La edad
contemporánea
Durante el
cuarto de siglo comprendido entre los años 1789 y 1815, Francia estuvo en el
primer plano de la vida del mundo.
El 4 de agosto, en una memorable «sesión patriótica» de la Asamblea
Nacional, el clero y la nobleza renunciaron a sus privilegios tradicionales. El
10 de octubre, a propuesta de Talleyrand, entonces obispo de Autun, la Asamblea
Constituyente decretaba la secularización de todos los bienes eclesiásticos.
Estos bienes acabaron pronto en manos particulares y constituyeron la base económica
de la nueva burguesía francesa