LIBRO DE LA VIDA

Santa Teresa de Jesús

Es una gentileza de: http://www.clerus.org para la
BIBLIOTECA CATÓLICA DIGITAL

 

INTRODUCCIÓN

PROLOGO

 

 

Cap. 1

En que trata cómo comenzó el Señor a despertar esta alma en su niñez a cosas virtuosas, y la ayuda que es para esto serlo los padres.

 

Cap. 2

Trata cómo fue perdiendo estas virtudes y lo que importa en la niñez tratar con personas virtuosas.

 

Cap. 3

En que trata cómo fue parte la buena compañía para tornar a despertar sus deseos, y por qué manera comenzó el Señor a darla alguna luz del engaño que había traído.

 

Cap. 4

Dice cómo la ayudó el Señor para forzarse a sí misma para tomar hábito, y las muchas enfermedades que Su Majestad la comenzó a dar.

 

Cap. 5

Prosigue en las grandes enfermedades que tuvo y la paciencia que el Señor le dio en ellas, y cómo saca de los males bienes, según se verá en una cosa que le acaeció en este lugar que se fue a curar.

 

Cap. 6

Trata de lo mucho que debió al Señor en darle conformidad con tan grandes trabajos, y cómo tomó por medianero y abogado al glorioso San José, y lo mucho que le aprovechó.

 

Cap. 7

Trata por los términos que fue perdiendo las mercedes que el Señor le había hecho, y cuán perdida vida comenzó a tener. . Dice los daños que hay en no ser muy encerrados los monasterios de monjas.

 

Cap. 8

Trata del gran bien que le hizo no se apartar del todo de la oración para no perder el alma, y cuán excelente remedio es para ganar lo perdido. Persuade a que todos la tengan. Dice cómo es tan gran ganancia y que, aunque la tornen a dejar, es gran bien usar algún tiempo de tan gran bien.

 

Cap. 9

Trata por qué términos comenzó el Señor a despertar su alma y darla luz en tan grandes tinieblas y a fortalecer sus virtudes para no ofenderle.

 

Cap. 10

Comienza a declarar las mercedes que el Señor la hacía en la oración, y en lo que nos podemos nosotros ayudar, y lo mucho que importa que entendamos las mercedes que el Señor nos hace. Pide a quien esto envía que de aquí adelante sea secreto lo que escribiere, pues la mandan diga tan particularmente las mercedes que la hace el Señor.

 

Cap. 11

Dice en qué está la falta de no amar a Dios con perfección en breve tiempo. Comienza a declarar, por una comparación que pone, cuatro grados de oración. Va tratando aquí del primero. Es muy provechoso para los que comienzan y para los que no tienen gustos en la oración.

 

Cap. 12

Prosigue en este primer estado. Dice hasta dónde podemos llegar con el favor de Dios por nosotros mismos, y el daño que es querer, hasta que el Señor lo haga, subir el espíritu a cosas sobrenaturales.

 

Cap. 13

Prosigue en este primer estado y pone avisos para algunas tentaciones que el demonio suele poner algunas veces. Da avisos para ellas. Es muy provechoso.

 

Cap. 14

Comienza a declarar el segundo grado de oración, que es ya dar el Señor al alma a sentir gustos más particulares. Decláralo para dar a entender cómo son ya sobrenaturales. Es harto de notar.

 

Cap. 15

Prosigue en la misma materia y da algunos avisos de cómo se han de haber en esta oración de quietud. Trata de cómo hay muchas almas que lleguen a tener esta oración y pocas que pasen adelante. Son muy necesarias y provechosas las cosas que aquí se tocan.

 

Cap. 16

Trata tercer grado de oración, y va declarando cosas muy subidas, y lo que puede el alma que llega aquí, y los efectos que hacen estas mercedes tan grandes del Señor. Es muy para levantar el espíritu en alabanzas de Dios y para gran consuelo de quien llegare aquí.

 

Cap. 17

Prosigue en la misma materia de declarar este tercer grado de oración. Acaba de declarar los efectos que hace. Dice el daño que aquí hace la imaginación y memoria.

 

Cap. 18

En que trata del cuarto grado de oración. * Comienza a declarar por excelente manera la gran dignidad en que el Señor pone al alma que está en este estado. Es para animar mucho a los que tratan oración, para que se esfuercen a llegar a tan alto estado, pues se puede alcanzar en la tierra, aunque no por merecerlo, sino por la bondad del Señor. Léase con advertencia, porque se declara por muy delicado modo y tiene cosas mucho de notar.

 

Cap. 19

Prosigue en la misma materia. Comienza a declarar los efectos que hace en el alma este grado de oración. Persuade mucho a que no tornen atrás, aunque después de esta merced tornen a caer, ni dejen la oración. Dice los daños que vendrán de no hacer esto. Es mucho de notar y de gran consolación para los flacos y pecadores.

 

Cap. 20

En que trata la diferencia que hay de unión a arrobamiento. Declara qué cosa es arrobamiento, y dice algo del bien que tiene el alma que el Señor por su bondad llega a él. Dice los efectos que hace. Es de mucha admiración.

 

Cap. 21

Prosigue y acaba este postrer grado de oración. * Dice lo que siente el alma que está en él de tornar a vivir en el mundo, y de la luz que la da el Señor de los engaños de él. Tiene buena doctrina.

 

Cap. 22

En que trata cuán seguro camino es para los contemplativos no levantar el espíritu a cosas altas si el Señor no le levanta, y cómo ha de ser el medio para la más subida contemplación la Humanidad de Cristo. Dice de un engaño en que ella estuvo un tiempo. Es muy provechoso este capítulo.

 

Cap. 23

En que torna a tratar del discurso de su vida, y cómo comenzó a tratar de más perfección, y por qué medios. Es provechoso para las personas que tratan de gobernar almas que tienen oración saber cómo se han de haber en los principios, y el provecho que le hizo saberla llevar.

 

Cap. 24

Prosigue en lo comenzado, y dice cómo fue aprovechándose su alma después que comenzó a obedecer, y lo poco que le aprovechaba el resistir las mercedes de Dios, y cómo Su Majestad se las iba dando más cumplidas.

 

Cap. 25

En que trata el modo y manera cómo se entienden estas hablas que hace Dios al alma sin oírse, y de algunos engaños que puede haber en ello, y en qué se conocerá cuándo lo es. Es de mucho provecho para quien se viere en este grado de oración, porque se declara muy bien, y de harta doctrina.

 

Cap. 26

Prosigue en la misma materia. Va declarando y diciendo cosas que le han acaecido, que la hacían perder el temor y afirmar que era buen espíritu el que la hablaba.

 

Cap. 27

En que trata otro modo con que enseña el Señor al alma y sin hablarla la da a entender su voluntad por una manera admirable. Trata también de declarar una visión y gran merced que la hizo el Señor no imaginaria.

 

Cap. 28

En que trata las grandes mercedes que la hizo el Señor y cómo le apareció la primera vez. Declara qué es visión imaginaria. Dice los grandes efectos y señales que deja cuando es de Dios. Es muy provechoso capítulo y mucho de notar.

 

Cap. 29

Prosigue en lo comenzado y dice algunas mercedes grandes que la hizo el Señor y las cosas que Su Majestad la decía para asegurarla y para que respondiese a los que la contradecían.

 

Cap. 30

Torna a contar el discurso de su vida y cómo remedió el Señor mucho de sus trabajos con traer al lugar adonde estaba el santo Fray Pedro de Alcántara, de la orden del glorioso San Francisco. Trata de grandes tentaciones y trabajos interiores que pasaba algunas veces.

 

Cap. 31

Trata de algunas tentaciones exteriores y representaciones que la hacía el demonio, y tormentos que la daba. Trata también algunas cosas harto buenas para aviso de personas que van camino de perfección.

 

Cap. 32

En que trata cómo quiso el Señor ponerla en espíritu en un lugar del infierno que tenía por sus pecados merecido. Cuenta una cifra de lo que allí se lo representó para lo que fue. Comienza a tratar la manera y modo cómo se fundó el monasterio, adonde ahora está, de San José.

 

Cap. 33

Procede en la misma materia de la fundación del glorioso San José. Dice cómo le mandaron que no entendiese en ella y el tiempo que lo dejó y algunos trabajos que tuvo, y cómo la consolaba en ellos el Señor.

 

Cap. 34

Trata cómo en este tiempo convino que se ausentase de este lugar. Dice la causa y cómo la mandó ir su prelado para consuelo de una señora muy principal que estaba muy afligida. Comienza a tratar lo que allá le sucedió y la gran merced que el Señor la hizo de ser medio para que Su Majestad despertase a una persona muy principal para servirle muy de veras, y que ella tuviese favor y amparo después en él. Es mucho de notar.

 

Cap. 35

Prosigue en la misma materia de la fundación de esta casa de nuestro glorioso Padre San José. Dice por los términos que ordenó el Señor viniese a guardarse en ella la santa pobreza, y la causa por qué se vino de con aquella señora que estaba, y otras algunas cosas que le sucedieron.

 

Cap. 36

Prosigue en la materia comenzada y dice cómo se acabó de concluir y se fundó este monasterio del glorioso San José y las grandes contradicciones y persecuciones que después de tomar hábito las religiosas hubo, y los grandes trabajos y tentaciones que ella pasó, y cómo de todo la sacó el Señor con victoria y en gloria y alabanza suya.

 

Cap. 37

Trata de los efectos que le quedaban cuando el Señor le había hecho alguna merced. Junta con esto harto buena doctrina. Dice cómo se ha de procurar y tener en mucho ganar algún grado más de gloria, y que por ningún trabajo dejemos bienes que son perpetuos.

 

Cap. 38

En que trata de algunas grandes mercedes que el Señor la hizo, así en mostrarle algunos secretos del cielo, como otras grandes visiones y revelaciones que Su Majestad tuvo por bien viese. . Dice los efectos con que la dejaban y el gran aprovechamiento que quedaba en su alma.

 

Cap. 39

Prosigue en la misma materia de decir las grandes mercedes que le ha hecho el Señor. Trata de cómo le prometió de hacer por las personas que ella le pidiese. Dice algunas cosas señaladas en que le ha hecho Su Majestad este favor.

 

Cap. 40

Prosigue en la misma materia de decir las grandes mercedes que el Señor la ha hecho. De algunas se puede tomar harto buena doctrina, que éste ha sido, según ha dicho, su principal intento, después de obedecer: poner las que son para provecho de las almas. Con este capítulo se acaba el discurso de su vida que escribió. Sea para gloria del Señor, amén.