciones y es infinitamente imitable. Precisamente estos modos de imitabilidad de la divina esencia son los “posibles", que dependen, en consecuencia, de ella como una imitación depende del ejemplar imitable, y una participación, de la perfección participada. De donde se sigue que, en la hipótesis de que Dios no exis­tiera, no habría posibilidad alguna para las cosas.

 

Con razón la presente tesis puede llamarse fundamental en la fi­losofía cristiana, toda vez que encierra la verdad fundamental en toda la metafísica del ente creado, el cual no es otra cosa más que el ente totalmente dependiente de Dios (no solo en la existencia, sino) también en su misma posibilidad intrínseca (v. el escolio).

 

Esta opinión es la que nosotros defendemos en la tesis.

 

En esta segunda parte, a su vez, hemos de distinguir otras dos: en la primera, afirmamos que la razón próxima, o el fundamento de la posibilidad intrínseca, son las mismas esencias de las cosas en la segunda, afirmamos que la razón última, o remota, es la esencia divina.

 

474. Prueba. 1ª parte. La posibilidad intrínseca se funda próximamente en las mismas esencias de las cosas.

 

La posibilidad intrínseca es la no-repugnancia, o la sociabilidad, de las notas. Es así que el que las notas puedan asociarse entre sí depende de que son ellas mismas, y no otras distintas. Luego la posibilidad intrínseca depende de las mismas notas (esencia) de la cosa.

 

475.- 2ª parte. La posibilidad intrínseca se fundamenta en la esencia divina.

 

La esencia divina es infinita y contiene en sí toda la perfección existente y posible. Es así que, la perfección que se contiene en el Ente infinito, se comporta, respecto de El, como una participación e imitación del mismo. Luego, las perfecciones posibles (o "posibles") se comportan respecto de la esencia divina, como participaciones e imitaciones de ella. Es así que, lo que es participación e imitación, depende del ente que es participado e imitado. Luego, las perfecciones posibles (o "posibles") dependen de la esencia divina.

 

Luego la misma posibilidad (intrínseca) depende de la esencia divina (o en ella se funda).

 

La Mayor: por la Teología-Natural, donde se pruebe que Dios es in finito, y contiene todas las perfecciones que existen o que pueden existir, de alguna manera, ya sea formalmente si es que la perfección que se considera, en su propio concepto, no tiene mezcla alguna de imperfección ( la  sabiduría, la justicia, la vida...), ya sea, al menos, de manera virtual y eminente, si es que se trata de una perfección mixta, es decir, que, en su propio concepto, tiene alguna mezcla de imperfección (extenso, cuerpo, hombre...) Notemos que la "continencia" que consideramos, ha de ser actual y antológica, de forma que posea con toda verdad; no puede ser una simple "continencia" "por razones de semejanza", a la manera que Pedro contiene "por razones de semejanza", (es decir, porque se las asemeja de algún modo) la perfección del caballo y la del árbol, sin contenerlas, no obstante, antológicamente: "lo cual nosotros no podemos explicarlo mejor que en relación con la causalidad o con el efecto". (Suárez DM, 30s, 1, n.10)' es decir, con aquello que pueda producir dicha perfección.

 

La Menor: de lo contrario, el Ente infinito no contendría, de hecho, todas las perfecciones, y, puesta dicha perfección, o sumándola con la de Dios, aumentaría el valor de la perfección.

 

Lo Menor (2): porque aquello que es participación e imitación, en tanto pueda existir, en cuanto existe lo que en ello es participado e imitado.

 

476.- 2). El "puro posible" no puede existir si no es como contingente, y como efecto y sea, inmediato, ya mediato de Dios.

 

Es así que el efecto de una causa, en tanto pueda existir, en cuanto que la causa lo contiene y le puede comunicar su propia perfección (o, lo que es lo mismo: en cuanto que el efecto es participación e imitación de la causa). Luego el "puro posible" no puede existir si no es como participación e imitación de Dios? es decir, de la esencie divina. Es así que lo que es participación e imitación, depende de lo participado e imitado. Luego, el “puro posible" (y, por tanto, la "posibilidad") depende de la esencia divina.

 

La Mayor: el puro posible" precisamente porque es puro posible (todavía no se halla determinado para existir, no es necesario , luego no contingente , luego está eligiendo una causa para existir (principio de causalidad), luego este; exigiendo existir gracias a una causa, como efecto. Notemos, además que se trata de la posibilidad intrínseca, y no sólo de la extrínseca, porque todas las cosas citadas (que el "puro posible" no sea necesario, que sea contingente, que tenga necesidad de causa, que necesite existir como efecto) son, o la misma esencia del "puro posible", o una propiedad esencial del mismo.

 

La Menor: porque si la causa no contiene la perfección del efecto, no podrá producirlo.

 

La Menor (2): porque, lo que es participación e imitación, en tanto puede existir en cuanto que existe lo participado e imitado.

 

477.- 0bjeciones. Si los "posibles" hubieran de depender de Dios, no podríamos conocerlos, si antes no conocemos a Dios. Es así que esto es falso y en ello consiste el error de los Ontologistas ( los cuales defienden que primero tenemos que conocer a Dios, y en El conocere­mos después todas las demás cosas). Luego. Morcier).

 

Distingo la Mayor: si dependieran en el orden lógico, Concedo; si dependen en el orden ontológico, Hielo. Todo efecto depende (ontológicamente) de su causa, y sin embargo, no por ello es necesario que tengamos que conocer la causa entes de conocer el efecto (ni tampoco al mismo tiempo que lo conocemos). Incluso, lo que más veces sucede es lo contrario; es decir, que conozcamos la causa a partir del efecto.

 

2.- Si los “posibles" dependiesen de la esencia divina, no podrían ser entendidos sin serlo también la esencia divina. Es así que pueden ser entendidos (de hecho, son entendidos sin que lo sea la esencia divina). Luego.

 

Distinto la Mayor: si dependieran en el orden lógico, Concedo, si dependen en el orden ontológico, Subdistingo: no podrían ser entendidos en forma adecuada, sin que lo fuera la esencia divina, Concedo; en forma inadecuada, Niego.

 

Contradistingo la Menor. El que los "posibles" sean entendidos en forma adecuada, significa que sean entendidos, según todas las propiedades y relaciones que profesa, entre las que se halla el que no puedan existir sino en calidad de "contingentes" y en cuanto que están reclamando una causa, y por tanto en última instancia, en cuanto que son efectos de Dios. Pero ya por esto mismo, una vez que son conocidos de esta manera, es conocida también la causa de ellos, que no es otra, sino Dios, o la esencia divina. Y notemos que aquí no se contiene más que el argumento tradicional que prueba la existencia de Dios a partir de la "contingencia”.

 

Cuestión muy controvertida en Teología Natural es si se puede probar la existencia de Dios a partir de los posibles por un camino que no sea el de la contingencia  de los mismos.

 

3.- La imitación, en cuanto imitación, es algo que no puede darse si no es de lo que es imitable o ejemplar? pero puede darse o existir, aunque en este caso no como imitación o imagen. Es así que los "puros posibles" se dice que son imitaciones de Dios. Luego en cuánto tales , imitaciones o imágenes no pueden darse si Dios no existe, pero bien podrían darse no como imitaciones (sino sencillamente como “entes" que existen, sin ser para nada imitaciones de ningún ejemplar).

 

Distingo la Mayor: Si se trata de una imitación o de una imagen que esencialmente no es imitación o imagen, sino solo accidentalmente. Concedo. (Así para una estatua o para una pintura constituye algo puramente accidental al representar a Pedro, y por ello puede continuar siendo la cosa que es (mármol, madera o lienzo) en su propia entidad (no en cuanto imagen de Pedro) sin que exista Pedro para nada); si, en cambio, se trata de una imitación o imagen que esencialmente es imitación o imagen, Nieló (pues en tal caso, el ser imitación o imagen pertenece a su misma esencia, y por tanto, no puede ser imitación).

 

Contradistingo la Menor: los “puros posibles" son imitaciones de Dios accidentales, Niego; esenciales, Concedo, (Puesto que deben estar contenidos en El, en su calidad de Ente infinito, y, en consecuencia, dependen de El como de su causa ejemplar y eficiente).

 

4.- En la primera parte se dice que la omnipotencia no es la razón de toda posibilidad, porque, si lo fuese, quedaría limitada. Es así que esto mismo puede decirse de la esencia divina (es decir, que seria limitada, pues, en tal caso, el que una cosa fuera imposible consistiría en que la esencia divina no le contuviera). Luego, la esencia divina no puede ser la razón de la posibilidad intrínseca.

 

Niego la paridad. En efecto, la omnipotencia divina quedaría limitada porque, sin ninguna razón objetiva (es decir, de parte de la cosa misma, y por tanto, únicamente por falta de eficacia propia) podría hacer unas cosas sí, y otras no; mientras que, por el contrario, la esencia divina no fundaría tales cosas (imposibles), o no las contendría, por una razón verdaderamente objetiva. Y es que ella misma (la esencia) es la misma plenitud de "ser" que contiene en sí todo "ente", y dichas cosas (imposibles) no son "ente", no se cuentan en­tre las perfecciones que se hallan en la esencia divina, no pertenecen al número de todas aquellas cosas que están en Dios. Ahora bien, si decimos que "no se cuentan", es porque, si hubieran de contarse, entonces la esencia divina resultaría contradictorias en efecto, fundaría una perfección y, al mismo tiempo, no la fundaría (fundaría un círculo y, al mismo tiempo, un "no-círculo", al fundar al "círculo cuadrado, es decir, el "no círculo), Más evidentemente, el que la esencia divina no pueda ser contradictoria, lejos de suponer alguna limitación, constituye una eximia perfección: "Tal clase de imposibilidad en lugar de ser propio de la debilidad, lo es del poder y de la majestad" (S. Ambrosio, Epist. 37).

 

478.-Escolio 1. Consecuencias que se si; en de esta doctrina: Dependencia esencial de Dios y esencia metafísica del ente creado.

 

Una vez probada la tesis, de ella se siguen las consecuencias que citamos a continuación:

 

1.- De Dios depende, no sólo le existencia de las cosas, sino hasta la posibilidad intrínseca de las mismas: puesto que de El tienen, efectivamente, no todo el existir, de hecho, sino incluso el poder existir.

 

Por ello:

 

a) la insuficiencia de la criatura no sólo reside en el hecho de que no exista "de por sí", o sea, "nada de existencia", sino también en que "de por sí" tampoco sea posible, o sea "nada de esencia", (si bien, hemos de procurar evitar esta locución, debido a los equívocos que puede producir);

 

b) la dependencia del "ente creado" respecto de Dios, es de dos clases:

 

α) por el hecho de necesitar (inmediata o mediatamente) la acción de Dios para existir; y, en consecuencia, por tener recibida de Dios toda la perfección que, de modo actual, posee;

β) por el hecho de tener de Dios el mismo "poder existir", en cuanto que su propia posibilidad intrínseca no es otra cosa sino la imitabilidad de la esencia divina; y, en consecuencia, porque todo cuanto puede poseer de perfección, no es más que participación e imitación de la esencia divina. Ambos elementos se dan a entender cuando afirmamos que la criatura es "ente "ab alio' ", "dependiente de Dios",

 

2.- Más aún, esto no lo tiene la criatura de cualquier manera, como si Dios (o la existencia de Dios) fuese un mero requisito, sin el cual no existe ni puede existir la cosa, sino como el efecto (posible) lo tiene de su causa o lo que he sido excogitado ("raciocinado") por la razón, lo tiene de la misma razón (extrínseca, pero completamente necesaria), de suerte que: la esencia de la criatura  α)en general pueda afirmarse que es, o que consiste en que sea, participación, imitación de la esencia divina: β) en particular, que es de tal modo determinado de la imitabilidad de la esencia divina". Cada criatura posee su propia especie, según que participa, de alguna manera, de la semejanza de la esencia divina", (Sto. Toma s, "Suma Teológica", 1, q., 15 , a 2, c.).

 

3.- Por consiguiente, el mismo orden que llamamos metafísico, aparece -según esta tésis- como dependiente de Dios.

 

El orden metafísico, o de las esencias, queda constituido por las esencias absolutas de las cosas y por las relaciones que se dan .entre ellas.

 

Ahora bien, tales esencias -por lo que ya se ha dicho- no son , sino participaciones e imitaciones de la esencia divina, de forma que, si por un absurdo ésta no existiera, tampoco aquellas se darían, ni las relaciones mutuas vigentes entre ellas. Así pues, lo que pretendió Descartes -que las cosas eran lo que eran, porque Dios así lo había querido (el hombre era animal racional, porque Dios lo había querido, y, dos más dos eran cuatro, por la misma razón)-, esto mismo puede y debe afirmarse respecto de su esencia (divina); en otras palabras, porque se da la esencia divina, y es lo que es, por ello las cosas o las esencias existen, y son lo que son; de manera que, si (la esencia divina) no existiera, tampoco existirían las cosas o las esencias, ni serían lo que son. Y así, el ahombre no sería ni animal racional, ni animal irracional, porque sencillamente dicha esencia (hombre) no existiría; en efecto, si quitamos el ejemplar, des parece el "ejemplado". Por tanto, si hiciéramos desaparecer a Dios, tendríamos el nihilismo más absoluto (o sea, no sólo la "nada de existencia.", sino también "de esencia").

 

De todo lo cual se desprende que bien podemos concebir a Dios como el "sol" en el orden metafísico, o de las esencias, que ocupa el lugar verdaderamente central en toda la sistematización de las cosas, respecto del cual todos los demás entes no son más que otros tantos rayos, que proceden de El, como de su centros "... mirar como todos los bienes y dones descienden de arriba..., así como del sol descienden los rayos, de la fuente las aguas, etc." (San Ignacio de Loyola, "Libro de los Ejercicios", Contempl. para alcanzar amor, punto 4).

 

479.- Escolio 2. El entendimiento divino como fundamento de la posibilidad. Todos los autores escolásticos sostienen que el fundamento ultimo de la posibilidad intrínseca es la esencia divina; pero existe controversia entre ellos acerca de si el fundamento es la esencia sola, o la esencia junto con el entendimiento divino.

 

La razón de la duda estriba en que los "posibles”, antes de ser conocidos por el entendimiento, no tienen más que un "ser eminencial" en la esencia divina, y con este "ser" aún no son aptos para existir, en cuanto tales, pues de esta manera son mas bien la misma, esencia divina. Por esto, muchos defienden que el fundamento último de la posibilidad intrínseca lo constituye, no lo esencia sola, sino la esencia, en cuanto conocida por el entendimiento. Así Liberatore, Pesch, De Ma­ría, Remer, Mónaco, Delmas, Dazza

 

Otros, por el contrario, lo niegan, y afirman que la esencia es el fundamento de la posibilidad; pues, según ellos, el que la cosa sea posible intrínsecamente, o (según la tesis que hemos probado, que la esencia divina sea imitable), no depende para nada del entendimiento divino: si, por un imposible, las notas repugnasen entre sí, o la esencia divina no fuera imitable, el entendimiento divino no haría, con su conocimiento, que las notas, que de por sí repugnan, no repugnasen, ni que la esencia, que no fuera imitable, se tornase imitable; .... así pues, una cosa, no porque Dios la conozca, es, sin más, po­sible, sino todo lo contrario;: una cosa, porque es posible, es com­prendida o conocida por Dios. Así "Urraburu, Mendive, Schffini, Hellín.

 

En toda esta cuestión todos mantienen como cierto lo siguiente:

 

1) Lo posibles no pueden tener (todavía) en la esencia divina su propio "ser" formal en cuanto tal. (Pedro “puro posible”; este ángel "puro posible", este árbol "puro posible", ....; es decir, el "ser" que. puede existir, y que tendrían o que tendrán, en el caso de ser creados, acerca del cual nosotros pensamos y hablamos. Pues en la esencia divina, no se encuentran en cuanto tales y formalmente (Pedro en cuanto Pedro; este arbol, en cuanto tal), sino sólo eminentemente, es decir, como en una entidad simplicísima que contiene todas las co­sas con su propia plenitud de ser; de lo contrario, la esencia divi­na sería archicompuesta, semejante a un gigantesco mosaico, y poseería todas las imperfecciones que son propias de las cosas creadas.

 

2) El “ser formal y propio, lo tienen en el entendimiento divino, el cual, al conocer la esencia divina como plenitud del "ser", "forma" (según nuestro modo de hablar) las "ideas" (ejemplares) o las "razones" de cada una de las perfecciones en cuanto tales, o -lo que es equivalente- de los "posibles" (diremos “ideas ejemplares", si tales posibles han de ser creados posteriormente, y "meras razones" si Dios no' decide crearlas).

 

De aquí se siguen estas conclusiones ciertas, que todos, según parece, han de mantener:

 

a) Los "posibles" dependen del entendimiento divino (y también, la posibilidad intrínseca) en cuanto que de él reciben su propio "ser" formal, y en cuanto tal.

 

b) Los "posibles" no pueden pasar, de hecho, a la existencia más que en su propia forma, o en su propio "ser" determinado y formal (que tienen recibido del entendimiento). En efecto, en otro "ser" o según otro "ser", (el "eminencial" que tienen en la esencia divina), no pueden ser producidos (no son "producibles": no pueden "pasar a la existencia"), puesto que son, en verdad, la misma esencia divina, que es "improducible", y no puede "pasar a la existencia".

 

A todo esto se añade la consideración de lo que hace cualquier artífice, que tiene de antemano la idea ejemplar de la obra que se dispone a llevar a cabo. De donde se concluye que Dios, para que pueda producir los "posibles" debe tener la idea ejemplar de los mismos (gracias al entendimiento).

 

Tras todos estos razonamientos, parece que podemos establecer con certeza, esta nueva conclusión:

 

α) La posibilidad adecuada depende del entendimiento divino; pues esta (posibilidad), además de la posibilidad intrínseca, abarca la extrínseca y las condiciones para ella; y, como ya hemos visto, la forma determinada o el "ser" formal (que tienen recibido del entendimiento) es (al menos) condición necesaria para que los "posibles" puedan pasar, sin más, a la existencia.

 

β) ¿Dependerá también la posibilidad intrínseca? La respuesta parece que debe ser afirmativa. En efecto, mientras las "notas" no sean entendidas por el entendimiento y concebidas como distintas, no podemos decir que sean asociables entre sí, ya que la sociabilidad supone la distinción (no se asocian ni repugnan más que las cosas que son "una" y “otra"…), y con anterioridad al conocimiento del entendimiento, las "notas" no son, realmente, mas que una entidad sumamente simple : la esencia divina. Sin embargo, alguien podría aducir, esto, no sin razón, que tampoco se encuentran en el entendimiento divino dichas notas como distintas, puesto que el entendimiento divino no entiende mediante distinciones de razón, como le ocurre al entendimiento humano. Hay que procurar, pues, por todos los medios, no trasladar al entendimiento divino el modo de entender y de declarar la posibilidad intrínseca que tenemos nosotros.

 

Así pues, por otra vía distinta, o por otra razón, habremos de intentar demostrar que la misma posibilidad intrínseca depende del entendimiento divino, y es la siguiente: La posibilidad intrínseca, no es nada más que la misma imitabilidad de la esencia divina (según la tesis que ha quedado probada, y que os admitida generalmente por todos), y por tanto, el "posible" mismo no es sino un modo particular y determinado de imitabilidad.

 

Ahora bien, la esencia divina, en sí misma y antecedentemente al conocimiento por parte del entendimiento, no es, (todavía) imitable próximamente (y, en consecuencia), los "posibles" mismos no son, todavía, modos particulares y determinados), puesto que, como muchas veces se ha afirmado, la esencia divina antecedentemente al conocimiento del entendimiento es la plenitud de "ser"; ahora bien, la plenitud de ser no es capaz de imitación próxima y expedita más que mediante modos determinados, los cuales, en cuanto tales, todavía no están en ella, sino en ella, en cuanto conocida por el entendimiento. De aquí, parecería que hay que decir que la misma imitabilidad adecuada y próxima de la esencia divina (y por tanto, la posibilidad intrínseca) depende también del entendimiento divinos en otras palabras, el entendimiento divino      es también fundamento de la posibilidad intrínseca, al menos en calidad de condición.

 

No cabe duda que todo el asunto depende de lo que cada uno exija para la imitabilidad: si la mera capacidad de que una cosa pueda ser sujeto de imitación, o además, los términos mismos, o modos, de dicha imitabilidad, al menos en cuanto connotados. El que exija esto último, lógicamente dirá que la imitabilidad depende del entendimiento di vino.

 

480.- Escolio 3.- Sobre la opinión de Descartes podemos afirmar brevemente lo siguientes Dios podría querer que una cosa existiese, o que fuese tal como es, o que fuese posible intrínsecamente: a) o permaneciendo inmutado el principio de contradicción (es decir, independiente de su voluntad) el principio de contradicción, b) o no. Es así que, de ninguna de las dos maneras. Luego, la posibilidad intrínseca no depende de la voluntad de Dios.

 

La Menor. a) En tal caso, Dios querría cosas imposibles y absurdas; ahora bien, querer cosas absurdas constituye una gran imperfección por ejemplo, querer que sea posible un "círculo cuadrado" es(si permanece el principio de contradicción) querer un círculo, un "no círculo", no querer nada, "no querer nada" mediante el propio acto de la volición.

 

b) En tal caso, Dios podría querer y determinar que aquello que no es, sea al mismo tiempo; que aquello que es "lo que es", no sea "lo que es", que un círculo no sólo sea redondo, sino también cuadrado; que el hombre sea, al mismo tiempo, animal y "no-animal"; que la virtud sea, al mismo tiempo, virtud y vicio; que el mismo Dios sea, a la vez, justo e injusto, mas aún, que el que Dios exista sea lo mismo que el que no exista; que Dios sea lo mismo que "no-Dios". Basta, es, con la enumeración que acabamos de hacer para comprobar cuán absurdo es el supuesto de que se parte,

 

C.- El modo según el cual lo razón de   “ente" conviene al “posible".

 

TESIS 15. El "puro posible” no existe pero puede existir, por tanto no es “la nada  absoluta”, ni tan poco un "ente de razón"; sin embargo, no posee en acto ningún otro “ser” mas que emocional en la esencia divina  "virtual" en la omnipotencia, "objetivo" o "formal" en entendimiento divino. En consecuencias se torna "existente no por la real adicción o recepción de la existencia sino por la producción de su total realidad.

 

481.- Nexo. Una vez que hemos establecido el hecho de la posibilidad intrínseca, y el fundamento de la misma, proponemos ahora la cuestión: sobre el modo como la razón de "ente" es el "puro posible" Lo cual es de gran utilidad, tanto para declarar la naturaleza del `"puro posible", corno, sobre todo, para comprender debidamente la relación del mismo con el "existente".

 

482.- Nociones.- "Nada": Negación de "ente"; "no-ente".

 

a) "nada relativa": "negación del "ente", o "no-ente", pero no toda la extensión del "ente", sino sólo dentro de un orden determinado o bien: la negación, no de todo "ente", sino sólo de algún "ente". Así la negación de todo "ente" creado (fuera de Dios, por tanto); o también la negación del "ente" actual o existente. Este es el sentido en que principalmente se toma, y se opone el "ente", en sentido participial;

 

b) "nada absoluta": "negación de 'todo ente'", tanto en sentido participial como en sentido nominal. Es la negación de "todo ente", tanto existente como posible. Es lo mismo que "imposible".

 

483.- "Ente de razón". Lo que objetivamente sólo puede existir en la mente.

 

Objetivamente, es decir: en cuanto objeto conocido.

 

a) fundado el "ente de razón" con fundamento en la realidad. Así p.e., el universal reflejo (la especie "hombre"), la privación concebida a la manera de "ente";

 

b) no fundado: el "ente de razón" sin fundamento en la realidad. Así, p.e., un Circulo cuadrado, un cántaro, etc.

 

484.- Estado de la cuestión. Nos preguntamos que clase de realidad conviene al "puro posible", y que relación guarda con la existencia. Debido a la importancia especial que tiene, en razón de las consecuencias que se siguen de ello, nos preguntamos también de qué, manera el "puro posible" se torna "existente", o deviene a la existencia.

 

La primera parte queda prácticamente resuelta con la simple declaración de los términos, sin que sea menester una prueba propiamente dicha. Viene a reducirse a determinar qué es lo, que suele entenderse en Filosofía con los nombres de "puro posible" y de "nada absoluta" Una vez hecho esto, es fácil percibir la diferencia que existe entre ambos, y que el uno, desde luego, no es el otro.

 

Ahora bien, decimos: "por tanto, (el "puro posible") no es la 'nada absoluta", para declarar con ello la estrecha relación que existe entre ambas cosas: que el "puro posible" puede existir, y que no es la "nada absoluta"; teniendo en cuenta que el "puro posible" no es la “nada absoluta" por ningún otro título o razón más que porque puede existir: ésta, pues, y no otra, es la realidad que le conviene.

 

Todo esto se declara, con mayor extensión, en la, segunda parte, donde expresamente se afirma que el "posible" es "la nada actual"; es decir, no posee (en sí mismo) ninguna realidad actual, sino que únicamente tiene realidad en sus causas, o que su realidad se reduce a la realidad de su causa, ya sea ejemplar (la esencia divina y el entendimiento divino), ya sea eficiente (la omnipotencia divina).

 

En la tercera parte, se exponen las consecuencias que se siguen de la naturaleza del "puro posible", tal como ha sido declarado en las partes anteriores; consecuencias que no dejan de tener importancia, de cara a otras cuestiones; como, p.e., la distinción de la esencia y la existencia en las cosas creadas.

 

485.- Adversarios. Contra la primera parte de algunos autores no escolásticos, que dicen que los "posibles" son "pura nada", o pura ficción de nuestra mente. Así, los Idealistas, los Positivistas y los Espiritistas.

 

Contra la segunda parte: algunos escolásticos (parece que sólo en cuanto al modo de expresarse), para los cuales las cosas, antes de que sean hechas tienen una especie de "ser" actual y propio, no de existencia, sino de esencia, que llaman "ser quidditativo". Dicho "ser" no reside en los "posibles" por creación ni por la acción eficiente de Dios, sino que se trata de un presupuesto para la creación, y que permanece inmutable, tras la destrucción de la cosa. Así Enrique Gandavease y Capréolo .

 

Afín a la opinión expuesta es la que sostienen algunos Escotistas (Pontio, Herrera), según las cuales, a los "posibles" se les atribuye un "ser" distinto del "ser" que tienen en Dios, y que viene a ser intermedio entre el "ente real" y el "de razón"; razón por la cual, recibe la denominación de "diminuto" y "ascundum quid", "potencial", e incluso "abandonado", en cuanto que su fabricación o producción "se abandona" para que la haga el entendimiento.

 

486.- Prueba.- 1ª parte.- El “puro posible” no es la nada absoluta”

 

La "nada absoluta" suele concebirse como la que no existe ni puede existir; es decir, como la negación absoluta del "ente", tanto en sentido participal como en sentido nominal, y consiguientemente, como la que no es objeto de producción, o de la omnipotencia divina, ni tampoco del entendimiento. Es así que el “puro posible" puede existir; es “ente" en sentido nominal; puede ser producido (al menos) por Dios (es decir, es objeto de la omnipotencia divina); y es objeto del entendimiento, en tanto en cuanto que es conocido por el. Luego, el "puro posible" no es la "nada absoluta".

 

487.- Tampoco es "ente de razón”. "Ente de razón" es aquello que objetivamente solo puede existir en la mente. Es así que el "puro posible" puede existir también fuera de la mente. Luego, el "puro posible" no es "ente de razón".

 

La Mayor: a partir de la definición de "ente de razón". Así, p. e ., un universal reflejo -como la especie "hombre"- existe, como objeto conocido, en el entendimiento, y no puede existir, en cuanto tal, fuera del entendimiento; no puede darse fuera de la mente, en la realidad, una entidad que sea esto:  especie "hombre", hombro en universal.

 

La Menor: el "puro posible" (p.e., Pedro, que ahora no existe), ahora, o "en acto" existe sólo en la mente (como objeto conocido, objetivainente ), pero al mismo tiempo puede existir fuera de la mente; es decir, tiene capacidad o aptitud para que sea producido, y así existirá fuera de la mente (dejando, al mismo tiempo, de ser "puro posi­ble"). Desde luego, no posee capacidad o aptitud para ser puesto en la existencia ó ser producido, reduplicativamente en cuanto "mero poble", pero sí que la posee para que sea producido, o puesto en la existencia, aquello que es "puro posible"; mientras que, por el contrario, aquello que es "ente de razón" (la especie "hombre"; hombre universal) no puede ser producido de ninguna manera.

 

488.- 2ª parte. (Sin embargo, no posee "en acto" ningún otro" ser" mas que “eminecial” en la esencia divina "virtual” en la omnipotencia, y le objetivo o "formal" en el entendimiento divino.

 

A). Posee el "ser eminencial", en la esencia divina, "virtual en la omnipotencia  y “objetivo” o "formal" en el entendimiento divino.

 

1). Posee el       "ser eminencial" en la esencia divina, (por la tesis del fundamento de los posibles). La esencia divina es una perfección infinita. Es así que en una perfección infinita se contiene eminentemente todo cuanto existe o puede existir. Lugo, el apuro posible" se contiene eminentemente en la esencia divina, o tiene "ser eminencial” en la esencia divina.

 

La Menor: es propio del ente infinito que, aquello que no es El mismo esta contenido, al monos eminentemente, en Él de lo contrario, no sería infinito -aquello mayor que cualquier cosa que podamos pensar- o estaría limitado, pues carecería de alguna perfección (v. la tesis anterior).

 

2) Posee el "ser virtual" en la omnipotencia divina. El "puro posible" es un efecto posible deja omnipotencia divina. Es así que todo efecto está contenido virtualmente en su causa. Lugo el "puro posible" se contiene virtualmente en la omnipotencia divina, posee el "ser virtual" en ella.

 

3) Posee el "ser objetivo o formal" en el entendimiento divino. El "puro posible" es un objeto cognoscible Es casi que, todo lo que es cognoscible, es conocido por el entendimiento divino. Luego, el "puro posible" es conocido por el entendimiento divino, posee el "ser conocido u objetivo" en el entendimiento divino.

 

489.- B). Fuera de esto "ser eminencial, virtual u objetivo" no posee "en acto" ningún otro ser.

 

Si, ademes del triple "ser" citado poseyera en sí algún otro "ser" sien acto", tendríamos que suponerlo para la creación. Es así que la creación no puede suponer ningún "ser" "en acto" en la cosa que va a ser hecha (b, en el "puro posible"). Luego, además del triple "ser" citado, el "puro posible" no puede poseer ningún otro "ser" "en acto".

 

La Menor: porque la creación es la producción de una cosa, a partir de su propia nada y de la de su sujeto; por tanto, no presupone nada en la cosa que va a ser hecha mas que la pura posibilidad o capacidad para ser creada.

 

490.- 2). El "ser" actual que tuviere el "puro posible", (en sí), sería, o improducido (no producido), o producido. Es así que no puede ser improducido ni producido. Luego, el "puro posible" no tiene ningún otro “ser” "en acto".

 

La Menor; no improducido: porque sería "a se", necesario e infinito, y en consecuencia, no sería "puro posible", sino "existente" siempre de modo necesario.

 

No producido: dicho "ser" actual, antes de la producción fue posible o no; si no fue posible, no pudo ser producido; si en cambio, lo fue, de nuevo se plantea la cuestión acerca de este "puro posible", y así hasta el infinito.

 

491.- 3). La razón que se aduce para poner el referido "ser actual" en el "puro posible", os porque así Dios puede conocerlo desde la eternidad. Es así que tal razón no es válida. Luego el "puro posible” no tiene en si mismo tal "ser actual" o "diminuto".

 

La Mayor: así lo afirman los mismos Autores que ponen el “ser" en cuestión dentro del "puro posible".

 

La Menor: Dios puede conocer los "puros posibles" por el conocimiento que tiene de su esencia; en efecto, al entenderla en cuestión imitable de manera multiforme, conoce, por el mismo hecho, todos los posibles que se hallan en dicha correspondencia, o lo que es lo mismo, los diversos modos de imitabilidad de su misma esencia.

 

A este propósito oigamos a Sto. Tomás: "por el mero hecho de atribuirse el "ser" a la "quiddidad" no solo el "ser", sino la' “quiddidad" misma se dice que se crea, como quiera que, antes de tomar el "ser" no existe nada más que, tal vez, en el entendimiento del que crea, donde no hay ninguna Criatura, sino la "esencia creadora" ("De potentia q.3, a5, ad. 2) .

 

"La causalidad del que crea se extiende a todo aquello que está en la cosa, y por eso, la creación se dice que es "ex nihilo" "("a partir de la nada"), porque nada puede haber que exista previamente a la creación, como si no fuera creado". (In II Sent., d.l, a.2).

 

"Si se considera la forma en que el "ente", en toda su universalidad, procede del primer principio, es imposible presuponer ningún otro "ente" a dicha procedencia. Ahora bien, la "nada" es lo mismo que "ningún ente", que es "no hombre", así también la creación, que es la forma de procedencia de todo el "ser", se realiza a partir del "no ente", que es la "nada". (Suma Teológica", I. q.45 a.I.)

 

Por su parte Suárez:

 

“Como principio hay que establecer que la esencia de la criatura, de por sí, antes do que sea hecha por Dios, no tiene en sí misma ningún "ser" que podamos considerar verdaderamente real, y en este sentido, si prescindimos del "ser" de la existencia, la "esencia" no es ninguna cosa, sino que es "pura nada". Y este principio, no sólo es verdadero, sino que también es cierto según la fe" (Del. 31 s. 2 n.l).

 

"Respecto de lo cual, si la esencia de la criatura -tomada en sentido precisivo y según ella sola- se considera como "ente" "en acto" o se le atribuye "en acto" el "ser", entonces, o no hay que considerarla en sí misma, sino en su causa, y no posee ningún "ser" real que sea distinto del "ser" de su propia causa, o si se la considera como teniendo el "ser" en si misma, entonces la conclusión es que no se trata de un "ente real, sino de un "ente de razón", porque no existe en sí mismo, sino objetivamente sólo en el entendimiento" (DM. en el lugar anterior, n. 10).

 

492.- 3ª Parte: En consecuencia se torna existente, no por la real adicción o recepción de la existencia sino por la producción de su total realidad.

 

1). Aquello que “en acto" es "nada", no puede recibir nada que sea realmente existente. Es así que el "puro posible" "en acto" es pura "nada", mientras que la existencia es algo realmente existente. Luego, el "puro posible" no puede recibir la existencia.

 

2). La adición real no puede hacerse sin un sujeto realmente existente. Es así que el "puro posible" no es algo realmente existente. Luego, al "puro posible" no se le puede hacer ninguna adición; real, y por tanto, no cabe hablar de la adición de la existencia.

 

"La adición real no puede tener lugar, sí no es en presencia de un "ente" real, pues aquello a lo que se hace la adición, ha de poseer alguna entidad; ahora bien, hemos afirmado que la "esencia" "en potencia" no tiene ninguna entidad. Por tanto, hablando con propiedad, no cabe hacerle ninguna adición, como no sea "según la pura consideración de la razón, en el sentido de que la esencia "en potencia objetiva" es percibida a modo de "ente", y más propiamente habría que decir que la esencia, en cuanto "ente" "en acto", se distingue, gracias a la existencia actual, de sí misma, en cuanto se halla "en potencia". (Suárez, DM. 31, S.3, n.5).

 

3). Aquella entidad de la que nada preexiste, si se produce, se produce en su total realidad. Es así que, nada preexiste del "puro posible". Luego, el "puro posible", cuando se produce o se torna existente, se produce en su total realidad.     .

 

493.- Corolario 1, Luego el "puro posible":

 

 

a) No viene (en un sentido real y verdadero) a la existencia.

Ni se aparta (en un sentido real y verdadero) de la existencia.

b) No es traído (en un sentido real y verdadero) a la existencia (en sentido pasivo)

No es apartado (en un sentido real y verdadero) de la existencia (sentido pasivo)

c) No pasa (en un sentido real y verdadero) del estado de "pura posibilidad" al estado de "existencia".

 

Porque aquello que no recibe algo realmente no puede perderlo, sino que la pérdida de ello (de la existencia) supone la desaparición total de la cosa: el "puro posible" "pierde"' la existencia desapareciendo él mismo, sin mas; no viene ni es traído ni pasa, verdadera y realmente a la existencia, más que aquello que, verdadera y realmente, ya está en alguna parte. Ahora bien, el "puro posible" no está en  ninguna parte, por la sencilla razón de que todavía no existe…

 

Sino que, simplemente, la cosa es creada en toda realidad (según hemos visto y probado en la tesis).

 

Sin embargo, tampoco podemos negar que el hecho de que la cosa sea creada en toda su realidad, nosotros la concibamos como si la cosa viniera o fuera traída a la existencia, y así decimos: "Pedro viene a, la existencia, pasa del estado de pura posibilidad a la existencia, es puesto en, la existencia"; todas las cuales expresiones únicamente tienen valor según la consideración de la mente; es decir, en el orden, lógico, pero no en el real, según hemos visto.

 

El fundamento de este modo de concebir que posee nuestra mente, reside en el hecho de que el "puro posible", "en acto"', es, desde luego, pura "nada", pero, puede existir, y por ello, está objetivamente en la mente, existe en la mente en calidad de objeto conocido, de aquí que la mente lo considere como si fuera una especie de sujeto que aguarda la existencia, y, cuando comienza a existir, como si viniera o fuera traído del estado de pura posibilidad al estado de existencia, o como si recibiera la, existencia.

 

494.- Corolario 2.- Todo cuanto acabamos de decir, es cierto, como quiera que se deriva inmediatamente de la tesis que se ha probado acerca de la naturaleza del "puro posible" y de sus relaciones con el "existente"; por lo cual, se admite, sin discusión, por parte de todos los escolásticos.

 

El "puro posible" se toma también con otro nombre (más concreto): "cosa puramente posible": así se como hablamos de "esta" cosa puramen­te posible (mesa; árbol, Pedro); y también "esencia puramente posible" así  pues hablamos de "esta" esencia puramente posible; así pues, no pueden tomar en forma equivalente, y vienen a significar lo mismo: "lo, que no existe, pero puede existir".

 

De aquí se sigue, como consecuencia lógica: todo cuanto se ha dicho hasta aquí  de "puro posible", es válido también can la "esencia puramente posible".

 

La "esencia puramente posible"

 

a) No viene (en un sentido real y verdadero) a la existencia

Ni se aparta (en un sentido real y verdadero) de la existencia

b) No os traída (en un sentido real y verdadero) a la existencia

No es apartada (en un sentido real y verdadero) de la existencia

c) No pasa  (en un sentido real y verdadero) del estado de "pura posibilidad" al estado de "existencia", por las mismas razones exactamente que cuando se trata del "puro posible" (v. n. 493), porque, aquello que no existe con anterioridad, no puede realmente venir, ser traído o pasar a la existencia.

 

Sin embargo, de ella, al igual que del "puro posible" (v. ib) puede decirse que el hecho de que toda la esencia sea creada por nosotros, es concebido o imaginado como si viniese o fuese traída a la existencia, y así décimos: "esta esencia viene a la existencia, pasa del estado de pura posibilidad a la existencia, es puesta en la existencia. Todo lo cual es válido, no en un sentido real, como ya hemos visto, sino en un sentido lógico, o según la consideración de la mente. Teniendo en cuenta lo que ya se ha dicho a propósito del "puro posible", ya es que el fundamento de dicha forma de concebir, en nuestra mente, es que la esencia, antes de existir está objetivamente -es decir, a modo de objeto conocido en nuestra misma mente (v, ib).

 

Luego si se diere el caso de que estas fórmulas se utilizan, tanto en esta materia como en otra -p.e. en la cuestión de la distinción entre la esencia y la existencia-, ya sabemos con toda certeza en que - sentido haya que tomarlas y así:

 

a) no tienen un sentido real;

 

b) tienen un sentido lógico, o sea, según la consideración de la mente.

 

Y esto, según el común parecer de todos:, porque es igualmente común a todos el fundamento mismo de dicha doctrina, y es la naturaleza de la "esencia puramente posible", y la relación que la misma tiene con la existencia.

 

c) Existe, de todos modos, una fórmula diferente, que puede tener un sentido semejante a los que acabamos de ver, pero también puede tenerlo distinto.

 

Cuando, pues, tuviere dicho sentido semejante, hay que aplicarle lo que ya hemos dicho de aquéllos. La fórmula en cuestión es: "La esencia recibe la existencia".

 

1. Si con tal fórmula se pretende resaltar el hecho de que la esencia comienza a existir, de que lo "no existente" se torne "existente" (sentido enormemente utilizado por todos), entonces es evidente que posee un significado del todo idéntico al de las fórmulas anteriores: el hecho del comienzo de la existencia de una esencia determinada, y por tanto, será válido todo cuanto se ha dicho acerca de dichas fórmulas, es decir:

 

a) no tiene sentido real;

 

b) tiene un sentido lógico,

 

Por lo cual no sería correcto argüir de esta manera: La esencia recibe la existencia.

 

Luego la esencia se distingue realmente de la existencia, porque en tal caso (en la hipótesis de dicho sentido o significado) no se significa ninguna recepción real, sino tan solo "de razón".

 

2. Puede, no obstante, tal fórmula tener otro sentido, y significar no el mero hecho del comienzo de la existencia de una esencia determinada, o la venida a la existencia de la misma, sino más bien és­te otro: la esencia, al ser creada, es desde luego, "pura nada" con anterioridad a ello o, en otras palabras, no existe de ninguna manera, con anterioridad a la existencia (y, por tanto, por este capítulo no recibiría realmente la existencia, puesto que no recibe una cosa que no existe), pero desde el primer momento en que es creada o comienza a existir, es creada o comienza a existir unida a la existencia como la "potencia" debe estarlo a su "acto" correspondiente, y por tanto, en este sentido como recibiendo la existencia. En otras palabras, la cosa creada es producida por Dios costando de dos miembros, o de dos elementos que son: la esencia y la existencia; la esencia, en calidad de "potencia", y la existencia, en calidad de "acto" recibido en la esencia. Según este modo de concebir las cosas, la existencia no es algo que viene o que sobreviene realmente a la esencia po­sible que existe de antemano, sino que se le uno y en ella es recibida desde el primer momento en que la esencia comienza a ser real, comien­za a existir; y al mismo tiempo la esencia comienza a tener entidad, a ser algo real, a recibir le existencia. En este sentido de la fórmula citada (sobre cuya verdad no hacemos ahora ningún juicio, dejando la cuestión para la tesis de, la esencia y la existencia), ya no se da la imposibilidad a que nos hemos referido de si la fórmula se toma en sentido real, se supone entonces que la "esencia puramente posible" posee alguna existencia previa al hecho mismo del comienzo de la existencia-, y, por tanto, este segundo significado, en sentido real, no se excluye evidentemente como imposible por la propia naturaleza de la "esencia puramente posible", pues, como ya hemos dicho, en ella no se supone que la "esencia puramente posible" tenga entidad alguna con an­terioridad a la existencia.

 

Ahora bien, por más que no se pueda excluir como imposible por la propia naturaleza en la "esencia puramente posible", huelga advertir que no por ello queda demostrado como posible este segundo sentido, si bien tendrá que ser demostrado con razones apropiadas.

 

Y así, la utilización del mismo -sobre todo, en la cuestión sobre la distinción entre la esencia y la existencia- podría proponerse de la siguiente forma esquemática:

 

La esencia (creada) realmente recibe la existencia; luego, la esencia creada realmente se distingue de la existencia.

 

Ahora bien, en este raciocinio, la conclusión es, desde luego, legítima; lo difícil de probar es el antecedente. En efecto, el que la esencia realmente reciba la existencia, no nos consta con claridad en razón de los modos de hablar y de concebir a que nos hemos referido anteriormente, por lo que decimos que "la esencia recibe la existencia", o que "la existencia se le añade o le, viene a la esencia"; pues tales modos de 'hablar, como hemos visto, no significan ni dan por supuesta la distinción real entre la esencia y la existencia, sino únicamente la distinción de razón. Por lo cual habrá que probar, con argumentos nuevos y  apropiados , que la esencia realmente recibe la existencia.

 

495.- En resumen: o la fórmula "la esencia recibe la existencia", significa el hecho del comienzo de la existencia (como todas las demás fórmulas), o significa algo más; es decir, la recepción verdadera y real de la existencia en la esencia.

 

En el primer caso: Se sigue únicamente la distinción de razón entre la esencia y la existencia (como en las demás fórmulas), en el segundo caso, habría que probar, en forma positiva, que posee tal sentido.

 

496.- Objeciones.- 1.- Toda verdad se funda en algún "ser". Es así que desde toda la eternidad ha existido la verdad acerca de los posibles. Luego los posibles poseen un "ser" desde toda la eternidad.

 

Distingo la Mayor: en algún "ser" actual o posible, Concedo: solo en algún "ser" actual. Niego. Contradistingo la Menor.

 

2.- Los predicados esenciales convienen desde toda la eternidad, a los "posibles".Es así que no pueden convenirles si no poseen algún "ser" Luego, los "posibles” poseen algún ser desde toda la eternidad.

 

Distingo o la Mayor: les convienen en la mente divina, en cuanto los "posibles" se hallan objetivamente en la mente divina, Concedo; fuera de la mente divina, Niego o Contradistingo la Menor. Dichos predicados esenciales (p.e.: "el hombre es animal racional”) no convienen a los posibles, como dice Suárez: "más que en cuanto que se hallaban objetivamente en la mente divina, puesto que, de modo subjetivo o real, no se hallaban en sí, ni objetivamente en ningún otro entendimiento. Ahora bien, para que fuera verdadera la ciencia conque Dios ha conocido, desde toda la eternidad, que el hombre es animal racional, no ha sido preciso que la esencia de "hombre" tuviera, desde toda la eternidad, un "ser" re al, "en acto", ya que tal "ser" no significa un "ser" actual, sino sólo la conexión intrínseca entre dichos extremos; pero tal conexión no se funda en el "ser" actual, sino en el potencial" (DM. 31, S 2, n. 8).

 

3.- El hombre no sólo "puede ser animal racional", sino que "es animal racional". Es así que, en este caso, el "ser" de la "esencia: posible" no es sólo potencial, sino actual, Luego,

 

1) Distingo la Menor: el hombre es animal racional, objetivamente; es decir, tomando el término "es" en su sentido de cúpula, que significa la identidad objetiva de "hombre" y "animal racional", Concedo; en sentido de "ser" "en acto", Subdistingo: de modo absoluto, Niego; de modo hipotético o condicionado, es decir, en el supuesto de que exista el hombre, Concedo.

 

2) "Hombre" es "animal racional", en cuanto "ente, en sentido nominal", Concedo; en cuanto "ente", en sentido participial", Niego (ser "ente, en sentido nominal"), supone precisamente "poder existir". "Dicha necesidad no es absoluta, de ser según un "ser"' real "en acto", sino que, en cuanto a esto, se trata tan sólo de una posibilidad; incluye, sin embargo, una necesidad condicional, porque, en verdad, si el hombre ha de ser producido, necesariamente tiene que ser, animal racional, necesidad que no es otra cosa más que la identidad objetiva de "hombre" y de "animal racional", la cual Dios conoce de modo simplicísimo, si bien nosotros no la conocemos más que mediante la composición que significa el verbo "es" cuando afirmamos que el hombre, desde toda la eternidad, es animal racional, pues, en este caso "es" pertenece al tercer modo como es posible decir que "ser" significa, a veces, la ver dad de la composición". (Suarez, DM. 31, s.2, n.8).

 

4.- Los "posibles" son colocados objetivamente (en cuanto que son objeto de conocimiento y posiblemente, Concedo; actualmente; Niego. Contradistingo la Menor.

 

Esta coordinación o colocación bajo determinados géneros y especies, no es algo que esté en las cosas, sino en el entendimiento; tiene no obstante, su fundamento en las cosas, o según que existen. "en acto", o según que pueden existir y determinar objetivamente la ciencia "por la que se conoce que deben ser de tal naturaleza y de tal esencia, en caso de que sean hechas" (Suárez, DM. ibid, n.9).

 

5.- El objeto de la ciencia es el "ente" real. Es así que; los "posibles" son objeto de la ciencia. Luego. Distingo la Mayor: el "ente" real, ya sea actual, ya potencial, Concedo; sólo el actual, Niego.

 

& 2. LA EXISTENCIA DEL ENTE CREADO

 

497.- Nexo. Hasta aquí, hemos venido considerando la naturaleza del ente crea o en cuanto posible; ahora, pasamos "a considerarlo en cuanto existente.

 

En general, podemos afirmar que la diferencia esencial existente entre el Ente increado y el ente creado, lleva consigo (ya sea en calidad de constitutivo, ya en calidad de propiedad) que en Dios, en cuanto que es el "ente a se' y necesario" no existe ninguna distinción, ni siquiera de razón, entre su esencia y su existencia; mientras que, en el ente creado, en cuanto que es "ab alío" y "contingente", alguna distinción se da entre ambos elementos. La cuestión está en determinar de qué clase es la citada distinción , si real o de razón.

 

Para proceder ordenadamente, y separar las cosas ciertas de las que no lo son, así como las que son comunes de las discutidas, trataremos la materia en dos partes, considerando primero la doctrina común y cierta en Filosofía sobre este asunto, y en segundo lugar, los puntos que son discutidos.

 

Este será nuestro esquema:

 

a) La distinción entre la esencia absoluta del ente creado y su existencia, y la distinción de razón entre su esencia actual y su existencia.

 

b) La distinción real entre la esencia y la existencia del ente creado.

 

A.- La distinción entre la esencia absoluta del ente creado su existencia, la distinción de razón entre su esencia actual y su existencia.

 

TESIS 16.- La contingencia, la finitud y la dependencia de Dios son cua­lidades esenciales al ante creado , que llevan consigo la existencia la distinción real negativa entre su esencia absoluta su de cómo la distinción de razón entre su esencia actual y su existencia.

 

499.- Nexo.- Con el deseo de investigar acerca de la naturaleza del ente creado, consideremos en la tesis presente la doctrina común que es patrimonio de la Escolástica en la materia que nos ocupa, dejándolas cuestiones discutidas para la tesis siguiente.

 

500.- Nociones.- "Ente creado": es "el ente que existe, o que puede existir por causa de otro mediante creación", es decir, mediante la producción a partir de su propia nada, así como de la de su sujeto.

 

Es aquel ente al que damos el nombre de "criatura", y que concebimos como diverso y distinto de Dios.

 

501.- "Contingencia". "La no-necesidad absoluta de existir", en virtud de la cual un ente puede existir o no; p.e., Pedro.

 

"Necesidad absoluta": es la necesidad de existir, con independencia de cualquier hipótesis o condición. Solamente la tiene Dios.

 

“Necesidad hipotética" es la necesidad de existir, pero en dependencia de una hipótesis o condición. Así, el mundo necesario, supuesto el decreto divino de crearlo. De igual modo, cualquier cosa, una vez puesta su existencia, necesariamente existe.

 

502.- "Finitud”: es la limitación en la perfección (v. la tesis sobre la limitación del acto).

 

503.- "Distinción": es "la negación de identidad entre varias cosas" o "la negación que se hace de una cosa (o de una cualidad) respecto de otra cosa, de manera; directa ('in recto')".

 

1) "Real": Es la distinción que se da con independencia de la consideración de la mente; p.e., la distinción entre el cuerpo y el alma.

 

a) "Positiva": Si cada uno de los dos extremos es algo realmente existente; p.c., entre Pedro y Pablo, "existentes".

 

b) "Negativa": Si un extremo no es" existente" realmente; p.e., entre Pedro, "puro posible", y Pablo, "existente".

 

2) "De razón" (mental o conceptual) A). La distinción que se da con dependencia de la consideración de la mente.

 

a) "raciocínante": si no existe fundamento en la realidad;

 

b- "raciocinada" que posee fundamento en la realidad; p.e., la distinción entre “animal” y "racional".

 

B),"Distinción entre conceptos": Es la distinción que consiste en que en. el concepto de una cosa no entre el concepto de otra. Así, la distinción entre "animal" y "racional"; la distinción entre el alma y el cuerpo. No necesariamente ha de ser sólo.de razón, o dependiente de la mente, sino que puede ser también real; en efecto, si dos cosas se distinguen realmente, o si la entidad de una no es la entidad de otra (p. e., el alma y el cuerpo), con mayor razón en el concepto de una (el alma) no entrará el concepto de la otra (el cuerpo). De aquí que la distinción de razón, en esta acepción (menos frecuente) se extiende más que la distinción de razón tomada en el primer sentido (que es el que generalmente se utiliza): abarca, pues, esta distinción y la otra.

 

504.- "Esencia": Aquello que responde a la pregunta: "qué es la cosa"; "aquello por lo que una cosa es lo que es".

 

a) Específica: es aquello por lo cual una cosa queda constituida en un grado determinado de "ente", o en su propia especie.

 

b) Individual: la esencia específica, contraída y determinada por la individuación.

 

La entidad por la que una cosa queda constituida en ella misma, en cuanto distinta de las demás cosas singulares (tanto de la misma especie como de otra diferente).

 

La esencia específica, así como la individual, en las cosas creadas, puede ser: "actual", "puramente posible" y "absoluta":

 

a) "Actual" o "existente": es la esencia que existe, que posee existencia, que existe "en acto".

 

b) "Puramente posible": es la esencia que no existe, pero que puede existir.

 

c) Absoluta: es la esencia que puede existir (tanto si existe "en acto", como si no), o la esencia que prescinde tanto de la esencia" existente" como de la esencia "puramente posible"; la esencia; misma de una cosa en sus propias notas constitutivas (p.o., en Pedro, es "animal, racional con la Petreidad"), tanto si se da "en acto" como si no se da; la esencia de la cosa, en cuanto que es "ente", en sentido nominal".

 

N.B.: Esta última definición, tiene, incluso, valor respecto de Dios, pues Dios es también "ente en sentido nominal", cuya esencia (absoluta) no puede prescindir de la existencia.

 

505.- "Existencia": "Aquello que responde a la pregunta: "existe la cosa? Aquello por lo cual, formalmente, una cosa está, fuera de la 'nada', fuera del estado de una posibilidad, fuera de sus causas,,. en sentido último y completo.

 

Decimos: "aquello por lo cual, formalmente", y no: eficientemente, pues aquello por lo cual, eficientemente, una cosa está fuera de la "nada", fuera de las causas, es la acción y la causa eficiente; ni aquello por lo cual, final ejemplar o materialmente", pues estas cosas son las causa: final, ejemplar y material, pero no la existencia; sino "aquello por lo cual, formalmente; es decir, "de modo constitutivo", "a modo de forma", como la animalidad y la racionalidad son aquello por lo que formalmente el hombre es hombre. En esta definición no se dice si la "for" en cuestión ha de ser, realmente distinta de la cosa o de la esencia que existe, o solamente lo es con distinción de razón: de lo cual, trataremos en la tesis siguiente.

 

N.B.- Como bien se puede apreciar, en la definición que hemos dado, la claúsula "fuera, de sus causas" únicamente tiene valor en relación con el ente creado, pues Dios no puede tener- causa.

 

506.- Estado de la cuestión. Como ya dijimos al comienzo de la tesis, deseamos investigar acerca de la esencia del ente croado, o en - otras palabras, qué es lo quo conviene al ente creado precisamente por ser ente creado; al mismo tiempo, consideramos qué es aquello por lo que. el ente creado se halla separado del Ente increado. Como quiera que, en la Filosofía escolástica, existe diversidad de opiniones en esta materia, nos proponemos recoger en la tesis presente la doctrina común y cierta, que todos admiten.

 

Decimos, pues: "La contingencia, la finitud y la dependencia de Dios son cualidades esenciales de la criatura": (1 parte).

 

"Cualidades esenciales": ya sea como "constitutivos" o como "propios" de la misma criatura; ya, según hemos dicho, queremos exponer la doctrina común dentro de la escolástica, y no existe acuerdo respecto de este punto, tanto por parte de las diferentes escuelas (según vere­mos en la tesis siguiente) como dentro de la misma escuela.

 

En la segunda y en la tercera parte, se señalan dos condiciones o modos de ser que necesariamente se hallan unidos a la contingencia, a la finitud y a la dependencia, y que, por tanto, también han de convenir esencialmente a la criatura.

 

Ahora bien, decimos en la tesis (contingencia, finitud y dependencia de Dios): "que llevan consigo la distinción real negativa entre su esencia absoluta y su existencia, así como la distinción de razón entre su, esencia actual y su existencia", y no: "de las cuales (contingencia, finitud y dependencia de Dios) se sigue la distinción '... " por que, según hemos afirmado, queremos exponer la doctrina común dentro de la Escolástica, y no todos los Autores coinciden en juzgar que tales distinciones se siguen como derivaciones de la contingencia, la finitud y la dependencia de Dios, sino que algunos (los "Tomistas") afirman que las citadas distinciones más bien preceden a la contingencia, a la finitud y a la dependencia de Dios, al ser constitutivos de la esencia misma de la criatura (de la manera que explicaremos en la tesis). Por ello, decimos "que llevan consigo la distinción..."; es decir, con la contingencia, la finitud y la dependencia de, Dios, se da también en la criatura la doble distinción de que hablarnos, unida a ellas por estrecho vínculo, tanto si el vínculo es de algún consecuente (o propiedad que de ellas se sigue), como si es de algún antecedente ( la esencia, o las notas esenciales, de que aquellas se derivan como propiedades).

 

507.- Adversarios.- a) Los panteístas, que atribuyen al mundo una verdadera necesidad de existir, y consideran que las cosas finitas (criaturas) son substancialmente de la misma naturaleza que Dios. En consecuencia, establecen en ellos la misma relación entre la esencia y la existencia, que en Dios (o sea, establecen relación de perfecta identidad; de aquí que no quepa concebir ninguna distinción, ni siquiera de razón). Así Hegel, Espinosa". Por la misma necesidad de la naturaleza divina, deben seguirse las cosas en número infinito y según modos igual mente infinitos es decir, todo aquello que puede caer bajo el entendimiento divino)” (Espinosa, "Ethica", 1, prop. 16).

 

b) En cuanto a la tercera parte dentro de la Escolástica, los "Nominales", que sostienen que la esencia actual no se distingue de la existencia, ni siquiera con distinción de razón.

 

508.- La tesis, tal como se presenta, es común -ya lo hemos dicho- a todos los "escolásticos", siempre y cuando prescindamos de las razones o de los modos de explicar íntimamente las cosas que se afirman, de suerte que, con toda razón, esta tesis puede considerarse como verdaderamente fundamental en la Metafísica del ente creado, y de sus relaciones para con el Ente increado. En efecto, en ti, su esencia absoluta no se distingue, con distinción real negativa, de la existencia, toda vez' que la incluye en su mismo concepto, es decir, es "existente" de modo esencial y necesario, y por consiguiente, no cabe establecer distinción do razón, con fundamento en la realidad, entre su esencia actual y su existencia; sino que ambos elementos se identifican por completo, no sólo en la realidad, sino basta en la misma razón, o formalmente.

 

509.- Prueba. 1 parte, La continencia, la finitud y la dependen­cia de Dios, son cualidades esenciales al ente creado.

 

1. Ente creado es aquel que existe, o que puede existir, por creación.

 

Es así que tal ente necesaria y esencialmente es contingente, finito y dependiente de Dios. Luego, el ente creado necesaria y esencialmente os contingente, finito y dependiente de Dios. Luego, le contingencia, la finitud y la dependencia de Dios son cualidades esenciales al ente creado.

 

La Menor: a) Es necesaria o esencialmente contingente: puesto que, si no fuere contingente, estaría determinado en razón de su propia esencia, a existir y entonces existiría necesariamente y "a se", y no debería ser producido "ab alío".

 

b) Es necesaria o esencialmente finito, porque lo que es infinito, existe "a se", y no puede ser producido "ab alio".

 

c) Es necesaria o esencialmente dependiente de Dios: porque es efecto de Dios, y todo efecto depende de su causa,

 

Además, su misma posibilidad intrínseca depende de Dios, según se muestra en la tesis de los posibles.

 

2). Las cosas que llamamos creadas comienzan a existir, dejan de existir y son mudables. Es así        el ente que comienza a existir, deja de existir y es mudable, es constituyente, finito y dependiente de Dios. Luego las cosas que llamamos creadas son contingentes, finitas y dependientes de Dios.

 

La Mayor: Es clara por la experiencia, que constantemente nos hace ver como comienzan a existir cosas nuevas, mientras que otras desaparecen, y que todas elles sufren numerosas mutaciones, al menos accidentales.

 

La Menor: a) Son contingentes: porque, si comienzan a existir y dejan de existir, no se hallan determinadas, de por sí, a la existencia.

 

b) Son finitas: porque experimentan mutaciones; ahora bien, lo infinito es inmutable, pues no puede adquirir nuevas perfecciones.

 

c) Son dependientes de Dios: ya que, para poder existir, tienen necesidad de causa eficiente (según la tesis del principio de causalidad), la cual, en último término, es Dios. Luego depende de Dios, como de su causa eficiente.

 

Además, la misma posibilidad intrínseca que ellas poseen, se funda en Dios (según la tesis del fundamento de la posibilidad intrínseca). Luego dependen de Dios, como de su causa ejemplar.

 

Por último, toda la entidad de las mismas existe por la gloria de Dios. Luego dependen de Dios cómo de su causa, final.

 

510.- 2 parte. Que llevan consigo la distinción     real negativa entre su esencia absoluta y su existencia.

 

Distinción real negativa es la que se da entre lo que existe realmente y lo que no existe. Es c sí me tal es la distinción que se da entre la esencia absoluta de la criatura y la existencia. Luego entre la esencia absoluta de la criatura y su existencia, se da distinción real, negativa.

 

La Menor: 1). Pues la esencia absoluta de la criatura no es otra cosa más que su misma esencia, con precisión tanto de la "esencia puramente posible", como de la "esencia existente". Es así que tal esencia no es algo realmente existente, mientras que 'la existencia sí que lo es. Luego, entre la esencia absoluta de la criatura y su existencia, se da distinción real negativa.

 

La Menor: porque se trata de una noción abstracta, al abstraer, tanto de la “esencia puramente posible" como de la "esencia existente". Aunque, desde luego, las notas de que consta, sean reales, no lo son con la abstracción con que se nos ofrece la naturaleza absoluta.

 

511.- 2). La esencia absoluta de la criatura es su esencia considerada en sus notas constitutivas, en cuanto que es "ente", en sentido nominal". Es así  fique en estas notas constitutivas, no se halla la existencia. Luego, la, esencia absoluta de la criatura no incluye en sí, la existencia; no existo de por sí. Luego, se distingue de la existencia con distinción real negativa

 

La Menor: a) porque, do lo contrario, habría de existir por necesidad, "a se" y siempre, siendo así que existe de modo contingente, "ab alío" y no siempre. b) la esencia absoluta se verifica también en la. "esencia puramente posible", en la cual no tiene cabida la existencia.

 

512.- 3 parte. Así como la distinción de razón entre su esencia actual su existencia.

 

Al concepto esencial y absoluto que expresa la naturaleza de dicha esencia (p.e., de Pedro), no pertenece la existencia. Es así que, si no pertenece el existir al concepto esencial y absoluto de la misma, es que existe distinción de razón entre la esencia y la existencia. Luego, entre la esencia actual del ente creado y su existencia, se da distinción de razón.

 

La Mayor: pues, de lo contrario, existiría siempre, por necesidad y "a se", siendo así que existe no siempre, de modo contingente y "ab alío".

 

La Menor: esto es precisamente no pertenecer la existencia, al concepto esencial de aquélla (de la esencia): no ser absolutamente lo mismo según la razón, ella misma (la esencia) y la existencia; poder obtenerse de ella algún concepto (inadecuado) en que no quede reflejada la misma existencia (sino únicamente la "potencia", la "capacidad" o el "orden" para la existencia); o el que se pueda concebir la misma esencia sin negar la existencia, sino como si la tuviera habiéndole venido de otra parte (de otra naturaleza, de otro concepto), y no por sí misma.

 

513.- 2). La esencia actual, en cuestión, es la misma esencia absoluta, que se ha tornado real. Es así que, en tal caso, puede concebirse como si fuera; la misma esencia absoluta que ha venido de la existencia, o que ha recibido la existencia como algo distinto de la misma. Luego puede concebirse en cuanto distinta de la existencia. Luego, entre la misma esencia y la existencia, se da distinción de razón.

 

La Menor: "puede concebirse", no "es" porque, para que una cosa pudiera venir realmente a la existencia, debería, existir con anterioridad, y la esencia absoluta, en cuanto tal, no existe.

 

 

514.- Objeciones. 1.- La esencia actual o existente, esencial y necesariamente es existente. Es ase la esencia que, esencial y ne­cesariamente, es existente, no puede abstraer ni prescindir de la exis­tencia, sino que necesariamente ha de incluirla. Luego, no se distingue con distinción de razón, de la existencia.

 

Respuesta.- 1). Distingo la Mayor: la esencia actual o existente, esencial y necesariamente os existente, con necesidad hipotética (es decir, consiguientemente al hecho de que existe), Concedo; en virtud de una especie de exigencia que procedo do su esencia y con necesidad absoluta, Subdistingo si existe "a se", Concedo; si no existe "a se", Niego.

 

Contradistingo la Menor; la esencia existente, por su propia virtud y con necesidad absoluta, no prescinde de la existencia, Concedo; la esencia existente no "a se" y con necesidad sólo hipotética, no prescinde de la existencia, Subdistingo, con precisión o abstracción negativo, (por la que se afirma que no exista), Concedo; con precisión o abstracción puramente precisiva (por la que no se afirme que existe, si no que únicamente se conciba distinta de la existencia). Niego.

 

También Pedro esencialmente es "hombre con Petreidad", y, sin embargo, puede concebirse inadecuadamente como hombre, y no como Pedro (es decir, la humanidad puede prescindir en el de la Petreidad. Y el sentido de dicha precisión no es: afirmar que Pedro no es "hombre con Petreidad", sino que en Pedro uno es el aspecto de hombre, y otro el de Petreidad (el fundamento de lo cual reside en la multiplicabilidad de la esencia es específica de "hombre").

 

Respuesta 2: Distingo la Mayor la esencia, reduplicativamente en cuanto existen, no prescinde de la existencia. Concedo; la esencia, especificativamente existente, no prescinde, de la existencia, Niego.

 

La esencia, reduplicativamente en cuanto existente, es la esencia, en cuanto que incluye la existencia; la esencia, considerada en cuanto que incluye la existencia. Con lo cual, por el mismo hecho se esta, afirmando que no prescinde de la existencia, ya que, por hipótesis, se toma en cuanto que no prescinde de ella. Así, tampoco la substancia, en cuanto blanca, prescinde de la blancura, sino que necesariamente la incluye en su noción o concepto.

 

La esencia, es especificativamente existente, es la esencia que, de hecho, existe, pero que no se toma en cuanto que no prescinde de la existencia, sino en cuanto que puede prescindir do ella (si bien, no con precisión negativa -por lo que se afirma que no exista- sino meramente previsiva, por la que se considera en cuanto distinta de la existencia, y no en cuanto que necesariamente, ni de por sí, haya de tenerla.

 

B.- La distinción real entre la esencia actual del ente creado y su existencia.

 

TESIS 17.- La distinción real entre la esencia actual  y la existencia no es esencial al ente creado;  mas aun, parece que no puede darse tal distinción.

 

516.- Nexo.- Hemos visto en la tesis precedente que es esencial al ente creado la distinción real negativa entre su esencia absoluta y su existencia, así como la distinción de razón entre su esencia actual y su existencia. Y esta doctrina, tomada en esta indeterminación es decir, si se prescinde del modo o de las razones con que se explica, es común y cierta en la filosofía cristiana, y con razón puede llamarse fundamental, como quiera que expresa la diferencia esencial entre el ente creado y el Increado.

 

Ahora, proponemos una cuestión ulterior: la de si es esencial también al ente creado la distinción real entre su esencia actual y su existencia, de tal suerte que, de un modo parecido a lo que hemos visto anteriormente que sin la distinción de razón entre la esencia actual y la existencia, no puede salvarse la diferencia entre Dios y las criaturas, así tampoco queda suficientemente separado el Ente increado del ente creado, sin acudir a esta distinción real.

 

Nos preguntamos si dicha distinción es esencial: ya sea como constitutiva, ya sea como propio, y no pretendemos reducir el ámbito de la cuestión a averiguar si la esencia constitutiva de la criatura es la mencionada distinción real (lo cual se siente entre aquellos mismos que la sostienen), sino que deseamos indagar si la distinción en cues­tión es, de cualquier manera, esencial, de suerte que no puede darse una criatura sin acudir a ella.

 

517.- Nociones: pueden verse en la tesis anterior, ya que son las mismas.

 

518.- Estado de la cuestión.- (Véase más arriba en la Introducción)

 

Vamos a considerar la esencia actual ó existente, tanto específica como individual, pero más que nada, ésta última (la individual), dado que constituye el sujeto inmediato de la existencia, y en ella y por ella existe la esencia específica.

 

Y nos preguntamos si dicha esencia individual se distingue de la existencia con alguna clase de distinción real; es decir, tal que se dé independientemente de la consideración de la mente, ya sea entre - ,una cosa y otra (mayor), ya sea entre cosa y modo, ya sea entre "entes 'que’”, ya entre "entes ' quibus' ".

 

519.- Opiniones.- A.- Los "tomistas". Su opinión se explica a la vez y se prueba en los siguientes términos: La existencia de la cosa creada es un acto limitado. Es así que el acto no se limita por sí mismo, sino por la potencia distinta realmente. Luego,"la existencia de la cosa creada se distingue realmente de su esencia.

 

De aquí se derivan las siguientes conclusiones, o equivalencias lógicas: 1) Él ente creado existente se halla integrado por dos elementos realmente distintos: La Esencia y la Existencia. El "ente" en cuestión, es lo que existe, o el "existente", simplíciter. La esencia y la existencia son "aquello"'quo' ('por lo cual'), en cuanto partes o elementos, el "ente" existe (existen, por tanto, no. como algo"quod", sino como algo "quo").

 

2) La "existencia" o el "ser" -como ellos mismos dicen es el "acto"; en efecto:

 

a) "El acto es la perfección, y el "ser" (o "existir") es, sin duda, una perfección, como lo son: el ver, el entender, el querer, etc.; mejor es, desde luego, "ser" que "no ser".

 

b) Es más -según hace notar Sto. Tomás-, el "ser" no es una perfección cualquiera, sino que es la perfección de mayor categoría, la actualidad de mayor relieve entre todas "(Dezza, Met,.gen. n.140).Si él mismo (el "ser") se verifica, sin estar recibido en ningún sujeto, por el mismo hecho es "acto puro", infinito, Dios. Se torna limitado -o "esta" perfección determinada-, por estar recibido en "esta" potencia o en "esta" esencia.

 

3). La "esencia" es la "potencia" real y física, que recibe (y por tanto, que limita) realmente la "existencia" o el "ser", y la determina así a un cierto grado de "ser" (hombre, ángel, bestia).

 

Es, pues, real, actual, fuera de la "nada", fuera de las cosas, fuera del estado de pura posibilidad incluso en cuanto contrapuesta a la existencia (no en cuanto separada).

 

520.- Pero, entre los mismos "Tomistas", existe cierta diversidad al explicar la clase de realidad que posee la esencia, en cuanto contrapuesta a la existencia.

 

En efecto: La esencia es actual, real, física..., o a) por sí misma (y no por la existencia) Canyetano, Capréolo, Garrigou Lagmenga), o b) no por sí misma, sino por la existencia (realmente distinta) (Ferrariense, Mercier, Dezza).

 

a)"Por sí misma", o sea: 1) Poseer en ella misma su propia actualidad, realidad, en virtud de la cual se halla fuera de la "nada", fuera de sus causas, no es un "puro posible".

 

2) Con la cual se une (aunque no con posterioridad temporal) la misma existencia.

 

3) Es decir, en sí misma, es algo que a) ni es "puro posible",b) ni tampoco es "existente" (simplíciter", sino, todo lo mas como algo "quod", como elemento del existente ); es decir: se trata de al­go intermedio entre el "puro posible" y el existente.

 

4) Y por tanto: el "ser" actual, real, fuera de sus causas, fuera de la nada, el no ser "puro posible", no es lo mismo que el "ser existente".

 

5) Pues "existente" es: aquello que es actual, fuera de las causas, fuera de la nada, no es "puro posible" (no de cualquier modo, p.e., de modo incompleto y no último, sino) de modo último  y completo.

 

b) "No por si mismo," sino por la existencia, o sea:

 

1) No posee actualidad propia independientemente de la existencia, sino que ella misma tiene recibidas de la existencia la actualidad, la realidad, el estar fuera de sus causas, fuera de la "nada", el no ser "puro posible"; la existencia se entiende realmente distinta (como el cuerpo tiene el ser vivo por el alma realmente distinta).

 

2) La esencia no es algo intermedio entre el "puro posible" y el "exis tente" sino que es algo existente (que pertenece al orden de la existencia, y no a una especie de orden intermedio.

 

3) Por tanto: el "ser" actual real, fuera de las causas, fuera de la nada, el no ser "puro posible", es lo mismo que el "ser existente".

 

4) Sin embargo, ya que la esencia es existente por la existencia, realmente distinta, y por tanto, como elemento o como parte del "ente", por ello es mejor que no se diga "existente" (simplíciter), sino "existente" como algo "quo"; incompletamente, como elemento del ente; pues "existente" es; aquello que es actual...; de modo último y completo (v. la opinión anterior).

 

De aquí se sigue una nueva definición de "existente" y de "existencia": existencia es aquello por lo que, formalmente, algo se encuentra fuera de la “nada,", fuera de sus causas, fuera del estado de puré posibilidad, de modo último y completo. Esta definición, así como toda la exposición tanto de la esencia como de la existencia, se fundan en su totalidad en el principio de la limitación del acto por la potencia realmente distinta, según reconocen los mismos "Tomistas"; lo que habrá que tener siempre en cuenta para poder hacerse cargo de las diversas consecuencias dentro de esta opinión, y para que' se pueda emitir de ella un juicio conveniente.

 

521.- B: Suárez; La esencia actual creada y su existencia no se distinguen realmente o con independencia de la consideración de la - mente-, sino que son una misma entidad.

 

Se distinguen, sin embargo, con distinción de razón con fundamento en la realidad.

 

Porque:

 

1) La entidad citada, en su totalidad, no existe necesariamente (o: "se da", "esta", “se halla en el orden de lo naturaleza), sino contingentemente; es decir: existe de tal manera que no puede no existir, ni dejar de existir,

 

2) Más aún, alguna vez por "puro, posible", y en tal estado de pura po­sibilidad, toda la realidad o la entidad que ahora existe, existía de antemano, pero "posiblemente" (= se hallaba objetivamente en la mente -por lo menos en la mente divina-, y se trataba de un ente, tomado en sentido nominal)

 

3) Por esta razón, es el fundamento para que la mente pueda abstraer o considerar algo que sea común; es decir: la cosa que (existe o es posible) en cuanto contrapuesta a los estados de:

 

a) actualidad o existencia, y b) pura posibilidad, y que, bajo esta razón (es decir, en cuanto contrapuesta tanto al estado de existencia como al de pura posibilidad), se dice "esencia",

 

4) y que (por consiguiente) se concibe como indiferente a uno u otro estado (tanto de actualidad o existencia como de pura posibilidad), cuya naturaleza no sea ni esta en un estado (= existir = afirmar la existencia), ni estar tampoco en el otro (meramente poder existir o poder existir negando la existencia) sino simplemente poder existir (tanto si existe, como si no; de donde): comportarse respecto de la existencia de modo precisivo.

 

5 Por consiguiente: cuando se halla en un estado (p.e., el de existencia), cuando es existente: ciertamente se identifica con la existencia, pero puede concebirse como si se uniera con la existencia como con su, estado; o (lo que viene a parar a lo mismo): la cosa en cuestión (Pedro), en su totalidad, puede concebirse como integrada por un noble elemento:

 

1) Lo que existe, y

 

2) La existencia de ello (o aquello "por lo que" (quo") existo ):

 

1) Lo que existe =Esencia (la cosa en cuestión /Pedro/ en cuánto esencia) la potencia que tiene (existencia).

 

2). La existencia de ello =su estado (la cosan en cuanto existencia) el acto de existencia recibido en la esencia (distinta con distinción de razón).

 

Y así, en el orden o plazo de la razón, la esencia de la criatura (o también, la criatura misma) recibe las predicaciones que, en la opinión. "tomista", se hacen de ella en sentido real. Tales como:

 

La esencia de la criatura es la "potencia" (según la razón), respecto de la existencia

 

La esencia de la criatura es indiferente (según la razón) la a existencia.

 

La esencia de la criatura recibe (según la razón la existencia; es el acto recibido (según la razón) en la esencia.

 

La existencia sobreviene (según la razón) a la esencia.

 

La esencia de la criatura no es (según la razón, formalmente) su propio ser...

 

La existencia no "es de" la esencia absoluta y actual, concebida inadecuadamente de la criatura.

 

Todas estas formulaciones no son puras distinciones sin ningún fundamento, sino que son distinciones de razón que están apuntando al fundamento délas mismas, y que no es otro más que la contingencia.

 

522.- C.- Los "Escotistas" también sostienen que la esencia actual y la existencia se distinguen solamente con distinción de razón.

 

523.- Breve historia de la cuestión.- En cuanto a Aristóteles, no aparece con suficiente claridad si sostuvo alguna distinción entre la esencia y la existencia en las cosas creadas.

 

Por lo general, los Autores se inclinan hoy por la opinión negativa, ya porque ignorase cualquier distinción, incluso de razón (así Jolivet) ya porque no haya local para tal distinción en el conjunto de su sistema, en el que el "ser" se iden­tifica totalmente con la substancia (así Gilson, Descogsrladezcar).

 

Otros, en cambio, piensan que si que mantuvo la distinción, con mayor o menor claridad (así Manser, Donat).

 

Avicenna, imbuído de la metafísica creacionística propia del pensamiento árabe (sobre todo de At. Farabi) sostiene que la definición do esencia de la cosa creada, no incluye la existencia de aquí que estable ce cierta distinción, entre ellas. La explica diciendo que la existencia es un accidente de la esencia, no físico -al modo de la cantidad -o de la cualidad-, sino más bien lógico, si bien completamente especial. No se deriva, en efecto, de la esencia por sí misma, sino que se deriva de ella, por una acción ajena, por más que necesaria, pues la realización de la esencia de las cosas por parte de la Causa primera, es necesaria y no libre. De cuya opinión afirma Sto. Tomás: "Pero, en primer lugar, no parece que su afirmación, fuera correcta. Pues el "ser" de la cosa, aunque sea distinto de su esencia, sin embargo no hay que considerarlo como una especie de añadidura a la manera de un accidente, sino que viene a estar constituido por los principios de la esencia" ("Comentario al IV Me.t., lec. 2).

 

Sto. Tomás, por su parte, habla con frecuencia de la distinción y de la composición entre la esencia o "quiddidad", entre "aquello que„ es" y el "ser". Antes de él, esta distinción la mantuvieron Guillermo de París (4 1249)? Juan de Rupella (+ 1245), S. Alberto Magno (+ 1280), San Buenaventura (+ 1274). Sin embargo, éstos no se preocupan -como parece que tampoco Sto. Tomás- de determinar la naturaleza de dicha distinción, si es real o es solo de razón, sino que parecen colocar todo su empeño en establecer la diferencia o separación entre Dios y las criaturas, y en consecuencia, ponen en la criatura cierta distinción entre su esencia y su existencia (v. la tesis anterior).

 

Los modernos intérpretes "tomistas" sostienen que Sto. Tomás; aportó a la cuestión una novedad verdaderamente genial y fecunda, al concebir el ser no como mera actualidad -como hiciera Avicenna sino como acto, en sentido verdadero y pleno, es más, como el acto por excelencia, o la plenitud de la perfección, que quedaría limitada por la esencia, a la vez que la tornaba existente, en lo cual ya se contiene la misma distinción real.

 

Más tarde, se planteó en la escuela "tomista" la cuestión expresa sobre la naturaleza de dicha distinción -real o de razón, pero con el agravante -según los referidos Autores- de que, por obra principalmente., de Egidio Romano (+ 1316), los términos de la distinción sufrieron una modificación, pues en lugar de: "esencia (quiddidad) " -"ser", fueron - adoptados estos otros: "esencia"- "existencia" (= actualidad o realidad), con lo que toda la cuestión quedó desplazada y desprovista de su sentido inicial; en efecto, si se toma el "ser" como actualidad o realidad de la cosa, en tal caso no hay duda de que no se distingue realmente de la esencia, y por tanto, los adversarios tienen en que apoyarse para rechazar tal distinción.

 

Esta desviación -siempre según los citados intérpretes- adquirió tales proporciones que llegó a afectar a la mayor parte de la escuela “tomista", sin exceptuar a Autores de la talla de Cayetano, Bañez, Juan   de Santo Tomás y muchos de los modernos, de forma que cabe hablar de la necesidad de una revisión del "ser" Tomista, con vistas a devolverles su significado primitivo.

 

El estado actual de la controversia puede resumirse así: entre los Autores "tomistas", cada día son mas numerosos los que reconocen que la existencia, si se toma como actualidad o realidad, no se distingue real mente de la esencia (en lo que, por tanto, so admitiría la verdad de la opinión negativa, y sobre todo, de los argumentos de Suárez ), pero dicen que la existencia, o mejor, el ser no es una mera actualidad, a su vez, al igual que todo acto, para que quede limitado (como lo es el ser creado), debe ser recibido en una "potencia" realmente distinto De donde se ve que toda la cuestión, tal como se propone en la actualidad,     e descansa sobre la teoría de la limitación del acto por la potencia.

 

524.- Prueba.- 1 Parte. La distinción real entre la  esencia actual y la existencia, no es esencial al ente creado.

 

La distinción real entre la esencia actual y la existencia sería esencial al ente creado, si éste, sin ella, no fuese contingente, finito y participado. Es así que el ente creado puede ser contingente, finito y participado sin la distinción real entre la esencia actual y la existencia no es esencial al ente creado. La Mayor : estas son las razones por las cuales es introducida la distinción real entre la esen­cia actual y la existencia en el ente creado, por parte de sus partidarios.

 

La Menor: 1) En cuanto a la contingencia: porque la esencia en cuestión, aunque no se distingue de la existencia, identificándose con        ella:

 

a) Puede parecer, puede cesar de existir (=toda la entidad que está integrada por el binomio "esencia - existencia", puede perecer, puede dejar de existir); pues:

 

b) No es la misma "Existencia", el mismo "ser" o plenitud de la perfección, que no puede parecer, sino que es un "ser"  o "existencia" determinado, subsistente asen sí" (v. la doctrina sobre la limitación del acto).    

 

c) A su naturaleza absoluta no pertenece el existir, no existe por necesidad o necesariamente;

 

d) o, si se, afirma que sido su esencia" es el existir (porque  de hecho, es lo mismo que su existencia), tendremos que "de su esencia" o naturaleza- será el existir, o la existencia, poro una existencia - contingente, defectible, creada, "ab alio".

 

2) En cuanto a la finitud o limitación: nos remitimos a la tesis de la limitación del acto. (En pocas palabras: Porque la existencia, para que sea limitada o finita, no necesita estar recibida en ninguna     potencia realmente distinta: que sería la esencia).

 

3) En cuanto a la participación: nos remitimos a la tesis de las relaciones entre el "posible" y el "existente". (En resumen: porque la  e esencial actual "participa, sin duda, del "ser" ('existencia'), "recibe el "ser" ('existencia' ); pero estas expresiones -según su sentido incuestionable y cierto, por todos admitido- no significan mas que esto: la esencia en cuestión primeramente no "era" y ahora “es", comenzó a existir alguna vez, es concebida por nuestra parte como si antes hubiesen sido algo y después hubiese recibido de Dios la existencia).

 

Y también toda la perfección a que nos referimos (no sólo la de la existencia, sino también la de la esencia), la ha recibido de Dios, y así es una participación o imitación parcial de la plenitud de la perfección, que es Dios.

 

Pero no consta, por el mismo sentido incuestionable y cierto, admitido por todos, si además dichas expresiones pueden o deben significar algo más: p.e., que la esencia recibe realmente la existencia -o participa de ella- como una cosa o entidad realmente distinta, sino que sería menester demostrarlo con razones apropiadas. En otros términos no basta aducir dichas expresiones, sino que hay que demostrar que las mismas tienen precisamente el sentido que se pretende (y no solamente el primero).

 

525.- 2ª Parte – Mas aun parece que no puede darse tal distinción. La entidad real de la esencia, es distinta realmente de la existencia: A) o real, independientemente de la misma existencia; B) o real, mediante la misma existencia. Es así que, en ninguno de los dos casos, puede la esencia ser realmente distinta de la existencia. Luego, la esencia actual del ente creado no se distingue realmente de su exis­tencia.

 

La Mayor: Contiene los diversos modos según los cuales -de acuerdo con las distintas opiniones entre los mismos "Tomistas"- puede ser real la misma entidad de la esencia que, al decir de ellos, se distingue realmente de la existencia.

 

La Menor: A) Si la esencia es real, independientemente de la existencia, no se da distinción real entre ella y la existencias porque entonces está de sobra la existencia; no se daría una realidad distinta de dicha entidad de la esencia. Pues:

 

La existencia es aquello por lo que algo, formalmente, se halla fuera de la "nada", fuera de sus causas, fuera del estado de pura posibilidad, de modo último y completo. Es así que la esencia, real independientemente de la existencia, se hallaría fuera de la "nada", fuera de las causas, fuera del estado de pura posibilidad, de modo último y completo. Luego, la esencia ya sería existente, tendría la exis­tencia en sí misma. Luego, está de sobra la existencia realmente distinta. La Mayor: no es sino la definición de existencia, que todos admiten. La Menor: a). La esencia se hallaría fuera de la "nada", fuera de sus causas fuera del estado de pura posibilidad: así es como la exponen o describen los "Tomistas".

 

b). Se halla fuera de la "nada", de modo último y completos porque, en tanto no se hallaría fuera de la "nada", de modo último y completo, sino sólo incompleto, en cuanto que, de por sí, fuera sólo "potencia subjetiva", o poseyera una realidad incompleta de "potencia" limitada, que sería completada por el acto (de existencia) recibido en ella. Es así que esto supone que el acto es limitado por la potencia realmente distinta: lo cual se ha, rechazado en otro lugar. Luego, la esencia se halla fuera de la "nada", fuera de las causas... , no de modo incompleto, sino último y completo.

 

La Menor: B) Si la esencia es real, mediante la existencia, no se da distinción real entre ella y la existencias

 

1). Si la esencia es real y actual, mediante la misma existencia, entonces ella, en cuanto contrapuesta a la existencia, no "es", es pura "nada", no posee realidad, entidad. Es así que lo que no "es", lo que es pura "nada", lo que no posee realidad, entidad, no puede distinguirse realmente (de modo positivo) de la existencia e integrar se con ella. Luego, si la esencia es real o actual, mediante la existencia, no puede darse distinción real, (positiva) y composición real entre ella y la existencia.

 

La Mayor: En cuanto contrapuesta (lo que no quiere decir separada) a la existencia, no posee realidad; de lo contrario, no debería añadirse o sobrevenirle la existencia para constituirla en algo real.

 

La Menor: del mismo modo que 0 - 1 = 1, y no 2, así también la adición o suma de algo que "es", con algo real, no constituye dos cosas, sino una sola. Por tanto, en el caso que nos ocupa, no se dan dos cosas que se distinguen entre sí, sino una sola.

 

Otro tanto hay que decir respecto de la composición: al igual que no se da composición real entre el alma "puramente posible" y el cuerpo "existente", o entre la substancia "existente" y la blancura "puramente posible", así tampoco se daría composición real entre la existencia y la esencia, que, de por sí, en cuanto contrapuesta a la misma existencia, sería pura "nada".

 

526.- 2). En tanto la esencia, real mediante la existencia, podría aún distinguirse realmente de ella (de la existencia), en cuanto que fuera "ente ‘quo’” Es así que, ni aún siendo "ente 'quo", podría distinguirse realmente de la existencia. Luego si la esencia es real, mediante la existencia, no se distingue realmente de ella.

 

La Mayor: así se afirma por parte de no pocos "Tomistas” que defienden este segundo modo de explicar la realidad de la esencia, y que conceden, por supuesto, que la esencia, si fuera "ente 'quod' ", no podría, en modo alguno, ser real mediante la existencia, pero que puede serlo perfectamente, tratándose de un "ente ‘quo’”.

 

La Menor: porque, el que fuera "ente 'quo'” no debilitaría en lo mas mínimo el argumento antes aducido que la misma esencia, de por sí, en cuanto contrapuesta a la existencia, es pura "nada", no posee realidad alguna, no es, en absoluto, entidad de lo contrario, no se le debería unir o sobrevenir la existencia para constituirla algo real. Es así que lo que es pura "nada", lo que no posee entidad alguna, no puede distinguirse realmente do la existencia.

 

527.- 3). En tanto la esencia podría ser real, mediante la existencia realmente distinta, en cuanto que fuera "ente 'quo’”. Es así que ni en cuanto que fuera "ente 'quo’" podría ser real, mediante la existencia realmente distinta.

 

La Mayor: así es como lo dicen los “Tomistas" (v. el argumento anterior).

 

La Menor: 1) S, en cuanto contrapuesta a la existencia, la esencia es "ente 'que'", es algo (de lo contrario, ni será "ente 'quo' ", ni "ente 'cui' ", ni "ente" de ninguna manera), y ello independientemente de la mente, 'porque también independientemente de la mente es algo distinto de la existencia, poseerá alguna entidad, tendrá alguna realidad, y por tanto, en vano se le agrega la existencia con vistas a. tornarla algo real, o a hacer que sea algo.

 

2). Ningún ente (ya sea "quod", ya sea "quo") puede ser real, mediante algo que sea realmente distinto de él. Porque ser real es ser una entidad, ser algo que se da independientemente de la mente. Es así que ninguna cosa es "algo" independientemente de la mente, mediante algo realmente distinto, sino por sí mismo. Luego ningún ente (ya sea "quod", ya sea "quo") puede ser real, mediante algo realmente distinto.

 

La Menor: porque, de lo contrario, sería a la vez ella misma y otra cose distinta: sería (la cosa) ella misma, por la hipótesis. Sería otra cosa distinta, porque sería, en verdad, otra cosa, pues "sería" mediante otra cosa (no eficientemente, sino) formalmente; es decir. como si fuera mediante una forma constitutiva de la cosa misma, y en consecuencia, este otro elemento entraría como ingrediente de la constitución de ella misma sería un constitutivo de su entidad., sería un constitutivo de ella en cuanto real, en cuanto que es algo, en cuanto que "es"; es decir, al fin y al cabo, terminaría por ser un constitutivo de la cosa misma

 

528.- 4) En tanto la esencia podría constituirse como real mediante la existencia, en cuanto, que ella, en calidad de sujeto pudiera y debiera tener como propio: el que no posea nada de la perfección que le es comunicada mediante la forma, el que no sea nada dentro del orden de la perfección que le es comunicada por la forma. Es así que esto no tiene valor cuando la forma es la existencia Luego, la esencia no puede constituirse en real mediante la existencia realmente distinta.

 

La Mayor: Así sucede al recibir una perfección o una denominación cualquiera cuando el sujeto nada tiene de la perfección en cuestión (y por ello, deber; recibirla por parte de la forma), nada es en dicho orden (y por ello, debe ser sustituido en él por la forma). Así, el cuerpo, de por sí, nada tiene de la perfección de la vida, por lo cual debe recibirla por parte de la forma, que es el alma. Del mismo modo, la substancia nada es en el orden de la "blancura", y debe recibir dicha perfección, debe ser constituida en cuanto tal en dicho orden (es decir, en cuanto blanca) por la forma de la "blancura". Toda la perfección, pues, la recibe por parte do la forma, en dicho orden (de ser blanca) es constituida como tal por la forma.

 

La Menor: puesto que, cuando se trata de las domas formas con excepción de la existencia, puede ocurrir perfectamente lo que se ha visto por la razón de que el sujeto ya se supone que es real, que posee una entidad, que es algo antes de recibir la forma (al monos con prioridad de naturaleza), que es una entidad independientemente de la forma, capaz de recibir algo. Es constituido, desde luego, por la forma, pero en su orden particular, no en cuanto sujeto, no en cuanto sujeto real: no es, por supuesto, nada en dicho orden (de la vida, de la "blancura") pero no es pura "nada” en el orden de la entidad, de la realidad del "ente".

 

Mientras que, por el contrario, cuando la forma es la existencia, el sujeto no se supone real según esta segunda opinión entre los mismos "Tomistas" no posee ninguna entidad, no es nada determinado, y por tanto no posee capacidad para recibir ninguna perfección por ella, no puede quedar constituido en dicho orden (en el orden del "ser") mediante ella.

 

529.- Objeciones. 1. Lo que se encuentra fuera de la definición, incluso adecuada, do una cosa, se distingue realmente de ella. Es así que la existencia se halla fuera de la definición, incluso adecuada, de la esencia creada actual. Niego: absoluta o "puramente posibles Concedo .

 

2.- No existir de por si, conviene a la esencia "puramente posible" por su propia naturaleza absoluta. Es así que la naturaleza absoluta de la esencia, se mantiene también en la esencia actual. Luego, a la esencia actual le conviene no existir de por sí, sino por parte de otra entidad (existencia).

 

1) Distingo la Mayor; no existir de por sí, o en razón de la propia entidad, conviene a la esencia "puramente posible", por parte de su naturaleza absoluta, Niego; no existir en razón de su propia virtualidad, sino en razón de otra cosa Concedo.

 

2). Retorciendo el argumento: tambien a le existencia creada le conviene, por parte de su naturaleza absoluta, no existía de por sí. Pues no se da, por necesidad, actualmente, y de hecho dio comienzo alguna vez, y alguna vez así mismo tendrá fin, Luego, no existir mediante su propia entidad, sino mediante otra.

 

3). Distingo la Mayor: conviene, por parte de la naturaleza absoluta, que no se de necesariamente y "a se", dicha existencia (o dicha esencia), Concedo conviene, por parte de la naturaleza absoluta, que dicha existencia, cuando se da, no sea la esencia, o que dicha esencia, cuando se da, no sea la existencia, Niego.

 

3.- Las cosas que poseen propiedades opuestas, se distinguen real mente. Es así que la esencia y la existencia poseen propiedades opuestas. Luego

 

La Menor pues las esencias son necesarias, eternas, inmutables, indivisibles, mientras que la existencia es contingente, temporal, mudable, divisible .

 

Distingo la Menor: la esencia, tomada en sentido absoluto o abstracto, Concedo, la esencia actual. Niego. Pues puede parecer, no existe por necesidad, esta sujeta a mutaciones; en la misma medida en que la existencia es contingente, defectible, mudable, divisible, en esa misma la esencia es contingente, etc ; por el contrario, en la medida en que la esencia es necesaria, eterna, inmutable, en ésa misma la existencia es necesaria, eterna, etc.: así es necesario que Pedro, mientras existe., sea existente, y desde toda la eternidad es verdad que el mientras exista, existe.

 

4.- Si la existencia fuese idéntica a la esencia, ésta no podría concebirse sin aquélla. Es así que nosotros podemos comprender perfectamente la esencia de una cosa sin concebirla existiendo en el orden de la naturaleza, Luego, Distingo la Menor: podemos concebir la "esencia puramente posible" o tomada en sentido absoluto, sin que la concibamos existiendo, Concedo; podemos concebir la esencia actual, Subdistingo si la concebimos de modo precisivo o inadecuado, Concedo si la concebimos de modo adecuado; es decir y en cuanto actual: Niego

 

5.- No hay nada que pueda ser concebido junto con su opuesto, con lo cual se identifica. Es así fue la esencia creada puede concebirse junto con la no existencia. Luego:

 

Respuesta 1) como a la objeción anterior.

 

Respuesta 2) Distingo la Mayor no hay nada que pueda ser concebido junto con su opuesto, con lo cual se identifica esencialmente. Concedo, p.e., el hombre no puede concebirse junto con la irracionalidad ; M con lo que se identifica sólo físicamente, Subdistingo: no puede concebirse junto con su opuesto en el mismo orden en que se identifica con su opuesto, Concedo; en otro orden distinto, Niego.

 

Contradistingo la Menor: la esencia que ahora existe, en el mismo orden físico o actual puede concebirse junto con la no-existencia; Niego en el orden de la posibilidad, Subdistingo: de tal forma que la misma esencia, en cuanto meramente posible y en cuanto actual, sea "simplícita" lo mismo, Niego, de tal forma que la distinción entre ambos términos sea como la que se da entre "ente" y" no-ente" (distinción real negativa), Concedo.

 

Distingo el Consecuente: no se identifican de modo esencial y metafísico, Concedo; de modo físico y real, Niego.

 

6.- Nada puede considerarse indiferente, o “en potencia", respecto de sí mismo. Es así que la esencia de ka criatura es indiferente, o "en potencia", para existir (para recibir la existencia), Luego,

 

1) Reconociendo el argumento: también el "género" (animal es indiferente y "en potencia" respecto de la "diferencia específica" (racional). Luego, realmente se distingue de ella: lo que va en contra de los mismos tomistas.

 

2) Distingo la Mejor: nada e s indiferente y "en potencia" respecto de si mismo, con indiferencia física y real, Concedo; lógica, Subdistingo, respecto de sus propios constitutivos, Concedo; respectó de su estado de actualidad, o existencia, Subdistingo nuevamente, si existe de modo necesario,. Cancelo; si existe de modo contingente, Niego, Contradistingo la Menor.

 

La esencia actual, o física, no posee une, indiferencia verdadera y real para recibir lea existencia, ni tampoco para perderla, siempre y  cuando ella misma permanezca; en efecto al parecer: la existencia desaparece, a su vez, la esencia, y  por otra parte, con anterioridad a la misma existencia, no puede haber ningún otro sujeto que le reciba, en calidad de potencia, o que, en calidad de tal, le esté como aguar­dando.

 

Únicamente, la esencia puede ser concebida a modo de "potencia" que recibe la existencia (v. la tesis) de los 'posibles', es la o opinión suarista en dicha tesis) o imaginada como indiferente, untó para recibir como para perder la existencia; posee, pues, indiferencia (solamente) lógica; es 'potencia objetiva".

 

7.- Lo que recibe, o es participación de algo, debe ser distinto de lo recibido o participado. Es así que la esencia creada recibe o es participación del "ser", Luego

 

Distingo la Mayor lo que es realmente participación, Concedo; lo que es participación únicamente según la consideración de la mente, Niego

 

8.- Si la esencia creada no fuese realmente participación de la existencia, el "ente" creado existiría por su propia esencia. Es así que Dios es el único que existe por su propia esencia. Luego

 

Distingo la Mayor existiría por la realidad o la entidad de su propia esencia actual), Concedo; existiría en fuerza de su propia esencia (absolutamente considerada), o por la exigencia de su esencia absoluta, Niego.

 

9. Solo Dios es su propio "ser", Es así que, si la esencia creada se identificase con la existencia,  también la criatura sería su propio "ser", Luego.

 

Distinto la Mayor: Sólo Dios es su propio "ser", en sentido tanto idéntico cómo formal, Concedo. (= es su propio “ser", no sólo en el plano de la realidad, sino también según la consideración de la mente dado que la esencia y la existencia en Dios se identifican no sólo en el plano de la realidad, sino también según la consideración de la mente, o sea: formalmente); en sentido sólo idéntico, Niego.

 

Contradistingo la Menor: la criatura sería su propio “ser”; en sentido formal, Niego, en sentido idéntico; subdistingo de modo contin­gente, y "ab alio”, Concedo, de modo necesario y "a se", Niego.

 

10.- Aquello que se identifica con la esencia, necesariamente es reclamado por ella. Es así que la existencia, o el estado de actualidad, no es algo reclamado necesariamente por la esencia creada. Luego.

 

Distingo la Mayor: en el mismo estado en que se identifica, Concedo; también en otro, Niego.

 

Contradistingo la Menor: le existencia no es reclamada por la esencia creada actual, Niego, por la esencia en sí misma, o considerada de modo absoluto, Concedo, (o = la existencia necesariamente es reclamada por la esencia, mientras ésta existe, Concedo; necesariamente es reclamada por la esencia, "simplíciter" y siempre, Niego).

 

11.- Lo que es la esencia de alguna cosa, no puede separarse de ella. Es así que, si la existencia de la criatura no se distingue realmente de su esencia, entonces ella misma sería la esencia de la criatura. Luego, la existencia no podría separarse de ella, y en consecuencia, la criatura sería necesaria.

 

Distingo la Menor: la existencia sería la misma esencia real de la criatura, Concedo; sería la misma esencia, tomada en sentido objetivo o absoluto, Niego. Distingo el Consecuentes la existencia no podría separarse de ella, en tanto en cuanto que la esencia permanece siendo real, Concedo; si deja de ser real, Nieto.

 

12.- La esencia conviene a la cosa "per se", mientras que la existencia le conviene "per accidens". Es así que lo que conviene a una cosa "per se" , se distingue de lo que le conviene "por accidens". Luego,

 

Distingo la primera parte de la Mayor: la esencia, considerada en sí misma, o de modo absoluto, conviene a la cosa "per se", Concedo; la esencia real, Niego,

 

Distingo la segunda parte de la Mayor: si la cosa se considera de  modo abstracto, la existencia le conviene per “accidens", Concedo; si se considere realmente, o en su estado real, Niego.

 

Contradistingo la Menor: si se da la permanencia en el mismo estado, Concedo, si se da el transito del estado real al estado posible o absoluto. Niego.

 

13.- Lo -que conviene a la cosa independientemente de la causa eficiente, se distingue realmente de lo que le conviene con dependencia de la causa eficiente. Es así que los predicados esenciales convienen a la cosa independientemente de la causa eficiente, mientras que la existencía le conviene mediante la causa eficiente, Luego, los predicados esenciales, o la esencia, se distinguen realmente de la existencia,

 

La Menor, así, por ejemplo, aún sin ejercer acción alguna sobre una cosa determinada, afirmamos: "La cosa es una substancia corpórea"; en cambio, esta otra proposición: "la cosa existe" no es verdadera sino con dependencia de la causa eficiente que ha producido la cosa y la ha hecho existir.

 

Distingo la Menor: los predicados esenciales convienen la cosa independientemente de la causa eficiente, en el orden absoluto, o de la posibilidad, Concedo; en el orden actual, Niego. Distingo el Consecuente: la esencia, en sentido absoluto, se distingue realmente (negativamente) de la existencia, Concedo; la esencia actual, Niego. En efecto, si la causa eficiente aún no ha producido la cosa, la cosa no es substancia corpórea, sino que es algo que "puede ser Substancia corpórea; en otras palabras, en acto aún no es nada, sino que "puede ser".

 

14. La existencia "no recibida en la esencia" nada tiene anejo a ella misma más que su propio "ser", Es así que toda esencia creada tiene algo anejo a ella misma, además de su propio "ser"; a saber los accidentes. Llegó, la existencia creada es realmente "recibida en la esencia".

 

La Mayor; no puede concebirse que se le añada algo a la existencia mas que o porque "es recibido en ella", o porque "es recibido con ella en un sujeto. Es así fue nada puede "ser recibido en" la existencia, por que ella es la ultima actualidad de la cosa, ni puede tampoco ser recibido con "ella en algún sujeto, si ella es" irrecepta". Luego, la existencia "irrecepta" no tiene nada anejo a ella misma mis que su propio ""ser"

 

Concedo la Mayor. Niego la Menor, y Distingo la razón aducida: la existencia es a ultima actualidad con la cosa, según nuestro modo de concebir, Concedo; según la realidad, Niego: pues mejor que la última actualidad, o acto último, hemos de decir que es el primer acto que se da en la cosa, porque antes de la misma existencia, si la cosa es aún "pura nada", y por tanto, no posee ninguna perfección o acto (v. obj .13).

 

15.- Para que el ente finito pueda recibir los accidentes, debe estar en potencia respecto de los mismos. Es así que, si la existencia, que, es acto, se identifico, con la esencia, el ente finito es sólo acto y no potencia. Luego, la existencia del ente finito no se identifica con su esencia.

 

Distingo la Menor: el ente finito es sólo acto, en sentido abstracto, Niego; en sentido concreto, o acto concreto, Subdistingo: infinito, Niego; finito Concedo.

 

Distingo la segunda parte de la Menor: no es potencia (a la vez que acto), si es acto infinito, concedo, si es acto finito, Niego.

 

La existencia, desde luego es acto finito,, pero es un acto limitado, que tiene en sí mismo potencialidad para recibir ulteriores perfecciones (menos accidentales) ; por tanto, según esta razón, se toma (a la ve z ) potencia: es, a la vez, acto y potencia, aunque ello no sea bajo el mismo aspecto (v, num. 412 y 418).

 

16.- La esencia, si no recibiera realmente la existencia, sería - realmente el mismo acto de "ser", "irrecepto". Es así que el acto de "ser", "irrecepto", es (por el mismo hecho) infinito y necesario. Luego, la esencia realmente recibe la existencia.

 

Distingo la Mayor: sería realmente el mismo acto de “ser" "precepto" "ab alio", Niego y  “Irrecepto" "in alio" ("en otro"), Subdistingo a en otro realmente distinto, Concedo; en otro distinto, con distinción de razón, Niego.

 

Contradistingo la Menor: el acto de ser "no recibido" "ab alio",es infinito y necesario, concedo, "no recibido" "in alio", Subdistingo: en otro realmente distinto, Niego, en otro, distinto, con distinción de razón, Concedo,

 

530.- Escolio 1,- Que razón de existencia ha de utilizarse   en la tesis.

 

Al comienzo de la tesis, hemos procurado establecer una noción de, existencia que pudiera ser admitida por los partidarios de cualquiera de las opiniones. Lo cual ha de ser procurado con el máximo empeño, para evitar que, desde el principio de la tesis quede prejuzgada la solución de la cuestión en uno u otro sentidse De hecho, por cualquiera de las dos partes, se dirige contra la, parte contraria la acusación de incurrir en petición de principio.

 

Así: 1) Si definiésemos la existencia como pus o mera actualidad de la cosa, como la misma realidad de la cosa, por el mismo hecho estaríamos excluyendo la opinión "tomista", al quedar prejuzgado que (la existencia) no es algo realmente distinto de la esencia; los mismos "tomistas" -al memos los modernos- conceden que la actualidad de la esencia no se distingue realmente do ella (pero dicen que la existencia es algo distinto, que se le tría de a dicha esencia actual para que se convierta completamente en actual (primera opinión), o ele lo que se deriva para la esencia dicha actualidad (segunda opinión).

 

2) Por el contrarios, si definiésemos le existencia como el acto o la forma por que la esencia se convierte en actual o en real, ya estaríamos excluyendo, por ello mismo, la opinión "suarista", al quedar prejuzgado que es algo realmente distinto de la esencia, siendo así ;que el acto, o la forma, se distingue realmente, en sentido propio, del sujeto, o de la potencia (tal como todos conceden).

 

Todo lo cual se evita de raíz, si decimos, (como hemos hecho) que la existencia es aquello por lo que formalmente una cosa "es" fuera de la "nada", fuera de las causas, fuera del estado de pura posibilidad, de manera última y completa, pues de ésta forma no se prejuzga si es algo distinto realmente, o no, de la esencia, en efecto, tanto si se distingue realmente como si no, en cualquiera de los dos casos sería verdad que, por ella, la esencia eses", completa y definitivamente, fuera de las causas, fuera de la "nada, etc,  y la fórmula: aquello por lo que formalmente., igualmente puede entenderse, tanto de la forma realmente distinta, como de la forma distinta sólo con distinción de razón.

 

Hemos de notar, sin embargo, que esta definición do existencia: aquello por lo que formalmente algo "es " fuera de la "cosa", fuera del estado de pura posibilidad, fuera de las causas, de manera última y completa, puede entenderse de dos maneras:

 

a) de tal manera que se insinúe o se signifique que existe además algo, de hecho, por lo que le esencia "es" fuera de Ia nada, etc:, no de modo último y completo, sino incompleto y como transitorio (o sea, la actualidad de la esencia que establecen los "tomistas", en cuanto contrapuesta a la existencia);

 

ó b) de tal forma que no se insinúe que, de hecho, aquello se de, ni tampoco se excluya positivamente el que tal vez pueda darse: de donde, el sentido de la definición sería: que la existencia es aquello, puesto lo cual la esencia ya os "fuera de la "nada", fuera de sus causas..., de modo definitivo, de suerte que ya no se requiera nada más, ya sea que se dé con anterioridad otra cosa o que no se dé, porque, en cualquiera de las dos cosas, será verdad que, por la existencia, la esencia se sitúa ya, de modo último y completo, fuera de las causas ...

 

Es evidente que la definición no puede entenderse en el primer sentido, pues entonces se estaría prejuzgando que es algo realmente distinto (o, lo que es lo mismo, se daría por supuesto que, además de la actualidad, se da alguna otra cosa = lo cual está precisamente en tela de juicio): y que, en cambio, se debe entender en el sentido segundo, por­que así no se prejuzgaría la tesis ni en un sentido ni en otro

 

3) Hay, además, otra definición de existencia, que suelen manejar los “tomistas": la misma perfección actual; pero no se ve con facilidad cómo puede evitar dicha definición la petición de principio, si se pone por parte de ellos antes de la solución de la cuestión acerca de la distinción entre la esencia y la existencia. Pues, una vez supuesto que la existencia es (la misma) perfección actual, si después se propone la cuestión acerca de si tal perfección actual se distingue de la esencia, ya el mismo hecho implica que, con el nombre do esencia, debe entenderse algo realmente distinto. Pues no puede entenderse lo que normalmen­te suele, por el consentimiento unánime de los filósofos; es decir, aquello que responde a la pregunta "quo es la cosa", o "aquella perfección por lo, que la cosa se constituye"; en efecto, esto mismo, o este aspec­to, por hipótesis, se halla como separado de la existencia, al concebirse ésta, también por hipótesis, como la perfección actual de la cosa. Así pues, ' con el nombre de esencia se entiende alguna otra cosa, a saber: aquello que hace que dicha perfección actual so transforme en esta (perfección) determinada y limitada, y que no es otra cosa más que la potencia, realmente distinta. Con lo cual, salta a la vista que en los - mismos términos se presupone la cuestión, pues entonces el preguntar si el acto de "ser" se distingue de la esencia, y de qué manera equivale a preguntar si el acto de "ser" se distingue y de qué manera de la potencia realmente distinta, que lo limita; pero en esta pregunta, ya se halla implícita la respuesta.

 

Los "tomistas", por tanto son libres para llamar "existencia", a la perfección actual, sólo que entonces deben abstenerse ya de preguntar cómo se distingue la existencia de la esen­cia, toda vez que, puesta tal noción de existencia, ya no hay lugar pa­ra la esencia, sino que queda incluida en la existencia.

 

O mejor aún: para que no parezca que nosotros, a nuestra vez, resolvemos la cuestión incurriendo también en petición de principio, supuesto que la existencia es perfección actual, o lo que viene a ser lo mismo, supuesto que, con el nombre de existencia se designa la perfección actual, no hemos de proponer la cuestión en estos términos: cómo se distingue la existencia de la, esencia, sino en estos otros: si, ade­más de esta entidad (la existencia), hemos de admitir otra, la esencia, cuya función sea limitar y determinar, en calidad de potencia, a la misma existencia. Los "tomistas" proponen, más bien, la cuestión primera, y ni siquiera dudan de su legitimidad, pero lo hacen, porque, según ellos, todo acto debo ser limitado por la potencia realmente distinta, y en consecuencia, buscan una potencia (la esencia) que venga a limitar el acta de existir. Con ello, se pone de manifiesto, una vez más, que la opinión "tomista" sobre la distinción entre la esencia y la existencia, ya desde el mismo planteamiento de la cuestión y desde la fijación de las nociones, depende en. su totalidad de la cuestión sobre la limitación del acto ; por tanto, en definitiva, ella misma no se resuelva hasta que haya quedado resuelta esta última cuestión.

 

Igualmente es claro que no es exacto afirmar que toda esta cuestión depende de las nociones distintas que cada escuela tiene sobre la esencia y la existencia, y que, en consecuencia, es insoluble al no existir ningún punto común del que pueda arrancarse en la disputa.

 

Pero, como quiera que tal punto de coincidencia es verdadero (hemos demostrado que do hecho, puede proponerse una noción común de existencia), entonces habrá que abrir la discusión acerca de las mismas - nociones, y habrá que preguntar cuál de las dos tendría que ser escogida. Esto se hará si se someten a examen los principios en que se apoyan tales nociones (en este caso, el principio de la limitación del acto), pues las nociones que no se toman directamente de la experiencia -como es la noción "tomista" de existencia- no pueden ser objeto de “simple aprehensión", sino que son fruto de muchos juicios, y aún, tal vez, de todo un proceso deductivo.

 

531.- Escolio 2. Determinación mayor de la distinción de razón entre la esencia y la existencia según la opinión "suarista". Por la exposición que hemos hecho de la opinión "suarista", se ve claro que la distinción de radón que puede hacerse entre la esencia actual y la existencia, es como entre la cosa y su actualidad, o el estado de su realidad. Por tanto, si se establece la comparación con las especies de distinción real que suelen mencionarse, tal distinción entre la esencia y la existencia habrá que compararla a la que existe entre la cosa y el modo de la misma (modal, o menor), y no a la distinción entre cosa y cosa.

 

Escolio 3.- Determinación mayor de la ,opinión "tomista". Al concebir la unió de la existencia con la esencia según el pensamiento de los "tomistas", no hay que imaginar ninguna especie de sucesión a orden temporal, de forma que se imagine como si la esencia, potencia real y física, dotada de su propia actualidad (según el primer modo de explicarla) fuese por delante de la existencia, y estuviese aguardando que ésta la sobreviniera. Pero no hay un solo momento de tiempo en que la esencia esté sin la existencia, sino que el pensamiento de los "tomistas" es el siguiente: la criatura es de tal naturaleza que Dios no puede crearla más que, por decirlo así, constando de dos elementos: la potencia y el acto, la esencia y la existencia; o lo que es equiva­lente, el acto de "ser" es de tal naturaleza que, si debe crearse finito o limitado, necesariamente debe crearse en íntima unión (o sea, "recibido") con otro elemento, que es su potencia, o la esencia, que lo limita; por tanto, la acción creadora de Dios tiene como término simultáneamente ambos elementos, la esencia y la existencia, o en otras palabras: el "ente ‘quod,", compuesto de esencia y existencia.

 

532.- Escolio 4.- Por la exposición que hemos hecho de la opinión "tomista", aparece claro de qué manera explican ellos la doctrina que hemos propuesto en la tesis anterior, como patrimonio común de todos los escolásticos. Es decir, ellos deducen la distinción de razón en­tre la esencia actual y la existencia, a partir de la distinción real que existe entre las mismas. En efecto, no cabe duda de que, si una se distingue realmente de la otra, el concepto de la una no entrará para nada en el de la otra. Y, si no se da tal distinción real, a jui­cio de ellos, tampoco se dará una verdadera distinción de razón fundada entre los mismos, de suerte que, en tal caso, la criatura debe existir propiamente de forma necesaria y "a se", en virtud de la identidad omnímoda de la existencia con la esencia, de la misma manera que Dios. La opinión "suarista" estima que puede, en verdad, concebirse una distinción de razón que esté fundada, no en la distinción real, sino en la contingencia, de la manera indicada en la exposición que se ha hecho de la opinión.

 

533.- Escolio 5.- Sentido sistemático de la distinción real entre la esencia y la existencia, en la opinión "tomista". Efectivamente, todos los "tomistas." afirman que la distinción real entre la esencia y la existencia es esencial a la criatura, del modo que se ha explicado en la tesis: en cuanto que, sin ella, no puede darse la criatura. Sin embargo, no por ello afirman todos que ella es el constitutivo o la esencia metafísica de la criatura, de suerte que, por ella, la criatura constituya como tal y se distinga del Ente increado. Esta opinión es (más bien) de los "tomistas" actuales (o "neotomistas”), según los cuales, la distinción real entre la esencia y la existencia es la raíz o la fuente de todo cuanto se da en el ente creado (lo cual es propio de la esencia metafísica), de suerte que, por el hecho de que (en el ente creado) el acto de "ser" esté recibido en la esencia, el mismo ente creado so constituye en ente finito, participado, contingente. Más aún, si la cosa se considera en un orden sintético, como ocurre en la cuestión sobre la ana logia del ente, y la distinción entre Dios y la criaturas expresa por su relación al concepto de ente, entonces ellos dicen que tal distinción real entre la esencia y la existencia de la criatura es la razón de la analogía entre Dios y la criatura en el concepto do ente, y además, de la analogía tal como ellos la establecen; es decir, de la analogía de proporcionalidad, pues -según dicen- del hecho que la esencia se distinga realmente del "ser", y en Dios no, se sigue que la esencia, en cada uno, no se comporta respecto del "ser" de la misma manera, o en otras palabras, que la proporción o relación entro la esencia y el "ser" no es totalmente semejante.

 

534.- Escolio 6.- Si se pregunta por el último fundamento do la opinión "tomista" parece que hay que ponerlo -al menos, por lo que se refiero a la mayoría do los "tomistas"- en la concepción especial que tienen de la naturaleza real "ente ,quo,". En efecto, según la doctrina común en la escolástica, el "ente quo' " es de tal naturaleza que invade por completo otra entidad con la que se une (que la mayoría de las veces, es otro "ente 'quo'", o al menos se halla incompleto en el orden de la naturaleza, gracias a lo cual es capaz de recibir otro "ente' quo'", tal como ocurre en el caso de la substancia respecto del accidente), recibiendo de dicha entidad, o comunicándole una perfección totalmente intrínseca, e incluso de orden esencial: así, todo accidente físico (p.e., la blancura) se une íntimamente con la substancia, comunicándole una perfección intrínseca (aunque no sea esencial), y así aquel “ente 'quo" os constitutivo de otra, entidad a la substancia en algún orden de perfección (p.e., de ser blanca); el alma racional, fuera del cuerpo, so une íntimamente con el cuerpo, invadiendo toda su entidad y comunicándole la perfección intrínseca y esencial del ser vivo, y por tanto, lo constituye en el ser vivo, es su verdadero elemento constitutivo en cuanto ser vivo. Estos casos, y otros semejantes que podrían citarse de "ente 'quo'", tienen de común lo siguiente: que el sujeto al que sobreviene el "ente 'quo' ", ya se presupone que posee alguna realidad o entidad, Por tanto, la perfección que se dice comunicada por el "ente 'quo' ", siempre se halla en tales casos fuera del orden entitativo (o de la realidad de la entidad de la existencia), y por ello, el "ente 'quo" es ciertamente constitutivo de otro ente, pero constitutivo de él en cuanto "tal ente" (es decir, en cuanto que posee esta o aquella perfección., excluida la individualidad), no en cuanto "ente" (sin más); o sea, constitutivo del mismo dentro del orden o de la esfera de tal perfección determinada (específica o accidental), poro no dentro del orden o de la esfera del ente o de la entidad. Así pues, la comunicación íntima de las entidades y de las perfecciones que es comúnmente admitida por los escolásticos en la unión de todo "ente 'quo?" (aunque su explicación no deja de ser bastante difícil), es extendida por los "tomistas" a todo el orden, o a toda la esfera del "ente"; en consecuencia, no sólo afirman que una cosa puede hacerse o constituirse "tal", en algún orden (de ser blanco, de ser vivo...) por otra cosa, sino que también puede "ser" sin mas, o constituirse en cuanto "ser" por otra cosa (la existencia). Por tanto, esta otra cosa habría de quedar incluida entre sus constitutivos, o sería su constitutivo no sólo en cuanto que es tal "ente", sino simplemente en cuanto que "es".

 

En cuanto a esta forma de concebir las cosas, hemos de hacer las siguientes observaciones:

 

1) Salta a la viste lo disparidad existente con los demás casos de "ente ' quo'” que se han mencionado. En efecto, aquí no se supone un sujeto, en' cuanto contrapuesto al "ente 'que", que sea real, toda vez que es precisamente el nuevo "ente 'quo" lo que lo constituye en cuanto real. Por tanto, si se afirma que este "ente 'quo" (la existencia respecto de la esencia) tiene respecto de su propio sujeto lo mismo que tienen los demás "entes 'quo' (mejor,'quibus')" (es decir, el comunicar al sujeto la perfección de que consta, o el constituirlo en tal orden determinado ) y ello será no en razón de la semejanza que guarda con ellos, ni tampoco en razón de ninguna inducción, sino que habrá, que probarlo con argumentos apropiados.

 

2) Existe una gran dificultad para poder admitir esta cosa, pues crece ir contra el mismo. Principio de contradicción o el de identidad v. are. 3, n.527).

 

3)) Los mismos "tomistas" reconocen que no poseen de ello evidencia inmediata; es mas, confiesan sin reservas que la cuestiones difícil y oscura, pero que, no obstante, se ven forzados a admitirla porque se les impone como conclusión de todo punto necesaria que se deriva del principio de la limitación del acto. De donde se desprende que, en fin de cuentas, toda esta cuestión sobre la distinción entre la esencia y la existencia viene a depender del principio de la limitación del, acto, participando, en cuanto a su certeza, de la naturaleza del mismo. Así pues, con toda razón podemos considerar, también, el principio de la limitación del acto como el fundamento último de la opinión "tomista acerca de la distinción real entre la esencia y la existencia.