Aztecas

Cultura Mexicana

Antecedentes:

 

Para poder hablar de los Aztecas, debemos remontarnos un poco de tiempo atrás de ellos, de tal forma que, al menos, encontremos algunas de sus raíces. No es posible establecer nada seguro acerca de estos antecedentes, pero nos podrá dar una idea clara y una perspectiva de que la historia, aún cuando existen diferentes opiniones en las fuentes de información, únicamente difieren en fechas y pequeños acontecimientos que realmente no son de gran trascendencia comparados con lo que sucedió después de la fundación de la gran Tenochtitlan.

Cholula estuvo habitada, aproximadamente hasta el año 800 d. C., por gente teotihuacana que fue desalojada de allí por los Olmecas (de origen popolocamixteco) que dominó durante unos 500 años y que pronto extendió su influencia hasta el centro de Veracruz; bajo su empuje cayeron la provincia cultural de Cerro de las Mesas y la región de los Tuztlas. Los habitantes nahuas de ambos lugares junto con los teotihuacanos (recientemente expulsados de Cholula), iniciaron una migración en masa, llamada de los pipiles, y se establecieron en la región chiapaneca del Soconusco, de donde más tarde se movieron hacía Centroamérica, quedándose la mayoría en Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua; pequeños grupos radicaron en Costa Rica y Panamá. Algo antes del año 900, una parte de los pipiles inició un movimiento migratorio hacía el norte y llegó a Tula, donde, bajo el nombre de nonoalca colaboró con los tolteca-chichimeca en la formación del imperio tolteca.

Hacía 900 d. C., se produjeron cambios en el clima de la región donde floreció la cultura proto-tolteca, cuyo centro fue probablemente La Quemada, al sur de Zacatecas, y esto originó la invasión de las tribus tolteca-chichimecas al Valle de México, se apoderó de Acolman y Teotihuacán y estableció su capital en el Cerro de la Estrella (cerca de Iztapalapa). Desde ahí realizó conquistas como la de las Siete Cuevas (Chicomóztoc), región situada entre Tula y Jilotépec, (antes propiedad de los otomíes) quizá a la caída de Teotihuacán. Esos tolteca-chichimecas que dominaron a los otomíes y se mezclaron con ellos constituyeron más tarde el imperio tolteca.

Un señor (rey) llamado Topiltzin decidió cambiar la capital de su imperio (tal vez a causa de la presión que desde Cholula ejercían los Olmecas), primero temporalmente, a Tulancingo y después a Tula, sitio estratégico que le permitía dominar los valles del Mezquital y de México y que por su proximidad a la frontera con los indios bárbaros, le facilitaba detener sus incursiones.

Topiltzin tuvo un reinado muy próspero; fomentó la cultura y las artes, desterró los sacrificios humanos y trató de afianzar en su pueblo el culto a su dios "Quetzalcóatl" (Serpiente emplumada), pero esto disgustó a los tolteca-chichimecas que veneraban a Tezcatlipoca, deidad que exigía sacrificios.

Al producirse el colapso de Tula, bandas de bárbaros irrumpieron desde el sur de Texas hasta entrar al Valle de México en el siglo XIII, y sólo se detuvo ante la barrera montañosa del Ajusco, que vino a ser la nueva frontera mesoamericana entre los sedentarios y los nómadas, entonces los toltecas fueron desplazados del centro de México y se diseminaron.

Poco después los acolhuas fundaron el señorío de Huejotzingo, se fortalecieron y derrotaron a Cholula, fundaron la "República de Tlaxcala" (no el estado, sino el conjunto de cuatro señoríos: Tepetícpan, Ocotelolco, Tizatlán y Quiahuiztlan). Mientras tanto, los chichimecas fundaban un señorío en la región tetzcocana, donde la civilización aumentó, tomando el idioma nahua y se volvieron sedentarios. Todo lo anterior, nos da una gran idea de lo que sucedía en el valle de México antes de la llegada de los Aztecas.

 

 

Los mexicas, nacimiento de los Aztecas y su viaje:

Los mexicas procedían, según parece, de un lugar llamado Aztatlan o Aztlán, que según varias leyendas significa "lugar de garzas", por lo cual, se les conoce mejor bajo el nombre de aztatecas o aztecas, aún cuando ellos preferían denominarse culhuas-mexicas.

Se dice que Aztatlan estaba situado en una isla de la laguna de Mexcaltitlan en la costa de Nayarit y que el grupo salió de ahí entre el año 890 y el 1111, atravesaron primero algunas regiones del norte de Jalisco y después, siguiendo el curso del río Lerma, partes de Guanajuato y Michoacán.

Los mexicas eran, atlacachichimeca, es decir, "pescadores y cazadores", y no es posible reconstruir en detalle el itinerario que habían seguido hasta que llegaron a las inmediaciones de San Juan del Río, desde donde se cuenta con mas información hasta su llegada al Valle de México. Tenían por costumbre encender cada 52 años (duración de un ciclo en su calendario), un fuego nuevo; el primero celebrado después de iniciada su peregrinación fue el de Coatépec, en la región nor-oriental del Valle de México, en el año 2 caña (1163). Allí nació, según un mito, el dios Huitzillopochtli (Colibrí del Sur), hijo de Coatlicue que era un hechicero que rendía culto a Tezcatlipoca, era su caudillo y su dios más venerado. Después de él tuvieron otros caudillos-sacerdotes hasta Ténoch, el último, quien auspició la fundación de Tenochtitlan y quién le dio su nombre; aunque también recibió el nombre de México, en honor de Huitzillopochtli o también conocido como Mexitlí.

A raíz de encender el fuego nuevo de 1163, los mexicas se trasladaron a Tula, y posteriormente se desplazaron a Apazco, por donde celebraron el siguiente fuego nuevo en 1215. Penetraron otra vez al Valle de México y se establecieron temporalmente en diversos sitios como Zumpango y Cuauhtitlan. Continuando su peregrinación llegaron a Ecatépec, bordearon el sur de la sierra de Guadalupe y arribaron a Tecpayocan, el actual cerro de Santa Isabel, cerca de los "Indios Verdes", en donde encendieron su tercer fuego nuevo en 1267. De allí, penetraron a tierras del señorío de Azcapotzalco, gobernado entonces por Acolnahuacatzin, quien les permitió avecindarse en sus dominios como tributarios, hasta que, cuando les gobernaba su primer rey Huitzilihuitl, entre 1273 y 1276, se establecieron en Chapultépec.

En realidad, desde su salida de Tula hasta su llegada a Chapultépec, los mexicas sólo permanecían, en calidad de "paracaidistas", unos años en cada lugar por donde pasaban, pues todas las tierras estaban ocupadas y nadie les quería como vecinos por ser muy pendencieros, practicar formas crueles de sacrificios humanos, y tener la costumbre de robarse a las mujeres casadas. En Chapultépec, sitio estratégico de fácil defensa, se sintieron al fin seguros y desde allí comenzaron a merodear por los lugares próximos, haciéndose, como siempre, odiosos a sus vecinos. Estos, cansados de soportarlos, formaron una coalición con casi todos los señoríos del Valle de México, encabezados por el de Xaltocan y, en 1319, lograron derrotarlos gracias a una estratagema urdida por los tepanecas: éstos les hicieron creer que necesitaban su ayuda militar para combatir a los de Culhuacán. Así lograron que salieran de Chapultépec todos los guerreros quedando sólo los ancianos, las mujeres y los niños, a quienes fácilmente pudieron aprisionar. Desmoralizados los mexicas fueron vencidos por los culhuas y quedaron como sus cautivos o siervos, confinados en Tizapan, lugar poblado de serpientes. Los de Culhuacán esperaban que éstas hiciesen perecer a muchos de los prisioneros, pero resultó que los mexicas consiguieron exterminarlas.

Más tarde, los culhuas, que sostenían una ardua lucha contra los xochimilcas, utilizaron a los mexicas como soldados mercenarios para vencer a sus enemigos y les ofrecieron la libertad a cambio de 8000 prisioneros xochimilcas. Por ser reducido el grupo mexica y no poder conducir hasta Culhuacán a los 8000 prisioneros, se contentaron con cortarles las orejas y llevar éstas, en sacos, a Coxcoxtli, señor de Culhuacán, el cual, horrorizado, les concedió la libertad y les permitió establecerse en Mexícatzingo. Edificaron allí de inmediato un templo en honor a Huitzillopochtli y pidieron a Coxcoxtli una hija "para tenerla como una reina y venerarla como una diosa". Sin saber que los mexicas se proponían desollarla accedió el señor culhua, e incluso aceptó la invitación que le hicieron para que él mismo fuera a reverenciarla. Cuando se percató de lo que habían hecho se enfureció e hizo que sus súbditos persiguiesen sin tregua a los mexicas y los arrojaran a los carrizales que había a orillas del lago, en donde encontraron refugio en un islote abandonado.

 

 

Fundación de Tenochtitlan:

En aquel islote fue donde, según la historia, vieron la señal expuesta por Huitzillopochtli: el águila devorando una serpiente sobre un nopal y empezaron a edificar Tenochtitlan en 1345. Doce años después otro grupo mexica se estableció en un islote contiguo, fundando Tlatelolco en 1357. Tenochcas y tlatelolcas quedaron sometidos al señor de Azcapotzalco, pagando en los primeros años tributos muy onerosos.

Ténoch conservó la suprema autoridad hasta su muerte en 1369. Dos años antes, en 1367, los mexicas conquistaron Culhuacán en provecho de Tezozómoc (señor Tepaneca, vecino de Huejotzingo y Tlaxcala), y los señores que allí reinaban encontraron asilo en Coatlichan. A la muerte de Ténoch, algunos nobles mexicanos fueron a solicitar a Coatlichan que un príncipe culhua, llamado Acamapichtli, viniese a residir en México, aunque todavía no con la calidad de rey, que sólo tuvo a partir del año de 1376.

Tezozómoc estimó conveniente convertir a los mexicas de soldados mercenarios en socios de sus empresas de conquista. Así, después que los Tenochcas conquistaron Culhuacán en 1367 y los tlatelolcas Tenayuca en 1371, alcanzaron el rango de señoríos Tlatelolco y Tenochtitlan: el primero, en 1375, con Cuacuahpitzáhuac como rey, hijo de Tezozómoc, quien gobernó hasta 1409 o 1418; el segundo, en 1376, cuando subió al trono Acamapichtli, descendiente de los antiguos señores toltecas de Culhuacán, lo cual habría de inducir a los Tenochcas a considerarse corno herederos de las posesiones que habían pertenecido al imperio de Tula.

Gracias a las conquistas de Acarnapichtl; -Xochímilco (1376), Mizquic (1378) y Cuitláhuac (1393)- quedó en poder de Tezozómoc el sur del Valle de México, excepto el señorío de Amecameca, aliado suyo. El último terreno que cayó en manos del señor tenochca fue el importante y extenso señorío de Cuernavaca, que se prolongaba hacia el sur, probablemente hasta el río Balsas, en el que abundaba el algodón, que ahora afluyó al Valle de México, utilizándosele para la fabricación de telas.

Acamapichtli falleció en 1396; le sucedió su hijo Huitzilihuitl (1397-1417), quien engendró un vástago, Moteczuma llhuicamina, con la hija del señor de Cuernavaca, en 1398.

Huitzilíhuitl derrotó a los xaltocameca en 1400, a los de Chalco-Atenco en 1410 y combatió a los de Texcoco en compañía del señor de Tlatelolco y de otros vasallos de Tezozómoc. Se convirtió en un auxiliar tan valioso para Tezozómoc, que éste le dio en matrimonio una hija suya, unión de la que nació Chimalpopoca, quien sucedió a su padre en el trono de Tenochtitlan en 1417, cuando apenas tenía 12 años.

A medida que Tezozómoc asoció más estrechamente en sus empresas a sus vasallos mexicas, fueron disminuyendo los onerosos tributos que al comienzo les impuso hasta que, cuando Chimalpopoca subió al trono, por afecto a él, suprimió esas cargas y permitió que los Tenochcas gozaran de una situación de privilegio, cosa que disgustó a una parte considerable de los tepanecas.

En 1418 Tezozómoc y sus aliados mexicas conquistaron Texcoco, ciudad que entregó aquél dos años después a Chimalpopoca. El tirano de Azcapotzalco, que murió en 1427, parece haber escogido como sucesor a su hijo Tayatzin, pero un hermano mayor de éste, Maxtla, le usurpó el trono. Poco después, al saber el usurpador que Chimalpopoca conspiraba, junto con otros señores, para derrocarlo y restablecer a Tayatzin, mandó encarcelarlo. Consideró esto el señor de Tenochtitlan como una terrible afrenta que lo indujo a darse la muerte. Entonces los Tenochcas eligieron rey a Itzcóatl, hijo de Acamapichtli y medio hermano de Huitzilihuitl.

Mientras tanto, Nezahualcóyotl que, tras la pérdida de su trono de Texcoco en 1418, había vivido exiliado entre los huejotzingas y tlaxcaltecas, con cuyos señores trabó amistad, consiguió ayuda militar de ellos y celebró una alianza con ltzcóatl. Luego, aprovechando el resentimiento que guardaban los Tenochcas por los agravios que Maxtla infirió a Chimalpopoca, emprendió una lucha contra Maxtla en 1427. Logró, con sus aliados, vencer a Azcapotzalco en 1428, merced a la ocupación previa de Tacuba que sirvió como "cabeza de playa" para el ataque de la capital tepaneca. Entonces parece que Maxtla huyó a Coyoacán, lugar donde había gobernado antes de convertirse en señor de Azcapotzalco, luego a Cuauhximalpan y después a Tasco, sitio en que murió en 143l.

Aunque había caído la capital de los tepanecas, Nezahualcóyotl e ltzcóatl, aliados ahora con el señor tepaneca de Tacuba, tuvieron que continuar luchando contra varios señoríos que habían formado parte de aquel imperio, y por eso les fue preciso llevar al cabo numerosas conquistas como la de Xochimilco en 1430 y la de Texcoco en 1431. En este año recuperó Nezahualcóyotl su trono y tres años más tarde se constituyo la Triple Alianza integrado por los señores de Texcoco, de Tenochtitlan y de Tacuba que, de común acuerdo, se repartieron los territorios hasta entonces sojuzgados y establecieron además el convenio de que los señoríos que posteriormente dominasen deberían pagarles tributo: dos quintas partes a Texcoco, otras tantas a Tenochtitlan y sólo una a Tacuba.

 

 

Las guerras Floridas:

Después de sojuzgado Azcapotzalco, los señoríos más poderosos del Valle de México fueron Tenochtitlan y Texcoco, gobernados por Itzcóatl y Nezahualcóyotl, respectivamente. Ambos emprendieron, en colaboración, una serie de conquistas. Ante todo prosiguieron la lucha contra los pequeños señoríos que habían dependido de Azcapotzalco y después ltzcóatl concentró sus esfuerzos en dominar las regiones occidental y meridional del Valle de México, gran parte del de Morelos y las tierras guerrerenses situadas al norte del Balsas, sometiendo a Tasco, Iguala y Tepecuacuilco.

Al apoderarse de Cuahuacan, quedó Itzcóatl dueño de la sierra de Monte Alto y tuvo el camino abierto hacia Xilotépec. Aunque el poderío de los tlatelolca había disminuido, realizaron aún conquistas como la de Cuauhtinchan, al sur de Cholula, en 1438. Nezahualcóyotl por su parte, se ocupaba en recuperar todos los territorios que habían pertenecido al señorío de Texcoco y en colaborar con Izcóatl en las conquistas que éste hacía en los Estados de Morelos y Puebla, como, por ejemplo, la de la región que se halla entre Cuauhltla y Huaquechula, y que le permitieron extender sus dominios hasta Izúcar. Ambos soberanos fueron los forjadores de la grandeza de Texcoco y Tenochtitlan y establecieron las pautas políticas y sociales que habrían de seguirse.

Muerto ltzcóatl en 1440, le sucedió Moteczuma Ilhuicamina, quien continuó la conquista, iniciada por su antecesor, del señorío de Xilotépec que se extendía a través del valle del Mezquital hasta Zimapan. De esta manera el río Moctezuma, límite actual de los Estados de Hidalgo y Querétaro, fue la frontera septentrional del imperio mexica y como tal quedó hasta la llegada de los españoles. Moteczuma también consolidó el dominio de las comarcas conquistadas por ltzcóatl en Morelos y Guerrero y, tras varios años de lucha, sujetó a los de Chalco-Arnecameca en 1465.

En 1450 Nezahualcóyotl emprendió una campaña siguiendo el trazo de la actual carretera que va de Pachuca a Tuxpan, lo que le permitió introducir una cuña que separó a los huastecos de los totonacos, impidiendo así una posible y peligrosa alianza de ambos.

Todo parecía sonreír a los tetzcocanos y Tenochcas cuando precisamente en ese año de 1450, comenzó una terrible hambre, provocada quizá por prolongadas sequías y cierta probable inexperiencia en las técnicas agrícolas, que los orilló a adoptar medidas desesperadas: la introducción de los sacrificios humanos en gran escala. Muchos mexicas se vendieron como esclavos a mercaderes totonacos por sólo 20 mazorcas.

Estimando los sacerdotes que tan terrible crisis se debía a que la tierra desfallecía porque le faltaba vigor para producir frutos y que el sol tampoco era capaz de infundirle vida, decidieron que ambos no estaban debidamente fortalecidos con la especie de vino generoso que era la sangre humana y que, en consecuencia, había que derramar ésta con mayor profusión multiplicando el número de víctimas.

Como los mexicas y tetzcocanos tenían un calendario según el cual el año constaba de 18 meses de 20 días y en cada veintena debía celebrarse por lo menos una fiesta en que se hiciesen sacrificios humanos, era necesario asegurar el abastecimiento oportuno de víctimas, por lo general prisioneros obtenidos en campañas, y éstas podían ya sólo emprenderse contra señoríos relativamente alejados del Valle de México porque éste y las comarcas circunvecinas habían sido ya conquistadas. Para evitar el peligro de que no las hubiese ni a tiempo ni en el número requerido, se llegó a un acuerdo con los señoríos de Huejotzingo y Tlaxcala, también azotados por el hambre, mediante el cual se establecía la "Guerra Florida" (xochiyáoyotl), que no tendría como fin la conquista de territorios al enemigo, sino sólo la lucha contra él, en lugares y tiempos determinados, con objeto de obtener prisioneros que unos y otros contendientes sacrificasen a sus respectivos dioses. No existía, pues, entonces, una enemistad real entre ambos grupos, sino un pacto cuyos resultados creían mutuamente benéficos. Sin embargo, esas luchas periódicas llegaron a producir la rivalidad definitiva entre ellos, sobre todo después que Moteczuma I venció a los chalcas en 1465 y extendió sus dominios hasta la Sierra Nevada, en donde empezaban los de los huejotzinga.

Como sí se hubiese acertado con la solución verdadera, en 1455 hubo frecuentes lluvias y cosechas abundantes. Los mexicas se sintieron más fuertes que nunca y se arrojaron impetuosos sobre las tierras más fértiles como si quisieran asegurar la obtención de tributos y evitar otra crisis como la sufrida.

Desde Izúcar se lanzó Moteczuma I, a través de Acatlan y Huajuapan, contra el poderoso señorío de Coixtlahuaca, habitado por nahuas, mixtecos y chocho-popolocas y gobernado por Atónal, último soberano de una dinastía de origen tolteca establecida allí después de la ruina de Tula. Este señorío se extendía hasta Tuxtépec y la costa al norte del Papaloapan. La pelea, que fue muy reñida, empezó en 1458 y terminó en 1461 con la victoria de los mexicas. Con ella y con la extensión previa de Nezahualcóyotl hasta Tuxpan, quedaron cercados los territorios dominados por los huejotzinga y los que tenían los totonacas en el norte de Veracruz. Desde Tuxtépec y Cozamaloapan fue fácil para los mexicas conquistar en 1463 la provincia de Cotaxtla, que llegaba hasta Chalchiuhcueyehcan (el actual puerto de Veracruz), y no tardó en caer en sus manos Cuauhtochco (Santiago Huatusco, cerca de Cotaxtla).

Cuando al fin Moteczuma I, tras dos décadas de lucha, sometió a Chalco-Amecameca, surgió una cierta hostilidad entre Tenochtitlan y Huejotzingo que quedaban convertidos en estados vecinos, y se agudizó cuando los Tenochcas sometieron en 1466 al señorío de Tepeaca, el más fiel aliado de los huejotzinga. Atacando desde aquí y desde Cuauhtochco, se apoderaron los mexicas de Orizaba, estrechando aún más el cerco que rodeaba a huejotzingas y totonacas.

Las conquistas realizadas por Moteczuma le convirtieron en un soberano muy poderoso que recibía toda clase de tributos de los pueblos avasallados, entre ellos oro, jades, turquesas y ricas plumas, principalmente de la provincia de Tuxtépec, importante encrucijada comercial a donde llegaban desde el sudeste productos quizá hasta entonces casi desconocidos por los mexicas, como el cacao.

Moteczuma tuvo especial predilección por el valle de Morelos y escogió Huaxtépec como lugar de recreo. Aclimató ahí toda clase de árboles y arbustos traídos del centro y sur de Veracruz. En las peñas de Chapultépec hizo grabar su efigie, costumbre continuado por sus sucesores. llhuicamina dio al estado tenochca su forma política definitiva y bajo su reinado debió surgir el arte característicamente mexica cuyos mejores logros fueron de índole escultórica.

Al morir Moteczuma en 1469 fue elegido para sucederle Axayácatl, el primero de tres hermanos que reinaron uno tras otro. Ya éste se había distinguido al final del gobierno de Ilhuicamina en las campañas hechas en las comarcas de Cotaxtla Y Orizaba. Habiéndose sublevado esta última región, Axayácatl la reconquistó imponiendo un duro castigo a los rebeldes.

 

 

Esplendor del Imperio Azteca:

En 1473 tuvo una guerra con Moquíhulx, último soberano de Tlatelolco, quien había estado conspirando para formar una coalición contra los Tenochcas integrado por varios señores de los valles de México y Toluca. Denunció el complot a Axayácatl una hermana suya casada con Moquíhuix, ofendida por el abandono en que éste la tenía a causa de la preferencia que daba a otras mujeres. Sabedor de lo que contra él se tramaba, el rey tenochca atacó de improviso a los tlatelolcas, que se defendieron obstinadamente en su último reducto, el templo mayor. Moquíhuix pereció en la lucha y los tlatelolca quedaron sin soberano propio, obedeciendo desde entonces al de Tenochtitlan, hasta que se restauró la monarquía tlatelolca en 1515 con Cuauhtémoc, quien, años después, gobernó también en Tenochtitlan.

Resentido Axayácatl, por haber conspirado con Moquíhuix algunos de los señoríos independientes matlatzincas, otomíes y mazahuas del valle de Toluca, corno los de Toluca, Xocotitlan y Xiquipílco, los atacó y conquisto tras ardua contienda en 1480. Enseguida se enfrentó a los tarascos en los confines de los Estados de México y Michoacán, pero éstos acometieron con tal ímpetu desde las fortificaciones hechas de madera que tenían en Tajimaroa (Ciudad Hidalgo), que derrotaron al ejército mexica. Por primera vez encontraban los Tenochcas un enemigo irreductible. Para atajar la expansión de los tarascos en Guerrero, que ocupaban ya las tierras bajas de Michoacán y de la cuenca del Balsas, se adueñó Axayácatl de Oztuma en el noroeste de dicho Estado y estableció allí una guarnición. Realizó también otras conquistas de regiones situadas al norte del Balsas, cuya subyugación, iniciada por ltzcóatl, había sido proseguida por Moteczuma.

Aunque alguna fuente histórica atribuye a Axayácatl la conquista de Oaxaca, en realidad esta codiciada prenda cayó en poder de los mexicas bajo el reinado de Ahuízotl.

En 1479 se dedicó la "Piedra del Sol" o "Calendario Azteca", porque en ese año, equivalente en la cuenta indígena a 13 ácatl, se conmemoraba la creación del quinto sol, ocurrida en ese mismo signo.

Dos años después falleció Axayácatl y le sucedió su hermano Tizoc quien sólo gobernó cinco años, ya que murió envenenado en 1486. A pesar de que se le ha pintado como un rey cobarde, emprendió conquistas importantes, como la de la región de Nauhtla, Veracruz, efectuada coordinadamente con Nezahualpilli, hijo y sucesor de Nezahualcóyotl y también la reconquista de Yanhuitlan, Oaxaca. Además, en la "Piedra de Tízoc" aparecen otras victorias suyas, solo que en su lugar, como vencedor, figura el dios Tezcatlipoca.

Bajo Ahuízotl, sucesor y hermano de los anteriores, alcanzó el imperio mexica su máxima expansión. Como después de la gran hambre de 1450-54 cada nuevo soberano tenochca, al ascender al trono, iniciaba una campaña contra señoríos aún sin someter, para agregar más territorios al imperio y obtener suficientes cautivos con qué propiciar a los dioses, y como se acercaba además la dedicación del Templo Mayor, erigido en honor a Huitzillopochtli, se requerían numerosas víctimas. Para obtenerlas Ahuízotl hizo la guerra a los huastecos de la provincia de Xiuhcóac o Tziuhcóac (llamado por los españoles "Cicoaque"), y después a los zapotecas, logrando conquistar todo el valle de Oaxaca. De ambos sitios obtuvo innumerables prisioneros. Con el holocausto de no menos de 20,000 se solemnizó en 1487 la dedicación del Templo Mayor de Tenochtitlan. Aterrorizados ante el relato de esta hazaña inaudita, los habitantes de los más remotos confines de Mesoamérica, temblaron ante la posibilidad de que de entre ellos se reclutasen las próximas víctimas y el nombre del fiero monarca tenochca inspiró un pavor tal que todavía hoy se llama "ahuizote" a alguien a quien se teme constantemente o que produce una molestia continua.

Ahuízotl se lanzó de nuevo sobre los paraísos veracruzanos arrasando y diezmando pueblos que se habían rebelado. A las provincias asoladas se llevaron colonias mexicas que reforzaron el predominio de la lengua nahua. Sojuzgó también este rey la mayor parte del Estado de Guerrero, extendiendo los dominios de su imperio hasta la desembocadura del Balsas.

En 1486 las huestes mexicas se apoderaron del valle de Oaxaca y, siguiendo la ruta de la actual carretera, sometieron a Tehuantépec en 1498. Continuaron su marcha victoriosa por la costa del Soconusco hasta apoderarse de la actual población guatemalteco de Ayutla. La penetración de los "pochtecas" o comerciantes por tierras centroamericanas es prueba de que preparaban una próxima agresión, y es seguro que el sucesor de Ahuízotl se proponía conquistar a los quichés y cakohíqueles cuando llegaron los españoles. Un golpe en la cabeza contra un dintel de piedra al tratar de escapar de una inundación que se produjo en Tenochtitlan en 1502 causó la muerte al más temible conquistador mexica. Con él terminó la etapa de los grandes caudillos militares y se inició la de un monarca a punto de ser divinizado.

Le sucedió Moteczuma II Xocoyotzin, originalmente sacerdote modesto y humilde muy versado en su religión, a quien el poder ensoberbeció pronto y convirtió en una especie de sátrapa oriental. A él tocó sofocar serias rebeliones en La Míxteca y conquistar allí regiones que nunca antes habían sido sometidas. También bajo su reinado disminuyó aún más el poder de Texcoco que había empezado a declinar a la muerte de Nezahualcóyotl. El hijo de éste, Nezahualpilli, que heredó el trono a los ocho años de edad, quedó bajo la tutela de Axayácatl, y desde entonces los Tenochcas se consideraron como tutores de los tetzcocanos. Cuando llegó el momento de elegir sucesor, Moteczuma impuso a Cacamatzin, en 1516.

Moteczuma murió en 1520. Su imperio abarcó casi todo Veracruz, Puebla, Hidalgo, México, Morelos, gran parte de Guerrero y Oaxaca y las costas de Chiapas. Todo este territorio -más el reino tarasco- constituyó el núcleo de lo que fue la Nueva España y es hoy la República Mexicana. Dentro de aquél estaban enclavados, como señoríos independientes, Tlaxcala, Meztítlan, Yopitzingo y Tututépc.

 

Cuauhtemoc ante Hernán Cortés

Moctezuma

 

El Calendario Azteca:

El Calendario es evidencia de los conocimientos de Matemáticas y Astrología que los Aztecas tenían, el calendario contiene las figuras o imágenes de sus Días, Meses y Soles (ciclos Cósmicos).

El calendario es 3.6 metros de diámetro y pesa al rededor de 24 toneladas métricas, tomo 52 años para completarlo de 1427-1479; se cree que este periodo duró debido al uso de herramientas de piedra. El calendario Azteca es 103 años más viejo que el Calendario Gregoriano, que es usado en el ámbito mundial hoy. El calendario estaba colocado en el tope del Templo Principal en Tenochitlan, Capital del Imperio Azteca. El Calendario estaba colocado al Sur en posición vertical y estaba pintado en rojo vibrante, Azul, Amarillo y blanco.

El calendario fue enterrado por los Españoles cuando Conquistaron Tenochitlan, el calendario estuvo perdido por 250 años; hasta diciembre de 1790 cuando fue encontrado por accidente cuando se realizaban reparaciones a la Catedral (que se encuentra asentada en el lugar que antes fuera la Capital de Imperio Azteca en el centro de Tenochitlan). Hoy se encuentra en el Museo Nacional de Antropología en México. La Cara de Tonatiuh esta en el centro del calendario, al rededor de la cara se encuentran cuatro cuadros que representan los cuatro Movimientos (conocidos también como los Cuatro Soles, o Cuatro Mundos), que representan los diferentes Fines (la Forma en que los Mundos terminaron), primero por Animales salvajes, después por Vientos, por Fuego y por ultimo por Inundaciones. Los Aztecas creían que vivan en el último Mundo.

El siguiente círculo muestra Veinte recuadros, cada uno contiene el nombre de los Veinte días del mes Azteca:

Coatl , Cuetzpallin, Calli, Ehecatl, Cipactli, Xochitl, Quiahuatl, Tecpatl, Ollin, Cozcacuauhtli, Cuauhtle, Ocelotl, Acatl, Malinalli, Ozomantli, Itzquintli, Atl, Tochtli, Mazatl, Miquiztli

Calendario Azteca

El Año azteca consiste de 18 meses, cada uno contiene 20 días, y cada mes tenia un nombre propio; así que esto cubre los 360 días (18*20). Cinco puntos fueron adheridos al circulo, que son conocidos como: Nemontemi y que son los días de Sacrificio.

El siguiente círculo esta compuesto de cuadros o secciones con Cinco puntos, probablemente representan las Semanas con Cinco días. Después hay ocho Angulos que dividen el calendario en Ocho partes, que representan los Rayos del Sol orientados hacia los puntos Cardinales. En la parte baja del Calendario, dos enormes Serpientes encierran el Calendario y se encuentran Cara a Cara. Sus cuerpos son divididos en secciones donde están marcados los Ciclos de 52 anos. Un cuadrado esta tallado entre las colas de las Serpientes, en el cual se encuentra la Fecha 13 Acatl. Esto corresponde a 1479, el Año que el Calendario fue terminado. Ocho hoyos aparecen esparcidos igualmente en la orilla del Calendario. En el cual los Aztecas colocaban palos en estos hoyos para que la sombra cayera sobre las figuras del calendario, esto hace creer que se usaba también para determinar el tiempo Solar.

 

 

Dioses:

Etimológicamente quiere decir pájaro mosca izquierdo. Debe tenerse en cuenta que el lado izquierdo, en la concepción cósmica de los aztecas correspondía al Sur. Sin duda, además Huitzilopochtli era una forma del sol, puesto que cuando se le sacrificaban víctimas los corazones eran expuestos al sol.

Lo de pájaro mosca venía de la siguiente leyenda, la cual parece indicar que antes de llegar a ser el dios de la guerra fue un dios totémico, un colibrí:

Huitzilopochtli había sido concebido por la Virgen - Madre Coatlicue (la del traje tejido con serpientes), que era ya madre de una hija y de numerosos hijos, llamados los Centzon-Huitznahuas (los cuatrocientos meridionales). Coatlicue, estando un día orando en el templo del Sol, recibió del Cielo una corona de plumas de colibrí. La puso sobre su seno y quedó encinta del dios de la guerra. La hija, furiosa, pues creía deshonrada a su madre, instigó a los Cuatrocientos Meridionales (es decir, las estrellas meridionales, enemigas del Sol) para que la matasen. Pero Cuatlicue pudo librarse de ellos y dar a luz a Huitzilopochtli, que por cierto, nació enteramente armado, como la Atena griega; revestido con una armadura azul, con la cabeza y la pierna izquierda adornadas con plumas de colibrí y una jabalina azul también en la diestra (signo de habilidad).

 

Al punto, precipitándose sobre su hermana, la mató; luego y sirviéndose de Xiuhcoaltl, la serpiente de fuego, su atributo distintivo, exterminó a los Centzon-Huitznahuas y a cuantos habían complotado contra su madre.

Se solía representar a este dios como un guerrero con la parte alta de la cara pintada de negro, cubierto con una armadura de plumas y llevando en la mano izquierda un escudo y en la derecha el xiuhcoaltl. En su calidad de dios tribal, le estaba dedicado el templo de México. Los corazones de las víctimas que eran sacrificadas en su honor, eran puestos en recipientes de piedra llamados quanhxicalli, recipientes del águila, alusión a una de las formas del dios. Tal vez una divinidad más antigua que él (cuyo hermano era Tezcatlipoca, espejo brillante, dios del invierno y no se sabe el porqué, también de la justicia) era sin duda Quetzalcoaltl, la serpiente emplumada, que los aztecas debieron de encontrar ya al conquistar México.

Se decía que esta serpiente había tenido que retirarse ante el ataque de los aztecas, acabando por embarcarse para ir hacia los países del Este, al otro lado del Atlántico. Pero que un día volvería a tomar el desquite. Esta antigua creencia no dejó de ayudar mucho a Cortés, que al tener noticia de la tradición, la empleó y la explotó para sus alianzas con las tribus enemigas de Moctezuma cuando su prodigiosa conquista de México.

 

 

La religión siempre ha sido un factor muy importante en las culturas de Mesoamérica

 

Era el dios del Sol; personificaba el sol del verano, que madura las cosechas, pero que trae también la sequedad y la esterilidad. Como dios de la tarde, era asimilado a la Luna. Recibía diversos nombres, según las fiestas en que era invocado, algunas de las cuales le estaban consagradas en su calidad de dios de la música y de la danza. Era invisible e impalpable, apareciendo, a veces, a los hombres, bajo la forma de una sombra fugitiva, de un monstruo espantoso o de un jaguar.

Según una leyenda, Tezcatlipoca erraba por las noches bajo la forma de un gigante, envuelto en un velo ceniciento y llevando su cabeza en la mano. Cuando los temerosos le veían morían, pero el hombre bravo le agarraba y le decía que no le soltaría hasta por la mañana. El gigante suplicaba que le soltase y maldecía. Si el hombre conseguía retener al monstruo hasta el alba, éste entonces cambiaba de humor, le ofrecía riquezas y poderes invencibles con tal de que le dejase partir antes del amanecer. El hombre victorioso recibía entonces, del vencido cuatro espinas como prenda de su victoria. Luego el hombre valiente le arrancaba el corazón y se lo llevaba a su casa. Pero al desdoblar la tela en que lo había metido no encontraba sino plumas blancas o una espina, o ceniza, o harapos. Los aztecas le temían más que a todo otro dios y le ofrecían también sacrificios sangrientos. Cada año, el más hermoso de entre los jóvenes cautivos era escogido para personificarle. Le enseñaban a cantar, a tocar la flauta, a llevar flores y a fumar. Le vestían suntuosamente y ponían ocho pajes a su servicio. Durante todo el año le prodigaban toda clase de honores y placeres. Veinte días antes de la fecha dispuesta para el sacrificio le daban como mujeres a cuatro jóvenes, que personificaban a cuatro diosas. Luego empezaban una serie de fiestas y danzas. Llegado el día fatal, el joven dios era conducido con gran pompa fuera de la ciudad y sacrificado en la última plataforma del templo. De un solo golpe con un cuchillo de obsidiana, el sacerdote le abría el pecho y le sacaba el corazón palpitante, que ofrecía al Sol.

Tezcatlipoca era el gran enemigo de Quetzalcoatl, cuyo mito parece evocar una gran lucha étnica. Tezcatlipoca no pensaba sino en la destrucción de los de Tula, es decir, de los toltecas, de los que Quetzalcoatl era el dios más importante antes de llegar a ser, luego de la caída de los toltecas, una de las principales divinidades aztecas.

Un día los de Tula vieron entrar en la ciudad tres brujos, uno de los cuales no era otro que Tezcatlipoca bajo la apariencia de un hermoso joven. Este consiguió seducir a la sobrina de Quetzalcoatl, hija del rey Uemac, lo que le permitió extender el Tula el gusto a la desobediencia a las leyes y el vicio. En una gran fiesta bailó y entonó un cántico mágico. Pronto fue imitado por un gran número de toltecas, a los que condujo a un puente, que hundiéndose bajo su peso, hizo caer a la mayor parte al río, donde fueron convertidos en piedras. Poco después se mostró a los toltecas haciendo bailar mágicamente en su mano a un muñeco. Maravillados se amontonaron de tal modo para ver mejor el espectáculo prodigioso, que muchos murieron asfixiados. Entonces les dijo que debían matarle por los males que había ocasionado. Le mataron, en efecto, mas al punto su cuerpo empezó a exhalar tal olor, que muchísimos de los toltecas morían. En fin, tras muchas pérdidas, consiguieron sacarle fuera de la ciudad cuando ya casi la había arruinado.

Tezcatlipoca era representado con cabeza de oso y ojos muy brillantes. Llevaba en la cara rayas amarillas y negras. Su cuerpo era negro también y sus tobillos estaban llenos de campanillas, provocaba discordias y la guerra. Pero también era dispensador de riquezas. Los aztecas le atribuían el poder de destruir el Mundo si le placía. Como la mayor parte de los otros dioses, resucitó y volvió del cielo a la tierra.

 

Quetzalcoatl fue conocido desde tiempos anteriores y era considerado como una divinidad del Viento, en la leyenda Tolteca se le dio una mezcla de características humanas y sobrenaturales. Y su nombre fue usado por Reyes y Sacerdotes, por ello se deben hacer distinciones precisas. En la Leyenda Tolteca Quetzalcoatl fue un reformador religioso que predico con una conducta diferente, por lo cual entro en choque con el Sacerdocio de Tezcatlipoca, el cual lo venció y lo expulso de Tula.

Se cree también que esta lucha se produjo por las diferencias que existían entre el mismo pueblo, las diferencias se cree que eran sociales y económicas; ya que los Olmecas eran quienes poseían la mejor situación y cultura, mientras que los Nahuas eran más pobres y su tradición religiosa era más primitiva. Se supone que Quetzalcoatl se marcho de Tula en compañía de sus discípulos y prometio según la Leyenda que algún día regresaría por el Oriente. Llegando a la costa se convirtió en la Estrella matutina. Otra leyenda mas cuenta que al retorno del mismo (en la cual se decía Blanco y Barbado) influyo en la mentalidad después al tiempo de la Conquista, ya que decía que Cortes era la reencarnación de Quetzalcoatl.

Después que un pequeño grupo de Toltecas emigraron hacia el sudeste y su influencia se registro en el área Maya, en donde Quetzalcoatl fue nombrado con el nombre de Kukulcan. Pero no solo fue este el nombre con el cual se le conoció, si no que es solo uno de los nombres que se le dieron con el paso de el tiempo y las culturas que lo adoraban.

Entre los nombres que se le atribuyen están:

Dios del Viento, Dios de la Vida, El planeta Venus y el Dios de los Gemelos, Quetzalcoatl, Ehecatl, Tlahuizcalpantecuhtli y Ce Acatl

 

 

La Formación del Matrimonio:

En la sociedad Azteca la formación de la Familia estaba formada primero por el matrimonio en el cual el Varón solo podía tener una esposa, que era la legitima y era llamada Cihuatlantli, con quien se casaba con todo el ritual correspondiente, pero podía tener tantas Concubinas como pudiera sostener, esto quiere decir que tantas como pudiera mantener; pero con estas no se realizaba el ritual matrimonial. Se dice que Moctezuma II tenia 150 Concubinas, lo que producía que los Señores y altos Jefes tuvieran muchas concubinas y cuando un Indio común se quería casar, apenas encontraba mujer, había poco de donde escoger. La edad ordinaria para contraer matrimonio era entre los 20 y los 22 años mas o menos, no podía casarse padres con hijos, ni padrastros y entenados, ni hermanos entre sí. Para casarse el joven necesitaba el permiso de sus maestros del Calmecac o del Telpochcalli, esto se obtenía cuando los padres ofrecían un Banquete de acuerdo a sus recursos. Mas tarde, los padres del novio se dirigiera a los padres de la novia a través de unas Ancianas, quienes llevaban la petición. Era la costumbre que la primera vez se negara la petición, y más tarde se contestaba con la aceptación o la negativa formal. Pero entre los Plebeyos se hacia mas frecuente la unión libre, y después de tener los recursos adecuados; se efectuaba la ceremonia.

desde los principios la mujer ha tenido un papel de sumisión ,
 que afortunadamente ha ido cambiando

En la ceremonia nupcial, los Novios se sentaban uno frente al otro (situados junto al fuego), donde intercambiaban vestidos y se daban de comer entre sí, como símbolo de ayuda mutua para el futuro. El divorcio era conocido para los Aztecas, pero para que fuera valido tenia que haber sentencia judicial, por medio de este; los contrayentes podían volver a casarse.

 

 

El juego de pelota Tlachtli:

El juego de pelota, tlachtlí, se jugaba en un patio que tenia forma de "H" acostada. A ambos lados del travesaño de la H se extendían los muros y en el medio de cada uno se insertaba verticalmente un anillo de piedra o de madera, a diferencia de la posición horizontal del aro en el juego del baloncesto que hoy conocemos. Los jugadores trataban de pasar a través de este anillo una pelota de hule macizo, a la cual sólo le podían pegar con los codos, las caderas o las piernas. Debe de haber habido otros métodos de señalar los puntos además del antes mencionado, pues éstos, naturalmente, raras veces se lograban; tan es así que cuando tal sucedía los jugadores y sus partidarios tenían el derecho de despojar de sus ropas a los contrarios.

Este deporte se jugaba por todas partes, pues se han encontrado lugares donde se practicaba desde la república de Honduras hasta el sudeste de Arizona; y tiene un interés especial para todos nosotros por que la primera descripción del hule, tan importante en nuestra economía moderna, fue hecha cuando Oviedo escribió en el siglo XVI acerca del juego y de la pelota que se empleaba en sus practicas.

 

 

Filosofía:

Las concepciones de los aztecas, relativas al Universo reflejaban sus gustos trágicos y su inclinación a los sacrificios y prácticas sangrientas. La creación del Mundo había empezado por el sacrificio voluntario del dios Nanahutzin (dios de la sífilis, como Amimitl lo era de la disentería), que se arrojó a una hoguera. Quetzalcoatl había sacrificado a su hijo, que tras ello tornóse en Sol. Cuatro edades o soles se habían sucedido, cada una de ellas terminaba por un cataclismo. Al final de la primera los hombres habían sido destruidos por los jaguares. La segunda, por el viento. La tercera acabó mediante una lluvia de fuego. La cuarta, en diluvio.

Nuestra Era, colocada bajo el signo de Nahui Ollín (Cuatro Movimientos), perecerá mediante temblores de tierra. Los primeros sacrificios los habían hecho los dioses para alimentar al Sol con sangre de corazón.

El mundo subterráneo comprendía nueve pisos; los cielos, trece, superpuestos. En fin, práctica esencial en la religión de los aztecas era, como ya he indicado varias veces, los sacrificios humanos, costumbre que fue en aumento a medida que la civilización progresaba. Esto, la abundancia de dioses y su complicado ritual dio nacimiento a un cuerpo sacerdotal muy numeroso, a cuya cabeza estaban dos grandes sacerdotes, que llevaban el nombre de Quetzalcóatl. A sus órdenes se escalonaban una jerarquía complicada y una escuela encargada de la formación de novicios. Había, además, brujos y magos que, mediante remuneración, predecían el porvenir, curaban las enfermedades y hacían otros servicios análogos.

Los Aztecas creían en la Creación del Hombre basados en los Dioses Ometecutli y Omecihuatl creadores de la vida e inicio de todo, los cuales a su vez tuvieron cuatro hijos: Tezcatlipoca, Xipe totec,Quetzalcoatl y Hutzilopochtli. Los Aztecas creían que el mundo estaba destinado a ser creado y destruido Cinco veces, así que los Aztecas que Cortes encontró creían que estaban viviendo en el Quinto y final periodo de creación. Los Aztecas no tenían nada que se refiriera a la Eternidad, no tenían noción de la misma. Las edades que los Aztecas denotaban eran de la siguiente forma:

Naui Ocelot:

La primera edad que estaba precedida por Tezcatlipoca, en la cual vivían Gigantes que fueron eventualmente devorados por Jaguares, en esta edad se creía que el Sol estaba solo a la mitad de su Brillo. Esta edad duró 676 Años.

Naui Ehecatl:

La Segunda edad precedida por Quetzatlcoatl, el mundo estaba habitado por humanos que se alimentaban de comida de un Mezquite; que a su vez fueron convertidos en Monos para sobrevivir ante los grandes vientos que eran ocasionados por Huracanes que destruyeron el mundo. El Sol fue también destruido por estos vientos, esta edad duró 364 Años.

Naui Quihuitl:

La tercera edad precedida por Tlaloc, el mundo estaba habitado por humanos que se alimentaban de Semillas Acuáticas. Los Humanos fueron convertidos en Perros, Guajolotes(pavos), Pájaros y Mariposas, que fueron destruidos por lluvias Volcánicas caídas del Cielo. Esta edad duró 312 Años.

Naui Atl:

Precedida por Chalchiuhtlicue, los Humanos se alimentaban de Semillas Salvajes y fueron trasformados en Peces; esta edad fue destruida por grandes Inundaciones y el Cielo se despedazo. Esta edad duró 676 Años.

 

 

Los Sacrificios:

Un elemento fundamental en el culto religioso eran los sacrificios humanos, que para los Aztecas eran una especie de compensación o pago que los hombres daban a los dioses. Huitzilopochtli y todas las demás deidades, recibían su parte en la vida del pueblo:

"Como dios que es, desdeña los alimentos groseros de los hombres y solo puede mantenerse con la vida misma, la substancia mágica que se encuentra en la sangre del hombre. Así, la guerra, la conquista y el sometimiento de otros pueblos, tenían motivos económicos y políticos, pero también razones religiosas de búsqueda de prisioneros para su Inmolación".

El sacrificio más común consistía en arrancar el corazón a la víctima, ofreciéndolo enseguida al Dios, para ello, cuatro Sacerdotes sujetaban al sacrificado, que colocado sobre una piedra (llamada Techcath) por sus extremidades, y un quinto Sacerdote ejecutaba la operación con un cuchillo de pedernal, con el que le daba un golpe en el pecho para arrancarle el Corazón; que era después, ofrecido a los dioses. La sangre era dada a gustar a los Idolos, la carne, tenida por divina, era comida y el corazón era depositado en un recipiente llamado: Cuauxicalli. En otras ocasiones, durante la fiesta en honor a Xiutecuchtlil, dios del Fuego, la víctima era arrojada con intervalos sobre un montón de brasas. Otras formas de sacrificio consistían en tener al prisionero atado en un sitio para después lanzarle flechas hasta que este muriese, y la sangre que caía a la tierra se suponía la hacia fértil. En honor de la tierra y de Xipe, a la víctima se le desollaba después de matarla y el sacerdote se vestía con la piel de aquella. Y no dejaba de haber, para algún valiente Guerrero enemigo, antes de aplicársele la muerte común, sobre todo en la fiesta del "Tlacaxipehualiztli" que era el simulacro de un combate contra varios guerreros Aztecas mejor armados. Este sacrificio fue después llamado: Gladiatorio. Había meses consagrados al sacrificio de niños que eran llevados a las cumbres de los montes, adornados con plumajes y guirnaldas; sus sacrificadores los acompañaban tañendo instrumentos musicales, cantando y bailando. La ceremonia de inmolación tenia como objeto el pedir lluvias, y si los niños lloraban era un buen Signo. El corazón les era arrancado como parte final del acto. En la fiesta del Toxcatl se sacrificaba a un mancebo (imagen de Tezcatlipoca), a quien durante todo un año se le agasajaba con fiestas y regalos, preparándosele para la muerte. Los ritos exigían que hubiese también ofrendas y oraciones, sahumerios con copal y otros actos. Las calaveras de los sacrificados se conservaban en el Tzompantli, o gradería de cal y piedra. El de Tenochitlan tenia no menos de 136,000 de ellas al tiempo de la Conquista.

 

Bibliografía:
Historia Universal; López Reyes, Alfonso; ed CECSA, México 1974
Historia Universal; Navas, Macedonio; ed Herrero; México 1957
Curso de Historia General; Alvear Acevedo, ed Jus; México 1980
Enciclopedia Temática Planta; Tomo:Arte y filosofía; ed Planta; España 1996
Enciclopedia Temática Planta; Tomo:Historia; ed Planta; España 1996
Enciclopedia británica en linea: http://www.serch.ups.com
Enciclopedia Multimedia Salvat 1998
Biblioteca multimedia en internet http://www.icarito.com
www.geocities.com/CapeCanaveral/Hangar/6830

Trabajo enviado por:

Uriel Rodrigo Nava

20 años

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