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Lo del demonio... ¿es en serio?
Autor: Ernesto María Caro, Sac.
Uno
de los temas que poco se tocan, o que se tocan con poca seriedad es el tema
del demonio. Esto ha hecho que, sobre todo en la actualidad, mucha gente dude
incluso de su existencia, atribuyendo el mal a situaciones puramente psicológicas
o de orden natural. La Sagrada Escritura
es consistente en afirmar la existencia de este ser espiritual, el cual, busca
por todos los medios de destruir al hombre y su felicidad. Es por ello que es
importante esta catequesis, sobre todo en el tiempo de Cuaresma, en el que la
liturgia nos presentará la lucha de Jesús con el adversario de Dios y de su
reino, para tratar de dar una visión más clara del demonio, de su acción y
de su influencia en nuestras vidas y en el mundo en general.
Empecemos diciendo que el demonio no es un ser eterno, pensamiento difundido
por el Maniqueísmo, el cual, ve en él el principio del mal, coexistente con
Dios, principio del bien. El Demonio es una creatura creada por Dios, por lo
que en su origen fue bueno. La Escritura nos dice que su nombre era Luzbel, es
decir "luz bella". Diferentes comentaristas de todos los siglos lo
identifican como el ángel más bello, el cual debido a esa extraordinaria
belleza se llenó de soberbia y se reveló contra Dios, siendo así arrojado
de su presencia para siempre. "La Iglesia enseña que el demonio primero
fue un ángel bueno, creado por Dios como dice el Concilio de Letrán "El
diablo y los otros demonios fueron creados por Dios con una naturaleza buena,
pero ellos se hicieron a sí mismos malos"(DS 800)" CIC 391.
Podemos decir que en la lucha espiritual que se desarrolla desde el Génesis
hasta el Apocalipsis, se encuentra implicado el demonio, como un auténtico
adversario. Su inteligencia angelical supera grandemente la nuestra, por lo
que su acción es temible y su poder busca únicamente desorientar, deprimir y
finalmente destruir. Cuando hablamos del demonio nos encontramos ante el
misterio del mal y de la perdición eterna. "Satán o el diablo y los
otros demonios son ángeles caídos por haber rechazado libremente servir a
Dios y su designio. Su opción contra Dios es definitiva. Intentan asociar al
hombre en su rebelión contra Dios" CIC 538
Otra de las cosas que a veces nos causan confusión es: si el demonio es uno o
si son varios, y esto es debido a que a veces se habla del "diablo",
del "demonio" o de "Satanás". Así pues, diremos que el
nombre de "Satanás" es usado para indicar al Jefe de todos los
demonios, al cual podríamos identificar con Luzbel. Prácticamente esto mismo
se podría decir en el término "diablo". Sin embargo, este término
indica una función de Satanás, y en general de todos los demonios, que es la
de dividir (del latín "diavolus"). Finalmente él término
"demonio" sirve para indicar a todos los ángeles rebeldes. Ahora
bien, este último nombre, en el uso que le da el Nuevo Testamento, nos revela
parte del misterio de estos seres malignos, ya que en él se muestra el
"caos que es el infierno". En el pasaje en el que Jesús se enfrenta
al demonio de Gerasa (Mc 5,10), éste le pregunta": "¿Cómo te
llamas?" Con lo cual, nos da a entender que habla con uno (en singular).
A esta pregunta el demonio responde: "Me llamo legión pues somos
muchos". En la respuesta notamos que responde en singular, pero que en
realidad se refiere a una multitud. Así vemos que mientras que en Dios todo
es orden y unidad, en el demonio todo es desorden y desunión; todo en él es
imperfecto e indeterminado. Es de esta manera como ejerce su acción
destructiva en el hombre y en el Reino, creando caos, desorientación y toda
clase de perturbaciones que buscan únicamente quitarle la paz y la felicidad
al hombre.
Una de las tácticas favoritas y que en los últimos tiempos le ha dado muy
buen resultado al demonio, es el "pasar desapercibido" o hacerle
creer a la gente que no existe, y que todo esto es un mito inventado por la
Iglesia o en el mejor de los casos, por el mismo hombre ante el misterio del
mal, de la enfermedad, etc. De ahí que hoy se busque hacer creer a la gente
que dado que el demonio no existe, tampoco existe la tentación, ni la
perturbación y posesión diabólica. Sin embargo, el testimonio de la Biblia
no deja lugar a dudas sobre la acción del poder del Demonio. Dado que sería
muy extenso el análisis de todos los textos en los que Jesús combate al
demonio y demuestra así su existencia, nos limitaremos a presentar, a guisa
de ejemplo, el caso del "epiléptico endemoniado" (Mt 17,14-18, Mc
9,14-29, Lc. 9,33-45), ya que éste pasaje ha sido usado frecuentemente para
decir que Jesús en realidad, lo más que se le puede atribuir al caso, es el
haberlo sanado de una enfermedad de tipo psiquiátrica.
El caso del Epiléptico se desarrolla después de que Jesús ha regresado de
la Transfiguración, y se encuentra con que sus discípulos no han podido
expulsar a un demonio. En este episodio han buscado, como ya decíamos,
reducir el exorcismo realizado de Jesús a una simple enfermedad curada por el
poder de Jesús. De acuerdo a un especialista, los síntomas presentados por
el muchacho corresponderían a un ataque de epilepsia: 1. el enfermo grita; 2.
enseguida el enfermo se tira al suelo y se pierde la conciencia; 3. continúa
la fase tónica caracterizada por la rigidez; 4. enseguida sigue la fase clónica
con movimientos convulsivos, la respiración se hace difícil y le sale
"baba", se corre en este momento el riego de que el enfermo se
muerda la lengua y se rechinan los dientes; 5. finalmente viene la fase de
recuperación, la cual siempre es larga y penosa. Todas estas coincidencias ¿prueban
que el evangelio confunde la posesión diabólica con una enfermedad? ¿Podemos
decir que fue una sanidad o un exorcismo lo que realizó Jesús?
En este pasaje nos encontramos: 1. Que sí se describen muchos de los fenómenos
que se presentan en una crisis epiléptica, esto es debido a que muchas
traducciones han buscado conducir los síntomas del muchacho hacia esta
enfermedad. Sin embargo, el texto griego nos ofrece una interpretación
diversa. SPARASSEI no significa que el muchacho fue únicamente precipitado
por tierra, sino que fue "destrozado o lacerado" de la misma forma
que el arado lo hace con la tierra al hacer el surco. Por otro lado se
presentan algunos aspectos que no tienen nada que ver con la epilepsia, como
es el mutismo del muchacho, los impulsos suicidas al arrojarse al fuego y al
agua; la reacción del muchacho al encontrarse con Jesús, todas ellas
características que están relacionadas a la posesión diabólica. Por otro
lado, de acuerdo a la experiencia de los exorcistas, el demonio usa de las
debilidades del poseído incluyendo sus enfermedades. Y vemos que los
evangelistas distinguen perfectamente entre poseído y enfermo, ya que
mientras con los primeros se establece un diálogo con el demonio y se dan
reacciones violentas que terminan con una orden de Jesús, en el segundo se da
una terapia en las que se imponen las manos, se unge con óleo u otro signo de
curación. Es pues evidente que el demonio es una realidad en el mundo y que
puede ser capaz de destruir una vida.
El demonio obra en este mundo con el poder que la misma Escritura le reconoce,
lo mismo que la experiencia secular de la Iglesia. Esta acción la ejercita de
dos modos: por medio de la seducción y por medio de la constricción. La
primera forma de obrar del demonio es también lo que conocemos como la
tentación, y consiste en incrementar en nosotros el deseo, presentando por
medio de engaños, una realidad que es en sí misma mala y destructora, pero
que sabe esconder muy bien bajo la apariencia de un bien, como lo podemos ver
claramente tanto en el paraíso como en las tentaciones de Jesús, en donde se
les ofrece, el poder, el placer y la gloria. Es la manera como engaña y
atrapa a sus víctimas para llevarlas al pecado, que en ocasiones pude incluso
llevarlas hasta hacer un pacto con él, a fin de tener todo cuanto le ha sido
ofrecido. Esto en principio aparece como un bien, pero pronto se desenmascara
descargando sobre su victima todo su odio, destruyendo su vida y todo cuanto
tiene a su alrededor. Debemos saber y recordar siempre que Satanás no tiene
amigos, solo esclavos. Es tan hábil que sabe desestabilizar el alma y
llevarla a sus terrenos como son el espiritismo, curanderismo y en general la
búsqueda del conocimiento al margen de Dios, en donde fácilmente pude ir
teniendo mayor participación en su vida hasta incluso llegar a la posesión.
Sobre estas prácticas la misma Biblia nos previene (Lv 19,26.31; 20,27; Dt
18,10-11; 1Re 28,7.9-10.13).
Dentro de la constricción, podemos distinguir diferentes maneras en que el
demonio actúa. Entre ellas están los maleficios y los sortilegios. Estos,
aunque no son comunes pues la mayoría de las veces, se confunden con
enfermedades de tipo psíquico o sobre todo con sugestiones, la Iglesia
reconoce que existe una forma de obrar del demonio en la que por medio de
objetos y pociones preparadas por aquellos que tiene pacto con él, son
capaces de producir males morales e incluso físicos en las personas. Cuando
esto sucede es necesario recurrir a lo que se llama "liberación",
con el fin de erradicar el maleficio o la "factura" realizada sobre
una persona. En algunos casos es incluso necesario recurrir al exorcismo. En
los casos en que esto esta ligado a objetos, estos deben ser tratados con
mucho cuidado y por alguien que sabe de esto con el fin de evitar daños
mayores. El demonio es un ser perverso y utiliza todo cuanto esta a su alcance
para destruir. Lo peor es que en estos casos, las victimas no solo son a los
que se les hace el maleficio, sino principalmente quien lo procuró, pues ha
entrado a tomar parte activa en el proyecto del mismo demonio. Por ello el
acudir con magos, hechiceros y curanderos lejos de resolver cualquier problema
lo empeoran y dificultan, pues lo que podría haber sido algo relacionado con
la Psicología puede transformarse en una verdadera enfermedad espiritual e
inclusive en una perturbación o una posesión.
El Demonio usa de la "constricción" sobre dos tipos de personas: a)
Aquellas que se abandonan a él con el pecado o con el pacto; y b) Aquellas
que constituyen un peligro para su reino. Cuando el demonio va hasta el final
de su obra malvada, es cuando se encuentra uno ante el caso de la posesión,
los cuales de ordinario son pecadores que se han abandonado a él, de modo que
es posible que los posea. En los santos y en quien busca con radicalidad la
santidad, el demonio produce en ellos lo que se conoce como "obsesión",
a través de la cual busca desestabilizar su acción, hacerla ineficaz, y que
finalmente desistan de este propósito. Para ello usa de todos los medios a su
alcance incluyendo la perturbación física.
Ya decíamos más arriba como una de las tácticas favoritas del demonio, para
poder actuar con más libertad y eficacia es el de persuadir a la gente de que
él no existe. De hecho, podemos decir que el gran éxito en nuestros días de
Satanás, es el haber sustituido su acción directa, la cual suscitaba miedo,
por una acción orgánica y anónima, invisible, la cual avanza en el tejido
social sin ruido, sin dejar la firma del príncipe de este mundo, el cual se
sirve de agentes humanos, estratégicamente colocados para lograr su presencia
y su acción en el mundo. De esta manera busca gobernar sin aparecer. Es de
esta manera como está logrando (y de esto somos testigos todos nosotros), la
exaltación del hombre y la marginación de Dios; la tentación del Paraíso,
tenida como mito, ha venido tomando forma concreta en nuestra sociedad:
"Serán como dioses" (Gen 3,5). Esto ha causado un rechazo sistemático
de Dios en muchos sectores de la humanidad, el cual enmascarado en el
"laicismo" va haciendo de Dios, no el órgano rector de las
conciencias, sino simplemente un ser marginal al cual se le da culto el
domingo (si acaso), pero que está, más aún, que debe estar al margen de la
vida, pues su acción solo impide el crecimiento del hombre. Así Dios no solo
deja de ser el rector de la vida, sino que su figura se convierte en la de un
tirano que oprime al hombre y lo confina a la oscuridad de la razón,
principio de la gran estratagema del demonio con Adán y Eva. (cf. Gen 3,3).
Podemos decir que después de la fase agresiva del siglo XIX y al principio
del XX, Dios, desintegrado de las conciencias, ha venido a ser el gran
ausente. Podemos constatar como el ateismo ha tomado ahora la forma de
"agnosticismo", que según algunos datos, se calcula que de seguir
esta tendencia secularizante, para el siglo XXI habrá una proporción de 4 a
1 (de cada cuatro individuos tres serán agnósticos y uno creyente). La
humanidad adolescente del siglo XIX, ha hecho del progreso un ídolo. Casi
podríamos escuchar la voz burlona del Demonio: "¡Hombre! ya eres un
adulto. Eres el rector y señor del mundo. Tú posees la ciencia. Tú no
tienes necesidad de Dios y de la providencia. Con la ciencia tú podrás
vencer la pobreza, la enfermedad, la guerra e incluso hasta la misma muerte.
Dios te tenía como esclavo, pero mírate ahora hecho ya un adulto listo para
la libertad. Date pues cuenta que Dios no existe, tú puedes ahora decretar
IMPUNEMENTE, lo que tú quieras (incluida la muerte de Dios), pues tú eres
ahora el Dios DEL FUTURO.
Gentes como Karl Marx (1818-1883), Lenin (1870-1924), Auguste Compte
(1798-1857), Charles Darwin (1798-1857), Friedrich Nietzsche (1844-1900),
Sigmund Freud (1856-1939) y Jean-Paul Sartre (1905-1980) son entre otros
algunos de los que han contribuido poderosamente a diluir e incluso a
erradicar la idea de Dios en la sociedad. Vemos hoy en día que pese a todos
los esfuerzos hechos por el hombre para vencer el hambre, la pobreza, la
enfermedad y la muerte, han sido en vano, y que incluso nunca como hoy el
hombre vive en una situación de miseria física y/o espiritual como nunca en
su historia la había vivido. Y es que el hombre al olvidar su origen y su
destino ha venido a caer en el absurdo. Vemos con tristeza que la principal
industria de nuestro planeta es la fabricación y venta de armamento. La droga
se ha estructurado a un nivel mundial y es capaz de envenenar a toda nuestra
juventud. El mismo amor se ha ido convirtiendo poco a poco, pero con paso
firme, en simple erotismo, el cual se preocupa únicamente de gozar sin
concebir, o lo que es peor de concebir pero sin generar, con lo cual se ha
convertido en un instrumento de muerte. El aborto, legalizado e impulsado,
muchas veces subvencionado, es causante hoy en día de más muertes de las que
se realizaron en los campos de extermino en todo el mundo. Todo esto no es
sino el rastro que va dejando el "príncipe de este mundo" en su afán
por destruir la vida y la felicidad del hombre.
Todo lo anterior ha servido como caldo de cultivo para lo que conocemos como
el Satanismo, el cual, puede ir desde su culto hasta el pacto diabólico, en
el cual, el demonio continúa como lo hizo con Cristo, ofreciendo el mundo
entero a cambio del alma de su adorador. El satanismo, aunque ha existido
siempre, se puede decir que nunca como ahora ha tenido un desarrollo tan
fuerte y sobre todo abierto y organizado, causado principalmente por el
reconocimiento legal que en muchos lugares se le ha dado (bajo la premisa de
la libertad de culto, sin pensar que este culto es el principal destructor de
la misma libertad y de la sociedad). Como el principal exponente pude
considerase a Aleister Crowley (1875-1947) nacido en Inglaterra, el cual, fue
conocido como el "hombre más perverso de la historia", nombre del
cual él mismo se vanagloriaba. Murió a los 70 años, totalmente destruido
por la droga y abandonado de todos sus seguidores. En las "misas negras
que practicaba", se realizaban sacrificios de animales y grandes orgías
en medio de droga y masoquismo. En la actualidad, los seguidores de estas
sectas, han llegado a practicar sacrificios humanos y a comerse el corazón de
sus víctimas. Uno de los ejemplos más notorios a nivel mundial de estas
sectas es la de "Final Church" la cual fue responsable de la muerte
y masacre de la famosa artista Sharon Tate el 8 de agosto de 1969.
Uno de los medios por los cuales se ha difundido esta doctrina y perversidad,
es sin lugar a dudas lo que se conoce como "Hard Rock" o "Rock
Pesado" también conocido como "Heavy Metal Rock". Este medio
ha sido usado por los seguidores del satanismo para promover sobre todo la
violencia, el desenfreno sexual y la droga. Mick Jagger, cantante de los
Rolling Stones decía hace unos años: "El Rock lo que necesita es más
sexo, más droga y más satanismo". Algunos de sus éxitos fueron:
Sympathy for the devil (Simpatía por el diablo); Dancing with Magíster D
(Danzando con el "señor" diablo); To their satanic majesties
(Dedicado a las "majestades" satánicas). Muchos de estos grupos
usan sus discos para dar culto a Satanás, lo cual logran gravando en sentido
contrario a como normalmente se oyen los discos, alabanzas a Satanás, sonidos
de bestias, aullidos, etc... otras veces (las menos), hacen referencias a
diferentes nombres satánicos en sus grabaciones y mezclan mensajes
subliminales que invitan al desenfreno en todos los ordenes. En sus ropas
llevan siglos y frases dedicadas al demonio. En sus presentaciones se
comportan como locos, o más bien como poseídos por espíritus satánicos,
llegando en algunos de sus conciertos a arrojar tinas que contienen sangre y vísceras
de animales.
Para pasar los mensajes subliminales utilizan frecuencias que el conciente no
registra (debajo de 20 Hz o arriba de 17,000 Hz.) pero que son capaces de
producir en el cuerpo una substancia llamada "endorfina" el cual es
una especie de droga natural. Esto hace que la gente se sienta elevada, y la
mueve interiormente a buscar la droga, o si ya se es adicto a aumentar la
dosis. Algunos mensajes subliminales encontrados en los discos son; Satanás
es Dios (Back Sabat); Oh Señor Satanás, yo te deseo (Led Zeppeling);
Bienvenido Satanás, acepta nuestro pacto, Bienvenido al Show (Electric Ligth
Orchestra); Satanás está en mi (Michel Jackson) y otros más. Esto sin tomar
en cuenta las cientos de canciones que hoy se escuchan, en los cuales hay
mensajes abiertamente satánicos (sobre todo en Estados Unidos). De todo esto
se ha derivado una serie de enfermedades que van desde la pérdida del odio
(por los altos volúmenes y las frecuencias de las canciones), hasta
enfermedades cardiovasculares, pérdida del equilibrio físico, perturbaciones
de carácter físico-sexual y cambios importantes en el nivel de insulina de
la sangre (propensión a la diabetes). Algunos bloqueos morales se desmoronan
ante la influencia de este tipo de música, como claramente lo dice Bob Larson
en su reporte sobre el Rock: "El rock no es un pasatiempo inofensivo. Es
una droga más mortal que la misma heroína, la cual está envenenado la vida
de nuestros jóvenes".
El Heavy Metal Rock y el satanismo han derivado en lo que hoy se conoce también
como el Rock "satánico" el cual de acuerdo a algunas estadísticas
es el responsable de una gran cantidad de suicidios en los jóvenes (sobre
todo en Estados Unidos). Muchas de estas canciones en sus letras incitan a
este comportamiento. Además de todo esto, los cultos satánicos y el
satanismo en sí, invita y provoca a la criminalidad "satánica": no
solo a la profanación de cementerios o de las sepulturas, la necrofilia y los
maleficios de todo genero, sino incluso a los homicidios rituales. Sin ir más
lejos hace unos cuantos años, en la ciudad de Matamoros, Tamps., fueron
asesinadas 24 personas, las cuales querrían asegurar la ayuda del demonio
para el tráfico de drogas. Ante esto cabría preguntarse ¿por qué no se
hace nada? la respuesta es la que hemos venido dando desde el inicio: Satanás
sabe esconderse muy bien y ahora ha hecho creer a la gente que no existe. Así
que los asesinatos y todos los demás desordenes tiene alguna explicación de
tipo psicológico o moral. Es pues importante que sobre todo los jóvenes
aprendan a reconocer su presencia y a huir de ella.
Mencionemos cuales son las armas con las que cuenta el cristiano y el modo de
mantener este "combate" espiritual contra Satanás y sus aliados.
Podemos decir que existen "armas" ordinarias y extraordinarias.
Dentro de las armas ordinarias toma el primer plano LA ORACIÓN, la que junto
con la PENITENCIA forman el bloque que dificulta y restringe la acción del
demonio (Cf. Mt 26,41). De manera que podemos decir que cuando el cristiano
ora y ayuna (hace penitencia), no solo fortalece la acción contra la tentación
y el pecado, sino que se mantiene en guardia contra las acechanzas del
demonio. A esto se puede añadir algunas oraciones especificas que la Iglesia
siempre ha recomendado contra la acción del demonio como son: La consagración
a Dios por medio de María Santísima, ya que ella es la enemiga victoriosa de
la "serpiente" de acuerdo a Gen 3,15 y Ap 12. Una oración que
refuerza nuestra unión con Dios es la del "Regina Caeli", así como
la oración de San Miguel Arcángel, atribuida a San León XIII, quien la
prescribió para que se rezara después de cada misa, como producto de una
visión que tuvo sobre el terrible proyecto de Satanás sobre la Iglesia. De
hecho, el Papa Juan Pablo II invita continuamente a que no se olvide el rezo
cotidiano de tan poderosa oración.
Por otro lado tenemos la práctica del ayuno y en general todas las prácticas
ascéticas, las cuales de acuerdo a Jesús son una de las armas más
importantes para protegerse y luchar contra el "adversario" del
Reino ("Este tipo de demonios no salen sino es con el ayuno y la oración"
Mc 9,29). La renuncia voluntaria a las cosas buenas de la vida, nos ejercitan
para renunciar a aquellas que se nos presentan como una tentación. Todos los
santos, quienes han tenido que combatir contra el pecado y en muchas ocasiones
con manifestaciones expresas del demonio, no cesan de recomendar el ayuno como
una de las armas más eficaces contra las acechanzas del maligno. Las otras
dos armas con las que cuenta el cristiano para su lucha espiritual contra el
pecado y las acechanzas de Satanás, son los sacramentos y los sacramentales.
Los primeros, siendo una acción y participación directa de Jesús en el
cristiano, son la mejor defensa contra el poder del Maligno y fuente de
fortaleza espiritual para prevenir el pecado. La Eucaristía y la Reconciliación
frecuente, hacen que el cristiano pueda avanzar en la vida con la victoria de
Cristo. Estos dos sacramentos fortalecen toda la vida espiritual de quien los
recibe imposibilitando la acción del demonio. Esto trae por consecuencia, paz
y armonía interior. Finalmente tenemos los sacramentales como son los
crucifijos, las imágenes de Jesús y de la Santísima Virgen, las medallas
benditas, y de manera particular la "Cruz de san Benito" a cuya
bendición está ligado un exorcismo. Todos estos sacramentales, en la medida
en que se usan con fe y con la aprobación de la Iglesia, vienen a ser una
importante herramienta para mantenerse en santidad y en guardia contra las
acechanzas del demonio.
Sobre las prácticas acéticas debemos decir que el mismo Jesús nos ha dado
muestras de la eficacia del ayuno, en el combate contra el demonio y la
tentación cuando al inicio de su ministerio ayunó durante 40 días con el
fin de estar preparado para el momento de la prueba (Lc 4,5.9). Después de la
resurrección del Maestro, sus discípulos lo imitaron y con ello iniciaron la
evangelización de las naciones (Act 13,3). Y es que al abastecerse de
alimento que es la fuerza y la energía del cuerpo, el hombre se abandona a la
fuerza y a la eficacia del poder de Dios. Es de alguna manera renunciar a
nuestras propias fuerzas, para darle a Dios toda la libertad de actuar en
nosotros y a través de nosotros. Es al mismo tiempo una privación que
permite al Espíritu Santo dar al hombre más lucidez en la toma de sus
decisiones. Si el cristiano quiere vivir una vida plena en la gracia y dejar
que se desarrolle en él la vida del amor y de esta manera estar protegido
contra las acechanzas del demonio, debe orar y ayunar con frecuencia.
Uno de los elementos más efectivos para tener a raya al demonio y todas sus
seducciones, es el amor a María Santísima a quien Satanás teme y lo hace
temblar de rabia y de impotencia. Mientras que el demonio combate desde el
exterior, por medio de la violencia y la seducción, María inspira, desde
nuestro interior, la fuerza que viene solo de Dios. Satanás inspira el odio
que destruye y desintegra mientras, que María nos inspira el amor que reinará
por siempre. De ahí la necesidad de una piedad mariana que mantenga a
distancia al enemigo y que nos ayude a resistir en el momento de la tentación.
Es testimonio de todos los santos la eficacia de la intercesión de María, en
los momentos de tentación y acoso del demonio. Por ello, arma indispensable
del cristiano es el rezo diario del rosario, el uso del escapulario de la
Virgen del Carmen y alguna medallita.
Finalizamos esta catequesis sobre nuestro adversario el diablo, con 10
sugerencias o prácticas que nos ayudan en nuestra lucha espiritual:
1) Mantén la puerta de tu corazón siempre limpia. Ciérrala al mal y al
maligno.
2) Conserva tu vida en orden: el tener, el poder, el saber, el amor, deben
estar referidos siempre solo a Dios, pues él es la fuente de todo bien. Toma
la vía excelsa del ayuno.
3) No tomar parte en ninguna práctica de espiritismo o de ocultismo bajo
ninguna de sus formas (Ouija, lectura de cartas, meditación trascendental,
Fidencismo, etc.) Son trampas que envenenan tu vida.
4) Escoge bien los proyectos y los objetivos de tu vida. Estos deben ayudarte
a construir tu vida como una ciudad abierta a Dios y bien protegida contra los
ataques del enemigo.
5) En las tentaciones violentas u obsesivas de un bien o de un placer, aléjate
y no te dejes provocar ni absorber. Busca inmediatamente otras cosas en que
pensar o en que entretenerte, para mantener ocupado tu espíritu y movilizar
tus fuerzas. De esta manera la obsesión que busca engañarte desaparecerá.
Por lo que ser refiere a las tentaciones:
6) Es importante saber que si has ofrecido todo a Dios, y después de haber
vivido en Él en la paz y en el gozo, incomprensiblemente te encuentras
rodeado de oscuridad, de tentaciones, desgracias, e incluso de padecimientos físicos,
y tienes la sensación de estar nuevamente abandonado de Dios, o de ser un
extraño para él, debes saber que este supremo asalto del demonio puede ser
una prueba saludable. En la noche, incluso en la desesperación que nos lleva
hasta la locura, abandónate a Dios. El es la única esperanza, la única
cuerda que puede sostenerte cuando estás en el túnel oscuro, en el cual has
sido despojado de todo. En este túnel, en el cual tienes la sensación de
precipitarte vertiginosamente hacia el vacío, Dios te elevará hacia sí, en
un estado de ligeraza que nunca antes habías probado. Sin embargo, la luz está
solo hasta el final.
7) No olvides que tienes un Ángel de la Guarda. Encomiéndate a este guardián
y a san Miguel Arcángel, que es el número uno de la milicia celestial, el
cual se bate por Dios y por ti contra el demonio. Como ya hemos dicho, es
fundamental en nuestro camino hacia Dios y en nuestra lucha contra el pecado y
el demonio, nuestra relación con María, por ello:
8) Abandónate totalmente a la Virgen. Es tu madre en la verdad. Ella puede
ver más lejos que tú y te protege. No puedes estar en mejores manos.
Mantente siempre en su presencia, pues ella te guiará hasta Dios.
9) Sobre todo, entrégate TOTALMENTE a Cristo victorioso, Dios omnipotente, el
cual quiso participar incluso de nuestra debilidad humana. El te guiará en el
Amor, hacia el Amor, sobre las alas del Espíritu Santo que él mismo te ha
enviado.
10) El demonio está vencido. No tengas miedo y confía en la victoria, no en
la tuya pues eres débil, sino de la de Cristo; no en la de tus débiles
fuerzas, sino en la del Amor. Mantén siempre en tu corazón la palabra del apóstol
Santiago: "Resistan al Diablo, y él se apartará de ustedes" (St
4,7).
El Pbro. Ernesto María Caro Osorio fue ordenado sacerdote en el Seminario de
Monterrey el 15 de agosto 1991. Licenciado en Espiritualidad por la
Universidad Gregoriana de Roma y Doctorado en Mariología por la Universidad
Marianum de Roma, es director de la página Evangelización
Activa, que busca llevar la palabra de Dios a todos los rincones del mundo
mediante el uso de los medios electrónicos, especialmente el correo electrónico.