LA SECTA MOON SE RETIRA DEL CASO MILINGO

ROMA, 31 Ago. 01 (ACI).-  Luego que el ex Arzobispo de Lusaka, Emmanuel Milingo abandonara el Hotel “Arcangelo”, donde sostuvo el último encuentro con la acupunturista surcoreana María Sung, la secta Moon, que había venido estirando el caso para incrementar su publicidad, decidió finalmente retirarse y dejar en paz al Prelado africano.

Milingo y Sung se encontraron en el hotel, luego que finalmente se llegara a un acuerdo sobre los términos del encuentro entre ambos. Hasta ese momento, la secta pretendía nada más que un encuentro a solas, una situación que Milingo no deseaba, ya que se prestaba a que la secta -poco amante de la verdad- diera su propia versión de la reunión.

Finalmente, la reunión se produjo con la presencia de un traductor, el vocero Moon y un representante de la Santa Sede; aunque ambos pudieron departir a solas durante un momento, el mismo que Milingo aprovechó para entregar una última y definitiva carta.

El mensaje escrito recibido por Sung dice textualmente:

“Mi querida hermana María Sung: como las aguas del mar devuelven los cuerpos de los ahogados en fases sucesivas, primero a la superficie del agua y después las olas empujan los cuerpos a la playa marina, así ha sido mi destino. América me depositó en la superficie de Italia. Italia me ha llevado a la playa de mi Iglesia, la ciudad Vaticana. Y aquí los míos me han acogido de nuevo y me han llevado, no a la sepultura sino a reforzar la vida dentro de mí. Mi compromiso en la vida de la Iglesia, a través del celibato, no me permite estar casado. El llamamiento de mi Iglesia a mi compromiso es justo. Soy consciente de tu sufrimiento. Te acompaño en tus sufrimientos, rezando por ti cada día. No sólo yo, sino tantos que están contigo. La bendición de Dios te acompañará toda la vida. Con sinceridad”.

El fin de una farsa

Tras el  encuentro, Phillip Shanker, portavoz de la secta Moon, reconoció que no había más que hacer, y anunció oficialmente que Sung regresaría a Estados Unidos el sábado o domingo.

Shanker, siguiendo órdenes del controvertido Sun Myung Moon, fundador de la secta que lleva su nombre, había procurado presentar a la Sung  como una “esposa amorosa y desconsolada” a quien el Vaticano había “dejado sin marido” por medio del “secuestro”.

Para ello, presionó a la mujer a realizar una huelga de hambre y presentarse diariamente en la Basílica de San Pedro para “rezar” por la “liberación” de su “marido”.

En realidad, Sung había conocido a Milingo apenas tres días antes de la ceremonia nupcial que el mismo Moon presidió el 28 de  mayo en Nueva York. En efecto, según la doctrina de la secta, es el mismo Moon el que selecciona al azar la mujer de cada posible esposo de entre numerosas fotos y sin que éstos se conozcan previamente.

Para la doctrina Moon,  que sostiene que Jesucristo “fracasó” en su ministerio por no contraer matrimonio, y que la plenitud de la revelación ha sido cumplida por Moon al haberse casado y promover el matrimonio como único camino, el “matrimonio” de un Arzobispo católico  era un golpe propagandístico que no estaban dispuestos a dejar pasar.

De allí que, tras el sorpresivo anuncio de Milingo de regresar al seno de la Iglesia y a su compromiso con el celibato,  la secta enviara a Shanker, un estratega de la propaganda y vocero personal de Moon, a manejar  el caso Sung.

Así, la mujer surcoreana fue llevada a “rezar” al Vaticano, pese a que no sólo no es católica, sino que aprendió a persignarse  recién después del 28 de mayo. De hecho, durante el primer día de su ayuno y “oración”, Sung se quedó rezando frente al obelisco que se encuentra en el centro de la Plaza San Pedro, hasta que se le explicó que éste no era objeto de culto.

Tras el encuentro del miércoles, Shanker decidió tocar retirada, sobre todo cuando el diario “La Stampa” informó que la doctora coreana se había casado en Nápoles durante su estancia de dos años hasta 1996 y que el marido italiano abandonado seguía viviendo en esa ciudad.

Ahora no se sabe que será del futuro de Sung, luego de haber sido utilizada por la secta. Ella misma ha abierto la posibilidad de adherirse al catolicismo e ingresar a un convento… si la secta se lo permite.