10-10  Santo Tomás de Villanueva, O.S.A.  

1. DOMINICOS 2003

Tú, cuida a tus hermanos

A santo Tomás de Villanueva (1485-1555) lo conocemos popularmente como el Patriarca de la diócesis de Valencia. Un arzobispo que fue gran promotor de la cultura y las artes, maestro en prudencia y gobierno, y, sobre todo,  pastor bueno que se derramó en caridad.

Él, como cualquier cristiano, aunque no hubiera alcanzado fama de profesor ilustre, hubiera sido igualmente santo; y sin hacerse religioso, también; pero sin caridad jamás lo hubiera sido. La caridad es el traje de la santidad de vida en todos los hijos de Dios.

En santo Tomás de Villanueva la caridad fue el ungüento de todos sus actos.

Él respondió a la crisis de Lutero y de otros reformadores desde un profundo espíritu de conversión a Dios y a los hermanos. Las teorías iluminan; pero sólo los hechos de amor convencen.

Recojamos un párrafo de su sermón sobre la ‘santidad del pastor de almas’:

Nuestro Redentor, valorando la excelencia de las almas y el precio de su propia sangre, no quiso dejar el cuidado de los hombres, que tantos sufrimientos le causaron, al solo cuidado de nuestra personal prudencia; quiere actuar con nosotros. Por eso, dio a los fieles unos pastores, revistiéndolos de méritos que ellos no tienen; y entre ellos me encuentro yo, sostenido en mi dignidad por su infinita misericordia.

Cuatro son las condiciones de un buen pastor:

En primer lugar, el amor.., como el Señor exigió a Pedro...

Luego, la vigilancia, para estar atento a las necesidades de las ovejas.

En tercer lugar, la doctrina, para poder alimentar a los hombres...

Finalmente, la santidad e integridad de vida. Ésta es la principal de todas las virtudes...

En cualquier caso, por los frutos se descubrirán siempre si ésas son las condiciones de un buen pastor...”