ABORTO
ANTICONCEPTIVOS
TESTIMONIOS
FEMINISMO
Efectos abortivos de algunos anticonceptivos
1. Las píldoras anticonceptivas:
Los anticonceptivos orales o píldoras actúan impidiendo la ovulación o cambiando el moco cervical de modo tal que éste impide el paso de los espermatozoides, teniendo en ambos casos un efecto anticonceptivo. Pero además producen cambios en el endometrio uterino que impiden que el óvulo ya fecundado (o sea de una vida recién comenzada) se anide, siendo este efecto abortivo.
La concepción o fecundación se produce en el instante mismo en que el espermatozoide penetra el óvulo, a partir del cual no cabe duda alguna de que existe una nueva vida humana.
FUENTES: Javier Marco Bach, "Métodos artificiales de regulación de la fertilidad humana," Cuadernos de Bioética (abril-junio de 1991): 37; Paternidad Planificada. Solicitud de Financiamiento al Gobierno de los EE.UU., enero 9, 1982; Albert D. Lorencz M.D.: ¿Cómo funciona la píldora?; Luteranos a favor de la vida, Abortos silenciosos, EE.UU. Véanse: ¿Cuándo comienza la vida humana?\El desarrollo prenatal. Conexión entre la anticoncepción y el aborto/¿Los anticonceptivos impiden el aborto? Catálogo: Hablemos sobre los anticonceptivos
2. Los dispositivos intrauterinos (DIUs):
Los DIUs, tales como el ASA, la T de cobre y el Anillo, son artefactos de diferentes materiales que se introducen en el útero para evitar la procreación. Actúan química y mecánicamente, impidiendo a veces la anidación del óvulo ya fecundado en el útero, lo cual es un efecto abortivo.
Este efecto es producido de varias maneras. Los DIUs aceleran el transporte del óvulo fecundado a través de la trompa, por lo que al llegar al útero éste no está capacitado para recibirlo y lo aborta. También producen destrucción por lisis del blastocisto (el ser humano en sus primeras etapas de desarrollo); desplazan mecánicamente del endometrio (la capa que recubre internamente al útero) al blastocisto ya implantado en él; impiden la implantación debido a la respuesta inflamatoria al cuerpo extraño que se produce en el endometrio; y alteran el proceso de maduración y proliferación del endometrio afectando la implantación.
FUENTES: Hatcher R. Atrussell, J. Stewart T. y col., Tecnología anticonceptiva, Edición Internacional, p. 359-369; Javier Marco Bach, "Métodos artificiales de regulación de la fertilidad humana," Cuadernos de bioética (1991): 37; Carol Lynn, "Anticonceptivos después del coito sin protección," Network en español (enero de 1995): 7; Luteranos a favor de la vida, Abortos silenciosos, EE.UU.
Los dispositivos intrauterinos
Por el Dr. Lloyd J. Duplantis
El DIU es un pequeño lazo de metal o de plástico que se inserta en el útero de la mujer. El mecanismo de acción es generalmente presentado como "desconocido". Esta es una concepción amplia y engañosa que es comúnmente utilizada para esconder su probable efecto abortivo.
El indicador clave de que el modo primario de acción del DIU es su efecto abortivo, el cual evita la implantación del óvulo fertilizado, es la tasa de embarazo. El hecho de que el embarazo ocurre con una tasa esperada de 8 (espiral de cobre) a 20 (impregnado con progesterona) veces más alta que con las píldoras contraceptivas orales1 combinadas, indica que la ovulación y la fecundación están ocurriendo frecuentemente.
El índice típico de embarazo con DIU es del 16% (16 de cada 100 mujeres que usan este método durante un año quedarán embarazadas). El índice de embarazo ectópico es 10 veces mayor que en la población normal.2
En orden de distanciar, confundir o encubrir aún más la realidad del modo de acción de estos productos, se declara que el cobre mezclado o incluido en estos productos es 100% efectivo en evitar la concepción, punto crucial para mantener la creencia de que la concepción nunca tiene lugar. Como puede verse fácilmente, dado que las verdaderas tasas de embarazo son más altas de lo que se esperaba, esta es una propuesta ridícula. Una explicación mucho más probable es que el cobre interfiere realmente con algún proceso enzimático y/o la implantación de embriones de 5 a 14 días de edad gestacional.3 Otro claro indicador de que el mecanismo de acción que se alega impide la concepción no es primario o siquiera realista, es el hecho de que el DIU sin contenido de cobre u hormona puede prevenir el embarazo por sí mismo. Otra área a prestar atención para demostrar el efecto abortivo del DIU es el hecho de que es usado como contraceptivo de emergencia o contracepción post coital, al ser insertado varios días después de la relación. La concepción podría ya haber ocurrido y la forma más probable de acción sería la irritación del endometrio a fin de prevenir la implantación.4
Se dice asimismo que, dado que la HCG (gonadotrofina coriónica humana) no se eleva en la mujer que utiliza el DIU, el embarazo no ocurre. La HCG sólo comienza a mostrar aumentos sustanciales en el suero de la mujer tres días después de ocurrida la implantación. Por lo tanto, si un DIU afecta la implantación, no habría elevación de HCG salvo que el humano recién concebido supere los efectos del DIU sobre el endometrio y aún así, sobreviva. En los humanos, el ión cobre liberado desde un DIU de cobre, aumenta la reacción inflamatoria y alcanza concentraciones en los fluidos luminales del tracto genital, que son tóxicos para los espermatozoides y los embriones. En mujeres usuarias del DIU, todo el tracto genital se muestra afectado, al menos parcialmente, por la transmisión luminal de los fluidos acumulados en el ambiente uterino. Esto afecta la función o viabilidad de las gametas, disminuye la tasa de fertilización y mengua las chances de supervivencia de algún embrión que pueda haberse formado, aún antes de alcanzar el útero.5
El efecto del DIU a nivel uterino es su acción de destrucción del blastocisto previo a su implantación. Además, si la implantación ocurre, puede uno esperar una mayor incidencia de abortos espontáneos en estos embarazos. Es importante que la mujer tenga esta información y que pueda tomar una decisión moral y ética apropiada. Muy a menudo ella recibe de su médico la información de que el mecanismo de acción del DIU es desconocido. Para el médico, ya no es adecuado decirle a sus pacientes lo mismo. En 1960, el mecanismo no era claro, pero con el avance del conocimiento esta acción ha sido más claramente elucidada. Los médicos tienen la responsabilidad ética de informar a sus pacientes sobre la acción abortiva del DIU.6
Nota: Este artículo fue presentado ante el Congreso de la República de Brasil para impedir el uso del DIU. El Dr. Lloyd J. Duplantis es, entre otras cosas, el Presidente de la Asociación de Farmacéuticos ProVida de USA. La homepage en Internet para "Pharmacists for life" está en http://www.pfli.org y es posible contactarlo en inglés través de su e-mail allí. El Dr. Duplantis consiguió que se aprobara una «Cláusula de conciencia» en EE.UU. por la cual un farmacéutico no puede ser obligado a distribuir productos que atenten contra sus convicciones. Es decir, las píldoras abortivas y medicamentos para ser usados en practicar la eutanasia. El suicidio asistido ya es legal en el estado de Oregón, y en Noviembre se votará una ley similar en el estado de Michigan.
La traducción ha sido realizada por la Licenciada María Magdalena Orellana (Psicóloga) y el Dr. Gabriel Marcón (Médico Ginecólogo), matrimonio a cargo de la Pastoral Prematrimonial de la Parroquia San Juan Bosco (Caleta Olivia, Pcia. de Santa Cruz, República Argentina, Septiembre 1998).
Citas: 1. Wyeth Laboratories. (1994). "Triphasic-28 Product Information". Philadelfia. Wyeth-Ayerst.
2. Wilson, M. (1996). "Amor y familia". Ignatius Press. San Francisco (pág. 281-287)
3. Kuhar, B. (1995). "Infant Homicides trough contraceptives". 2nd ed Eternal Life. Bardstown, KY. Pg. 20-21.
4. Hatcher, et al. (1994). "Contraceptive Technology".
5. Bardin, C.W. et al (1996) "Mechanisms of action of intrauterine devices", Obstetrical and Gynecological Survey Vol. 51, Number 12, Suplement-NICHD, Bethesda, MD.
6. Hilgers, T. "An evaluation of intrauterine device". Report, Dept of Obstetrics'Gyn, St Louis Un School of Med. St. Louis, Missouri.
3. Los implantes e inyectables:
Los implantes, como el Norplant, y los inyectables, como la Depo-Provera tienen el mismo mecanismo de acción abortiva que la píldora. Tanto el uno como el otro tienen sólo progestágenos.
En las Filipinas donde el aborto es ilegal, la compañía farmacéutica internacional Upjohn estaba fabricando la Depo-Provera y comercializándola como si fuera un anticonceptivo, cuando en realidad es abortiva.
FUENTES: Sarah Keller, "La progestina es muy eficaz y segura," Network en español, Family Health International, vol. 10, no. 3, julio de 1995, pp. 4-10; Alfredo Cuadrado, A favor de la vida 3ra ed. (Santo Domingo, R.D.: Colección para la Familia, 1990), 141.
4. La píldora RU 486: Véase: Los diferentes métodos de aborto\Métodos químicos.
5. "Anticoncepción de emergencia" o "anticonceptivos post-coito":
Los "anticonceptivos post-coito" constituyen una forma de "evitar" la procreación basada en la falsa teoría de que el embarazo comienza con la implantación del óvulo ya fecundado (o sea, de la nueva vida humana) en el útero, en vez de la fecundación. Basándose en este idea errónea se les dan el nombre de "anticonceptivos post-coito" o "anticoncepción de emergencia", cuando en realidad se trata de un aborto.
Para lograr ese objetivo utilizan diferentes métodos, tales como el dispositivo intrauterino (DIU) y ciertas dosis de la píldora abortiva RU 486 y de la misma píldora anticonceptiva durante cierto tiempo después del acto sexual. En todos estos métodos lo que se busca es evitar la implantación del óvulo ya fecundado, por lo que son métodos abortivos.
FUENTE: Carolo Lynn, "Anticonceptivos después del coito sin protección, Network en español (enero de 1995): 7.
Véase también:
Métodos engañosos de aborto Más de 100 médicos afirman que la píldora anticonceptiva mata bebés
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TESTIMONIOS
Conexión entre la anticoncepción y el aborto
¿Los anticonceptivos impiden el aborto?
De la anticoncepción al aborto
Una guía para parejas comprometidas y recién casadas
Lo que han dicho los promotores de la anticoncepción
Lo que ha dicho la Iglesia Católica sobre esto
Lo que han dicho otros cristianos
¿Debe oponerse a la anticoncepción el movimiento provida?
¿Los anticonceptivos impiden el aborto?
A nivel de los estudios sociológicos y de los datos estadísticos A primera vista parece lógico que la anticoncepción impida el aumento del aborto. Sin embargo, los datos y la experiencia demuestran lo contrario. Veamos por qué:
1. En primer lugar, los principales anticonceptivos actúan algunas veces como abortivos. (Véase más abajo y también: Anticoncepción\Efectos abortivos de algunos anticonceptivos.)
2. Pero, además de esto, la anticoncepción no impide el aumento del aborto quirúrgico. Todo lo contrario. Esto se debe a lo siguiente. La disponibilidad de los anticonceptivos produce un aumento de la actividad sexual. En 1981, el Instituto Alan Guttmacher de la Federación de Planificación de la Familia de los Estados Unidos o PPFA (Planned Parenthood Federation of America), publicó un informe en el cual declaraba que durante los diez años anteriores hubo un aumento del uso de los anticonceptivos entre los adolescentes, pero al mismo tiempo hubo un aumento de la actividad sexual. La PPFA es la asociación miembro en los Estados Unidos de la Federación Internacional de Planificación de la Familia\Región del Hemisferio Occidental (IPPF\RHO). La IPPF es la organización privada que más promueve el aborto en el mundo entero.
3. Al aumentar la actividad sexual aumentan también los embarazos imprevistos, ya que los anticonceptivos pueden fallar. El estudio ya citado concluyó también que los embarazos habían aumentado. De hecho, si se multiplica la tasa de fallo de cada anticonceptivo por el número de usuarias, tenemos que en los Estados Unidos hay un total de casi 2 millones de embarazos imprevistos al año en las mujeres que usan anticonceptivos. Esta cifra está confirmada por la Dra. Louise Tyrer, directora médica de la PPFA, en una carta al editor del Wall Street Journal, el 26 de abril de 1991, en la que afirmó que "en los Estados Unidos ocurren más de 3 millones de embarazos no planeados al año y las dos terceras partes de éstos se deben al fracaso de los anticonceptivos".
4. Por último, las usuarias de anticonceptivos son significativamente más propensas que las no los usan, a recurrir al aborto para corregir el fallo del anticonceptivo. Los siguientes datos lo demuestran: En 1939, el Dr. Raymond Pearl, profesor de la Universidad John Hopkins publicó un estudio en su libro The Natural History of Population, en el cual concluyó: "Los que practican la anticoncepción como parte de su vida sexual, confiesan que recurren al aborto criminal proporcionalmente tres veces más a menudo que los que no practican la anticoncepción". En 1982, la propia PPFA admitió el fracaso de la anticoncepción en impedir el aumento del aborto. Y en 1993 volvió a admitir que sólo el 9% de las mujeres que recurren al aborto no usan anticonceptivos. La propia PPFA admite que de los 1.6 millones de abortos anuales en los Estados Unidos, casi el 98% son practicados por razones socioeconómicas, las mismas que se utilizan para usar los anticonceptivos.
FUENTES: The Alan Guttmacher Institute, "Teenage Pregnancy: The Problem that Hasn't Gone Away," 1991; Bureau of the Census, United States Department of Commerce. National Data Book and Guide to Sources, Statistical Abstract of the United States, 1990 (110th Edition). Tabla 99, "Contraceptive Use By Women, 15-44 Years Old, By Age, Race, Marital Status, and Method of Contraception: 1982"; Planned Parenthood Federation of America, Till Victory is Won Action Agenda, 1982; The Alan Guttmacher Institute, Facts in Brief, Abortion in the United States, 1993; Ethan Bronner, "Most in U.S. Favor Ban on Majority of Abortions, Poll Finds," The Boston Globe, 31 de marzo de 1989, A1; IPPF, Declaración de la Misión, Visión Año 2000, Plan Estratégico.
Véase: Catálogo\La planificación familiar y el aborto.
A nivel ideológico
Muchos de los que participan en el movimiento provida se niegan a hacer la conexión entre el uso de los métodos anticonceptivos y el aborto. Insisten en que éstos son dos actos muy diferentes: que hay una enorme diferencia entre la anticoncepción, que evita que una vida se inicie, y el aborto, que destruye una vida que ya ha comenzado.
En el caso de algunos anticonceptivos, no sólo hay un vínculo con el aborto, sino que constituyen una misma cosa. Algunos anticonceptivos son abortivos; producen su efecto causando abortos poco después de la concepción. El dispositivo intrauterino (DIU) parece impedir que el óvulo fecundado (un nuevo y pequeñito ser humano) se implante en el útero. La píldora no siempre evita la ovulación; algunas veces impide que se implante en el útero la criatura que está en proceso de crecimiento. Y claramente la nueva píldora RU-486 produce su efecto exclusivamente abortando un nuevo feto, un nuevo niño. Aunque algunas personas que pertenecen al movimiento provida de vez en cuando hablan en contra de los anticonceptivos que son abortivos, la mayoría generalmente evita el tema de la anticoncepción. Esto me parece que es una grave equivocación.
Creo que no se logrará verdadero progreso en la creación de una sociedad en la que toda nueva vida esté segura, donde podamos demostrar verdadero respeto por la vida, donde el aborto sea un terrible recuerdo en vez de una terrible realidad; mientras no veamos que hay importantes vínculos entre la anticoncepción y el aborto y declaremos esta verdad valerosamente. Debemos darnos cuenta de que una sociedad en la que los anticonceptivos se usan extensamente va a encontrar muy difícil evitar los abortos, ya que el estilo de vida y la mentalidad que la anticoncepción fomenta crean una supuesta "necesidad" de procurar el aborto.
La conexión entre la anticoncepción y el aborto es ésta: la anticoncepción facilita las relaciones y aún la clase de actitudes de moral individual que más fácilmente conducen al aborto. La mentalidad anticonceptiva trata las relaciones sexuales como si tuvieran muy poca conexión natural con los niños; considera a los niños como un "accidente" del acto sexual, como una intromisión en una relación sexual, como una carga. En la revolución sexual no existe el deseo de hacer la conexión entre las relaciones sexuales y los niños; no hay cabida para ello. La revolución sexual simplemente no fue posible hasta que se pudieron obtener anticonceptivos relativamente efectivos. En vez de poner un límite a la revolución sexual, la anticoncepción ha sido el combustible que la ha facilitado y que hace posible que continúe en forma desenfrenada. En el pasado, muchos hombres y mujeres se abstenían de uniones sexuales ilícitas simplemente porque no estaban preparados para asumir las responsabilidades de la paternidad. Pero cuando se encontró un método anticonceptivo bastante efectivo, la barrera que mantenía la sexualidad dentro de los confines del matrimonio se derribó.
La conexión entre la sexualidad y el amor también se destruyó rápidamente; desde que la anticoncepción se extendió, se ha hablado mucho de la aceptación y la práctica de relaciones sexuales casuales o recreacionales. El significado profundo inseparable de las relaciones sexuales se ha perdido; el aceptar tener relaciones sexuales ya no es la consecuencia de un compromiso de dos personas. Ya no es relevante la voluntad de tener un hijo y aceptar todas las responsabilidades como resultado de tener un hijo. La anticoncepción reduce al compañero o compañera al nivel de un objeto sexual, ya que estas relaciones sexuales no son el resultado de un verdadero compromiso personal.
FUENTE: Véase: Catálogo\La conexión entre la anticoncepción y el aborto. ________________________
De la anticoncepción al aborto
Por el Reverendo Paul Marx, O.S.B., Ph.D.
El demonio es mentiroso y asesino desde el principio (cf. Juan 8:44).
La experiencia lo demuestra
El psiquiatra vienés Viktor Frankl dijo una vez que el hombre tiene una capacidad infinita para engañarse a sí mismo. Este hombre, que escapó tres veces de la muerte en los campos de concentración nazis, ha escrito de forma magistral sobre lo difícil que resulta a las personas enfrentarse a la verdad y aceptarla, y todavía más difícil: ponerla en practica. Y más aun si uno ha vivido, actuado, hablado o escrito en contra de la verdad. Un buen ejemplo de lo anterior es el número de teólogos e intelectuales que rehúsan aceptar que la anticoncepción lleva al aborto. Pero la evidencia es impresionante: lo he comprobado en más de 30 países. En todos ellos sin excepción, la anticoncepción ha llevado al aborto, el aborto al infanticidio, y éste es el preludio de la eutanasia que ya se intenta introducir.
Una vez que se tergiversa el fin de la sexualidad, separándola de la procreación y de la familia, la actividad sexual se convierte en juego y diversión, y se orienta casi exclusivamente hacia el disfrute, excluyendo toda procreación. Como resultado, aumentan vertiginosamente y de forma paradójica los embarazos en adolescentes, al igual que asciende el índice de abortos, de enfermedades venéreas y de divorcios. La tasa de nacimientos disminuye, se difunde un enfoque de tipo "veterinario" para el control de la natalidad, a base de esterilización, inyecciones e implantes hormonales. Y rápidamente se observa la desintegración de la familia.
Al convertirse la anticoncepción y el aborto en un estilo de vida y al llegar a formar parte de su patrón cultural, los jóvenes se involucran cada vez más en actividades sexuales irresponsables, y surge en bastantes la repugnante inclinación hacia la homosexualidad. Se imaginan que no tendrán que enfrentarse a un embarazo "no deseado", especialmente si usan los anticonceptivos; y si a pesar de todo les acontece, puesto que consideran que únicamente los niños deseados deben nacer, entonces recurren al método de control de natalidad que nunca falla: el aborto. Ese procedimiento se designa engañosamente en las reuniones de la Federación Internacional de Planificación de la Familia o IPPF (International Planned Parenthood Federation) como "anticoncepción post-conceptiva" o como "regulación de la menstruación." La IPPF es la organizacón que más promueve la anticoncepción y el aborto en todo el mundo. Su filial en EE.UU. se llama Planned Parenthood Federation of America o PPFA (Paternidad Planificada).
Además, debido a las enfermedades de transmisión sexual y a la esterilización voluntaria, el gran número de mujeres que tienen bloqueadas las trompas de Falopio es causa del mayor índice de esterilidad en la historia de los EE. UU. Actualmente, según los denominados expertos médicos, deben crearse centros de fecundación in vitro en toda la nación, para que las mujeres que lo deseen puedan quedar embarazadas. Los promueven a pesar de que la concepción de un bebé por este inmoral método requiera múltiples abortos y otros males. Incluso, la madre tiene que dar de antemano su consentimiento al aborto, por si algo no marcha bien en el procedimiento o en el desarrollo del diminuto bebé implantado.
La conexión es evidente
El índice de nacimientos ha caído por debajo del nivel de reemplazo y las naciones han comenzado su decadencia interna. Actualmente Irlanda es el único país desarrollado que tiene un buen índice de nacimientos. Pero ahora que los irlandeses están rápidamente aceptando la contracepción y los abortivos, se puede predecir sin temor a equivocarse que tampoco se salvará de la plaga del aborto. En resumen, no hay en estos momentos ningún país del mundo que practique en masa la contracepción y que al mismo tiempo tenga una vida familiar activa y sana. Por supuesto, hay más de una razón o factor por el cual las familias se disuelven, pero dada la universalidad de los patrones y los efectos, la anticoncepción es indudablemente el factor principal y más importante, por no decir la causa primordial y directa.
Lo más doloroso es saber que todo esto ya se nos había advertido en la profética encíclica Humanae Vitae, que nos habla claramente sobre las consecuencias de la anticoncepción. Sin embargo, todavía teólogos e intelectuales católicos rehúsan reconocerla como un documento magnífico, preciso y que va a la raíz del problema. Hoy día, la esterilización, el enfoque "animal" del control de la natalidad, es el procedimiento que se está haciendo más popular. El lector debiera meditar sobre qué clase de mundo tendríamos si el Papa Pablo VI hubiera dado su aprobación a los abortivos tales como el dispositivo intrauterino, los inyectables como la Depo-Provera, los implantes como el Norplant e incluso la misma píldora anticonceptiva, que al igual que otros anticonceptivos, a veces actúa como abortivo.
Parece que los anticonceptivos del futuro serán abortivos, como ya lo es, por ejemplo, la inyección abortiva Depo-Provera. Su fabricante, la compañía Upjohn, intentó que se aprobara en EE.UU. En años recientes el producto fue lamentablemente aprobado en ese país. Upjohn vende este abortivo -- incluso antes de ser aprobado en EE.UU. -- en más de noventa países desde su gigantesca fábrica de Bruselas.
Todos los estudios realizados en múltiples países, sobre los resultados y efectos de la anticoncepción, muestran que las parejas que la practican se inclinan mucho más a recurrir al aborto en caso de un "embarazo no planeado". Como dije anteriormente, ningún país que se haya involucrado en la promoción de la anticoncepción ha escapado del aborto. Por supuesto, no afirmamos que toda pareja que use anticonceptivos termina por abortar tras un embarazo "no deseado". Pero esto de ningún modo desmiente el punto en cuestión.
Los mismos antivida lo afirman
Experimentados promotores de la anticoncepción, de la esterilización, de los abortivos y del aborto, como Paternidad Planificada, también nos afirman lo mismo. Uno de sus presidentes, el Dr. Alan F. Guttmacher, escribió en 1973 a los miembros de Paternidad Planificada: "Ustedes han aceptado la responsabilidad de ampliar sus servicios de planificación familiar y le están dando la bienvenida a una mayor clientela, principalmente de menores, para los que han creado servicios especiales de acuerdo con sus necesidades específicas. Todos ustedes reconocen que lógicamente la esterilización y el aborto deben formar parte del moderno servicio de control de la natalidad".
El mismo Guttmacher, unos meses más tarde -- después de la decisión del Tribunal Supremo de EE.UU. en 1973 por medio de la cual legalizó el aborto en todo el país -- llegó a decir en el Washington Star del 3 de mayo que "la educación sexual es el único sitio donde Paternidad Planificada debe ganar la batalla". Aquellos que están familiarizados con la actual educación sexual pro anticonceptiva, que se imparte en las escuelas públicas, saben exactamente lo que quiso decir. Guttmacher, en "Politics of abortion" ("Políticas del aborto"), también manifiestó claramente que si los católicos abrazan tranquilamente la anticoncepción, por deducción, también aceptarán el aborto. El Dr. Malcom Potts, antiguo director médico de la IPPF, también ha declarado: "Según la gente vaya aceptando la anticoncepción habrá un aumento, no una disminución, de los abortos". El mismo Potts dijo en otra ocasión que cuando fallara la anticoncepción los doctores deberían estar dispuestos "a facilitar el aborto como refuerzo a un servicio post venta".
El suplemento de International Planned Parenthood Federation News ("Noticias de la IPPF") de marzo de 1972 revela: "En los países en los que existe un programa nacional del planificación familiar, o en los que hay una tendencia a tener familias menos numerosas, los abortos (legales o ilegales) aumentan". Y continúa diciendo: "El aborto deliberado (provocado) es una lógica consecuencia de la anticoncepción a voluntad". En Nueva Zelanda, un miembro ejecutivo de la Asociación para la Reforma de la Ley del Aborto (ALRANZ) y también de la Asociación de Planificación Familiar (NZFPA) manifestó en 1979 al Comité Supervisor de Abortos de ese país: "... personalmente, y bajo el punto de vista de ambas asociaciones [ALRANZ y NZFPA], creemos que esto es de sumo interés: la anticoncepción y el aborto deberían tratarse conjuntamente, pues por varias razones son inseparables." Otros dos grupos, que abogaron por el aborto en Inglaterra, la Asociación para la Reforma de la Ley del Aborto y la Campaña de Control de la Natalidad, planteaban sus fines abiertamente: "Conseguir que se incluya el servicio de control de la natalidad en el Seguro Médico Estatal, y que éste a su vez incluya la anticoncepción, la esterilización y el aborto". Los promotores de la anticoncepción y el aborto deben estar muy agradecidos a los teólogos disidentes que rechazaron la Humanae Vitae, tales como el Padre Charles E. Curran y el Padre Richard McCormick, S.J., cuyos errores han hecho tanto daño. Estos teólogos entusiastas de la anticoncepción, aunque equivocados, muy lamentablemente todavía son tomados en serio por muchos católicos.
Quizás nadie haya sido tan explícito con respecto a la relación entre la anticoncepción y el aborto como el Dr. Christopher Tietze, el principal promotor del aborto del Consejo de Población Rockefeller y de Paternidad Planificada. En 1976, en un número de Family Planning Perspectives ("Perspectivas de Planificación Familiar"), escribió: "La forma más segura de planificación familiar para las parejas casadas y no casadas es el uso de los métodos tradicionales [de anticoncepción] apoyados por el aborto... pues es probable que la mujer tenga varios abortos en el curso de sus años fértiles tras el fracaso del método anticonceptivo que escogió."
Veamos el propósito de la Liga de Acción Canadiense para el Derecho a Abortar (CARAL): "El fin de CARAL es asegurar que a ninguna mujer en Canadá se le niegue el acceso al aborto legal y seguro. Nuestro objetivo es la anulación de todas las secciones del Código Penal que tengan que ver con el aborto y su debido asesoramiento en todo el país." Las lista de citas de este tipo son interminables. Permítanos el lector una más. El ex-secretario de HEW (Ministerio de Educación, Salud y Bienestar de los EE.UU.), ahora profesor en la Universidad UCLA de California, Irving Cushner, dijo en enero de 1971: "Considero que el aborto debe mantenerse como hasta ahora, es decir, debe seguir siendo la segunda línea defensiva contra los embarazos perjudiciales y el niño no deseado cuando fracasan los anticonceptivos. La sociedad debe darse cuenta claramente del papel de la planificación familiar. Mírese como se mire, la planificación familiar consiste en impedir el nacimiento, y como el nacimiento es el final de una secuencia que comienza con el impulso sexual, en ese caso la planificación familiar es anticoncepción, anti-anidación, y la terminación del ‘conceptus' si se ha implantado. Esta es la función del aborto en el futuro."
Ante la ignorancia de muchos católicos
Tal vez nadie sea tan ingenuo en estos temas como los que piensan que la educación sexual que se imparte actualmente en las escuelas públicas, la cual siempre se reduce a una instrucción sobre el uso de los anticonceptivos, resolverá los problemas de los embarazos fuera del matrimonio y de las incontrolables enfermedades venéreas en las jovencitas. Incluso el Profesor Kingsley Davis, sociólogo y experto en población de la Universidad de California en Berkeley, observó: "... la promoción de anticonceptivos a los jóvenes solteros tiende a legitimar y estimular las relaciones sexuales prematrimoniales y a agravar la situación en la que los embarazos pueden ocurrir."
La lógica de la mentalidad anticonceptiva es inexorable, como los Papas lo han advertido una y otra vez. En la Familiaris Consortio, del Papa Juan Pablo II, se reafirma la enseñanza sobre moral sexual que la Iglesia ha mantenido a través de los siglos. Este documento, por desgracia, fue prácticamente ignorado en EE.UU. por la prensa católica. El uso de los anticonceptivos, de los abortivos y de la esterilización es ofensivo a la dignidad humana por múltiples razones, pero también por obedecer a la misma mentalidad que la del aborto y la eutanasia. El propio Sigmund Freud escribió que el abuso de la sexualidad fácilmente lleva a la violencia. Pensemos en el aumento de violaciones, incestos y maltratos de niños y esposas, en la homosexualidad y en un largo etcétera. Desde luego, hay una clara diferencia entre el aborto y la anticoncepción. No son lo mismo (excepto en el caso de los anticonceptivos abortivos, en cuyo caso sí son lo mismo), pero el aborto es la consecuencia de la misma mentalidad anticonceptiva llevada aún más lejos, como resulta patente no sólo por razones teóricas sino por la experiencia de tantos países. Ya no puede haber duda alguna para los que tienen ojos y pueden ver. Entonces, ¿por qué tantos teólogos e intelectuales católicos no lo ven?
Hay muchos otros teólogos e intelectuales católicos que sí se sienten motivados por documentos como la Humanae Vitae o la Familiaris Consortio, pero que al mismo tiempo se sienten incapaces de poder ayudar a los matrimonios por ignorar todavía que Dios ha dispuesto para el sistema reproductor humano un medio muy eficaz de para espaciar los nacimientos, cuando los esposos tienen motivos serios: la planificación natural de la familia. Después de todo, lo ignoran porque no se les ha enseñado en los seminarios, ni en muchos colegios y universidades católicos; ni tampoco lo han leído en la prensa católica. Si los teólogos, los sacerdotes y los religiosos e intelectuales se dieran cuenta de la amplitud del actual holocausto del aborto y de los anticonceptivos, harían todo lo posible por predicar sobre Familiaris Consortio y Humanae Vitae, y sobre la inmoralidad sexual y sus consecuencias, como, por ejemplo, el divorcio.
¿Cuáles son los remedios?
1. Re-educar a profundidad a los educadores católicos y a los padres sobre la verdadero sentido cristiano de la sexualidad y la grandeza de la vocación matrimonial, que es el amor conyugal y traer vidas al mundo llamadas a ser hijos de Dios para vivir eternamente.
2. Resistir, desenmascarar y retirar inmediatamente todo programa de educación sexual que se imparta en todas las escuelas (públicas, católicas, privadas, etc.) no importa cómo se llame o cómo esté incluido en el currículum.
3. Proporcionar literatura verdaderamente ortodoxa y cursos sobre la fe católica en todos los niveles de la educación católica.
4. Antes que los católicos contraigan matrimonio, y empezando en el último año escolar de secundaria, estos jóvenes deberían conocer en profundidad el tema de la castidad y la virginidad, expresiones ambas de amor y de afecto; deberían darse cuenta del gran regalo de Dios que supone la fertilidad y de las terribles consecuencias de la anticoncepción. Los que están preparándose para el matrimonio deberían entender perfectamente cómo Dios ha dispuesto en el sistema reproductor humano un medio para que los nacimientos puedan espaciarse de forma natural, cuando los esposos tienen motivos serios: la planificación natural de la familia. Ofrecérselo también prudentemente a otras personas. Una vez hablé a un grupo de mormones entusiastas de estos métodos naturales; los habían aprendido cuando enseñaban a budistas en Corea del Sur. Las monjas de la Madre Teresa se lo enseñan con éxito a los mendigos hindúes en los suburbios de Calcuta.
5. Cambiar y orientar con claridad la educación en los seminarios, para que no se ordene ni un solo sacerdote que ignore que la planificación natural de la familia es el mejor medio para espaciar los nacimientos (cuando los esposos tienen motivos serios), no sólo desde el punto de vista religioso, sino considerando todos sus aspectos. Los sacerdotes deberán también ser educados para que pongan en marcha programas educativos verdaderamente cristianos sobre la sexualidad y la vida familiar.
6. Re-educar a las religiosas dedicadas a la enseñanza, al asesoramiento, a la profesión de enfermeras y a las que en la actualidad están haciendo su noviciado o se encuentran en escuelas de formación teológica.
7. Exponer claramente, una vez más, la conexión diabólica entre la anticoncepción, la esterilización, el aborto y la eutanasia, según lo hicieron los seis últimos Papas, para que nadie pueda alegar como excusa su ignorancia sobre la verdad de Dios sobre estos temas.
8. Hacer publicaciones y audiovisuales adecuados y de calidad, que sepan transmitir por los medios de comunicación el sentido común del mensaje cristiano sobre la castidad antes y dentro del matrimonio.
9. Colaborar con otros grupos cristianos y judíos y con cualquier persona de buena voluntad, para hacer todo lo posible por limpiar el ambiente, erradicar la pornografía y eliminar en lo que podamos el creciente mal ejemplo.
10. Sólo permitir maestros y oradores que hayan aceptado todas las enseñanzas de la Iglesia y cuyas vidas sean un ejemplo práctico de las mismas.
Fuente: El Padre Marx es fundador y director de la junta directiva de Human Life International. ________________________
Una guía para parejas comprometidas y recién casadas
Por Jon y Maria Valente
Traducción por Luis E. Jiménez, M.D.
Si usted es como casi todas las demás parejas comprometidas o recién casadas, seguramente ha pensado acerca del tema del control de la natalidad. Ojalá que usted haya conversado con su futuro compañero sobre esto. Este escrito está diseñado para ser un corto resumen sobre el tema del control de la natalidad, desde un punto de vista cristiano y bíblico. Fue escrito por una joven pareja que se casó no hace mucho, y que tuvo que examinar el tema del control de la natalidad. Esperamos que usted lo lea todo y considere su contenido, en un clima de oración.
¿Qué es el control de la natalidad?
Con la tecnología moderna las parejas recién casadas son bombardeadas hoy en día con más alternativas para el control de la natalidad que nunca antes. Hay docenas de opciones, y esto puede hacer muy confusa la consideración de las alternativas. Existe una distinción entre el control de la natalidad utilizando anticonceptivos y el control de la natalidad utilizando abortivos. Los contraceptivos incluyen los llamados métodos de barrera: el condón, el diafragma, la capucha cervical, y los métodos espermicidas, como las esponjas, las jaleas, las espumas y las cremas. Estos métodos impiden que el esperma fertilice el óvulo, lo cual da lugar a una nueva vida humana. Los abortivos producen abortos, matan claramente a los niños antes de que puedan nacer. La mayoría de los cristianos en E.E.U.U. consideran que el uso de abortivos es una opción personal. Sin embargo, en realidad muy pocos se han tomado el tiempo para entender que los abortivos matan a sus pequeños hijos e hijas.
Abortivos
¿Qué es la píldora?
Se llama la píldora a un grupo de más de 50 tipos similares de abortivos. Estas píldoras se toman por vía oral, por lo general todos los días. Tienen tres maneras de actuar:
(1) Previenen la ovulación bloqueando la parte del cerebro que estimula el comienzo de la ovulación;
(2) cambian el revestimiento del cuello cervical para hacer más difícil que los espermatozoides pasen y fertilicen al óvulo;
(3) previenen la implantación de la recién concebida vida humana en la membrana interna del útero. 1,2
Los dos primeros métodos son de naturaleza anticonceptiva; el último produce abortos.
Los que desarrollaron la píldora llegaron a la conclusión de que el utilizar solo los dos primeros mecanismos permitiría que demasiadas mujeres quedaran embarazadas. De modo que añadieron una sustancia química que le niega al bebé la oportunidad de seguir desarrollándose adecuadamente. El bebé entonces se muere de hambre y es expulsado del cuerpo de su madre.
Cálculos muy conservadores estiman que la píldora mata niños entre el dos y el diez por ciento de los casos.2 Sin embargo, esto no toma en cuenta dos factores muy importantes. Primero, muchos fármacos como los antibióticos y otros factores externos, aumentan la naturaleza abortiva de la píldora. 4,5
Segundo, desde 1988 el porcentaje del componente contraceptivo de la píldora fue reducida, lo cual hace que actúe más a menudo su mecanismo abortivo. Se estima que algunas de las píldoras actuales causan abortos hasta el cincuenta por ciento de la veces.6 Se trate del dos por ciento o del cincuenta por ciento, ¿qué clase de cristianos serían capaces de jugar con las vidas de sus propios hijos?
Entre los efectos secundarios más serios de la píldora está la posibilidad de esterilidad, cáncer cervical, embarazo ectópico, enfermedad inflamatoria de la pelvis, aumento en la incidencia de enfermedades venéreas, cáncer del seno, enfermedad de la vesícula biliar, ceguera, embolias cerebrales, coágulos sanguíneos e incluso la muerte.7,8,9
¿Qué es el DIU?
El DIU (dispositivo intrauterino) lo único que hace es causar abortos en los primeros días. Es un artefacto que se introduce en el útero y que produce inflamación de la membrana del útero, impidiendo la implantación del niño en desarrollo. El DIU no impide que tenga lugar la concepción. Su única función es causar abortos en las primeras etapas del embarazo. Algunos de los efectos secundarios del DIU son: posible perforación del útero, esterilidad temporal o permanente, embarazo ectópico, futuros abortos espontáneos, enfermedad inflamatoria pélvica e incluso la muerte.10
¿Qué es el Norplant?
El Norplant consiste en varias cápsulas que se implantan bajo la piel. Generalmente son efectivas durante cinco años. El Norplant actúa como anticonceptivo y como abortivo. Hay estudios que demuestran que puede causar abortos del cincuenta al sesenta y cinco por ciento de los casos.11 Un número creciente de demandas judiciales han sido presentadas contra los fabricantes del Norplant, por la dificultad que presenta su retirada. Entre los efectos secundarios que se han presentado están: aumento de peso, náuseas, infecciones de hongos y acné. Los efectos más serios incluyen ataques cardíacos, apoplejías y lesiones del sistema nervioso.12,13,14
¿Qué es la Depo-Provera?
La Depo-Provera es una droga que se inyecta cada tres meses. Actúa como contraceptivo y también como abortivo. Tiene los mismos tres mecanismos de acción que la píldora, dos de ellos son contraceptivos y el otro causa el aborto. La Depo-Provera puede producir abortos entre el cuarenta y el sesenta por ciento de los casos.15 Algunos de los efectos secundarios son: un mayor riesgo de cáncer del seno, cambios en el comportamiento, trastornos de la presión arterial y aumento de peso.16,17
¿Cuál es el futuro de los abortivos?
Los abortivos mencionados son los más comunes en el mercado. Hay docenas de productos que están siendo investigados, desarrollados o probados. La RU-486 es solamente otro de estos pesticidas anti-humanos.
El abortivo que se está usando más recientemente en algunos lugares de los E.E.U.U. es una combinación de metotrexato y misoprostol.18 Al igual que la RU-486 tiene efecto puramente abortivo y no anticonceptivo. El metotrexato es una sustancia química extremadamente agresiva que se usa en la quimoterapia para erradicar el cáncer.19 Desafortunadamente, también actúa muy brutalmente contra el niño no nacido. Todo manual de referencia sobre fármacos debería aconsejar que las mujeres embarazadas no usen esa droga por ningún motivo, debido al riesgo que su uso implica hacia el niño por nacer. 20 También se están desarrollando varias vacunas para prevenir el embarazo. Algunas, según dicen, son eficaces hasta por cinco años. Actúan estimulando el sistema inmunológico de la mujer, para que produzca anticuerpos que ataquen al espermatozoide o al bebé recién concebido. Todos los métodos que se están ensayando parecen ser capaces de producir abortos y matar indefensas vidas humanas.
Los contraceptivos
¿Qué tiene que decirnos sobre la contracepción?
Como mencionamos antes, sólo unos pocos de los métodos de control de la natalidad o contracepción son verdaderamente anticonceptivos. Estos son: el condón, el diafragma, la capucha cervical y los espermicidas. Aunque estos métodos no causan abortos, una pareja cristiana debería considerar cuidadosamente los hechos y consultar la Sagrada Escritura antes de decidirse a usar uno de ellos. Aunque los abortivos y contraceptivos no son la misma cosa, es un error el asumir que no están relacionados. Ambos tienen mucho que ver con nuestra idea del matrimonio cristiano y de los hijos. La sociedad ve a los hijos como una carga; la Biblia los ve como bendiciones y regalos. (Salmo 127:3-5) Antes de que Ud. decida que la contracepción es lo que de veras quiere, pregúntese: "A la luz de las Escrituras, ¿por qué queremos privarnos de las bendiciones y regalos de Dios?" Pregúntese también: "¿Podemos planear nuestra familia mejor de lo que Dios puede hacerlo?" Le invitamos a unirse a nosotros en la convicción de que los hijos están entre las bendiciones y los regalos más maravillosos del mundo. Creemos que Dios puede planear nuestras familias infinitamente mejor de lo que nosotros pudiéramos hacerlo jamás.
Lo que dicen los propios promotores de los anticonceptivos
Feministas a favor del aborto confiesan que la anticoncepción lleva al aborto En 1993, el Movimiento Manuela Ramos y el Population Council publicaron el libro Desde las mujeres. Visiones del aborto. Nexos entre sexualidad, anticoncepción y aborto. La primera de estas dos entidades es un grupo feminista del Perú que está a favor del aborto y de los anticonceptivos; la segunda, es una organización de similar ideología que tiene su sede en Nueva York y que se dedica a promover el control demográfico, sobre todo en países en vías de desarrollo, incluyendo los de América Latina. Las autoras del libro son las feministas Rosario Cardich y Frescia Carrasco. El propósito de este libro, tal y como se afirma en la Introducción, es "entender el sentido que tiene este hecho [el aborto] para las mujeres que abortaron, el lugar que ocupa en su biografía, en su percepción de sí mismas". Precisamente en el síndrome post aborto exploramos el hecho de que las autoras de este libro, a pesar de estar a favor del aborto, confiesan en él que existe el síndrome post aborto --la secuela de efectos psicológicos negativos en la mujer que aborta. Sin embargo, aquí queremos destacar otro asunto que también las autoras admiten en su obra: que existe una conexión entre la anticoncepción y el aborto. Este hecho ineludible surgió de los testimonios de las 50 mujeres de la capital peruana, Lima, que las autoras entrevistaron y de cuyas entrevistas surgió este libro.
En las páginas 75 y 76, Cardich y Carrasco resumen los resultados de las entrevistas diciendo: "...encontramos que 38 mujeres (76%) habían usado algún anticonceptivo más eficaz previamente [al aborto]. Consideramos que la falta de información o de acceso a los anticonceptivos no es una causa válida para la mayoría de las mujeres [de Lima]. Según la Encuesta Nacional de Demografía y Salud (ENDES 1991) el 99% de mujeres dice conocer por lo menos un método anticonceptivo... Todas las mujeres entrevistadas han utilizado algún tipo de método previamente."
Luego, en la página 84 vuelven a afirmar: "Las mujeres que estaban usando un método anticonceptivo moderno que falló ven claramente la anticoncepción como un mecanismo para lograr su fin: no gestar; es el caso de dos mujeres (4%). En esta situación, la decisión de un aborto está en la lógica de no desear un hijo y usar los medios necesarios para cumplir este propósito. Estudios sobre la relación entre el uso de la anticoncepción y el aborto muestran que ‘la inclinación y la apelación afectiva a la anticoncepción tienden a asociarse positivamente con el aborto, lo cual nos habla de la coexistencia y el refuerzo recíproco de ambos comportamientos de control de la natalidad en la población' (Llovet y Ramos 1988:27)."
Quizás la afirmación de la página 71 es la que mejor resume la conclusión del estudio de Cardich y Carrasco con respecto a la conexión entre la anticoncepción y el aborto: "Para el Movimiento Feminista --y para las mujeres en general-- no es posible desligar el aborto de la anticoncepción. Los derechos reproductivos de las mujeres que plantea el Movimiento Feminista incluyen la maternidad como un aspecto de la autodeterminación... En este sentido, la anticoncepción y el aborto son dos vías para lograr estos propósitos".
Lo que dicen las estadísticas
Un estudio del Instituto Alan Guttmacher arrojó que de 10,000 mujeres que abortaron en 1994 el 57.5% estaban utilizando anticonceptivos durante el mes en que quedaron embarazadas. El Instituto Guttmacher está relacionado con la Federación de Planificación de la Familia de los Estados Unidos o PPFA (Planned Parenthood Federation of America). La PPFA es miembro de la Federación Internacional de Planificación de la Familia (IPPF), Hemisferio Occidental. La IPPF es la agencia privada que más promueve la anticoncepción y el aborto en todo el mundo.
Lo que dicen los propios dirigentes de la IPPF
En 1973, el Dr. Alan Guttmacher, presidente de la PPFA en aquel entonces, dijo a los miembros de esa organización: "Todos ustedes reconocen la lógica inclusión de la esterilización y el aborto como componentes integrales de un moderno servicio de control de la natalidad".
Ese mismo año, el Dr. Malcom Potts, otro ex dirigente de la PPFA, también afirmó: "Según la gente vaya aceptando la anticoncepción habrá un aumento, no una disminución de los abortos".
Lo que dicen del aborto
Los abortistas arrepentidos
Las feministas
Personas célebres
Declaraciones de lideres religiosos
¿Creemos en realidad lo que decimos acerca del aborto?
Abortistas arrepentidos
"Yo practiqué cinco mil abortos"
Por el Dr. Bernard N. Nathanson
Éramos un grupo cuyo único propósito era conseguir una ley que permitiera el aborto en EE.UU.. Ejercíamos presión sobre los miembros del Congreso y las cámaras legislativas de los Estados para lograr que se derogasen las leyes que prohibían el aborto. Fui uno de los fundadores de la organización más importante que "vendía" el aborto al pueblo estadounidense.
En 1968, cuando organizamos el movimiento, se calcula que menos del 1% de la población era partidario en EE.UU.. del aborto a petición. Nuestro presupuesto era de $7,500 anuales, pero para 1982 se aproximaba ya al millón de dólares. Voy a explicarles cómo planteamos el tema para convencer al resto de la población estadounidense para que aceptasen el aborto. Las tácticas que voy a explicar son ciertas y además son las mismas que se han empleado y se están empleando en otros países. Nos sirvieron de base dos grandes mentiras: la falsificación de estadísticas y encuestas que decíamos haber hecho, y la elección de una víctima, para achacarle el mal de que en EE.UU.. no se aprobara el aborto. Esa víctima fue la Iglesia Católica, o mejor dicho, su jerarquía de obispos y cardenales.
La falsificación de estadísticas
Se trata de una táctica importante. Nosotros decíamos en 1968 que en EE.UU.. se practicaban un millón de abortos clandestinos, cuando sabíamos que eran alrededor de los cien mil, pero esta cifra no nos servía y la multiplicamos por diez para llamar la atención. También repetíamos constantemente que las muertes maternas por aborto clandestino se aproximaban a las diez mil cuando sabíamos que no eran más de 200, pero esta cifra resultaba demasiado pequeña para la propaganda. Esta táctica del engaño si se repite mucho, acaba por ser aceptada como si fuera verdad. Nos lanzamos a la conquista de los medios de comunicación social, de los grupos universitarios, sobre todo de las feministas. Ellos escuchaban todo lo que decíamos, incluidas las mentiras, y luego las divulgaban por los medios de comunicación social, base de la propaganda. Es importantísimo que ustedes se preocupen por los medios de comunicación social. Si en España estos medios no están dispuestos a decir la verdad, se encontrarán con la misma situación que nosotros creamos en EE.UU..
También inventábamos nuestras propias encuestas. Decíamos, por ejemplo, que habíamos hecho una encuesta y que el 25% de la población era partidaria del aborto y tres meses más tarde decíamos que el 50%, y así sucesivamente. Los estadounidenses se lo creían y como deseaban estar a la moda, formar parte de la mayoría y que no les llamaran "atrasados", se unían a los "avanzados".
Más tarde hicimos verdaderas encuestas y pudimos comprobar que poco a poco los resultados se iban aproximando a lo que habíamos inventado. Por eso sean muy cautelosos ante las encuestas que se hagan sobre el aborto; porque suelen ser inventadas, pero tienen la virtud incluso de convencer a magistrados y legisladores, pues ellos, como cualquier otra persona, leen la prensa, escuchan la radio, y siempre se les queda algo.
La jerarquía católica elegida como víctima
Una de las tácticas más eficaces que utilizamos en aquella época fue la que llamamos "etiqueta católica". Esto es importante para ustedes, porque su país es mayoritariamente católico.
En 1966 la guerra de Vietnam no era popular. Pero la Iglesia Católica la apoyaba en EE.UU.. Entonces escogimos como víctima a la Iglesia Católica y tratamos de relacionarla con otros movimientos "reaccionarios", incluyendo el movimiento antiabortista. Con esto pusimos a todos los jóvenes y a las iglesias protestantes, que siempre habían mirado con recelo a la Iglesia Católica, en contra de ésta. Conseguimos inculcarles a la gente la idea de que la Iglesia Católica era la culpable de que no se aprobara la ley del aborto. Como era importante no crear antagonismos entre los propios estadounidenses de distintas creencias, aislamos a la jerarquía - obispos y cardenales - como a los "malos". A los católicos que rechazaban el aborto se les acusaba de estar "embrujados" por la jerarquía, y a los que lo aceptaban se les consideraba "modernos", "progresistas", "liberales" y más "iluminados". Puedo asegurarles que el problema del aborto no es un problema de tipo confesional. La Iglesia Católica no es la única religión o institución que está en contra del aborto. Yo no pertenezco a ninguna religión y en cambio les estoy hablando contra el aborto. Pero esta táctica fue tan eficaz que todavía hoy se emplea en otros países. Otra táctica que empleamos con la Iglesia Católica fue acusar a sus sacerdotes, cuando tomaban parte en debates públicos contra el aborto, de "meterse en política" y de que ello era "anticonstitucional". El público se lo creyó fácilmente aunque la falacia del argumento está clara.
Dirigí a partir de 1971 la clínica más grande del mundo
Se trataba del Centro de Salud Sexual (CRANCH), situado al este de Nueva York. Tenía 10 quirófanos y 35 médicos a mis órdenes. Cuando me hice cargo de la clínica todo estaba sucio y en las peores condiciones sanitarias. Los médicos no se lavaban las manos de un aborto a otro. Algunos abortos, inclusive, era practicados por las enfermeras o por simples auxiliares. Conseguí modificar todo aquello y transformar la clínica en un "modelo" de su género. Practicábamos 120 abortos diarios, inclusive los domingos, y sólo el día de Navidad no trabajábamos. Como Jefe de Departamento, tengo que confesar que se practicaron 60,000 abortos bajo mis órdenes y unos 5,000 fueron hechos personalmente por mí. Recuerdo que en una fiesta que organizamos, algunas esposas de los médicos me contaron que sus maridos sufrían por las noches de pesadillas, y gritando hablaban de sangre y cuerpos destrozados de niños. Otros bebían demasiado y algunos usaban drogas. Algunos de ellos tuvieron que someterse a tratamiento psiquiátrico. Muchas enfermeras se volvieron alcohólicas y otras abandonaron la clínica llorando. Fue para mí una experiencia sin precedentes.
En septiembre de 1972 presenté mi dimisión porque ya había conseguido mi objetivo, que era poner en marcha la clínica. En aquella época, lo digo sinceramente, no dejé la clínica porque estuviera contra el aborto; la dejé porque tenía otros compromisos que cumplir. Fui nombrado Director del Servicio de Obstetricia del Hospital de San Lucas de Nueva York y empecé a establecer el servicio de Fetología. Estudiando el feto en el interior del útero materno, pude comprobar que es un ser humano con todas sus características y que deben reconocérsele todos los privilegios y ventajas de que disfruta cualquier ciudadano en la sociedad.
Del estudio del feto vivo en el interior del útero saqué esta conclusión
Quizás alguno piense que antes de mis estudios debía saber, como médico y además como ginecólogo, que el concebido es un ser humano. Efectivamente sí lo sabía, pero no lo había comprobado yo mismo científicamente. Los nuevos sistemas de exploración nos ayudan a conocer con mayor exactitud su naturaleza humana y a no considerarlo como un simple trozo de carne. Hoy, con técnicas modernas, se pueden tratar en el interior del útero muchas enfermedades, incluso hasta se practican 50 clases distintas de intervenciones quirúrgicas. Son estos argumentos científicos los que han cambiado mi modo de pensar. Fíjense: si el concebido es un paciente al que se le puede tratar, entonces es una persona, y si es una persona, tiene derecho a la vida y a que nosotros procuremos conservarla.
Los casos de violación, subnormalidad y el estado de salud de la madre
La violación es una situación muy dolorosa. Afortunadamente son pocas las violaciones de las cuales surge un embarazo. Pero aun en ese caso, la violación, que es un acto de violencia terrible, no puede ir seguida de otro no menos terrible como lo es la destrucción de un ser vivo. Por lo tanto, tratar de borrar una horrible violencia con otra también horrible no parece lógico; es sencillamente absurdo, y en realidad lo que hace es aumentar el trauma de la mujer al destruir una vida inocente, porque esa vida tiene un valor en sí misma aunque haya sido creada en circunstancias espantosas, circunstancias que nunca podrán justificar su destrucción. Muchos de los que estamos aquí fuimos concebidos en circunstancias que no fueron las ideales, tal vez sin amor, sin calor humano, pero eso no nos cambia en absoluto ni nos estigmatiza. Por lo tanto, recurrir al aborto en caso de violación es algo ilógico e inhumano.
El caso de que la vida de la madre peligre de continuar su embarazo, hoy, con los avances de la medicina, prácticamente no existe. Por lo tanto, el argumento es engañoso, porque sencillamente no es cierto. Finalmente voy a considerar el aborto cuando el feto nacerá con defectos. Es éste un tema muy delicado porque significa que aspiramos a que la sociedad esté formada por personas físicamente perfectas, y sin temor a equivocarme puedo asegurar que en esta sala no hay una sola persona que sea físicamente perfecta. Es peligrosísimo aceptar este principio porque desembocaría en un holocausto.
Voy a contarles una anécdota. Cuando estuve con mi esposa en Nueva Zelandia almorzamos un día con Sir William Liley, que es el fetólogo más importante del mundo, y nos contó que habían tenido cuatro hijos que ya eran mayores, y al quedar solo el matrimonio adoptaron un niño mongólico. Me dijo que este hijo adoptivo les había proporcionado más satisfacciones que cualquiera de los otros cuatro hijos.
Puedo asegurarles que si esta clase de ley se aprueba se abusará de ella y se utilizará para justificar el aborto en todos los casos. Esto es lo que ha ocurrido en el Canadá. Los médicos, sencillamente ponen un sello en las solicitudes de aborto y todo el mundo se ríe de ellas y de la ley. Pienso que cuando se permite el aborto, se permite un acto de violencia mortal, un acto deliberado de destrucción y por lo tanto un crimen. Puedo asegurarles que si se sigue el camino sangriento del aborto, los tres Jinetes del Apocalipsis que son la delincuencia, la droga y la eutanasia no tardarán en seguirle, como está sucediendo en EE.UU..
Quisiera terminar con estas palabras: Como científico, no es que crea; es que sé que la vida empieza en el momento de la concepción y debe ser inviolable. Y si no salimos victoriosos y olvidamos nuestra completa dedicación a esta causa tan importante, la historia nunca nos lo perdonará.
Nota: El presente texto es un fragmento de una conferencia del Dr. Bernard N. Nathanson ante el Colegio Médico de Madrid, el 5 de noviembre de 1982, publicada por la revista "Fuerza Nueva". El Dr. Nathanson fue uno de los más importantes promotores del aborto en su país (EE.UU..) y miembro fundador de la Asociación Nacional para la Derogación de las Leyes que prohíben el Aborto o NARAL (National Association for the Repeal of Abortion Laws). El Dr. Nathanson fue bautizado en la Iglesia Católica durante la Vigilia Pascual de 1996. Su dramática conversión de proabortista a provida, de ateo en creyente y de creyente a católico, la narra él mismo en su autobiografía, recientemente publicada en inglés y titulada "The Hand of God" ("La mano de Dios"). Este fascinante libro no sólo narra la maravillosa obra de Dios en la vida de este hombre, sino también nos descubre, en boca del propio autor, las insidiosas tácticas del movimiento proabortista en forma más detallada y completa que en este folleto. Todo defensor de la vida debe tener esta valiosa información. Adquiera "The Hand of God" por sólo $24.95 mas costos de envío, así como otros materiales en defensa de la vida y la familia dirigiéndose a Vida Humana Internacional
Testimonios de ex empleadas de clínicas de aborto en EE.UU.
Judith Fetrow: "Los voluntarios de la PPFA, los escoltas [de las mujeres que entran a la clínica de aborto] y los empleados han recibido instrucciones de no hablar con los cristianos provida. Les han dicho esto porque demasiados empleados y voluntarios han oído la verdad y se han arrepentido."
Marian Johnston-Loehner: "Un día alguien me dió un libro escrito por la Dra. Jean Garton, "Who Broke the Baby?" Ese libro tomó todos los eufemismos que yo había estado usando durante años, cuando abogaba por la 'opción', y los destruyó uno por uno. Yo leía un poco cada noche y lloraba y lloraba, y creo que la última noche que lo leí la represa entera se derrumbó, y vinieron las lágrimas, y me arrepentí. De veras que me dolía todo lo que había hecho, de veras estaba arrepentida de haberle quitado la vida a un niño inocente, porque hasta entonces, aún después que nació mi hijo, y aún después que nació mi hija, todavía yo no estaba dispuesta a admitir que un niño es un ser humano desde el momento de la concepción. Yo cedía siempre ante las mentiras."
Dina Madsen: "Estaba juntando los pedazos de los bebés y ayudándo al médico. Habían disminuído los chistes y el sarcasmo que oí todo el tiempo que estuve allí [en la clínica de aborto]. Estaba cambiando hasta el punto de que odiaba estar allí, odiaba ir a trabajar, tener que estar en el mismo salón con ese abortista y con esas mujeres. Quería correr y gritar, odiaba hacerlo."
Joy Davis: "Cuando yo estaba en la industria del aborto empecé a tener pesadillas y a sentir sentimientos de culpas porque lo que estaba haciendo estaba mal. Entonces fuí donde un amigo que era abortero. El no trabajaba conmigo, pero trabajaba en una clínica cercana. Yo fuí y le conté acerca de todas las cosas que sentía, sobre las pesadillas y el sentimiento de culpabilidad. El me dijo que entendía bien, porque él también tenía pesadillas y también sentía una tremenda cantidad de culpa."
"Hace catorce años me ofrecieron empleo en una clínica de abortos en Birmingham, Estado de Alabama. Consideré la oferta, pensé que era muy buena y que estaría ayudando a las mujeres luchando por una causa muy buena, así que acepté ese puesto. Después de poco tiempo de estar trabajando allí me di cuenta de que no estábamos allí para ayudar a las mujeres. Teníamos un negocio, una organización para ganar dinero.
"Las condiciones de la clínica donde yo trabajé eran muy, pero muy pobres. No teníamos equipo para mantener la vida. Nuestra gente no estaba bien entrenada. La mayoría no tenía antecedentes médicos. Los médicos rotaban y nunca teníamos el mismo doctor.
"Conocí a un doctor en la clínica, de nombre Tommy Tucker, quien me dijo un día que él quería abrir su propia clínica. Me dijo que quería hacer bien las cosas. Quería tener empleados en la clínica que estuvieran bien entrenados y calificados. Quería usar anestesia general y traer anestesistas, para que las mujeres no sufrieran, porque en la clínica en donde trabajábamos sufrían mucho.
"Yo pensé que sería una idea maravillosa y acepté su oferta. Así que llegué a ser directora regional de seis clínicas de aborto en los Estados de Mississippi y Alabama. Teníamos el mejor equipo. Teníamos gente bien entrenada y eficiente. Les mentíamos a las mujeres, pero eso era algo que teníamos que hacer para ganar dinero. Pero veíamos sólo pocas mujeres cada día, porque no queríamos apurarlas como al ganado. Queríamos tomarnos el tiempo y darles la clase de atención médica que ellas necesitaban.
"Después de pocos meses, su avaricia se impuso. A él le parecía que no ganaba suficiente dinero, de modo que despidió a los anestesistas, porque ganaban mucho dinero. Después de pocos meses de observar cómo anestesiaban a las pacientes, empezamos nosotras mismas a anestesiarlas sin tener idea de lo que estábamos haciendo. Sólo sabíamos lo que habíamos visto hacer, de modo que empezamos a hacerlo nosotras.
"Entonces nuestras enfermeras que trabajaban en el cuarto de recuperación fueron despedidas; después nuestro técnico de laboratorio, y así sucesivamente.
"Comencé a entrevistar gente que no tenía conocimientos médicos en absoluto, trayéndolos para hacer el trabajo de anestesistas, de técnicos en laboratorio, de enfermeras y hasta de médicos. De manera que traje gente de la calle, sin conocimientos médicos y los entrené.
"Veíamos aproximadamente 10 mujeres por día en las clínicas, pero eso no era suficiente. Empezamos a ver tantas como podíamos admitir en cada clínica. Pero para él no había aerolínea lo suficientemente rápida o eficiente que lo pudiera llevar a todas estas clínicas. De modo que me entrenó para ser médico. Yo nunca había estado, ni un solo día, en una escuela de medicina. Sólo había recibido entrenamiento como técnico de ultrasonido. Tenía antecedentes comerciales, pero no sabía nada de medicina, excepto lo que durante años había visto hacer a los médicos.
"Entonces comencé a hacer abortos. Empecé a hacer cirugía, Norplants, criocirugía, Papanicolau, exámenes pélvicos. Hacía todo lo que él hacía. Y estaba orgullosa porque creía que lo hacía mejor que él. Todos los empleados decían: 'Necesita ver a la Dra. Davis hoy', porque pensaban que era mejor médico que él. Yo nunca tuve problemas con las pacientes. No hice hospitalizar a ninguna mujer, y él las hacía hospitalizar casi todos los meses en condiciones críticas: histerectomías, tejidos retenidos. Todo lo que podía salir mal con sus pacientes sucedía.
"Yo creía que todo andaba bien, porque no tenía esos problemas. Me tomé mi tiempo y les di mucho amor a las pacientes. Yo estaba arriesgándoles la vida a ellas con mucha negligencia. De las miles y miles de pacientes que vimos no pude recordar ni un solo nombre ni una sola cara, porque para mí eran sólo un número. Yo me refería a ellas según cuanto habían pagado. 'Oh, ese es un caso de cuatrocientos dólares, ese es un caso de cinco mil dólares'. No las veía como personas, sólo como un número.
"Entonces un día una jovencita vino a nosotros para un aborto tardío en el segundo trimestre. Nosotros terminábamos los embarazos aún casi llegando al final de la gestación. Él [el Dr. Tucker] vino y le practicó el aborto y dejó el salón apenas terminó. Ella estaba bajo anestesia general que le dió una persona no calificada.
"Yo la llevé al salón de recuperación. Estuve con ella e hice todo lo posible para que estuviera estable, pero comenzó a sangrar bastante y yo no podía impedirlo. De modo que corrí donde el médico y le pedí ayuda: 'está sangrando y yo no sé que hacer'. Él dijo: 'llévela al salón de examen, examínela, averigüe por qué está sangrando y detenga la hemorragia. Así de simple, yo estoy ocupado'.
"Yo hice lo que sabía hacer, pero ella seguía sangrando. Llamé una ambulancia para ir al hospital y cuando él lo supo se enfadó mucho y canceló la ambulancia. Me dijo: 'Yo soy el médico aquí y yo tomo las decisiones. No puedo enviar a la paciente al hospital en esas condiciones, me colgarían. Ahora, trate de estabilizarla'.
"Pero ya había sangre por todas partes. Salía como de un grifo de agua y no podía detenerla. Le pedí al doctor el favor de ayudarme: 'Si no me ayuda, va a morirse'. Él respondió: 'Bueno, llame a la ambulancia. Tengo que tomar un avión'. Y se fue. Entonces llamé a la ambulancia, que llegó a los veinte minutos, y durante ese tiempo me di cuenta de que yo no era médico, y me asusté tanto de que me pusieran en esa posición y de que yo me hubiera dejado poner en ella, de tratar de salvar una vida, sin saber como hacerlo.
"La otra cosa que me vino a la mente fue que ese médico era mi héroe. Él había logrado que yo llegara a ganar aproximadamente cien mil dólares al año. Pero en ese momento vi lo que él era. Era un cobarde, se había ido cuando la paciente lo necesitaba. A ella la llevaron al hospital y yo me alegré de que se hubiera ido, porque estaría con médicos que podrían encargarse de sus problemas y porque me habían librado de esa responsabilidad, hasta que me llamaron del hospital y me dijeron que había muerto.
"Entonces empecé a tener pesadillas y cada vez que cerraba los ojos podía verle la cara. Me sentí tan culpable por ella, tenía rabia de que el hombre que yo había admirado fuera tan negligente, y eso casi me destruyó.
"Después el consejo médico pidió sus informes. Él dió un paso más y los cambió para dar la apariencia de que él no era tan negligente como lo era. Me dió los informes originales de su historia médica y me dijo que fuera al sótano a quemarlos, me dijo que no podíamos ir al juzgado así, porque nos colgarían. teníamos que ocultar lo que pasó. Me dijo que quemara los informes inmediatamente, pero yo no pude hacerlo. Tomé los informes y los puse en mi papelera, porque sabía que yo no podría mentir para favorecerlo en este caso. No podía ocultar más lo que él hizo.
"De modo que fui al consejo médico, al abogado del distrito. Allá entregué toda la información acerca de la negligencia que habíamos hecho. Yo confesé haber practicado medicina sin licencia y suministré la evidencia de ello. Me dijeron que ellos querían que yo continuara siendo empleada de él, pues querían seguir recopilando información para ellos. Me dijeron que tenían ante ellos un caso claro de homicidio por negligencia, pero querían más. Todo esto continuó pero no hacían nada al respecto.
"Un día el Dr. Tucker regresó al Estado de Alabama, donde yo estaba; había estado trabajando en el Estado de Mississippi. Me dijo que había tenido dificultades en Mississippi y que yo tendría que ir allá, porque había problemas y yo tendría que calmar a los empleados. Y ¿qué paso? Me dijo: 'Bueno, una joven vino para un aborto. Yo creía que ella tenía 18 semanas de embarazo; pero resultó estar más cerca del final del embarazo. Inserté la laminaria. Ella dió a luz y tuvo un bebé vivo y saludable'. 'Entonces que hizo usted?' Él respondió: '¿Qué podía hacer yo? Maté al bebé'. Y dijo que todos los empleados estaban muy exaltados, de modo que yo debía ir a ocuparme de eso.
"Yo tomé un avión y fui a Mississippi, pero antes de tomar el avión, llamé al abogado del distrito y le conté lo que había sucedido. Antes de que yo pudiera llegar a la clínica, él había estado interrogando a los empleados. El caso fue al gran jurado, pero no pudieron probar que había matado a ese bebé, porque no tenían al bebé. El bebé desapareció, y no pudieron probar nada. De modo que el caso no siguió aunque los empleados testificaron que sí sucedió. Aún así no pudieron probar el caso.
"Volví al consejo médico de Alabama y pregunté: '¿Por qué no hacen ustedes nada? ¿Por qué no han hecho algo acerca de la muerte de esa niña?' Me dijeron que el aborto era un tema político caliente y no querían tocarlo en realidad. Los medios de comunicación consiguieron esta información y forzaron a los consejos médicos a actuar contra el médico. Él ya no tenía negocios en Misissipi y Alabama. Le habían suspendido la licencia. El Departamento de Salud le cerró todas sus clínicas, y ya no podía hacer daño a nadie más.
"Vea usted, el aborto se ha puesto tan malo, y la avaricia por el aborto se ha puesto tan mala, que ya no les importan las mujeres. Ciertamente no les importa el bebé, pero ahora las mujeres se están muriendo."
Joan Appleton: "...en las clínicas independientes no hay personal médico aparte del médico que hace el aborto...Los médicos que empleamos eran más que todo principiantes que estaban empezando su práctica privada y hacían abortos para ganar lo suficiente con el fin de hacer prosperar su propia práctica, o eran médicos que no ganaban mucho y trabajaban en abortuarios para pagar su seguro de mala práctica, que era muy alto para ginecólogos y obstetras."
"Me gustaba aconsejarle a una mujer diciéndole: 'Bueno, no queremos que usted tenga que pasar por este procedimiento otra vez; queremos que empiece a tomar píldoras anticonceptivas. Le vamos a dar su primer paquete gratis, porque las compañías farmacéuticas nos las dieron gratis'. Es un buen negocio que podamos distribuir un paquete gratis, escribir una receta con píldoras para 5 meses...todos sacan provecho.
"En cambio, las organizaciones como la PPFA y las industrias del aborto no eran estúpidas. Ellas sabían que cuanto más pequeñas fuesen las dosis de estrógenos en esas píldoras, más probabilidades tenían de fallar. Pero no había que preocuparse, porque podríamos traerla [a la clienta] para otro aborto. De modo que usaban píldoras que tenían porcentajes de fracaso como del 30%...Y no olvidábamos decirles que si tenían una gripe o un resfriado, íbamos a darle antibióticos, entonces la reacción química entre la píldora anticonceptiva y el antibiótico hace inefectiva la acción anticonceptiva, de modo que teníamos otro 20% que tendría que regresar.
"Luego íbamos a las escuelas a enseñar cómo tener relaciones sexuales 'sin riesgos', porque [decíamos]: 'Nos preocupamos por ustedes, nos preocupamos por las mujeres'. De modo que lo que hacen hoy en día [los que están en la industria del aborto] es ir a las escuelas a decirles: 'Niños, sabemos que ustedes van a tener relaciones sexuales; queremos que entiendan que nosotros lo entendemos y que eso está bien. También eso quiere decir que dos, tres o cuatro de ustedes van a morir, pero si usan nuestros preservativos, y si usan nuestros métodos anticonceptivos, y si tienen relaciones sexuales sin riesgo, sólo tres o cinco de ustedes se morirán. El resto de ustedes vivirán. Oh, claro que un 30% contraerán una enfermedad, pero nosotros nos encargaremos de eso, amigos'.
"Una de las cosas que continuaba molestándome aún durante el tiempo en que fui la principal enfermera de la clínica, era una mujer que tenía un gran trauma emocional y para quien la decisión [de practicarse el aborto] era muy difícil...'Pero, si era una cosa tan natural, si era lo correcto, ¿por qué era tan difícil?' Yo tenía que preguntarme eso todo el tiempo. También me preguntaba: 'Si yo aconsejé tan bien a estas mujeres y ellas estaban tan seguras de su decisión, ¿por qué seguían volviendo a mí ahora, meses y años después, convertidas en una ruina desde el punto de vista psicológico?'
"Nosotras, las que estábamos en el movimiento 'pro opción' y en la industria del aborto, negábamos la existencia del síndrome post aborto. Sin embargo, es real y cuando las mujeres regresaban no podíamos negar su existencia. Además, su número sigue en aumento.
"Yo también había visto un aborto por medio del sonograma. Fue en el primer trimestre, la última parte del primer trimestre o probablemente el segundo trimestre. No me acuerdo cuál era el problema específicamente, pero queríamos hacer el aborto bajo control sonográfico para asegurarnos de que habíamos sacado todo el bebé, o según la terminología, queríamos asegurarnos de que teníamos 'el embarazo completo'. Yo manejaba el ultrasonido mientras el médico hacía el procedimiento y yo lo dirigía mientras observaba la pantalla. Ví que el bebé se retiraba, abría la boca. Yo había visto 'El grito silencioso' ('The Silent Sream') [video que muestra un aborto] varias veces, pero no me afectó. Para mí era solamente una propaganda provida más. Pero yo no podía negar lo que ví en la pantalla. Después de ese procedimiento yo estaba temblando, pero me las arreglé para continuar durante el día."
"Mi jefe en la oficina me dijo que hay un crematorio en ese cuarto, y el crematorio es grande, como los de las funerarias, y yo no pude pasar por alto esa máquina más tiempo. Olía mucho cuando encendían ese horno de gas. Y la cosa más horrible era que olíamos a esos bebés quemándose, porque yo estaba al otro lado de la esquina."
"Cada vez que ella venía a que le practicaran un aborto o una dilatación y extracción [un método de aborto], lo anotábamos en su historia clínica. Algunas de estas historias estaban llenas por ambos lados por múltiples abortos. Y algún médico las miraba y bromeaba: 'Si se apura, puede venir otra vez antes de Navidad'. ¿Un tipo como éste realmente se preocupa por las mujeres? No lo creo."
Dina Madsen: "No se requería de ningún conocimiento médico para el puesto, sólo se necesitaba estar de acuerdo con el aborto.
"Yo estaba viendo a los bebés como algo que se podía desechar. Yo no los consideraba importantes. Yo no apreciaba mi propia vida, por consiguiente, ¿cómo podría valorar la vida de ningún otro? Y si estas mujeres eran tan estúpidas de quedar embarazadas, entonces era culpa suya. Así pensaba yo, y así pensaba la mayoría del personal.
"Algunas de las directoras con quienes trabajé habían tenido ocho o nueve abortos, y [sin embargo] éramos las mismas personas que las despreciábamos a ellas porque venían a que les volvieran a practicar abortos.
"De todas las mujeres con las cuales trabajé, yo diría que la mitad de ellas se habían practicado abortos y repetidas veces, y nunca dejaban que ninguno de esos sujetos [los médicos de la clínica] las tocaran por ningún motivo. Y sin embargo todos los días les decían a otras mujeres que ellos eran unos médicos maravillosos, que no les iban a hacer ningún daño, que eran los mejores en su campo, que él era muy simpático, etc. Y a veces las mujeres preguntaban: '¿Se han practicado ustedes algún aborto?' Y ellas respondían: 'Sí, pero no me lo hizo él'.
"Debo admitir, sin embargo, que no les tenía mucha lástima [a las mujeres que venían a practicarse el aborto]. Mi manera de pensar era: 'Bueno, usted se metió en este problema, de modo que aguante'.
"Cuando llamaba una mujer yo la hacía sentir como si eso era lo que ella había escogido, y que la íbamos a apoyar en su decisión, porque las mujeres buscan a alguien que apoye su decisión.
Luhra Tivis: "Una mujer llamó y dijo: 'Estoy llamando por mi hija; quiero saber cómo se hace el procedimiento'. Y añadió: '¿Ha tenido usted un bebé vivo?' Esta pregunta me sacudió, porque yo no había ni siquiera pensado en eso. De modo que le pregunté a mi supervisora Elana: '¿De qué está hablando?' Y Elana me dijo: 'Respóndele que no hemos tenido ningún nacimiento vivo en esta clínica'. Desde entonces he averiguado que era mentira.
FUENTE: Tomado del video "Abortion, The Inside Story" de la organización provida "The Pro-Life Action League" ("La Liga de Acción por la Vida"), 1995. Traducido, doblado y distribuido por Vida Humana Internacional.
Testimonio de un ex abortero hispano en EE.UU.
Dr. José María Arrunategui: "Yo practicaba abortos durante el primer trimestre del embarazo... Pero hubo un caso de un aborto que yo le estaba practicando a una paciente de aproximadamente 10 a 13 semanas de embarazo. Y después de dilatarle la cérvix le estaba retirando los tejidos y uno de los pedazos de tejidos cayó al piso y la enfermera me dijo: "Doctor, creo que eso es... ¿Es eso una mano?" Al principio yo no ví la mano. Pero luego me acerqué más para mirar y efectivamente, había una manita que parecía estar suplicando: "Por favor". Más tarde esa manita me hizo admitir que era culpable. En aquel momento yo sólo había visto un puñado de tejidos, pero luego, al profundizar en mi relación con Cristo, me dí cuenta de que era una mano bellamente diseñada."
FUENTE: Tomado del programa "Speak Up for Life" ("Habla Abiertamente a Favor de la Vida"), documental transmitido el 18 de enero de 1997 por EWTN, la cadena de televisión de la Madre Angélica, en Alabama, EE.UU. Testimonio del Dr. José María Arrunategui, de origen peruano.
Testimonio de una ex-abortera de EE.UU.
Les dije a los miembros de mi iglesia que yo había matado a mi propio bebé. Creí que ellos nunca podrían perdonarme. En mi mente el aborto era un pecado imperdonable. Al terminar de hablar, fuí recibida con amor - sí, con perdón - en los brazos de las personas que con amor me sacaron de la industria del aborto y ahora están dispuestas a amarme viéndome con los ojos de un Dios lleno de amor y de perdón. No podía creerlo, lloré incontrolablemente. En ese momento, por medio de la aceptación de Su pueblo, Dios me purificó con Su amor - Su amor incondicional. Esa noche supe que la sangre de Jesucristo derramada por mí en la cruz me cubrió completamente y a todos mis pecados. Ahora ya no era la "Dama Escarlata", cubierta con la sangre de más de 35,000 niños abortados, ni aún con la sangre de mi propio hijo. La Dama Escarlata estaba ya cubierta con la sangre de Cristo.
FUENTE: Testimonio de Carol Everett en la revista Celebrate Life (marzo-abril de 1996). Carol Everett, ex abortera y ex dueña de clínicas de aborto, es hoy la presidenta de "Life Network" ("Red a favor de la Vida") y autora del libro "Scarlet Lady".
Testimonio de un ex-abortero de Hungría
Soy un doctor, ex-abortero, creo que el único aquí entre nosotros, ahora convertido y a favor de la vida. Soy secretario de la organización Obstetras por la Vida en Hungría. Tratamos de fomentar una verdadera libertad de conciencia para nuestros colegas, y de establecer departamentos de obstetricia y ginecología en nuestro país donde no se lleven a cabo abortos.
Ahora reconozco cómo las diabólicas fuerzas antivida trabajaron a través de mis actividades. Yo mataba porque mi conciencia estaba muerta. Siento tener que decir, que hubo un período en mi vida, durante el cual yo creía que se podía ser buen católico y abortero al mismo tiempo. ¿Cómo es posible? Hace años me fuí a confesar, después de 20 años de estar alejado de los sacramentos, y el sacerdote me preguntó si sería despedido de mi trabajo en caso de negarme a hacer abortos. Le dije que sí, entonces me dió la absolución en el nombre de Dios y no dijo más.
Continué llevando a cabo abortos por un tiempo cuando en otra ocasión me volví a confesar, justamente la noche de Navidad, y encontré un buen sacerdote, que Dios lo bendiga. Me dijo clara y firmemente que yo estaba viviendo en estado de excomunión. Sin esta amorosa intervención de Dios yo nunca hubiera dejado de matar. ¿A qué me refiero? Al secularismo que existe en Hungría, a la necesidad de ser enteramente fiel a las enseñanzas que da la Iglesia para formar una verdadera conciencia, a la fidelidad del clero y del laico. Cualquier desacuerdo en este asunto resultará en una falsa conciencia, en una visión distorsionada a través de la cual nunca reconoceremos lo que es incorrecto, lo que es pecado. Por lo tanto, traté de formar mi opinión acerca de lo que significa ser provida, como médico y como creyente.
La vida de cada ser humano individual comienza en el momento de la fertilización, y continúa, en su realidad física, hasta su muerte natural. La vida humana es procreada para amar y ser amada, la vida significa amor. Por lo tanto, ser provida significa llevar a cabo actividades que promuevan el respeto absoluto por la vida, diciéndole no a toda tecnología reproductora y contraceptiva cuyo propósito es destruir la vida humana, al aborto, a la experimentación fetal y del embrión, y a la eutanasia. Ser provida es aclararle a todos que la sexualidad y la fertilidad son maravillosos regalos de Dios, que son inseparables y que únicamente puestos al servicio de la vida y el amor, pueden equiparar la verdadera naturaleza del hombre, que consiste de alma y cuerpo. Debemos practicar la castidad antes del matrimonio, la fidelidad y la planificación natural de la familia en el matrimonio [cuando tengan motivos serios para espaciar los nacimientos].
A su vez ser provida significa denunciar las filosofías y tendencias que son engañosas y llevan a nuestros pobres vecinos hacia un camino de muerte, egocentrismo y humanismo secular. En otras palabras: la mentalidad consumista acerca de la vida y el amor, está basada en un falso concepto del hombre, lo cual es obra del Padre de las Mentiras. Las actividades que se derivan de este doble propósito se deben llevar a cabo en todas las profesiones: la política, las legistaturas, la educación, la medicina, organizadas todas de la manera más profesional. Pero el propósito fundamental de todas las actividades, es prestar una ayuda amorosa y efectiva a cualquier persona que esté sufriendo, como el "Buen Samaritano", porque pro-vida quiere decir pro amor. Y ser verdaderamente pro amor quiere decir ser pro Dios. Ustedes los dirigentes provida aquí presentes pertenecen al grupo de los buenos samaritanos, de aquellos que corrieron a Jerusalén a alertar al pueblo, para que se organizaran y protegieran a la ciudad de los salteadores. Todos ustedes son esa clase de personas: provida, pro amor, pro Dios. Gracias por su ejemplo tan alentador y de incalculable valor. Gracias a la Iglesia por enseñar la verdad. Gracias a Dios por todos ustedes.
FUENTE: Texto de la presentación del Dr. András Szörényi (dirigente del movimiento provida de Hungría), durante el Vértice Provida Mundial en Roma, que tuvo lugar del 14 al 16 de noviembre de 1991.