¿Qué es la legión de María?

La Legión de María es una asociación de católicos que, con la aprobación eclesiástica, han formado una Legión para servir a la Iglesia en su perpetua lucha contra el mundo y sus fuerzas nefastas, acaudillados por aquélla que es bella como la luna, brillante como el sol, y para el Maligno y sus secuaces terrible como un ejército en orden de batalla.

«Como resultado de la caída, toda la Vida humana, tanto individual como colectiva, se presenta como una lucha dramática entre el bien y el mal, entre la luz y las tinieblas» (GS, 13).

 

 

La Legión de María ha hecho suya la terminología de la legión romana, pero, a diferencia de ésta, ni sus huestes ni sus armas son de este mundo.

La Legión es un ejército: pues bien, allí estaba la Reina antes de reunirse ellos; estaba esperando el alistamiento de aquellos que Ella ya sabía iban a venir. Ella fue quien los escogió, y no al revés, y desde entonces, ellos se han puesto en marcha y luchan a su lado, sabiendo que el salir triunfantes y el perseverar guarda un ritmo exacto a su unión con Ella.

¿Dónde y cuando comienza?

 

Aquel primer alistamiento de legionarios de María se hizo en Myra House, Francis Street, Dublin, Irlanda, a las ocho de la noche del 7 de septiembre de 1921, víspera de la fiesta de la Natividad de nuestra Señora. Por algún tiempo la organización se llamó «Asociación de nuestra Señora de la Misericordia», nombre tomado del titulo de la unidad madre.

La fecha del 7 de septiembre, dictada al parecer por circunstancias fortuitas, se tuvo al principio por menos apropiada que si hubiera sido al día siguiente; sólo después de algunos años, en los que María dio pruebas señaladas de su amor verdaderamente maternal, se echó de ver que no fue un rasgo menos delicado el que mostró hacia Legión, haciendo coincidir su fundación con la hora de su nacimiento. Dice la Sagrada Escritura (Gén 1, 5) que el primer día de la creación estuvo compuesto de tarde y mañana; así, era muy propio que fuesen los primeros aromas de la Natividad de nuestra Señora, y no los últimos, lo que impregnaran la cuna de aquélla organización, cuyo primero y más constante empeño ha sido siempre reflejar en si misma la semejanza de Maria como el medio más eficaz para glorificar al Señor y hacerle llegar a los hombres.